Día: 7 julio 2015
¿He cometido el pecado imperdonable?
¿He cometido el pecado imperdonable?
Por Alberto Solano July 7, 2015
No es cosa extraña el que una persona se llegue a preguntar si ha cometido el “pecado imperdonable.” Aun verdaderos creyentes podrían llegar a pensar que han cometido un pecado del cual es imposible encontrar perdón. El asesinato, la violación, el suicidio o el adulterio, todos estos han sido propuestos como candidatos para ser considerados como el “pecado imperdonable.” Aquellos que han cometido estos pecados podrían vivir una vida en desesperación, pensando que jamás podrán encontrar perdón por lo que hicieron.
Para poder formular una respuesta completa debemos primeramente responder a la siguiente pregunta:
Juan: El Apóstol Divisivo del Amor
Juan: El Apóstol Divisivo del Amor
2 Juan 9-11
Por John MacArthur
Es notable que Juan es apodado "el apóstol del amor". De hecho, escribió más que cualquier otro autor del Nuevo Testamento acerca de la importancia del amor – centrando su atención en particular al amor del cristiano por Cristo, el amor de Cristo por Su Iglesia, y el amor uno por el otro que es el sello distintivo de los verdaderos creyentes. El tema del amor fluye a través de sus escritos.
Pero el amor era una cualidad que aprendió de Cristo, no es algo que viene naturalmente a él. En sus años de juventud, era tanto un Hijo del Trueno como Santiago. Si usted se imagina a Juan como es retratado en el arte medieval –una persona mansa, suave, de piel pálida afeminado, descansando sobre el hombro de Jesús mirándolo con mirada de paloma –olvídese de esa caricatura. Era robusto y de bordes definidos, al igual que el resto de los pescadores convertidos en discípulos. Y otra vez, él era tan intolerante, ambicioso, celoso, y explosivo como su hermano mayor.
Una Búsqueda de Por Vida
Una Búsqueda de Por Vida
Por Dr. Steven J. Lawson
Convertirse en un predicador expositivo efectivo es una búsqueda de toda la vida. Martyn Lloyd-Jones dijo una vez que los predicadores nacen, no se hacen. Es decir, sólo Dios puede hacer a un predicador. Es cierto, pero los predicadores se pueden desarrollar. Una forma específica para cualquier expositor de avanzar al siguiente nivel en su predicación es observando y aprendiendo de otros predicadores dotados. En este sentido, la excelencia en el púlpito es obtenida como enseñada.