Día: 1 septiembre 2020

El Destino Del Que Nadie Quiere Hablar

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ESJ-2020 0901-002

El Destino Del Que Nadie Quiere Hablar

POR MIKE GENDRON
Hay muchos destinos que a la gente le encanta discutir, pero hay uno del que raramente se habla y que a menudo se evita, se descarta o se ignora. Es el destino que espera a la mayor parte de la población mundial cuando toman su último aliento (Mat. 7:13). La mayoría de la gente se sorprenderá y se escandalizará cuando llegue porque pensó que sus buenas acciones superaban a las malas (Mat. 7:22). Una encuesta reciente reveló que el 52% de los cristianos creen en este error fatal. Otros se sorprenderán porque pensaron que su religión los salvaría en última instancia (Mateo 23:13). Si tan sólo hubieran leído la Palabra de Dios para descubrir la verdad sobre la eternidad. Tal vez sería prudente que los cristianos hablaran más sobre el terrible destino del infierno que espera a los que están siendo engañados. Sabemos por la Palabra de Dios que el propósito del infierno es castigar al diablo, junto con sus ángeles caídos y todos los pecadores que mueren sin fe en el Señor Jesucristo (Mateo 25:41). «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él» (Juan 3:36).

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Escuchando y Proclamando las Escrituras en la Adoración

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ESJ-2020 0901-001

Escuchando y Proclamando las Escrituras en la Adoración

POR DANIEL I. BLOCK

La verdadera adoración implica actos humanos reverenciales de sumisión y homenaje ante el soberano divino en respuesta a su bondadosa revelación de sí mismo y de acuerdo con su voluntad.

Si la verdadera adoración implica actos humanos reverenciales de sumisión y homenaje ante el Soberano divino en respuesta a su bondadosa revelación de sí mismo, entonces ¿cómo se ha revelado a Sí mismo? No excluimos la posibilidad de que Dios pueda revelarse y se revele a través de experiencias providenciales, sueños, visiones o inspiración oracular; sin embargo, como norma, el conocimiento de Dios viene a través del registro escrito de la revelación pasada. Si la adoración colectiva implica una audiencia con Dios, y la verdadera adoración es la respuesta comprometida a la revelación de Dios, entonces garantizar que se produzca la comunicación divina es una prioridad importante. En las tradiciones católica romana, anglicana y luterana, la revelación se centra en el bautismo y la Eucaristía. En el protestantismo reformado y de iglesia libre, la revelación viene principalmente a través de escuchar la Palabra. Esta perspectiva solía reflejarse en la arquitectura de las iglesias, que contaban con dos púlpitos: uno más grande, a menudo elevado sobre el pueblo, desde el que se leía y proclamaba la Palabra; y otro más pequeño, desde el que se realizaban otros aspectos del servicio.[1] La disminución del lugar de las Escrituras en muchas iglesias evangélicas de hoy se refleja en: 1) la sustitución de los púlpitos que destacan el papel de los predicadores como portavoces de Dios por soportes no escritos o transparentes, para hacerlos más visibles; 2) la reducción o eliminación drástica de la lectura de las Escrituras en la adoración; (3) la sustitución de la exposición sostenida de las Escrituras por homilías cortas y temáticas; y (4) la sustitución de los himnos impregnados del lenguaje y la teología de las Escrituras por cortos musicales que pueden tomar prestadas frases bíblicas pero que son poco más que mordiscos de sonido vacíos de significado bíblico para muchos que los cantan. Leer el resto de esta entrada »