Ajuste de Cuentas y Recompensas: De Regreso al Futuro, 6ª. Parte

Una tradición que se practicaba en muchos institutos de Sudáfrica, cuando yo crecía, era la de reconocer los logros académicos y deportivos mediante la concesión de “»colores” y luego “honores” a los estudiantes. Éstos se concedían públicamente y se exhibían de forma permanente en el uniforme escolar del beneficiario. El homenajeado podía llevar un estipe distintivo en su corbata, y fijar un pergamino en el bolsillo y un trenzado blanco en su chaqueta.

Para los mejores académicos y deportistas esto era algo importante, la obtención de honores era algo que se admiraba mucho en los mayores y por lo que se luchaba durante toda la escolaridad. Todos los que aprobaban los exámenes se graduaban en el instituto, pero sólo algunos lo hacían con honores.

De manera similar, cuando los cristianos vayan a estar con el Señor habrá una ceremonia de graduación, donde se nos concederán recompensas. Todos los hijos de Dios serán salvos, pero algunos entrarán en la eternidad con mayores recompensas que otros.

En este artículo, quiero ver el primero de los tres juicios del fin de los tiempos. Podemos pensar en ellos como tres juicios, pero la palabra juicio tiene una connotación negativa, y uno de ellos es más como una ceremonia de premios – por lo tanto, un ajuste de cuentas o rendición de cuentas.

El Primer Ajuste de Cuentas (cronológico): EL ASIENTO BĒMA

La palabra bēma proviene de la palabra que designa un asiento de premio, por ejemplo en los eventos deportivos. En ocasiones se impartían sentencias en el asiento del bēma (Hechos 18:12 ), pero el asiento del bēma era también un lugar para premiar a los atletas. Pablo y sus lectores corintios conocían bien el asiento del bēma en Corinto -cuyas ruinas aún se exhiben hoy- que se utilizaba para repartir medallas y coronas a los atletas que destacaban en los Juegos Ístmicos.

Participantes: El juicio del asiento del bēma es sólo para los creyentes raptados y resucitados, es decir, los que están vivos o resucitados en el momento en que Cristo raptó a la iglesia. Esto es sólo para los creyentes y por lo tanto no hay pronunciamiento de culpable o no culpable. Las recompensas implican encomienda y delegación de autoridad en el Reino.

Tiempo: Este juicio ocurre después del rapto, pero antes de la Venida Gloriosa, es decir, durante la Tribulación.

Hay alusiones en todo el Nuevo Testamento a la autoridad como recompensa, pero aquí hay algunos pasajes:

2 Corintios 5:9-10 Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables. Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo.

Este pasaje requiere una explicación. La palabra traducida aquí como “malo” es una palabra griega inusual – es la palabra φαῦλον – phaulon. No es la palabra griega habitual para maldad o pecado, sino una palabra única que significa “indigno o ligero o sin valor” (en contraposición a pecaminoso). Por lo tanto, el juicio al que Pablo se refiere aquí no es un juicio por nuestro pecado. Sabemos esto porque la Biblia está llena de pasajes que nos dicen que los cristianos no somos juzgados por nuestro pecado – el castigo ha sido llevado por Cristo. Más bien, aquí se nos juzga por el valor o la importancia de nuestras acciones. Seremos recompensados (se nos dará lo que es debido) por aquellas obras que son buenas y tienen valor en el Reino de Dios, en contraposición a todas las cosas que hacemos que no tienen valor. Estas son cosas que pueden no ser pecado, pero que no tienen ningún valor real en el Reino – como ver tu serie favorita, o como diría John Piper: coleccionar conchas marinas.

Seamos sinceros, algunas personas hacen más por el Reino que otras. Responden a los mandatos con más diligencia y son más fieles en el uso de los talentos que se les han confiado. Aquellos que han sacrificado su tiempo, su carrera, su dinero, su comodidad, su familia y su vida, ciertamente recibirán más que el cristiano que apenas llega a dos servicios de adoración al mes y de vez en cuando da algo de dinero al ministerio.

1 Corintios 3:10-15 10 Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima. 11 Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, 13 la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. 14 Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.

Si usted no tiene obras que resistan el fuego, aún será salvo y no será condenado… pero sufrirá algún tipo de pérdida.

Sea lo que sea que signifique “sufrir pérdida,” no puede significar “no sufrir pérdida.”

Por lo que leemos en las Escrituras – estas recompensas son posiciones de autoridad en el Reino, basadas en tu fidelidad. Tu posición en la tierra puede parecer arbitraria – pero tu posición en el cielo estará basada completamente en lo que hiciste en esta vida con lo que Dios te confió. Todos los cristianos estarán en el Reino, pero claramente, algunos tendrán más autoridad que otros.

Así que, vive esta vida por las recompensas eternas. Vive una vida de fe que le de gloria a Dios porque muestra que crees que lo que él dice lo hará.

Si quieres leer más sobre la enseñanza de las recompensas eternas, aquí hay algunos recursos:

The Preacher’s Payday