Filadelfia: Protegidos por Cristo

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ESJ_BLG_20230328 - 1Filadelfia: Protegidos por Cristo

Por John F. Macarthur

9 He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Apocalipsis 3:9-13)

Aparentemente, había una sinagoga local en Filadelfia ocupada por judíos que decían ser judíos, pero no lo eran.

Podían haber sido judíos genética, legal y ceremonialmente, pero no eran judíos espiritualmente. No eran verdaderos hijos de Dios. Y la iglesia estaba siendo golpeada por su hostilidad.

Esta iglesia está en el extremo receptor de la persecución de gente judía que odia el evangelio. Y el Señor hace una promesa asombrosa: “haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.”

Esa es la postura de un enemigo humillado y derrotado. Y creo que significa que la salvación llegó a los judíos de Filadelfia. Creo que la iglesia estaba predicando el evangelio, y Dios salvó misericordiosamente a la misma gente que la perseguía.

Hay más en el versículo 10, una promesa que es realmente notable: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.”

No sabemos qué es concretamente esa “hora de la prueba.” Podría ser una alusión histórica a algún desastre natural, alguna guerra o alguna gran persecución. Si se refiere a un evento histórico, ellos fueron guardados de la devastación de ese evento.

Pero puede haber algo más aquí porque el lenguaje es muy, muy amplio. También podría referirse a la tribulación descrita más adelante en Apocalipsis.

Veamos el versículo 10 y tomémoslo como un principio general. Básicamente dice: “Si eres un verdadero creyente y has mantenido la obediencia a la Palabra de Dios, la evidencia de la nueva vida, yo también te guardaré de la hora de la prueba que está por venir sobre el mundo entero para probar a los que moran en la tierra.” El versículo termina con la frase “los que moran en la tierra,” que se repite en el libro de Apocalipsis una media docena de veces o más, y siempre se refiere a los incrédulos.

Entonces, ¿qué es esto? No parece una simple angustia presente en la ciudad de Filadelfia. Viene sobre todos en la tierra, todos los no creyentes, pero no la iglesia fiel.

¿Es este el Espíritu Santo dándonos una mirada hacia el final de la historia de la redención cuando un tiempo de severo juicio venga sobre la tierra, un tiempo que la Biblia llama la gran tribulación, un tiempo que se nos describe comenzando en Apocalipsis 6 hasta Apocalipsis 18? Está a punto de llegar, no en el sentido de que llegue en días o semanas, sino que está próximo, es inminente, está cada día más cerca.

Entonces, ¿qué le dice Jesús a la iglesia que deben hacer? En el versículo 11, dice: “Retén lo que tienes para que nadie te quite tu corona.”

No puedes perder tu salvación, pero puedes perder tu recompensa. Puedes acumular recompensa celestial como creyente fiel, y también puedes perderla.

Entonces, esta es una pequeña iglesia con poder, lealtad, obediencia, resistencia y fidelidad. El Señor abrió las puertas de par en par y el cielo se hizo accesible – las riquezas del reino disponibles. Y esta pequeña iglesia fue usada por Dios para traer gente a esas puertas abiertas, y el Espíritu de Dios los introdujo en el reino.

Esta iglesia tuvo tal impacto evangelístico que incluso sus perseguidores judíos se inclinaron y abrazaron el evangelio que una vez persiguieron; y para personas como estas, la promesa es que escaparán de las pruebas que les esperan – pruebas que pueden haber sido de naturaleza temporal.

Pero yendo aún más lejos, sabemos que aquellos que son fieles escaparán de esa tribulación final que viene sobre el mundo entero. Y cuando el Señor venga, vendrá a recompensarlos: a darles una columna con su nombre en el templo celestial, a escribir su propio nombre en ellos, y el nombre de la ciudad de Dios, e incluso el nombre que pertenece a Cristo.

Los creyentes fieles somos de Dios. Somos de Cristo. Somos ciudadanos del cielo. Allí seremos honrados para siempre.

Es un consuelo inimaginable. Este es un mensaje que cualquier iglesia querría escuchar: “Vengo a honrarte. Vengo a protegerte. Vengo a bendecirte.” Así que el versículo 13 dice, como todos los demás: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”

El santo, verdadero, soberano, poderoso Señor sabía todo acerca de esta iglesia. Y no eran perfectos, pero eran fieles. Y El derramó los privilegios del cielo sobre ellos. El les dio la oportunidad de ser la puerta abierta para el evangelio. Prometió librarlos de la hora de la prueba. Y prometió venir pronto, llevarlos al cielo, y darles privilegios eternos. Esta es la bendición de ser una iglesia fiel.

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