¿Quién es Jesús? El Camino, la Verdad y la Vida

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ESJ_BLG_202402121 - 1¿Quién es Jesús? El Camino, la Verdad y la Vida

Por Robb Brunansky

Al final del ministerio público de Jesús, Juan presenta una ventana a cómo nuestro Señor ministraba directa y exclusivamente a Sus discípulos mientras se preparaba para la cruz. Jesús dijo a sus discípulos que se iba para ir al Padre, y esta revelación preocupó a sus seguidores, llenándolos de ansiedad.

Jesús, compadecido y compasivo, recuerda a los discípulos la necesidad de creer en Dios y en Él en los momentos de angustia. Nuestro Señor también da a los discípulos una razón para esa fe tan fuerte, que se centraba en Su misión de prepararles un lugar en la casa de Su Padre.

La conclusión lógica a la que llega Jesús es que si va a preparar un lugar para los discípulos, entonces vendrá de nuevo para llevárselos a estar con Él, de modo que todos estarán juntos para siempre con Él y con el Padre. Esta promesa es la gran esperanza cristiana: el regreso de Cristo y nuestra comunión ininterrumpida y personal con nuestro Salvador en Su gloriosa presencia por toda la eternidad. Jesús quiere calmar los corazones atribulados de sus discípulos enseñándoles que la partida no es el final de la historia.

Sin embargo, al estilo clásico, los discípulos no entienden lo que Jesús quiere decir. Tomás hace una pregunta a Jesús, hablando como alguien que busca las coordenadas de un GPS. Es en respuesta a la pregunta de Tomás que obtenemos lo que quizás sea la mayor y más completa declaración que Jesús haya hecho sobre quién es Él durante su ministerio terrenal, diciendo que Él es el camino, y la verdad, y la vida.

La afirmación de Jesús aquí es el verdadero bálsamo para el alma atribulada, que nos pone cara a cara con Cristo en medio de nuestra confusión, angustia y ansiedad. Como los discípulos, nuestros corazones se sienten fácilmente abrumados por nuestras necesidades y circunstancias. Nosotros también necesitamos desesperadamente este recordatorio de quién es Jesús para calmar nuestros corazones atribulados.

En Juan 14:6, Cristo nos dice cuatro cosas acerca de quién es Él. Observar estas verdades de Su declaración en este pasaje fortalecerá nuestra fe en el Padre y en el Hijo, permitiéndonos encontrar descanso y paz cuando nuestros corazones estén atribulados.

Primero, observe que Jesús es el camino.

Dado el contexto de la pregunta de Tomás, Jesús pone esta frase en primer lugar porque recibe el énfasis inmediato. Tomás está pensando en términos impersonales: un camino es una carretera o una ruta. Jesús quiere reorientar la consideración de Tomás para que piense en el camino hacia el Padre, y no como una ruta específica que hay que tomar, sino como una persona en la que hay que confiar, es decir, Jesús mismo.

Es importante señalar que Jesús dice que Él es el camino, no simplemente un camino. Jesús no es un camino entre muchos por los que alguien pueda llegar a Dios. Sólo a través del camino abierto por la sangre de Cristo en la cruz podemos llegar al Padre, y sólo aquellos que han sido limpiados por Su sangre están adorando al Dios vivo y verdadero.

La razón por la que el hombre natural rechaza el camino es porque piensa que esta dirección es demasiado difícil y estrecha. Ven el camino estrecho, esa puerta pequeña y poco impresionante, y piensan: «Seguramente la vida no se puede encontrar entrando por la puerta de un Mesías crucificado y siguiéndolo a Dios. Seguramente la vida debe encontrarse entrando por la puerta por la que entra la mayoría de las élites intelectuales, la clase política, los líderes religiosos y la gente noble. Sin embargo, el hecho de que la mayoría de la gente rechace el camino y abra su propia senda no cambia la realidad de que Jesús es el único camino hacia el Padre.

En segundo lugar, Jesús es la verdad.

Si la declaración de Jesús de que Él es el camino es rechazada por la cultura actual por ser demasiado estrecha de miras, entonces su declaración de que Él es la verdad es incomprensible para la gente. La afirmación que Jesús hace aquí es totalmente intolerante para la mayoría de los hombres y mujeres, porque vivimos en un mundo que ha rechazado la autoridad de Dios y, por tanto, la verdad.

Jesús, sin embargo, dice que Él es la verdad; Él es la máxima autoridad que define lo que es y no es verdad. Por eso no podemos separar a Jesús de Su Palabra, como si creyéramos que Jesús es la verdad pero la Biblia tiene errores. Por eso Pablo pudo identificar el evangelio como el mensaje de la verdad en Efesios 1:13, porque es el mensaje que nos dio Jesucristo, lo que lo convierte en un mensaje verdadero. En un mundo de mentiras y engaños, en un mundo que ha rechazado la idea misma de la verdad (no simplemente que la verdad está ahí fuera), debemos insistir en que la verdad tiene un nombre, y Su nombre es Jesús.

En tercer lugar, Jesús es la vida.

A lo largo de su relato evangélico, Juan expone de varias maneras el significado de esta afirmación. Jesús es la fuente de la vida en Juan 5:26. Jesús, como Hijo de Dios, tiene vida en Sí mismo, y Su vida no es dependiente ni contingente como la nuestra. Jesús es el Creador de todo lo creado en Juan 1:3-4. Todo lo creado fue creado por Él. Todo lo que ha sido creado fue creado por la Palabra de Dios, el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo. Jesús es el dador de la vida eterna como hemos estudiado cuando Jesús se llamó a sí mismo el pan de vida, la puerta de las ovejas, el buen pastor, y la resurrección y la vida. De hecho, todas las declaraciones «Yo Soy» que Jesús ha hecho hasta este punto en el Evangelio de Juan nos conducen a esta verdad tan importante: Jesucristo es la fuente y el dador de la vida eterna para aquellos que ponen su confianza en Él.

Jesús es el camino, la verdad y la vida. Si estas cosas son verdad de Cristo, como sabemos que son, entonces sólo hay una conclusión que sacar, a saber, que Cristo es exclusivamente todo-suficiente.

Nuestro mundo odia las afirmaciones exclusivas de Cristo, y con frecuencia podemos querer evitar la ofensa de una afirmación como la que Jesús hizo aquí. Sin embargo, debemos evitar esa tentación porque la afirmación de Jesús es totalmente exclusiva. No hay otro camino a Dios más que Cristo. No hay más verdad que Cristo. No hay más vida que Cristo. Todo lo que está fuera de Cristo es una falsificación engañosa.

Si no hay otro camino a la presencia del Padre que Cristo, y no hay otra verdad que pueda salvar y santificar por Cristo, y no hay otra vida fuera de Cristo, ¿qué necesitamos que Cristo no posea? ¿Adónde podemos ir aparte de Cristo para todas nuestras necesidades en todas nuestras circunstancias?

Esta pregunta era el gran problema de los discípulos mientras Jesús los preparaba para su partida al Padre: temían que sus necesidades y circunstancias los dejaran devastados y destruidos. Jesús se dirige a ellos con esta palabra alentadora: porque Él va al Padre, y porque va a la cruz para entregar su vida y resucitar de entre los muertos, Él es exclusivamente todo suficiente. No hay necesidades ni circunstancias en las que necesitemos algo fuera de Cristo, algo más allá de Cristo, algo que Cristo no pueda dar, o algo más que Cristo. Jesús promete a sus discípulos que siempre será su Salvador y Señor todo suficiente.

Para los que están fuera de Cristo, ésta es una palabra de juicio, pero también es una palabra de invitación. Es el mandato de Jesús a los incrédulos para que se arrepientan de su incredulidad y se vuelvan a Cristo como su único Salvador y Señor, para que crean en Él, le confiesen y le sigan todos sus días.

Para los que estamos en Cristo, estas palabras son un recordatorio de que Cristo es todo lo que necesitamos. Los reformadores tenían una frase para esto, y era solus Christus, Cristo solo. Porque Cristo es suficiente para cada necesidad como nuestro Salvador exclusivo y todo suficiente, miramos hacia Él con fe en cada circunstancia y con cada necesidad. Él es el camino, Él es la verdad y Él es la vida. Nadie llega al Padre si no es a través de Él.

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