Día: 26 febrero 2013
Cuando Una Iglesia Pierde Su Amor
Cuando Una Iglesia Pierde Su Amor
Por Alexander Strauch
Cada iglesia local tiene su propia personalidad, identidad, distintivos, dones, y atmósfera. Estas diferencias pueden observarse en las diversas iglesias del Nuevo Testamento (Hechos 17:11). La única cualidad, sin embargo, que debe embellecer cada creyente y cada iglesia, independientemente del talento o personalidad, es el amor. Por lo tanto lo que debe ser de suma importancia para todo creyente y cada iglesia es ésto: ¿El espíritu cristiano de amor impregna el ambiente de nuestra iglesia?
La iglesia en Efeso no era una nueva iglesia. Era una iglesia sana bien establecida en la doctrina y la fe. Los creyentes de Efeso, usted puede estar seguro, asistían a la iglesia con regularidad, sabían su doctrina, celebraban la Cena del Señor, rechazaron los falsos maestros, hicieron buenas obras, llevaron a cabo sus responsabilidades, vivían una vida recta, oraban y cantaban, pero carecían de amor.
El Líder Cristiano en la Era Digital
El Líder Cristiano en la Era Digital
Por Albert Mohler
La era digital está sobre nosotros. En el lapso de menos de tres décadas, hemos redefinido la forma en que los seres humanos se comunican, entretienen, informan, investigan, crean y conectan – y lo que sabemos ahora es sólo un indicio de lo que está por venir. Pero la mayor preocupación de la iglesia no es un imperativo tecnológico, sino un imperativo del Evangelio.
El mundo digital no existía hace una generación, y ahora es un hecho fundamental de la vida. El mundo generado por el ordenador personal, Internet, medios de comunicación social, y el teléfono inteligente constituye ahora la mayor arena de la discusión y el debate público que el mundo haya conocido.
Los líderes que hablan sobre el mundo real, en oposición al mundo digital están cometiendo un error, un error de categoría. A pesar de que tenemos razón al priorizar conversaciones reales cara a cara, y encontrar comodidad y basar en las autoridades estables como el libro impreso, el mundo digital es en sí mismo un mundo real, sólo real de una manera diferente.
Amonestación: Un Lenguaje de Amor Impopular
Amonestación: Un Lenguaje de Amor Impopular
Por Tim Challies
La Amonestación, o cualquier otra clase de amor difícil, es una responsabilidad cristiana y una evidencia a menudo descuidada de la obra del Espíritu en nosotros. Tal vez por miedo a aparentar ser crítico, “más santo que tú,” o insensible, o tal vez por miedo de quemar un puente o simplemente el miedo del hombre, podemos despreciar el advertirnos unos a los otros.
Amonestación es Amar
Pero la Biblia nos enseña que la amonestación o advertencia entre sí del pecado (o el peligro del pecado) que vemos en la vida de los demás puede ser una señal de amor profundo. En el Salmo 81 vemos a un Dios amoroso amonestando a Su pueblo amado:
Tenga Cuidado con los Escritos de Watchman Nee
Tenga Cuidado con los Escritos de Watchman Nee
Por Tommy Clayton
Watchman Nee fue un pastor chino, teólogo y autor. Nació en 1903, y fue martirizado por su fe a la edad de 69 años. Los comunistas arrestaron a Nee en 1952, y pasó los siguientes veinte años encarcelado en un Campo de Trabajo Chino. A pesar de que se le ofreció libertad si él prometía abandonar el país, Nee se negó y murió en prisión en 1972. Algunos relatos dicen que murió después que las autoridades le habían cortado la lengua en un intento de detener su predicación.
Watchman no era su nombre de nacimiento, pero era como él mismo se llamó después de su ordenación al ministerio pastoral. Su abuelo era pastor, y Nee se vio a sí mismo como un guardián de la verdad de la iglesia china, lo cual principalmente hizo a través de su enseñanza y escritura.
Exponiendo las Herejías de la Iglesia Católica: El Papa
Exponiendo las Herejías de la Iglesia Católica: El Papa
Por John MacArthur
Uno de los catalizadores más importantes, a principios de la Reforma Protestante fue un libro de JanHus, un cristiano bohemio que precedió a Martin Lutero por un siglo entero. El libro fue De Ecclesia (La Iglesia), y uno de los puntos más profundos de Hus fue proclamado en el título de su capítulo cuarto: “Cristo es la única cabeza de la Iglesia.”
Hus escribió: “Ni es el papa la cabeza ni los cardenales de todo el cuerpo de la santa, universal, católica [es decir, verdadera] iglesia. Porque Cristo es la única cabeza de la iglesia.” Tras señalar que la mayoría de los líderes de la iglesia en su época en realidad despreciaban el señorío de Cristo, Hus dijo: “A tal punto bajo ha llegado el clero que odian a los que a menudo predican y llaman a Jesucristo el Señor.”