La Palabra es Permanente

POR JOHN F. MACARTHUR

El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre;

los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos; (Salmo 19:9)

Aquí utiliza el término «temor» como sinónimo de Sagrada Escritura. ¿Por qué lo hace? Porque la Sagrada Escritura pretende transmitir el temor o la grandeza de Dios para provocar un temor reverencial, para llevarnos a la adoración. Se utiliza en el sentido de lo que pretende producir: temor o respeto o adoración a Dios. Y así, se dice que es el temor del Señor.

Y esta Escritura que nos instruye en la adoración a Dios, dice, «es limpia». Maravilloso pensamiento. Tahor es la palabra raíz. La palabra significa ausencia de impureza, de suciedad, de imperfección. Y eso es no estar manchado de pecado, sin corrupción, sin error. La verdad que transmite no tiene ninguna mancha de maldad. Puedes acudir a ella y saber que lo que dice es absolutamente puro.

El testimonio del salmista en el Salmo 12:6 es maravilloso: «Las palabras del Señor son palabras puras, plata probada en un crisol en la tierra, siete veces refinada.» La Palabra es pura, santificada, santa, separada del pecado. Eso contrasta con las palabras de los hombres. No siempre se puede confiar en ellas. En la Palabra de Dios sí. Permanece para siempre.

Es decir, puedes seguirla siempre. Es la Palabra viva y eterna, como dijo Pedro en 1 Pedro 1:23. Nunca cambia. No importa de qué generación sea. Y cuando oigo a esta gente decir: «Bueno, la Biblia no es lo suficientemente sofisticada para nuestra sociedad de alta tecnología». Ellos no entienden. La Biblia es absolutamente pura, sin defecto, y sin pecado y, por lo tanto, no necesita actualización, ni edición, ni refinamiento. Es perfecta.

¿Debemos creer, de repente, que tiene insuficiencias, errores y defectos que necesitan corrección? ¿Debemos creer que necesita ser reforzado por personas más sofisticadas que el Espíritu Santo que lo escribió? ¿Debemos creer que no puede purificar un corazón, un alma y una vida? ¿Debemos creer que la gente tiene que ir a algún lugar para aprender una fórmula para deshacerse de su pecado, para tener una sanación interior, para tener una limpieza de alma, porque la Palabra de Dios no es suficiente para liberar a la gente? ¿Acaso ya no creemos en su poder para purificar a una nación, de modo que debemos recurrir a la política del poder? Dios nos libre de creer eso por un momento.

La Palabra es adecuada y suficiente para limpiar, para purgar el corazón. Y de nuevo, los llamo al testimonio del salmista en el Salmo 119:

²¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus testimonios,
y con todo el corazón le buscan!
³No cometen iniquidad,
sino que andan en sus caminos. (Salmo 119:2-3)

La gente de la Palabra es limpia. La gente de la Palabra es pura.

⁹¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?
Guardando tu palabra.
¹⁰Con todo mi corazón te he buscado;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
¹¹En mi corazón he atesorado tu palabra,
para no pecar contra ti.. (Salmo 119:9-11)

¿Cómo purificas tu vida? ¿Teniendo una sanación interior? ¿Teniendo un encuentro con alguien que tiene algún poder mágico sobrenatural? ¿Recurriendo a alguna ciencia contemporánea de la mente? No. «Guardándola conforme a Tu palabra».

Confirma a tu siervo tu palabra,
que inspira reverencia por ti. (Salmo 119:38)

Antes que fuera afligido, yo me descarrié,
mas ahora guardo tu palabra.. (Salmo 119:67)

Que cante mi lengua de tu palabra^],
porque todos tus mandamientos son justicia.. (Salmo 119:172)

Escucha, la Palabra es todo lo necesario para la purificación del alma. Es suficiente para purificar la vida. Es eternamente relevante. No necesitamos profesionales. Necesitamos la Palabra de Dios.

Este post está basado en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 1986, titulado «La Suficiencia de las Escrituras, Parte 2». Además de ser el pastor de Grace Community Church y la voz de Grace to You, el Dr. MacArthur es el rector de The Master’s University en Santa Clarita, California. Puede obtener más información sobre TMU en masters.edu.