El Origen del Conflicto

Por John Macarthur

Supongo que el término «conflicto» es casi sinónimo de matrimonio y familia hoy en día.

Escuchamos todo el tiempo lo opresivos que son los hombres o lo insensibles que son. Lo machistas que son. Lo abusivos e indiferentes que son. Y por otro lado, oímos tan a menudo que las mujeres son dominantes, que buscan libertades y el ejercicio de su propia voluntad, y que no quieren someterse a sus propios maridos. ¿Y a qué se debe esto? Bueno, se debe al pecado.

Podemos volver al principio y vislumbrar esto. Quiero compartir con ustedes lo que bien puede ser una interpretación de Génesis 3 digna de consideración. No puedo ser dogmático y decir que es absoluta e inequívocamente exacta. Pero es al menos una posibilidad interesante para entender de dónde viene el conflicto.

¹³Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó,^(A) y comí. ¹⁴Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. ¹⁵Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. ¹⁶A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. (Génesis 3:13-16)

La maldición que cayó sobre la raza humana como resultado de la caída en el Edén alteró significativa y dramáticamente el diseño original de Dios. Antes del pecado había una unión perfecta. No había conflicto. Adán y Eva se llevaban perfectamente. Pero entonces se introdujo el pecado, y el pecado trajo consigo el caos y el conflicto.

La maldición trajo separación entre el hombre y Dios, separación entre el hombre y la naturaleza, y finalmente, separación entre el hombre y la mujer. Y la parte clave de la maldición para nuestro tema actual está al final del versículo 16: “Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.”

Es muy posible que esa sola afirmación responda a la pregunta: “¿Por qué hay tanto conflicto entre el hombre y la mujer?”

Mirando primero al marido, dice: «Él se enseñoreará de ti.” Y la palabra señorear significa reinar. Es una palabra de soberanía. El hombre, como resultado de la maldición, va a dominarte. Y como resultado de la maldición, vas a desearlo.

¿Qué significa eso? Bueno, esa palabra deseo se usa en Génesis 4:7.

Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él..

La construcción aquí en el hebreo es exactamente paralela a Génesis 3:16. Es una construcción exactamente paralela usando la misma palabra.

¿Y qué quería hacerle el pecado a Caín? Quería aplastarlo. Quería dominarlo. Quería apoderarse de su mente y de sus acciones. El pecado quería gobernarlo. El pecado quería obligarlo a hacer ciertas cosas. El pecado quería controlarlo.

Y eso, creo, es paralelo a lo que tenemos en Génesis 3:16. Parte de la maldición es que la mujer ya no está dispuesta a someterse. Hay algo en ella que quiere controlar al hombre. Quiere usurpar la autoridad sobre su marido.

¿Por qué siempre hay un movimiento de liberación de la mujer? ¿Y por qué siempre hay machismo? Porque así es como se revela la depravación del corazón humano: en la mujer que busca gobernar y en el hombre que desea reprimir.

La mujer en su caída no está dispuesta a someterse, sino que desea controlar y ejercer su individualismo. El hombre en su caída quiere seguir siendo el rey de la montaña, y su gobierno puede ser opresivo e insensible. Así, la batalla de los sexos comenzó con la caída en Génesis 3, y los niños que llegan a la familia no hacen más que entrar en el ring durante el combate de boxeo. Cada uno lucha egoístamente por su propio terreno.

Y entonces surge la pregunta: ¿cómo puede sobrevivir un matrimonio a este tipo de conflicto? ¿Cómo puede funcionar un matrimonio y cómo pueden los niños encontrar la paz en este tipo de ambiente? ¿Cómo se puede poner fin al conflicto?

Ya hemos respondido a esa pregunta. El conflicto lo terminan dos personas que han llegado a conocer a Cristo, cuyas vidas han sido transformadas, que se caracterizan por estar llenas del Espíritu, gozosas, agradecidas y sumisas la una a la otra. La respuesta es la transformación espiritual.

La solución al conflicto en el matrimonio es espiritual. Comienza con permitir que el Espíritu Santo controle tu vida, dejando que la Palabra de Cristo more ricamente en ti, y obedeciendo al Espíritu de Dios cuando Él revela Su voluntad a través de la voluntad de Dios. Solo el poder del Espíritu Santo puede revertir la maldición en un hogar. Donde usted tiene una persona llena del Espíritu en el hogar, usted tiene esperanza.

Esta entrada se basa en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 1996, titulado “A Plan for Your Family: God’s vs. the World’s, Part 2.” Además de ser el pastor de Grace Community Church y la voz de Grace to You, el Dr. MacArthur es el rector de The Master’s University en Santa Clarita, California. Puede obtener más información sobre la TMU en http://www.masters.edu.