¿Creían los Santos del Antiguo Testamento en un Canon de las Escrituras?
¿Creían los Santos del Antiguo Testamento en un Canon de las Escrituras?
POR PETER GOEMAN
Desde nuestra perspectiva, a veces damos por sentado que tenemos un canon autoritativo, una colección de Escrituras inspiradas por Dios. Pero vale la pena pensar en cómo los santos del Antiguo Testamento veían la colección de escritos autoritativos. ¿Reconocían los creyentes del Antiguo Testamento una colección especializada y autoritativa de escritos? Si nos fijamos en las evidencias del Antiguo Testamento, parece que el pueblo judío reconocía ciertos escritos como autoritativos por Dios, mientras que al mismo tiempo reconocía una calidad diferente de otros escritos.
La Ley de Moisés: Una Colección Especial con Reglas Especiales
En el libro del Deuteronomio encontramos las primeras pruebas de que las Escrituras se consideraban autoritativas. Por ejemplo, Moisés ordenó a todo el pueblo que se reuniera cada siete años para escuchar «esta ley» (Dt 31:9-11). Además, Moisés ordenó a los levitas que guardaran el libro de la ley junto con el arca del pacto (Dt 31:24-26). Además, se ordenó a Israel que no se añadiera ni suprimiera nada de estas palabras (Dt 4:2; 12:32). Estos pasajes indican que el pueblo debía considerar la Escritura como autoritativa; y como autoritativa se le dio un estatus especial entre el pueblo.
Otro pasaje que indica que la ley de Moisés era considerada con un estatus de autoridad especial es Josué 8:35. Allí se nos dice que Josué leyó exhaustivamente la ley de Moisés ante el pueblo. Se nos dice que Josué añadió a esta colección autoritativa de escritos, y es posible que sus adiciones autorizadas se mantuvieran con la ley de Moisés (Jos 24:26).
Otros Ejemplos de Escritos Proféticos Especiales
Las pruebas parecen indicar que los escritos con autoridad se consideraban especiales y se guardaban en el santuario. Así lo demuestra 1 Samuel 10:25, donde Samuel escribió los derechos y deberes de la realeza y «lo puso delante del Señor», presumiblemente con los demás escritos. Otra prueba de que en el santuario se guardaban escritos de autoridad procede de2 Reyes 22, donde, tras un período oscuro en la historia de Israel, se produce un renacimiento cuando el pueblo encuentra los escritos de autoridad de Moisés en el templo (2 Reyes 22:8).
Muchos de los ejemplos anteriores se refieren a la ley de Moisés, que sin duda se consideraba un escrito autoritativo y profético. El argumento anterior lo demuestra, pero el Nuevo Testamento también demuestra que los judíos utilizaban la ley de Moisés con autoridad. Jesús cita Génesis 1 y 2 para apoyar sus argumentos sobre el matrimonio (cf. Mt 19:4-6), y la Ley se considera el paradigma de la purificación (cf. Lc 2:22-24).
Además de la autoridad de la ley de Moisés, hay pruebas de que otras obras proféticas se consideraban autorizadas inmediatamente después de su redacción. Un ejemplo es el libro de Jeremías, que indica que la profecía de Miqueas se consideraba autoritativa (Jer 26:17-19). Además, Daniel consideraba autorizada la profecía de Jeremías (Dan 9:2). Tal vez lo más fascinante del ejemplo de Daniel sea el hecho de que Jeremías estaba numerado «en los libros», lo que indica que existía una colección de escritos con autoridad.
Reflexiones Finales
Lo que estas pruebas demuestran es que muy al principio de la historia del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios concedió un estatus especial a una colección de escritos autoritativos de origen profético. Aunque había otros recursos de estos períodos (por ejemplo, el Libro de Yashar en 2 Sam 1:18; los Diarios de los Reyes en 2 Cr 16:11), el hecho de que estas fuentes no sobrevivieran indica una visión diferente de su valor en comparación con los escritos autoritativos que se guardaban en el santuario. Los santos del Antiguo Testamento eran muy conscientes de los diferentes tipos de escritos que estaban disponibles, y reconocían que ciertos escritos tenían autoridad directamente de Dios.