Día: 18 julio 2016
¿Qué Pensó Jesús de la Palabra de Dios?
¿Qué Pensó Jesús de la Palabra de Dios?
Lucas 18:31, 24:44; Juan 5:39
Por John MacArthur
¿Puede usted creer en Cristo, pero no en la autoridad e infalibilidad de la Biblia?
Usted puede intentar, pero va enfrentar los cuernos de un dilema muy real: Si usted dice que cree en Cristo, pero duda de la veracidad de la Biblia, usted está siendo inconsistente e incluso irracional. Cristo aprobó la Biblia como verdadera y fidedigna. Por lo tanto se deduce que si usted le da a Cristo un lugar de honor y autoridad en su vida, para ser coherente usted tiene que darle a la Escritura el mismo honor y autoridad.
Agradarle a Él: Nuestra Ambición Suprema
Agradarle a Él: Nuestra Ambición Suprema
Por Mike Riccardi
Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables. – 2 Corintios 5:9 –
La relación entre este versículo y el anterior es instructiva. El "por tanto" señala que esto es una consecuencia de la verdad anterior.¿Cuál es la consecuencia necesaria de tener una preferencia establecida en esta vida y estar con Cristo? ¿Cuál es la consecuencia necesaria de anhelo por comunión sin obstáculos, libre de pecado, cara a cara con Jesús? Si el disfrute abierto de la gloria de Cristo es la gran esperanza de su vida en el futuro, entonces eso significa que su ambición suprema será ser agradable a Él en el presente.
La Recuperación de la Prioridad de la Santidad Personal
La Recuperación de la Prioridad de la Santidad Personal
Por Alistair Begg
“Si la palabra no habita en nosotros con poder," escribió el puritano John Owen, “no la transmitiremos con poder” (The Works of John Owen, vol. 16, p. 76.). Este ministro piadoso personificó esta verdad en su vida personal y ministerio público hace más de tres siglos. Durante años llevó el mensaje de Jesucristo a las trincheras de una cultura tan caótica como la nuestra lidiando al mismo tiempo con la muerte de su esposa y los once de sus hijos. John Owen había no era ningún teólogo torre de marfil, sino más bien un celoso pastor que trabajaba al borde del agotamiento para promover el trabajo de los reformadores. Se le recuerda por brillar la luz del Evangelio a las arenas espiritualmente oscuras de la política y el mundo académico. Y su amor por la Escritura fue clara y enérgicamente articulada a partir de la variedad de púlpitos en la que Dios lo llamó.