Día: 20 febrero 2013
¿Por qué los Pastores Reformados no Tienen que Ser Carismáticos–2ª. Parte
¿Por qué los Pastores Reformados no Tienen que Ser Carismáticos–2ª. Parte
Por Eric Davis
En el día de ayer después , presenté algunas de las ideas falsas populares sobre el cesacionismo de la sesión de la conferencia reciente de DesiringGod, “Gracia Soberana, dones espirituales, y el Pastor: ¿Cómo debe un pastor reformado ser carismático?”
En él, el pastor Tope Koleoso afirmó que los pastores reformados “deberían” y “deben” ser también carismáticos. La mayor parte de su mensaje implico que el cesacionismo es una posición insuficiente de celebrar para pastores, ya que: temen a la obra del Espíritu Santo, predican un evangelio deficiente, es pragmático, no depende ni creen en el Espíritu Santo, y no pueden pelear correctamente en contra de Satanás y las fuerzas demoníacas (entre otras cosas). Los tres primeros conceptos erróneos se abordaron ayer. Aquí están los dos restantes:
¿Qué Son Las “Obras Muertas”?
¿Qué Son Las “Obras Muertas”?
Por Anthony Carter
Las obras muertas son las obras de nuestras manos. Se trata de obras de auto-justicia, y se le llaman apropiadamente obras “muertas” porque conducen a la muerte. Dos veces el libro de los Proverbios dice: “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” (14:12; 16:25). Nos basamos en las obras. Tomamos importancia de nuestra obra. Nos gusta el trabajo bien hecho. Y bien que debería, porque Dios nos creó para trabajar. Sin embargo, todos nuestros esfuerzos son inútiles, y por lo tanto muertos, si no apuntan a la adoración de Dios. Cualquier significado y estima que alcanzamos de nuestra obra aparte del fin de llevar gloria a Dios y establecer Su reino sobre la tierra está fuera de lugar. Tal obra sin Dios puede parecer bueno para nosotros, y hasta recibir el aplauso de los demás, pero el cielo le halla repulsivo y contaminado por el pecado. En otras palabras, a menos que hayan sido lavados en la sangre de Cristo, todos nuestros actos buenos son sin valor, inútiles, vanos, y muertos.