Esmirna: La Iglesia Sufriente

Por John F. Macarthur

⁸Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:

⁹Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. ¹⁰No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. ¹¹El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte. (Apocalipsis 2:8-11)

El mundo, por supuesto, odia a Dios, a Cristo, la Palabra de Dios, a los seguidores de Cristo y a los predicadores de las Escrituras. En consecuencia, la persecución es una realidad.

En 1 Pedro, Pedro advirtió repetidamente a los creyentes sobre el sufrimiento. Dijo: “Sufriréis por causa de la justicia.” Pero lo resumió todo en 1 Pedro 5:10 con estas palabras: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”

La persecución más feroz tiene el efecto de perfeccionar, confirmar, fortalecer y establecer la iglesia. La persecución no destruye la iglesia. La fortalece.

La iglesia en Esmirna fue purificada por el sufrimiento. No hay condenación para esta iglesia. Ha sido purificada y purgada del error – purificada y purgada del pecado por el sufrimiento. El precio por ser cristiano en esa ciudad era muy, muy alto. Era un lugar muy anti-Evangelio, anti-Dios. Pero Juan solo tiene elogios para la iglesia.

La iglesia de Esmirna estaba asediada, pobre, oprimida, odiada, despreciada y perseguida, así que imagina lo maravilloso que era recibir una carta del Señor sin ninguna crítica. ¿Qué tan reconfortante sería eso?

El Señor les dice: «Conozco vuestra tribulación. Sé por lo que estáis pasando».

La persecución había llegado por tres razones. Primero, su oposición a la adoración del emperador. Esmirna era un centro de adoración a Roma y al César. Los cristianos, por supuesto, se negarían a ofrecer incienso ante el altar del emperador. No lo llamarían Señor, por lo que estaban en desacuerdo con el gobierno.

En segundo lugar, la adoración pagana. La ciudad adoraba a muchos dioses y diosas, y los cristianos no. Estaban fuera de sincronía con la cultura en todos los sentidos.

Tercero, había oposición a causa de los judíos; así se declara. Volvamos al versículo 9: “Yo conozco…la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.”

Qué declaración. Siempre habían sido una sinagoga de Dios. Celebraban el hecho de que adoraban al único Dios vivo y verdadero. Habían rechazado, sin embargo, a su Mesías; y al rechazar a su Mesías, el Señor Jesucristo, el judaísmo demostró realmente que era tan satánico como la adoración del emperador, o la adoración de cualquier otro dios falso. Ellos odiaban a Cristo, por lo tanto odiaban a Dios.

Así que ya fuera de la adoración al emperador, la idolatría pagana, o la hostilidad de los judíos, la iglesia en Esmirna sufrió inmensamente.

Para ilustrar esto, hay un gran nombre histórico que debes recordar. La historia nos ha dejado los detalles de la muerte de Policarpo. Policarpo trabajaba con Juan en las iglesias de Asia Menor, y era el pastor de la iglesia de Esmirna. Y Policarpo fue asesinado en el año 155 d.C. a la edad de unos 86 años.

Pero ante este sufrimiento, Jesús dice: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.”