¿Por qué Evangelizar Si Dios ya ha Elegido Quienes se Salvarán?
¿Por qué Evangelizar Si Dios ya ha Elegido Quienes se Salvarán?
Esta cuestión ha llevado a realizar muchas discusiones y debates sobre la soberanía de Dios y la libre voluntad del hombre. En respuesta a la pregunta, soy consciente de la estricta condenación que me espera si manejo mal la palabra de Dios (Santiago 3:1). Mi pasión es siempre el honor y la gloria de Dios y no tergiversar su carácter. La Escritura revela que no sólo nuestro Señor soberano eligió salvar a determinados pecadores, sino que también ordenó el medio por el cual ha de convertirlos. Dios estableció su decreto eterno para salvar a su pueblo cuando escucharan y creyeran Su Palabra (Romanos 10:13-17). Es por esta razón que el Señor de la mies, encargó a su iglesia anunciar su Evangelio. A todo cristiano se le ha dado la tremenda responsabilidad y el más alto privilegio de llamar a la gente a arrepentirse y a confiar en Jesucristo para salvación.
Dios promete éxito en la Evangelización
Como evangelista, he llegado a amar la doctrina de la elección. Hay una sensación de alivio saber, que cuando evangelizo, el destino eterno de las almas no dependen de mi capacidad de persuasión para convertirlos. Dios nos garantiza el éxito cuando sus elegidos escuchan su Evangelio. Jesús prometió: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí” (Juan 6:37, 65). No uno, no la mayoría, sino todos. Este acto soberano de Dios finalmente se traducirá en la conversión de aquellos que Él ha dado al Hijo. Esto ocurrió cuando Pablo proclamó el Evangelio a los gentiles en Antioquía – “y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” (Hechos 13:48). Los elegidos vendrán a Cristo cuando los cristianos proclamen la voz del Buen Pastor. Prometió que cuando sus ovejas oyen su voz, estas le seguirán (Juan 10:27). Cada vez que los cristianos siembran la semilla incorruptible de la Palabra viva de Dios, Él promete sacar la luz de la vida cuando las semillas caen en tierra fértil (1 Cor. 3:7; 1 Ped. 1:23). El éxito en la evangelización es, pues, asegurado por decreto soberano de Dios. Qué estimulante es saber que Dios hace que aquellos que Él ha elegido vengan a Él (Salmo 65:4). El hombre nunca puede desbaratar el plan predeterminado y el propósito de Dios.
La Doctrina de la Elección
La Elección, tal como se define en la Escritura, nos dice que Dios, en la eternidad pasada, antes de que todas las cosas fueran creadas, eligió a personas en particular para ser salvadas por su gracia inmerecida. Él escogió de acuerdo al buen placer soberano de su propia voluntad. Pablo escribió: “Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad” (2 Tes. 2:13). En otra epístola Pablo dijo: “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4). El Padre ha elegido a sus escogidos, para ser justificados y totalmente glorificados (Rom. 8:29-30). En un sentido general, Dios desea que todos los hombres se salven (1 Tim. 2:4). Sin embargo, decretó el salvar sólo algunos, y luego escribió su nombre en el Libro de la Vida del Cordero (Apocalipsis 17:8).
Si la elección se dejara al hombre, nadie escogería Dios. Pablo deja esto en claro, sin excepción: “No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios” (Romanos 3:11; Sal. 14:2-3). Evidentemente, los pecadores rebeldes no podían elegir a Cristo en su libre albedrío, sino que escogen a Cristo, porque Él los eligió primero a ellos (Juan 15:16). ¿Por qué Dios elige a algunos y pasar por encima a los demás? Su propósito está oculto en el consejo secreto de Su voluntad (Efesios 1:11). El propósito de Dios se ha establecido, y Él cumplirá todo por su buena voluntad (Isaías 46:10).
La Incapacidad del Hombre para Elegir a Dios
La Escritura presenta un claro contraste entre Dios quien es capaz de salvar y el hombre no lo es. La incapacidad del hombre se debe a la corrupción de su naturaleza y su rebelión y odio a Dios (Hebreos 7:25; Rom. 8:7; Ef. 2:1-7). Dios incluye a todos en sus invitaciones, pero los pecadores se excluyen a causa de su esclavitud al pecado. Su esclavitud al pecado les impide llegar a Dios. La Biblia enseña que todos nacemos muertos espiritualmente, con una naturaleza de pecado que corrompe a nuestros sentidos y los límites de nuestro “libre albedrío”. Los opositores de la elección divina lo niegan y enseñan que el hombre tiene el libre albedrío para escoger a Dios y venir a Él para la salvación. Sin embargo, la Escritura demuestra que esto es humanamente imposible. No podemos conocer a Dios (Mateo 11:27), no podemos agradar a Dios (Ro. 8:8), no podemos ver la luz del Evangelio (2 Cor. 4:4), no podemos entender las verdades espirituales (1 Cor. 2:14), y no podemos escuchar las palabras de Cristo (Juan 8:43), y no podemos venir a Jesús (Juan 6:44).
El hombre no regenerado vive en los deseos de su carne, dando rienda suelta a los deseos de la carne y de la mente, y son por naturaleza hijos de ira (Efesios 2:3). Sólo cuando Dios hace que los muertos espiritualmente cobren vida en Cristo pueden ver, oír, conocer y entender el Evangelio, y por lo tanto, ven a Jesús en la fe (Col. 2:13). Nadie puede convertirse en un hijo de Dios por su propia voluntad o por la voluntad de su carne (Juan 1:13). No hay nada que el hombre pueda hacer por su cuenta para ser adoptados en la familia de Dios. Sólo por la voluntad de Dios que alguien puede ser nacer a través de la palabra de verdad (Stgo. 1:18). “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Romanos 9:16). La elección soberana subraya no sólo la incapacidad del hombre, sino también la libertad de Dios para salvar a los pecadores de acuerdo a su propio propósito y gracia (Tito 3:5, 2 Tim. 1:9). Los que no son beneficiarios de su gracia, permanecerán en la esclavitud del pecado, cautivaos a sus propios deseos carnales y hostiles hacia Dios (Rom. 8:7).
Una Doctrina Apasionadamente Disputada
Aunque la elección divina se presenta claramente en toda la Escritura, sigue siendo una de las doctrinas más debatidas en la historia de la iglesia. Los cristianos que rechazan la doctrina bíblica de la elección lo hacen por una de las siguientes razones: 1) orgullo – creen que el hombre tiene el libre albedrío para liberarse de la esclavitud y el poder del pecado, y luego venir a Jesús, 2) un evangelismo centrado en el hombre – gozan de atribuirse el mérito de persuadir a la gente a “aceptar” a Jesús, 3) temor – se niegan a aceptar que sus seres queridos no pueden pertenecer a los elegidos, y 4) una visión distorsionada de Dios – Dicen que Dios es injusto al elegir salvar a algunos y dejar pasar a los demás. Pablo anticipando estas objeciones escribió: “Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?… ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” (Romanos 9:19-21). ¿Es el hombre tan orgulloso que, como un pecador depravado, tiene un plan mejor que un Dios infinitamente santo y eternamente justo? ¡La Escritura reprende profundamente esta idea necia! “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9). Aquellos que niegan la elección están usurpando a Dios de su control absoluto sobre su creación y el derecho a elegir a su propia familia. Consciente o inconscientemente roban a Dios de su gloria, que es una posición peligrosa de tomar.
Dios no trata a todos por igual, sino que trata a todos con justicia. Algunos reciben la justicia que se merecen, y algunos reciben la misericordia, que no merecen (Rom. 9:15). La Elección no significa que Dios escogió a algunos para ir cielo y algunos para ir al infierno. Cada pasaje de la Biblia que revela la elección divina la presenta en el contexto de la salvación y no de la condenación. En ninguna parte nadie elegido para el infierno. El único apoyo de esa opinión es la lógica humana, no la Escritura. Evidentemente, todos nosotros, merecemos el fuego eterno del infierno como el justo castigo por nuestros pecados. Las personas terminan en el infierno porque se rebelaron contra Dios y contra su Santo Creador. No es el amor del hombre por Dios, el factor de motivación detrás de alguien que se salvó, sino el admirable e insondable amor de Dios por el hombre caído (Romanos 5:8, 1 Juan 3:1). No debemos olvidar nunca que Dios es glorificado tanto cuando su justicia justa se ejecuta contra los pecadores, así como cuando Su misericordia es concedida a los elegidos. “¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado” (Apocalipsis 15:4).
La Soberanía Divina y la Responsabilidad Humana
Dios es soberano, pero Dios hizo al hombre responsable de sus actos. Para algunos, esto parece ser una paradoja. Los dos temas son a menudo colocados en oposición entre sí en lugar de armonizarlos. Ambas cosas son ciertas, y ambas se encuentran en la Palabra de Dios. Vemos que todos los hombres son responsables de lo que creen. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna… El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:16, 18). Sin embargo, también escuchamos a Jesús diciendo: “pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas” (Juan 10:26).
La armonía de estos dos temas está oculta en algún lugar de la mente infinita de Dios. Sobrepasa a la capacidad del hombre para comprender el propósito perfecto de Dios (Ecl. 11:5). Esto es bueno, porque nos da un mayor deseo de conocerlo y, a su vez, nos hace profundizar en Su Palabra. Tenemos que alabar a Dios por lo que El es y honrar a Dios por su gracia soberana.
Motivaciones para Proclamar el Evangelio
Debemos ser diligentes en proclamar el Evangelio, porque Dios se complace en salvar a los creyentes cuando su Espíritu obra en sus corazones. El cristiano fiel sabe que Dios está en control y Él nos mueve a hacer la obra que El ha preparado para nosotros. Evangelizamos porque somos enviados por Dios para reconciliar al mundo consigo mismo por Cristo. ¡Qué privilegio real es la de representar al Rey de reyes como sus embajadores a un mundo perdido y moribundo. Como Pablo, debemos “todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna” (2 Tim. 2:10). Es cierto que no sabemos quienes son los elegidos, pero sí sabemos esto: “todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13). También sabemos que la gente va a creer el Evangelio cuando el Espíritu de Verdad revele Su gloria les ilumina la Palabra.
La respuesta al “¿por qué evangelizar?” es muy simple – ¡obediencia! Dios ha encargado a Sus santos a llamar a las ovejas perdidas para el Pastor. Ya no más un estruendo de la montaña o de la zarza ardiente, Él usa a los cristianos para cumplir su tarea de llevar su Palabra a los elegidos. Para terminar, motivémonos con este pensamiento alentador: la elección divina es como una red echada en el mar – no aleja a los peces, sino que los atrae. ¡Esto debe inspirarnos a todos a sacar la red del Evangelio con mayor fidelidad para la gloria de Dios!
Mike Gendron
Proclaiming The Gospel
972 495 0485
11 octubre 2009 en 8:18 pm
Estimado Armando
Absolutamente entendible el sempiterno debate!
«Si la elección se dejara al hombre, nadie escogería Dios. Pablo deja esto en claro, sin excepción: “No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios” (Romanos 3:11; Sal. 14:2-3)»
La interpretación del párrafo anterior no da lugar a muchas dudas.
Sin embargo, unas líneas más adelante se plantea un cuestionamiento habitual a la doctrina de la Predestinación:
«La Elección no significa que Dios escogió a algunos para ir cielo y algunos para ir al infierno. Cada pasaje de la Biblia que revela la elección divina la presenta en el contexto de la salvación y no de la condenación. En ninguna parte nadie elegido para el infierno».
Pero, apelando al sentido común más que a la exégesis bíblica, resulta que no existiendo más que dos alternativas, Cielo e Infierno, quien no es predestinado para uno (Salvación-cielo), lo es automáticamente para el otro (perdición-infierno).
Allí está uno de los puntos más difíciles de entender … y de explicar.
¡Excelente artículo!
Un abrazo desde Buenos Aires
Daniel Dañeiluk
12 octubre 2009 en 1:22 pm
Es tremendo el cuestionamiento de la predestinación, pero realmente todo está bien claro, cuando nos vemos a nosotros mismos convencidos de pecado de justicia y de juicio, el Espíritu de Dios es el que nos hace que nos arrepintamos, pero este arrepentimiento viene de haber comprendido el gran amor que Dios nos ha tenido al enviar a Su Hijo Unigénito para que muriera en la cruz por los pecados de todos, y eso es bien cierto, Pablo en Romanos 5 nos habla de que Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores Cristo murió por nosotros. Si en realidad nosotros pensamos que vino solamente a los que ya ha escogido desde la fundación del mundo tal cual, entonces en vano vino Cristo o ¿No? Pero no es así, envió a Su Hijo para que puedieramos ser justificados del primer pecado cometido en la raza humana, la desobediencia que nos llevó a la muerte eterna, realmente quiere decir que esa desobediencia nos «separó» de Dios y de su naturaleza, cuando el fruto prohibido entró en la raza humana se generó una combinación de dos naturalezas, la divina y la humana, pero como ya ambos (hombre y mujer) habían comido de ese fruto del cual dijo Dios que lo comían morirían. No tiene luego mucha ciencia, solo que se mezclaron los 23 y 23 cromosomas formando genes de naturaleza pecaminosa y esta fue heredada. La misma Palabra de Dios nos dice que la maldad está en el corazón de todos los hombres y mujeres también desde su nacimiento, nótese bien. Esto nos lleva a la muerte eterna, pero como Dios es tan amoroso, benigno, bondadoso, misericordioso, no quiere que «nadie» se pierda, sino que lleguemos al arrepentimiento y tengamos vida eterna juntamente con Él. La transgresión entonces es de generación en generación, por lo cual, cuando sabemos esto, no hay excusa para arrepentirse. Dios no es caprichoso como muchos dicen que es, no, no, no. Hay dos grandes formas de pecar, una es la involuntaria, que es cuando nos hacen caer o nos meten zancadilla, y el segundo es el voluntario, caer en tentación y sabiendo las consecuencias del pecado que es muerte eterna, lo hagamos. Porque el pecado ciertamente tiene consecuencias. El Don de Gracia que ha dado Dios es: enviar al Justo, para poder Justificarnos de ese pecado, pero una vez que nos ha justificado ya no queda más justificación, porque como digo no tenemos excusa si después de haber conocido la verdad seguimos en la misma actitud. Preguntaremos entonces ¿Todos comprenderémos bien el mensaje de Salvación? La Salvación es gratuita para todos, no hay diferencia, porque hasta la náusea está en la Biblia que Dios no hace aceptción de personas, no hay tal, no, simplemente dice: Romanos 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. A los que antes conoció, observemos, el nos hizo a todos los seres humanos así que a todos nos conoce, y los predestinó para que fuesemos hechos conforme a la imagen de Cristo, y luego nos llama para justificación como ya lo hemos mencionado, si no le hacemos caso habiendo comprendido que Él es el único que justifica nuestros pecados proque ya estan todos saldados desde que Cristo murió —y esto lo digo por los que aceptan la muerte de Cristo para expiación de pecados y justificación para tener vida eterna— por nosotros y le aceptamos con único y suficiente Salvador, podemos asegurar que somos salvos y hemos pasado de muerte a vida. Una cosa importante, esta es la escencia del Evangelio de Cristo. El que no acepta esta salvación muerte eterna o condenación, y los que aceptamos gloriasamente podemos decir que seremos salvos de la ira y tendremos vida eterna. No sin antes cambiar nuestro camino torcido que llevamos a un camino derecho que Dios nos manda que llevemos, ahora no hay porque no obedecer, pues si nuevamente desobedecemos, seremos transgresores o sea pecadores voluntarios. No hay excusa, nadie que haya conocido el amor de Dios la tiene, para seguir un camino de santidad a la cual somos llamado.
Dios les bendiga.
12 octubre 2009 en 3:13 pm
Un artículo tan bueno como claro!
No obstante, me gustaría apuntar un versículo que no ha sido mencionado y que apoya igualmente la Elección, se trata de Romanos 11:25,
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles
En efecto, si resulta que Israel será endurecido hasta que haya entrado todos los gentiles, es evidente deducir que hay un número concreto de gentiles que deben entrar.
Si el número de gentiles a ser salvos estuviera abierto y dependiera de la habilidad oratoria de los predicadores a modo de ejemplo, Pablo no habría escrito jamás una frase como esa.
Por todo ello Soli Deo Gloria! y que Dios os bendiga!
5 enero 2017 en 7:17 pm
hereje
23 febrero 2018 en 12:32 am
Falso porque no leen Romano 10 ahi se viene abajo la predestinacion que es una doctrina incompleta en cambio por todo lado habla de eleccion del hombre y esto no lo hace superior a Dios, recalca que Dios es justo. 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo
10 noviembre 2018 en 2:44 am
¿Entonces que pasa con Isaías 65:1? Pablo lo menciona en Romanos 10…
Es increible como la gente pervierte las mismas palabras de DIOS amoldandolas a sus pensamientos, me da miedo realmente cuando llegue aquel día porque no habrá ningún sabelotodo ni habrá excusas.. como dijo Pablo en Romanos 3:4 Sea DIOS Veraz y todo hombre mentiroso
YO LO SE DE PRIMERA MANO!!!
Por eso escribí, a mi nadie me predicó, NADIE. Estaba en el peor momento de mi vida y solo con 17 años, ahora 19 años y ahora puedo decir que DIOS tiene misericordia de los que quiere (y no me glorío de eso, mas antes gracias a DIOS por tener misericordia de mí)
Solo sentí agarrar mi Biblia que jamás la había tocado y la tenia en un lugar donde solia poner las cosas que no tenian valor para mí, como en el trastero… y boom.
DIOS descendió para morir por TODOS, pero NO TODOS lo aceptan y se condenan solos
Nose, hay demasiados pasajes que hablan de ésto, por ejemplo cuando escogió a Jacob en vez de a Esaú, Pablo lo dijo.. Romanos 9:9 Porque la palabra de la promesa es esta: En este tiempo vendré; y tendrá Sara un hijo. 10 Y no sólo ésta, mas también Rebeca concibiendo de uno, de Isaac nuestro padre; 11 (Porque no siendo aún nacidos, los niños, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que permaneciese el propósito de Dios según la elección no por las obras, sino por el que llama); 12 A ella le fue dicho, que el mayor serviría al menor: 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. 14 ¿Qué diremos pues? ¿Que hay injusticia con Dios? ¡No lo permita Dios! 15 Porque a Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia; y me compadeceré del que me compadeceré. 16 Así que no es del que quiere; ni del que corre; sino de Dios, que hace misericordia.
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VEAN A ESTE HERMANO, DIOS LO LEVANTÓ PARA ABRIR LOS OJOS A SU PUEBLO, MUCHOS SE LLEVARÁN LA SORPRESA EN AQUEL DÍA.
10 agosto 2022 en 10:59 pm
Si Dios elegio sin base a la presciencia de saber quien aceptaria o no a Jesús su Salvador y Señor
1 que sentido tendria un juicio ?
2 La base de la fé no seria Cristo ni el evangelio , sutilmente el predestinatario sin base en la presciencia , colocaría su fe por asi llamarlo no en la obra redentora sino en la creencia que es elegido y eso es muy peligroso porque no estaria fundada en Cristo como su Salvador sino en la Doctrina de la Predestinación, es una idolatría muy sutil que direcciona la salvación no en Jesus ni su obra redentora sino en creer en la predestinación
3 las personas que creen en la predestinación sin base al previo conocomiento de Dios pasan por alto lo siguiente en el libre elección del hombre , cuando Jesús le dice a nicodemos es necesario nacer de agua y del Espiritu, significa que el Ser humano no puede elegir a Dios sin la predicación de la palabra que es el agua y es al mismo tiempo la espada del Espiritu , y es en ese momento que El Espiritu Santo le convence de Justicia , juicio y pecado y la persona decide recibir a Jesús o no!! No que el hombre pueda buscar a Dios solo, sino que Dios lo atrae con su palabra y todos somos responsables ante Dios de nuestras decisiones de escoger servir a Dios o no!
21 marzo 2023 en 8:55 am
No me respondió