Día: 23 julio 2015
Dios Toma El Chisme Muy en Serio Y Usted También Debería
Dios Toma El Chisme Muy en Serio Y Usted También Debería
Por Chad Coley
Un pastor amigo mío una vez me contó una historia acerca de una señora en su iglesia viniendo hacia él después de haber terminado la predicación. Ella se deslizó hacia él y rápidamente dijo: “¿Sabía usted que los Smith tienen una problema con________?” Mi amigo miró y pronunció una línea clásica – que todos esperamos que no tenemos las agallas para decirlo. Él dijo: "¿Saben ellos que usted tiene un problema con el chisme?” Ella rápidamente salió corriendo …
Demasiado a menudo somos culpables de uno de los más atroces de los pecados. Para empeorar las cosas, ni siquiera pensamos en ello como si fuera pecado. Es el pecado del chisme. Nos reímos de nosotros mismos y decimo que lo estamos haciendo bastante bien. Después de todo, no estamos viviendo en la perversión sexual, no estamos robando, pasamos momentos de tranquilidad con el Señor, vamos a la iglesia, servimos el cuerpo de Cristo … Sin embargo, nos estamos engañando a nosotros mismos cuando se trata de los asuntos de la lengua.
El Gran Punto de Partida: la Palabra de Dios
El Gran Punto de Partida: la Palabra de Dios
Por Greg Bahnsen
El desacuerdo entre el creyente y el no creyente que da lugar a la necesidad de la apologética, como hemos visto en el último estudio, no es simplemente sobre puntos aislados en particular. En principio dos sistemas o perspectivas filosóficas completas entran en conflicto cuando se discute la veracidad de la fe cristiana. Es por ello que el apologista no puede estar satisfecho al discutir solamente sobre ciertos hechos (incluso aquellos hechos muy especiales conocidos como “milagros,” como la resurrección de Cristo). La argumentación de hechos puede llegar a ser necesaria, pero nunca es suficiente. Lo que uno supone ser objetivo, así como la interpretación de los hechos aceptados, se regirá por su filosofía subyacente de hechos, es decir, mediante presuposiciones más básicas, orientadas al valor, de categorización, de determinación de posibilidad, de probabilidad de clasificación, supra-empíricas y religiosamente motivadas. Por lo tanto, es en este nivel de presuposición que la obra fundamental en la defensa de la fe se tiene que hacer.