John F. Macarthur

¿Requiere Dios que yo dé un diezmo de todo lo que gano?

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clip_image002[10]¿Requiere Dios que yo dé un diezmo de todo lo que gano?

Hay dos tipos de ofrenda que se enseñan consistentemente en las Escrituras: ofrendar al gobierno (que siempre fue obligatorio), y ofrendar a Dios (que siempre fue voluntario).

Sin embargo, este tema ha sido confundido en gran manera por aquellos que malinterpretan el motivo de los diezmos del Antiguo Testamento. Las ofrendas no fueron principalmente regalos para Dios, sino impuestos para financiar el presupuesto nacional de Israel.

Como Israel era una teocracia, los sacerdotes Levíticos actuaban como el gobierno civil. Así que la ofrenda Levítica (Levítico 27:30-33) fue el precursor de los impuestos de hoy, como lo era también la segunda ofrenda anual que Dios requería para el financiamiento del festival nacional (Deuteronomio14:22-29). Impuestos de menos cantidades también fueron requeridos de la gente por la ley (Levítico 19:9-10; Éxodo 23:10-11). Así que el total de las ofrendas requeridas de los Israelitas no fue diez por ciento, sino quizás más del 20 por ciento. Todo ese dinero se usaba para que funcionara la nación.

Toda la ofrenda que se daba, aparte de lo que era requerido para la nación, era totalmente voluntaria (vea Éxodo 25:2; 1 Crónicas 29:9). Cada persona ofrendaba lo que estaba en su corazón ofrendar; ningún monto fue especificado.

A creyentes del Nuevo Testamento nunca se les ordeno que ofrendaran. (Mateo 22:15-22 y Romanos 13:1-7) nos relatan, sobre la única ofrenda que fue requerida durante el tiempo de la iglesia, y esa era para pagar impuestos al gobierno. Es interesante que hoy, tanto en Estados Unidos como en otros países de l mundo, pagamos entre el 20 a 30 por ciento de nuestros ingresos al gobierno—una figura muy similar al requisito bajo la teocracia de Israel.

La directriz para nuestra ofrenda a Dios y Su obra se encuentra en 2 Corintios 9:6-7: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.”

Para estudio más profundo: Henry Tolopilo, El modelo Bíblico para ofrendar (serie en casetes).

© 2006 Grace to You –La enseñanza Bíblica de John MacArthur

Restaurando al Descalificado

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Restaurando al Descalificado

Restoring the Disqualified

Tomado de: Pulpit Magazine

pecado ¿Debería un pastor que ha cometido adulterio ser restaurado para el ministerio?

Algunos creen que el perdón de Dios debería anular las consecuencias de todo pecado. Este asunto inevitablemente surge cuando un líder cristiano quien ha caído en inmoralidad profesa arrepentimiento y luego quiere regresar a una posición de liderazgo en la iglesia. Previsiblemente, el líder caído pretextará su caso señalando que Dios le ha perdonado de su pecado, así los pecados pasados no deberían ser un factor al considerarlo para el liderazgo de la iglesia.

Pero, el requisito bíblico básico para todos los ancianos y todos los diáconos en la iglesia es que deben estar por encima de toda crítica posible (1 Tim. 3:2, 10; Tito 1:6-7). La expresión habla de la reputación pública del líder. “irreprensible” quiere decir que no hay nada del cual él pueda ser acusado. No habla de pureza total, de lo contrario nadie podría calificar. Pero un hombre que está por encima de toda posible crítica es alguien quien cuya vida no es estropeada por cualquier defecto pecaminoso obvio o escándalo que le obstaculizará al estar delante del rebaño como un ejemplo de santidad consistente.

Algunos pecados, en particular pecados sexuales escandalosos, conllevan un reproche que no puede ser borrados aun cuando la ofensa misma es perdonada (Prov. 6:32-33). El perdón restaura a la persona para una relación correcta con Dios, pero el estigma y el escándalo del pecado algunas veces permanecen. En tales casos, un hombre puede ser perdonado y pero descalificado para el liderazgo espiritual, porque su vida no ha sido un modelo de virtud piadosa.

(El artículo del hoy fue adaptado de La Libertad y el Poder del Perdón, 66-67.)

Traducido por Armando Valdez

Pragmatismo: ¿Tendencia ó Trampa?

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Pragmatismo: ¿Tendencia o Trampa?

Pragmatism: Trend or Trap?

Tomado de Pulpit Magazine

(Por John MacArthur)

trojan_horse Por la gracia de Dios, he sido el pastor de la misma iglesia por casi cuarenta años. De esa posición ventajosa, he presenciado el nacimiento y el crecimiento de tendencias amenazadoras dentro de la iglesia, algunas de las cuales han convergido bajo lo que llamaría el pragmatismo evangélico – un acercamiento hacia el ministerio que es generalizado en la cristiandad contemporánea.

¿Qué es el pragmatismo? Básicamente es una filosofía que dice que los resultados determinan el significado, la verdad, y el valor – lo que funcione se convierte en una pregunta más importante que lo que es verdad. Como cristianos, nos sentimos llamados a confiar en lo que el Señor dice, predicamos ese mensaje a los demás y le dejamos los resultados a El. Pero muchos han hecho a un lado esto. Buscando relevancia y éxito, le han dado la bienvenida a un enfoque pragmático y han recibido el caballo de Troya proverbial.

Déjeme tomar algunos minutos para explicar un poco de la historia guiándolo hasta la trinchera actual del enfoque pragmático en la iglesia evangélica y mostrarle por qué no es tan inocente como aparenta.

La Historia Reciente

Los 1970s, en su mayor parte, fueron años de avivamiento espiritual en América. La esparcimiento del evangelio a través de los campus de muchos colegios y universidades marcaron un movimiento fresco y dinámico del Espíritu Santo para llevar a las personas a la salvación en Cristo. Los bautismos masivos fueron transmitidos en ríos, lagos, y en el mar, varias versiones nuevas de la Biblia inglesa fueron lanzadas al mercado, y las publicaciones cristianas y programas radiales experimentaron un crecimiento notable.

Tristemente, el avivamiento evangélico ferviente desaceleró y fue sombreada por la avaricia y la depravación de los años ochenta y años noventa. La cultura circundante rechazó los estándares bíblicos de moralidad, y la iglesia, en vez de afirmar su cualidad distintiva y llamar al mundo al arrepentimiento, suavizó su postura sobre la santidad. El fracaso en mantener una identidad característicamente bíblica fue profunda – condujo a la apatía espiritual general y a una disminución marcada en la asistencia de la iglesia.

Los líderes de la iglesia reaccionaron a la indiferencia del mundo, no por un regreso hacia la predicación fuertemente bíblica que enfatizaba el pecado y el arrepentimiento, sino por un acercamiento pragmático para «hacer» iglesia – un acercamiento conducidos más por el mercadeo, la metodología, y el buscar resultados mas que por la doctrina bíblica. El nuevo modelo del ministerio giraba en hacer a los pecadores sentirse a gusto y cómodos en la iglesia, luego convenciéndoles de los beneficios de convertirse en un cristiano. El anterior silencio ha dejado paso a la conformidad y al apaciguamiento cultural.

Aun el ministerio de la iglesia ha cambiado por sí mismo. El entretenimiento ha secuestrado a muchos púlpitos a través del país; los enfoques contemporáneos agasajan los antojos inconstantes de los creyentes profesantes; y muchas iglesias locales se han convertido en nada menos que clubes sociales y centros comunitarios donde el enfoque está en las necesidades sentidas del individuo. Aun en la radio cristiana, programas de participación del público con llamadas telefónicas, música, y psicoterapia en vivo comienzan a reemplazar la enseñanza de la Biblia como elemento básico. «Cualquier cosa que funcione», el mantra del pragmatismo, se ha convertido en el nuevo estandarte del evangelicalismo.

La Controversia del Declive

Usted pudiera sorprenderse al enterarse de que lo que vemos ahora no es nuevo. El predicador famoso de Inglaterra, Charles Haddon Spurgeon, trató con una situación similar 100 años atrás. Entre iglesias que alguna vez fueron sólidas, Spurgeon y otros pastores fieles notaron una actitud conciliatoria hacia una cooperación abierta con el movimiento modernista. ¿Y qué motivó al compromiso? Trataron de encontrar aceptación adoptando las tendencias «sofisticadas» de la cultura. ¿Suena eso familiar para usted?

Un artículo, publicado anónimamente en la revista mensual de Spurgeon The Sword and The Trowel, notaba que cada avivamiento de la fe evangélica verdadera que había sido seguida por una generación o dos desviada de la sana doctrina, finalmente fue dirigida a una apostasía al por mayor. El autor comparó que esta dirección de la verdad hacia un declive, y así le designó «declive». El ataque del modernismo a la iglesia echaron a perder noventa por ciento de las principales denominaciones dentro de una generación a la muerte de Spurgeon. Spurgeon mismo, alguna vez el heraldo famoso y venerado de la Unión Bautista, fue marginado por la sociedad y  eventualmente se retiró de su membresía

Los Efectos del Pragmatismo

Muchos líderes de la iglesia de hoy han acogido la sutileza del pragmatismo sin reconocer los peligros que plantea. En lugar de atacar de frente la ortodoxia, el pragmatismo evangélico da servicio de labios a la verdad al mientras que silenciosamente menosprecian los fundamentos de la doctrina. En lugar de exaltar a Dios, denigran en efecto las cosas que son preciadas a El.

En primer lugar, hay en la moda hoy una tendencia de hacer el fundamento de la fe otra cosa aparte de la Palabra de Dios. La experiencia, la emoción, la moda, y la opinión popular son a menudo más autoritativas que la Biblia en determinar lo que muchos cristianos creen. Desde la revelación privada e individual a una mezcla de psicología secular con «principios» bíblicos, los cristianos escuchan la voz de la serpiente que una vez le dijo a Eva, «la Palabra de Dios no tiene todas las respuestas». La consejería cristiana refleja ese sentido, frecuentemente ofrecen nada más que una terapia experimental y antibíblica de autoayuda en lugar de respuestas sólidas de la Biblia.

La obra misionera cristiana está a menudo plagado de pragmatismo y compromiso, porque mucho en las misiones evidentemente han concluido que lo que obtiene resultados es más importante que lo que Dios dice. Eso es verdad entre iglesias locales igualmente. Se ha puesto de moda renunciar a la proclamación y la enseñanza de la Palabra de Dios en los servicios de adoración. En lugar de eso, las iglesias sirven un régimen insignificante de drama, música, y otras formas de entretenimiento.

En segundo lugar, el pragmatismo evangélico tiende a conmover el centro de la fe lejos del Hijo de Dios. Usted ha visto esto repetidamente si observa seguido la televisión religiosa. El evangelio de riqueza, salud y  prosperidad apoyado por muchos tele-evangelistas son el ejemplo máximo de esta tipo de fe de fantasía. Este evangelio falso apela imperturbablemente a la carne, corrompiendo todas las promesas de la Sagrada Escritura y alienta la avaricia. Hacen de las bendiciones materiales el objeto de los deseos del cristiano y no Jesucristo.

La fe-fácil maniobra el mensaje de manera diferente, pero el efecto es lo mismo. Es la promesa del perdón sin las demandas duras del evangelio, el mensaje perfecto para los pragmatistas. Ha hecho mucho para popularizar el «creer» pero poco para provocar una fe sincera.

Cristo ya no es el centro del mensaje. Mientras que Su nombre es mencionado de vez en cuando, el centro real es  hacia dentro, y no hacia arriba. Las personas son estimuladas a mirar hacia dentro; para intentar comprenderse; para enfrentarse con sus problemas, sus daños, sus decepciones; tener sus satisfechas sus necesidades, conceder sus deseos, sus demandas suplidas. Casi todas las versiones populares del mensaje promueven y legalizan una perspectiva egocéntrica.

En tercer lugar, hoy la Cristiandad es contagiada por una tendencia para mirar el resultado de la fe como algo menos que el estándar de Dios de vida piadosa. Derribando la importancia de vida piadosa – tanto por el precepto como por el ejemplo – la doctrina bíblica de la conversión es socavada. Piense acerca de esto: ¿Qué más pudo hacer Satanás para intentar destruir la iglesia que el socavar la Palabra de Dios, desplazando a Cristo como foco central, y minimizando la vida santa?

Todas esas cosas ocurren lentamente y firmemente dentro de la iglesia hoy mismo. Trágicamente, la mayoría de los cristianos parecen inconscientes de los problemas, satisfechos con una cristianismo que está muy de moda y altamente visible. Pero la iglesia verdadera no debe ignorar esas amenazas. Si peleamos por mantener la pureza doctrinal con un énfasis en un ministerio y predicación bíblica, podemos conquistar los ataques externos. Pero si el error es permitido en la iglesia, muchos más en las iglesias se declinarán al grado de sufrir el mismo destino que las denominaciones que oyen, pero ignoran, la súplica apasionada de Spurgeon.

Hágalo su petición habitual de oración para que el Señor eleve la autoridad de Su Palabra, la gloria de Su Hijo, y la pureza de Su pueblo en la iglesia evangélica. Que el Señor nos avive y nos manténganos lejos del terreno resbaladizo del pragmatismo.

¿Por Qué la Doctrina Tiene Importancia?

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¿Por Qué la Doctrina Tiene Importancia?

Why Doctrine Matters

 (Por John MacArthur)

Tomado de Pulpit Magazine

¿Es suficiente «creer en Jesús» en algún sentido amorfo que divorcia la «fe» de cualquier doctrina en particular acerca de él, o es la doctrina – y el contenido de nuestra fe – realmente importante después de todo?

La Sagrada Escritura explícitamente enseña que nosotros debemos ser sanos en la fe – lo que significa decir que la doctrina si tiene importancia (1 Tim. 4:6; 2 Tim. 4:2-3; Tit. 1:9; 2:1). Tiene mucha importancia.

«Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe» (1 Tim. 6:3-4,  énfasis agregado).

La sana doctrina bíblica es un aspecto necesario de la verdadera sabiduría y la fe auténtica. La actitud que desprecia la doctrina al elevar sentimientos o una confianza ciega no puede legítimamente ser llamada fe en absoluto, aun si se hace pasar por Cristianismo. Es de hecho una forma irracional de incredulidad.

Dios nos hace responsables por lo que creemos así como por el que pensamos de la verdad que él ha revelado. Toda la Sagrada Escritura da testimonio del hecho de que Dios quiere que nosotros sepamos y comprendamos la verdad. Él quiere que nosotros seamos sabios. Su voluntad es que usemos nuestras mentes. Se supone que debemos pensar, meditar, y sobre todo, tener discernimiento.

El contenido de nuestra fe es crucial. La sinceridad no es suficiente.

Considere, por ejemplo, estos versos conocidos. Note el uso repetido de palabras como verdad, conocimiento, discernimiento, sabiduría, y comprensión:

«He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría » (Sal. 51:6).

«El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;    Su loor permanece para siempre.» (Sal. 111:10).

«Enséñame buen sentido y sabiduría, Porque tus mandamientos he creído» (Sal. 119:66).

«Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.» (Prov. 2:2-6).

«Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.» (Prov. 4:7).

«Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,» (Col. 1:9)

«en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.» (Col. 2:3).

«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia,» (2 Tim. 3:16).

La Palabra de Dios deja abundantemente claro que él quiere nosotros usemos nuestras mentes. Y uno de los deberes más vitales que cada cristiano debe afrontar – especialmente en una era (como la nuestra) cuando la iglesia es invadida con ideas contradictorias y confusión espiritual – es el deber del discernimiento. Como aquellos creyentes Bereanos fieles de la Palabra (Hech. 17:11), debemos tener el cuidado de observar nuestras vidas y nuestra doctrina detenidamente (1 Tim. 4:16).

 

¿Requiere Dios que Yo de Diezmo de Todo lo que Gano?

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¿Requiere Dios que yo dé un diezmo de todo lo que gano?

Hay dos tipos de ofrenda que se enseñan consistentemente en las Escrituras: ofrendar al gobierno (que siempre fue obligatorio), y ofrendar a Dios (que siempre fue voluntario). 

Sin embargo, este tema ha sido confundido en gran manera por aquellos que malinterpretan el motivo de los diezmos del Antiguo Testamento. Las ofrendas no fueron principalmente regalos para Dios, sino impuestos para financiar el presupuesto nacional de Israel.

Como Israel era una teocracia, los sacerdotes Levíticos actuaban como el gobierno civil. Así que la ofrenda Levítica (Levítico 27:30-33) fue el precursor de los impuestos de hoy, como lo era también la segunda ofrenda anual que Dios requería para el financiamiento del festival nacional (Deuteronomio14:22-29). Impuestos de menos cantidades también fueron requeridos de la gente por la ley (Levítico 19:9-10; Éxodo 23:10-11). Así que el total de las ofrendas requeridas de los Israelitas no fue diez por ciento, sino quizás más del 20 por ciento. Todo ese dinero se usaba para que funcionara la nación.  

Toda la ofrenda que se daba, aparte de lo que era requerido para la nación, era totalmente voluntaria (vea Éxodo 25:2; 1 Crónicas 29:9). Cada persona ofrendaba lo que estaba en su corazón ofrendar; ningún monto fue especificado. 

A creyentes del Nuevo Testamento nunca se les ordeno que ofrendaran. (Mateo 22:15-22 y Romanos 13:1-7) nos relatan, sobre la única ofrenda que fue requerida durante el tiempo de la iglesia, y esa era para pagar impuestos al gobierno. Es interesante que hoy, tanto en Estados Unidos como en otros países del mundo, pagamos entre el 20 a 30 por ciento de nuestros ingresos al gobierno-una figura muy similar al requisito bajo la teocracia de Israel.

La directriz para nuestra ofrenda a Dios y Su obra se encuentra en 2 Corintios 9:6-7: «Pero esto digo: El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.»

Para estudio más profundo: Henry Tolopilo, El modelo Bíblico para ofrendar (serie en casetes).

© 2006 Grace to You -La enseñanza Bíblica de John MacArthur.

Todos los Derechos Reservados. Usado con Permiso.

Este artículo originalmente apareció Aquí en Gracia a Vosotros

Porqué Amo a la Iglesia (Conclusión)

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La Iglesia Es Una Expresión Terrenal del Cielo

Why I Love the Church (Conclusion)

Tomado de Pulpit Magazine

(Por John MacArthur)

clip_image001Aquí hay aún otra razón de las Sagradas Escrituras de por qué amo a la iglesia: Es como un cielo en la tierra. No quiero decir que la iglesia sea perfecta, o que ofrezca alguna clase de escape utópico de las realidades de un mundo pecaminoso. Pero quiero decir que la iglesia es el único lugar donde todo lo que ocurre en el cielo también ocurre en la tierra.

Cristo nos dio instrucciones para orar, “hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo” (Mat. 6:10). ¿Qué esfera es en donde esto pueda suceder? ¿En el Congreso de los Estados Unidos? Ni en sueños. ¿En la Corte Suprema? Probablemente no. ¿En la universidad? No. ¿El Ayuntamiento? No cuente con eso.

¿Dónde se lleva a cabo la voluntad de Dios en la tierra así como en el cielo? Sólo en un lugar, y eso es en la iglesia.

¿Qué sucede en el cielo? ¿Si todas las actividades del cielo fuesen conectadas a la tierra, qué actividades predominarían?

Ante todo, la adoración. En cada descripción bíblica donde los hombres de Dios tuvieron visiones del cielo, lo único que sobresale más es la adoración. La alabanza, la adoración, y la devoción son en todo tiempo constantemente ofrecidas a Dios en cielo. Lo vemos, por ejemplo, en Isaías 6:1-3, donde el profeta Isaías escribió:

“…vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos;(B) toda la tierra está llena de su gloria.”

Lo vemos en el Apocalipsis 4:8-11, donde el apóstol Juan escribió,

“Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos;(G) y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso,(H) el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”

En otras palabras, cada criatura en el cielo esta continuamente ocupada en la adoración.

La adoración es también una de las principales actividades de la iglesia. En 1 Corintios 14, donde Pablo describió lo que tuvo lugar en una reunión típica en la iglesia primitiva, escribió: “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.” (v. 26). Allí él describe las actividades cuyo diseño es tanto para adorar a Dios como para edificar a los creyentes. Y si un incrédulo viniera a la reunión, ésta es la respuesta deseada: “lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. » (v. 25).

Una segunda actividad del cielo es la exaltación de Cristo. Teniendo terminado Su obra terrenal, Cristo está ahora sentado en la diestra del Padre en la gloria en una exaltación pura (Hechos 5:31). Dios mismo ha exaltado a Su Hijo, y le ha dado un nombre que es sobre todo nombre (Fil. 2:9). Cristo es “exaltado por sobre los cielos» (Heb. 7:27). Y a lo largo de toda la eternidad estaremos ocupados exaltando Su nombre (cf. Apoc. 5:11-14). Entretanto, la iglesia es la única esfera en la tierra donde el nombre de Cristo es verdaderamente y genuinamente exaltado.

Una tercera actividad que tiene lugar en el cielo es la preservación de la pureza y la santidad. El cielo es un lugar sagrado. Apocalipsis 21:8 dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” quedan excluidos del cielo, y en lugar de esto son consignados al lago de fuego. Apocalipsis 22:14-15 acentúa la pureza perfecta de los habitantes de cielo: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.” Nadie que no sea santo es admitido en el cielo (Heb. 12:14).

Asimismo, la iglesia en la tierra esta encargada de conservar la pureza dentro de sí. Mateo 18:15-20 diseña un proceso de disciplina por la cual la iglesia debe conservar por sí misma pura, si es necesario a través de la excomunión de miembros. No es necesario en este contexto describir el proceso completo de la disciplina, pero tome nota de la promesa hecha por Cristo en el verso 18: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.”

Atar y desatar eran expresiones rabínicas que hablaban de ocuparse de la culpabilidad de las personas. Se decía que una persona impenitente estaba atada a su pecado, y que una persona arrepentida estaba desatada. Aquí Cristo sugiere esto que cuando la iglesia en la tierra siga el método correcto para la disciplina, lleva a cabo intermediariamente el veredicto del cielo en la iglesia terrenal. El cielo está conforme con su decisión. Cuando la iglesia en la tierra excomulga a un miembro impenitente, los ancianos de esa iglesia simplemente declaran lo que ya ha dicho el cielo. La disciplina de la iglesia es por consiguiente una expresión terrenal de la santidad del cielo.

Otra actividad del cielo que ocurre en la iglesia es la comunión de los santos. Nuestra comunión en la iglesia en la tierra es una anticipación de la comunión perfecta que disfrutaremos en el cielo.

La iglesia, entonces, es como una expresión terrenal del cielo. Es lo más cercano que podemos llegar al cielo en la tierra.

Se habla mucho en estos días acerca de las iglesias del “consumidor-amigable”. Los expertos sobre crecimiento de la iglesia aconsejan a los líderes de la iglesia a intentar proveer una atmósfera en la cual las personas “sin iglesia” se puedan sentir a gusto y en casa. Eso me da la apariencia de ser un enfoque completamente erróneo de la iglesia. Las personas “sin iglesia” que vienen a nuestro compañerismo salen diciendo a sí mismo, ¡nunca he visto algo como esto en la tierra! Si se marchan pensando, ¡Ah, eso se sintió bien¡. Eso fue muy familiar – entonces algo está seriamente mal. La iglesia debería ser como una exhibición preliminar de cielo.

El apóstol Pablo escribió de “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Tim. 3:15). Más que alguna otra institución en la tierra, la iglesia es donde la verdad de Dios es defendida. La iglesia es llamada para alzar la verdad y tenerla muy en alto. Utilizando la verdad como un arma, debemos hacer pedazos las fortalezas ideológicas de las mentiras de Satanás (2 Cor. 10:3-5). Y es en la búsqueda de esa meta que la iglesia finalmente logrará su máximo triunfo.

Por todo por esto es que amo a la iglesia. Y en tanto que el Señor me de aliento, espero invertir mi vida y mis energías en el ministerio y en el avance de la misión de la iglesia.

Traducido por Armando Valdez

Por Que Amo a la Iglesia (Parte 4)

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Por Qué Amo A la Iglesia (Parte 4)

Why I Love the Church (Part 4)

(Por John MacArthur)

Tomado de Pulpit Magazine

La Iglesia Es la Realidad Más Preciosa en la Tierra

clip_image001 Hay una tercera razón bíblica de por que amo la iglesia: Es la cosa más preciosa en esta tierra – más preciosa que la plata, o el oro, o algún otro activo terrenal.

¿Qué tan preciosa es la iglesia? Demandó el precio más alto que alguna vez haya pagado por cualquier cosa. “Usted ha sido comprado por un precio” (1 Cor. 6:20). ¿Cuál precio? “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” (1 Pedro, 1:18-19). En Hechos 20:28 se refiere a la iglesia que “él ganó por su propia sangre”.

La iglesia es tan preciosa que el Hijo de Dios estaba dispuesto a sufrir las agonías de la cruz y a morir en obediencia para con el Padre a fin de que este regalo eterno de amor pudiese hacerse una realidad. El apóstol Pablo le recordó a los corintios de esta gran realidad: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” (2 Cor. 8:9). Ese verso no tiene nada que ver con las riquezas terrenales o cosas materiales. Cristo era rico como Dios es rico – rico en gloría (cf. Juan 17:5). Ni es una pobreza en el sentido de una pobreza terrenal. Cristo se deshizo de Su gloria. Él vino de una deidad sobrenatural soberana, para tomar sobre si mismo la forma de siervo – y finalmente para una muerte en la cruz en la cual toda la fuerza de la ira divina fue derramada en él (Col. 2:6-8).

Así pues, el valor precioso de la iglesia se ve aquí en el precio que se estaba pagando, cuando el que fue tan rico como Dios en la plenitud de gloria, se volvió tan pobre como alguien distanciado de de Dios (cf. Mat. 27:46).

Y, para regresar al punto de 2 Corintios 8:9, Cristo hizo esto para que pudiésemos hacernos ricos. Su muerte nos hizo herederos de Dios y co-herederos con Cristo (Rom. 8:17). En otras palabras, al ceder Sus riquezas divinas, Cristo hizo posible que la iglesia tomara parte de esas riquezas. Eso hace a la iglesia la cosa más preciosa en la tierra.

Traducido por Armando Valdez

Porque Amo a la Iglesia (Parte 3)

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Por Qué Amo A la Iglesia (Parte 3)

Why I Love the Church (Part 3)

(Por John MacArthur)

Tomado de Pulpit Magazine

La Iglesia Es el Resultado de un Plan Eterno

clip_image001 En Tito 1:2, el apóstol Pablo escribe de la “la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos”. En este contexto, el apóstol Pablo describía su ministerio, un ministerio de evangelismo y salvación “conforme a la fe de los escogidos de Dios” – la iglesia (v. 1).

Y como Pablo describe su ministerio, él esboza el propósito redentor de Dios, de la elección (“los escogidos de Dios” v. 1), para la salvación (“el conocimiento de la verdad,” v. 1), para la santificación (“en la esperanza de la vida eterna,” v.1 («que es de acuerdo a la santidad,» v.1), para la gloria final. 2). Todo esto es obra de Dios (cf. Rom. 8:29-30), algo que él “prometió desde antes del principio de los siglos”.

En otras palabras, en la pasada eternidad, antes de que cualquier cosa fuese creada – antes de que el tiempo comenzase – Dios determinó comenzar y terminar Su plan redentor. Las personas estaban escogidas. Sus nombres estaban por escrito que podrían ser traídos a la fe, para la santidad, y para glorificarse. Dios «lo prometió» esto antes de que el tiempo comenzase.

¿A quién hizo Dios la promesa? Esto estaba antes del tiempo, y por consiguiente antes de la creación. Así que no existían aun las personas u otras criaturas entonces. ¿A quién, entonces, hizo Dios esta promesa?

Encontramos la respuesta en 2 Timoteo 1:9. Allí leemos que Dios “con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” . Ese verso finaliza con la misma frase que encontramos en Tito 1:2: “Antes del principio de los siglos”. Y aquí el apóstol dice que el eterno propósito de Dios – esta misma promesa que estaba hecho antes del comienzo de los tiempos – nos fue dado en Cristo Jesús». El compromiso eterno de nuestra salvación, el convenio divino de redención, implicó una promesa hecha por el Padre para el Hijo de Dios antes de que el tiempo comenzara.

Ésta es una realidad asombrosa. En el misterio de la Trinidad que vemos que hay un amor inefable y eterno entre los Miembros de la Trinidad. Jesús se refiere a esto en Su gran oración sacerdotal: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.” (Juan 17:24).

Ese amor debe encontrar una expresión. El amor verdadero siempre busca formas de darse. Y en una comprobación de Su amor perfecto para con Su Hijo, el Padre hizo un compromiso para el Hijo de Dios. ¿Y cuál fue ese compromiso? Él le prometió al Hijo de Dios personas redimidas – justificados, santificados, y glorificados. Él prometió traer a los redimidos a la gloria, para que pudiesen morar en el mismo lugar donde el Padre y el Hijo han morado desde entonces antes de que el tiempo comenzara – el mismo reino de Dios. Y este cuerpo humano colectivo de los llamados – un pueblo para Su nombre (Hechos 15:14) de cada tribu, pueblo, lengua y nación. (Apoc. 13:7) – formarían un templo vivo para el Espíritu Santo (Efes. 2:21-22), convirtiéndose en el mismo lugar de la morada de Dios.

Esa es la promesa eterna que el Padre hizo para el Hijo de Dios. ¿Por qué? Como una expresión de Su amor. Lo redimidos de la humanidad, entonces, son un regalo de generación en generación.

Con esto en mente, considere las palabras de Jesús en Juan 6:37 “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.”. Eso, una vez más, afirma la invencibilidad absoluta de la iglesia. Cada individuo que sea redimido – a cada uno que se le el regalo de fe, el perdón, y la justificación delante de Dios por la gracia – es un el regalo de amor del Padre para el Hijo de Dios. Y no uno de ellos podrá en ser echado. ¿Aceptaría Cristo un regalo de amor de Su Padre?

Además, la importancia de la doctrina de elección emerge de todo esto. Los redimidos son escogidos y dados para el Hijo de Dios por el Padre como un regalo. Si es un creyente, no lo es porque usted es más listo que sus vecinos incrédulos. Usted no se vino a la fe a través de su ingeniosidad. Usted fue atraído a Cristo por el Padre Eterno (Juan 6:44, 65). Y cada individuo que venga a la fe está llevado por Dios y es recibido como una dádiva de amor del Padre para el Hijo de Dios, como parte de un pueblo redimido – la iglesia – ofrecidas al Hijo de Dios antes de que el tiempo comenzara.

El significado completo del propósito eterno de Dios se hace más claro en su estado actual revelado a nosotros en el libro de Apocalipsis. De allí tomamos un destello del cielo, y ¿qué es lo que usted supone que hace allí la iglesia triunfante? ¿Qué ocupación tienen los santos glorificados a todo lo largo de la eternidad? Adoran y glorifican al Cordero, alabándole y sirviéndole – y aun reinando con él (Apocalipsis. 22:3-5). El cuerpo humano colectivo es descrito como Su prometida, pura e inmaculada y vestida lino fino blanco (Apoc. 19:7-8). Morando con El eternamente donde no hay noche, ni lágrimas, ni ningún pesar, y ningún dolor (21:4). Y le glorifican y le sirven al Cordero por siempre. Esa es la plenitud del propósito de Dios; Esa es la razón por la que la iglesia es Su regalo hacia Su Hijo.

Ahora esta promesa eterna implicó una promesa recíproca del Hijo de Dios para el Padre. La redención no estaba al lado de ningún instrumento de trabajo del Padre a solas. Para lograr el plan divino, el Hijo de Dios tendría que entrar en el mundo como miembro de la raza humana y pagar las consecuencias por el pecado. Y el Hijo de Dios se sometió completamente a la voluntad del Padre. Eso es lo que quiso decir Jesús en Juan 6:38-39: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”

La redención del pecado no podría ser comprada por sacrificios animales o de alguna otra manera. Por eso el Hijo de Dios vino a la tierra para el propósito expreso de morir por el pecado. Su sacrificio en la cruz fue un acto de sumisión hacia la voluntad del Padre. En Hebreos 10:4-9 menciona este mismo punto:

…porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.

Así es que el Hijo de Dios se sometió a la voluntad del Padre, demostrando Su amor para con el Padre. Y el edificio de la iglesia es por consiguiente no sólo la expresión de amor del Padre para con el Hijo de Dios, sino que también la expresión del Hijo de Dios de amor para con el Padre.

Todo esto significa que la iglesia es algo tan monumental, tan vasta, tan trascendente, que nuestras mentes pobres apenas pueden comenzar a apreciar su significado en el plan eterno de Dios. Nuestra salvación como individuos es casi incidental. La meta verdadera del plan de Dios no es meramente para llevarnos al cielo. Sino el drama de nuestra salvación tiene un propósito aun más grandioso: Es una expresión de amor eterno dentro de la Trinidad. Somos sólo el regalo.

Hay una cosa más digna de notar más sobre el plan eterno del Padre acerca de la iglesia. Romanos 8:29 dice que a los que el Padre eligió para darle al Hijo de Dios él también los predestinó a ser conformados a la imagen del Hijo de Dios. No sólo que él los justificaría, los santificaría, los glorificaría, y los llevaría al cielo para que para siempre jamás y pudieran decir, «digno es el Cordero» – sino que El también determinó que se harían como el Hijo de Dios. Tanto como sea posible que parezca para una humanidad finita asemejarse a una deidad encarnada, seremos como Jesucristo. Esto es “a fin de que él sería el (prototokos) primogénito entre muchos hermanos» (Rom. 8:29). Prototokos se refiere no a alguien que nació primero en una cronología, sino el primero en el rango de una clase. En otras palabras, Cristo es lo supremo sobre una hermandad entera de personas que son como El.

Nuestra glorificación instantáneamente nos transformará en la semejanza de Cristo. Juan escribió, “pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Juan 3:2). Pablo le dice a los Gálatas, “hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Galatas. 4:19). Estamos siendo conformados a la imagen de Cristo. Y las buenas noticias son que esta meta será lograda. La iglesia emergerá de todas sus pruebas triunfante, gloriosa, inmaculadamente formadas con el fin de conocer a su novio.

¿Cómo no podemos gozarnos con esta perspectiva? ¿Cómo pueden ser apáticos los cristianos acerca de la iglesia?

Un nuevo cristiano exuberante se puso de pie para dar un testimonio en una reunión pública. Él había notado que la congregación, en su mayor parte de creyentes mayores, parecían haber perdido el gozo de su salvación. Él dijo simplemente, “Esta semana leeré el fin del libro, y ¿sabe qué? ¡Al final, ganamos!” Esa es una perspectiva bastante buena de la escatología. La iglesia finalmente es invencible. Los propósitos de Dios no pueden ser frustrados.

Hay una conclusión fascinante en todo esto. Pablo lo describe en 1 Corintios 15:24-28:

Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Describa la escena. Todos los enemigos de Cristo serán destruidos y derrotados. Todas las cosas serán colocadas en sometimiento para el Hijo de Dios. El Padre le ha dado a El el gran regalo de amor, la iglesia, para ser su prometida y para estar sometida a El. Cristo está en el trono. Todas las cosas le están ahora sujetas – excepto el Padre, quien puso todas las cosas bajo Su Hijo. “Entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos” (v. 28).

En otras palabras, cuando el Hijo de Dios lleve la iglesia a la gloria y el Padre se los de al Hijo de Dios como Su regalo eterno de amor, entonces el Hijo dará la vuelta y dará a El todo, incluyéndose El mismo, de nuevo al Padre.

Ésta es una mirada impactante de nuestro futuro. Éste es el plan de Dios para la iglesia. Somos un pueblo llamado para Su nombre, redimido, y conformado a la imagen de Su Hijo, hecho para ser una expresión inmensa, incomprensible, incomparable de amor entre las Personas de la Trinidad. La iglesia es un regalo que es intercambiado. Éste es el plan eterno de Dios para la iglesia. Debemos estar profundamente agradecidos, entusiasmados y emocionados de ser parte de ella.

Traducido por Armando Valdez

Porque Amo a la Iglesia (Parte 2)

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La Iglesia Está Siendo Edificada por el Señor Mismo

Por John Macarthur

Why I Love the Church (Part 2)

Tomado de Pulpit Magazine

clip_image001 La iglesia es la contraparte de Nuevo Testamento del Templo del Antiguo Testamento. No estoy refiriéndome a un edificio de iglesia, sino al cuerpo humano de todos los verdaderos creyentes.

Es un edificio espiritual (1 Pedro 2:5), el lugar de residencia del Espíritu Santo (1 Cor. 3:16-17; 2 Cor. 6:16), el lugar donde la gloria de Dios es manifestada más claramente en la tierra, el núcleo correcto y el punto focal del culto de la vida espiritual y la adoración para la comunidad de los redimidos.

Dios mismo es el arquitecto y el constructor de este templo. En Efesios 2:19-22, Pablo escribe,

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Es imposible exagerar la importancia de la iglesia en el plan eterno de Dios. La iglesia es Su edificio (1 Cor. 3:9). Además, él es el Señor inmutable, soberano, omnipotente del cielo. Su Palabra no puede regresar vacía sino que sino siempre cumplirá lo que El diga (Isa. 55:11). Él es siempre fiel y no se puede negar a sí mismo (2 Tim. 2:13). Su propósito soberano siempre se llevará a cabo, y Su voluntad finalmente se cumplirá (Isa. 46:10). Su plan es invencible e inconmovible, y llevará a cabo todo lo que él ha hablado (v. 11). Y él ha hablado de edificar la iglesia en las palabras más triunfantes.

Por ejemplo, en Mateo 16:18 Cristo dicho, “edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Él conoce por nombre a Sus ovejas (Juan 10:3) – El escribió sus nombres desde antes de la fundación de mundo. (Apoc. 13:8) – El personalmente garantiza que las puertas del Hades no prevalecerán en contra de la iglesia que El edifica.

«Las puertas del Hades» era una expresión del judío para la muerte. El Hades es el lugar de los muertos, y las puertas del Hades representan el portal en ese lugar – la muerte misma. El Hades es también el dominio del diablo. Hebreos 2:14 se refiere a Satanás como el mismo «que tuvo el poder de muerte,» y el verso 15 dice que utiliza ese poder para mantener a las personas en el miedo y en esclavitud todas sus vidas. Pero ahora Cristo ha quebrantado ese poder, y ha liberado a Su pueblo del dominio de Satanás – en esencia, El ha derribado las puertas del Hades. Y por consiguiente el poder de muerte – el arma más firme que Satanás esgrime – no puede impedir el triunfo final de la iglesia que El edifica.

Aun hay más significado para el simbolismo “las puertas de Hades”. Las puertas son las medidas preventivas más defensivas y vitales de una ciudad amurallada. Las palabras de Cristo por consiguiente ilustran a la iglesia combatiente, asaltando las mismas puertas del infierno, salvando victoriosamente a personas del poder de la muerte. De esta manera Cristo asegura el triunfo de la misión evangelística de la iglesia. Él edifica la iglesia, y la obra no será frustrada.

La promesa de Cristo en este pasaje no debería ser malinterpretada. Él no sugiere que cualquier iglesia en particular será infalible. Él no enseña que cualquier de los obispos de la iglesia será libre del error. Él no garantiza que esta o aquella iglesia individual no apostatará. Él no le promete éxito y prosperidad a cada congregación. Pero El garantiza que la iglesia – el cuerpo universal de creyentes bajo la dirección de Cristo – el esposo, el cuerpo y la plenitud de Aquel que lo llena todo –será un ser visible y un testimonio en este mundo en tanto que este mundo dure. Y todos los enemigos de la verdad juntos nunca conseguirán derrotar o destruir a la iglesia.

Note también que la iglesia es una obra en curso. Cristo aun edifica Su iglesia. Estamos aún siendo unidos (Efes. 2:21). La iglesia está todavía bajo construcción (v. 22). Dios aun no la tiene terminada. Las imperfecciones y las manchas en la iglesia visible están todavía siendo refinadas por el Maestro de Obras.

Y aquí hay algo notable: El plan para el producto terminado es una diseño que se trazó en la eternidad pasada.

Traducido por Armando Valdez

Porqué Amo a la Iglesia

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Por Qué Amo A la Iglesia (Parte 1)

Why I Love the Church (Part 1)

Tomado de Pulpit Magazine

(Por John MacArthur)

Nota de la redacción: Corrimos esta serie de artículos aproximadamente hace un año en el Púlpito. Sin embargo, a consecuencia del artículo y el debate de ayer, parece apropiado que esta serie aparezca de nuevo. Esperamos que disfrute al recordarle estas grandes verdades.

clip_image001Un joven pensando en convertirse al Catolicismo Romano me escribió para explicarme por qué él pensaba en salirse del protestantismo:

“Los protestantes no parecen apreciar a la Iglesia. La Biblia describe a la Iglesia como una institución que Cristo fundó y amó. La Iglesia es todo para los católicos; y no es nada para la mayoría de mis amigos protestantes.”

De manera, en la publicación del 15 de julio de 1998 de Christianity Today (Cristiandad Hoy) incluyó un artículo por Timothy George, decano de Beeson Divinity School en Samford University: «Lo Que Me Gustaría Decirle al Papa Acerca de la Iglesia». El subtítulo del artículo: “Respondiendo a las principales críticas de los Católicos que tienen en contra de los evangélicos: Que no tenemos doctrina de la iglesia”. El Dr. George citado de un sermón por Dietrich Bonhoeffer, en el cual Bonhoeffer notó que la palabra iglesia “suena a los protestantes como una frase muy infinitamente común, más o menos indiferente y superflua, que no hace que su corazón lata mas fuerte; algo a lo cual muchas veces se le asocia con un sentido de aburrimiento”.

Seamos honestos: Hay también mucha verdad en esas críticas para descartarlos ligeramente. Los evangélicos son muy propensos a la indiferencia acerca de la iglesia. Algunos evangélicos viven al margen de la iglesia, asistiendo y observando sin que nunca realmente se conviertan en parte integral del cuerpo. Muchos que profesan fe en Cristo permanecen completamente apáticos acerca de la iglesia. Como el autor que Michael Griffiths notó:

“Una proporción alta de personas que “van a la iglesia” ha olvidado de que se trata todo. Todas las semanas asisten a los servicios en un edificio especial y experimentan su rutina particular, avalada por el tiempo, pero consideran poco el propósito de lo que están haciendo. La Biblia habla acerca de lo «la novia de Cristo» pero la iglesia hoy tiene la apariencia de una Cenicienta harapienta. Necesita reafirmar los elementos no negociables y esenciales que Dios diseñó para ser comprometida”. [God ‘s forgetful Pilgrims ( Grand Rapids : Eerdmans, 1978 )]

Él está en lo correcto. Peor aún, sé de personas de tiempo completo en el servicio cristiano, empleado por organizaciones evangélicas paraeclesiásticas, quienes no tienen ninguna intervención en absoluto con alguna iglesia local. Esto es para vergüenza del movimiento enteramente evangélico.

Por supuesto, el remedio para la apatía evangélica acerca de la iglesia no es un regreso a la eclesiología torcida y extrabíblica de la Iglesia Católica Romana. Los protestantes evangélicos deben acercarse a la eclesiología de la misma manera que la soteriología -desde la perspectiva de la Sagrada Escritura solamente. Desafortunadamente aun entre muchos protestantes, muchos de los conceptos populares acerca de la iglesia están cargados de tradiciones humanas, supersticiones, y otros remanentes de la Iglesia Católica medieval. La Sagrada Escritura a solas puede darnos una apreciación y entendimiento sano del verdadero papel y naturaleza de la iglesia.

Amo la iglesia. Soy amante empedernido e incurable de la iglesia. Me emociona más allá de toda expresión servir a la Iglesia. Aunque estoy también involucrado en algunos ministerios paraeclesiásticos, no intercambiaría mi ministerio en la iglesia para todos ellos juntos. La iglesia lleva el primer lugar en mis prioridades de ministerio, y todos los ministerios paraeclesiásticos a los que sirvo están subordinados, y crecen de mi ministerio en la iglesia.

De hecho, mi vida entera ha sido en la iglesia. Mi papá fue un pastor, como lo fueron mis abuelos por tres generaciones más antes de él. Así es que un amor profundo por la iglesia prácticamente corre en mi sangre.

En una serie breve de artículos próximos, voy a esbozar algunas razones bíblicas por las que amo a la iglesia.

Traducido por Armando Valdez

¿Pueden los Cristianos Ser Poseídos por Demonios?

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¿Pueden Los Cristianos se Poseídos por Demonios?

Tomado de Pulpit Magazine
Can Christians Become Demon-Possessed?

Posted: 23 May 2008 01:47 AM CDT

clip_image001(Por John MacArthur)

Debemos recordar, primero que nada, que la Palabra de Dios es nuestra única fuente confiable de verdad acerca de Satanás y los demonios.

El erudito y teólogo de Princeton Dr. Charles Hodge correctamente advirtió:

Ninguna cantidad de aprendizaje, ni superioridad de talento, ni aun la pretensión a la inspiración, puede justificar un alejamiento de… las verdades enseñadas por hombres cuya inspiración Dios ha testificado. Todos los maestros deben ser llevados a este estándar; y aun si un ángel del cielo enseñare algo contrario a las Escrituras, este debe ser considerado anatema, Gal. 1:8. Es un asunto de gratitud constante que tengamos tal estándar mediante el cual probar a los espíritu si son o no de Dios (Comentario sobre la Epístola a los Romanos [Grand Rapids: Eerdmans, 1972], p. 395).

¿Que dice la Palabra de Dios, la piedra de toque de la verdad? ¿Pueden los demonios habitar o morar espacialmente en un verdadero creyente? ¿Pueden pasar a través de una puerta abierta y convertirse en un ocupante ilegal? Los proponentes de hoy del movimiento de guerra espiritual dicen que sí, pero ellos basan sus respuestas sobre experiencias subjetivas, y no de la Palabra de Dios. La Biblia deja en claro que tal afirmación no tiene base justificable.

No hay ningún ejemplo claro en la Biblia donde un demonio haya alguna vez habitado o invadido a un verdadero creyente. Nunca en las epístolas del Nuevo Testamento son advertidos a los creyentes acerca de la posibilidad de ser habitados por demonios. Ni vemos a ninguno reprendiendo, obligando, o echando demonios fuera de un verdadero creyente. Las epístolas nunca instruyen a los creyentes a echar fuera demonios, ya sea de un creyente o de un incrédulo. Cristo y los apóstoles fueron los único quienes echaron fuera demonios, y en cada ejemplo las personas posesionadas por demonios fueron incrédulos.

La enseñanza colectiva de la Escritura es que los demonios nunca pueden morar espacialmente dentro de un verdadero creyente. Una clara implicación de 2 Corintios 6, por ejemplo, es que el Espíritu Santo no puede cohabitar junto con demonios:

¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo” (vv. 15-16).

En Colosenses 1:13, Pablo dice que Dios “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”. La salvación nos lleva a una verdadera liberación y protección de Satanás. En Romanos 8:37, Pablo dice que conquistamos de forma aplastante a través de Cristo. En 1 Corintios 15:57, él dice que Dios nos lleva en victoria. En 2 Corintios 2:14, el dice que Dios siempre nos lleva en triunfo. En 1 Juan 2:13, Juan dice que hemos vencido al maligno. Y en 4:4, el dice que el Espíritu Santo que esta en nosotros es mas mayor que Satanás. ¿Cómo puede alguien afirmar estas verdades gloriosas, y aun cree que los demonios pueden morar dentro de un creyente genuino?

POSESION DEMONIACA Y LA VERDADERA CONVERSION

Muchas de las voces principales dentro del movimiento de guerra espiritual de hoy son muy rápidas en granizar cada profesión de fe en Cristo como prueba de la salvación. Esto refleja la creencia-fácil que ha barrido esta generación.

Una comprensión cuidadosa de la doctrina de la conversión deja en claro que los demonios no pueden habitar nunca o poseer a un creyente. Jonathan Edwards escribe acerca de la verdadera conversión:

La Escrituras describen la conversión en términos que implican o significan un cambio de naturaleza: nacer de nuevo, ser nuevas criaturas, levantándose de los muertos, ser renovados en el espíritu de la mente, morir al pecado y vivir para la justicia, dejar al antiguo hombre y vestir se del nuevo, ser participantes de la naturaleza divina, etc..

Continúa diciendo que si no hay un verdadero cambio duradero en las personas que creen que son convertidas, su religión es vana, no importa la experiencia que haya tenido. La conversión es un volverse de todo el hombre del pecado a Dios. Dios puede refrenar a gente inconversable pecado, claro, pero en la conversión el se vuelve de corazón y naturaleza del pecado a la santidad. La persona convertida se vuelve enemigo del pecado.

¿Qué, entonces hace que una persona que dice que ha experimentado la conversión, peor cuyas emociones religiosas pronto mueran, dejándolo en la misma persona que era antes? El parece tan egoísta, mundano, insensato, perverso y poco cristiano como nunca. Esto habla fuerte en contra de él que cualquier experiencia religiosa que pudiera hablar por el.

En Cristo Jesús, ni la circuncisión o la incircuncisión, ni una experiencia dramática ni reservada, ni un testimonio maravilloso o embotado cuenta para nada. La única cosa que cuenta es una nueva creación (The Experience That Counts! p. 99).

En Mateo 12, Cristo reprendió a aquellos quienes le seguían solo por presenciar grandes señales y prodigios:

Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación (vv. 43-45).

En lugar de responder con señales y prodigios espectaculares, Cristo señaló su necesidad de salvación. Muchas personas aparentan tener sus vidas en orden. Pero en realidad, no han confiado en Cristo como Salvador y Señor. Sus almas aun están “desocupadas” –esto es, el Espíritu Santo aun no mora en ellos. Aun están abiertos a una invasión demoníaca. Esto no puede ser cierto en aquellos cuyos cuerpos son templos del Espíritu Santo (cf. 2 Cor. 6:16)

De acuerdo a 1 Pedro 1:5, cuando Cristo reina en la vida personal, esa persona es guardada por el poder de Dios. Como resultado: “el maligno no lo toca” (1 Juan 5:18). Cuando el Espíritu Santo habita en una persona, ningún demonio puede establecer la casa como ocupante. El morar de los demonios es solo una evidencia de una falta de salvación genuina.

(Para más acerca de lo que La Biblia dice acerca de Satanás y los Demonios, ve el libro de John Macarthur Equipados Para la Batalla .

¿Cómo Elegir Una Nueva Iglesia?

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¿Qué cosas debo buscar al elegir una nueva iglesia?

Escuchamos respecto al elegir la compra de una casa que es una de las decisiones mas importantes que una persona pudiera tomar. En este mundo temporal puede ser cierto. Sin embargo, elegir donde usted y sus hijos aprenderán las cosas de Dios y servir al Señor Jesucristo tiene ramificaciones eternas. Cada semana en Gracia a Vosotros recibimos cartas de personas pidiendo que les recomendemos una buena iglesia en su área. Estas peticiones indican tres tipos de persona buscando tomar una sabia decisión: Aquellos quienes se van a mudar o se están mudando, nuevos creyentes buscando elegir una buena iglesia y aquellos cuya iglesia actual se ha apartado de los principios bíblicos. Tales circunstancias nos fuerzan a considerar que es lo realmente importante en una iglesia.

¿Es Esta Iglesia Adecuada Para Mí?

¿Cual es el criterio bíblico que necesita para estar consciente de cuando considerar una nueva iglesia? Comparemos la búsqueda de una iglesia con la búsqueda de una casa nueva. Cuando buscamos una casa, las personas típicamente preguntan: ¿Cuánto cuesta? ¿Cumple las necesidades de la familia? ¿Qué tan bien esta construida? ¿Qué clase de vecinos hay? ¿Tiene una atmósfera cálida y hogareña? ¿Es propicia para la hospitalidad? Similarmente, antes de elegir una nueva iglesia usted necesita considerara su fundamento, estructura, función y entorno.

Antes de que consideremos estos componentes importantes, por favor dese cuenta que ninguna iglesia ha de ser perfecta. Algunas iglesias locales pueden parecer estar en excelentes condiciones, ¡mientras que otras pueden estar en obvio declive! Muchas caen entre los extremos. Usted debe buscar la voluntad de Dios y ser guiado por el Espíritu Santo en seleccionar una iglesia. También usted necesita evaluar que tanto usted y su familia puedan contribuir para ese ministerio, para que no sea solamente otra iglesia, sino una verdadera iglesia.

Investigando Su Fundamento

Jesús dijo que el hombre sabio edifica su casa sobre la roca y el hombre insensato edifica su casa sobre la arena (Mat 7:24-27). Cuando la tormenta viene, la estabilidad del fundamento determina tanto la dirección y la durabilidad de la estructura. Ya sea que usted esté buscando una casa donde vivir o una iglesia donde adorar, su fundamento es crucial.

Hay cuatro principales componentes que hacen el fundamento de una iglesia local fuerte:

Una Correcta Perspectiva de la Escritura. Cuando se investiga el potencial de una iglesia local, ponga una atención en particular a su perspectiva de la Biblia. ¿Sostienen la inspiración e inerrancia de las Escrituras? ¿Creen que la Biblia es la única regla de fe y práctica (2 Tim,. 3:16; 2 Ped. 1:20-21)?

Un Énfasis en la Enseñanza y la Predicación de la Biblia. Observe que clase de predicación se efectúa. ¿Es principalmente expositiva, tópica, o evangelística en naturaleza? ¿Es una dieta repetitiva de mensajes de salvación cada semana, son creyentes que están siendo alimentados por la Palabra (Hechos 20:27; 1 Tim. 4:13-16; 2 Tim. 4:1-5)? Debe haber un fuerte compromiso en una enseñanza bíblica de alta calidad.

Solidez Doctrinal. Justo como usted esperaría una solidez en el fundamento de una casa, así usted debe investigar la postura doctrinal de las iglesias que usted visite. ¿Cual es la postura que mantienen sobre temas importantes de la fe cristiana tales como el nacimiento virginal y la deidad de Jesucristo; la depravación del hombre; la obra de Cristo en la cruz, Su muerte, sepultura, y resurrección corporal; la salvación por gracia a través de la fe solamente; la segunda venida de Cristo; y las ordenanzas del bautismo y la comunión?

Práctica Doctrinal. Observe si la iglesia practica las doctrinas que afirma creer y enseñar. Como Santiago dijo a la iglesia en general: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” (Santiago 1:22; cf. Lucas 6:46; Juan 13:17).

Examinando Su Estructura

Una vez que usted esta satisfecho con los aspectos del fundamento de la iglesia, usted necesita ver sus componentes estructurales. Recientemente caminaba frente a una casa nueva bajo construcción. Noté algunos postes que no estaban verticales, parecían no estar correctamente y las vigas estaban torcidas e irregulares. ¡Estos eran defectos estructurales notorios en una casa que se anunciaba como una casa construida por “lo último de los verdaderos artesanos!”

Los componentes estructurales de una iglesia local proporcionan no solo su fortaleza, sino también imponen el carácter y dirección de su ministerio. Estos componentes incluyen:

El Gobierno de la Iglesia. Busque que los líderes de la iglesia funcionen de acuerdo a los principios del Nuevo Testamento (1 Tim. 3:1-13; 5:17-20; Tito 1:4-9; Heb. 13:7, 17). ¿Entiende la centralidad de Cristo como la cabeza de la iglesia y Su deseo de gobernar Su iglesia a través de la pluralidad de hombres piadosos (Efes. 1:22; 4:15; 5:23; Col. 1:18; 1 Cor. 11:3)?

Evidencia de Orden. El ministerio de la iglesia, incluyendo sus servicios, enseñanza y administración, deben tener un sentido evidente de orden. Algunos servicios de la iglesia exhiben mucha falta de planeación como lo hacen las casas con planos mal estudiados. Algunas iglesias tratan con los recursos del Señor y trabajan sin planeación que traen vergüenza al nombre de Cristo. Como Pablo dijo al hablar de la iglesia: “pero hágase todo decentemente y con orden” (1 Cor. 14:40).

Objetivos y Metas Funcionales. Al investigar en su nueva iglesia, encuentre si el liderazgo tiene metas. ¿Tiene la iglesia planes para futuro progreso y dirección? ¿Tiene en mente métodos en particular de alcanzar esas metas? Como iglesia, nosotros necesitamos hacer como dijo Pablo: “de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire” (1 Cor. 9:26).

El Tamaño. Cuando se compra una casa, algunas personas prefieren la calidez y lo pintoresco de una casa pequeña en un lugar quieto y silencioso. Otros prefieren vivir en una estructura grande en un área urbana. Lo mismo es cierto cuando consideramos el tamaño de una iglesia. Algunos cristianos aman involucrarse en un ministerio urbano grande con cientos o aun miles de personas. Otros se sienten perdidos en la inmensidad de tal ministerio y simpatizan mejor en una congregación más pequeña. Una vez más, encontrar su huequito en el Cuerpo de Cristo requiere la dirección del Espíritu Santo en su vida.

Viendo Como Funciona

Cuando este satisfecho en como el fundamento y estructura deben ser, el comprador de casa sabio observará que tan funcional es la casa. ¿Cumpla el propósito para la cual ha sido diseñada? ¿Suple las necesidades de la familia?

Al ir observando como funciona la iglesia, busque el énfasis en la adoración vea si el liderazgo hace hincapié en la importancia de honrar y glorificar a Dios en todas las cosas (1 Cor. 10:31; Col. 3:17). También observe la participación de los miembros en lo individual. ¿Ejercitan sus dones espirituales entre el Cuerpo de Cristo (Rom. 12:3-8; Efes. 4:11-13; 1 Ped. 4:10-11), o esperan a que el pastor haga todo?

¿Enfatiza la iglesia el evangelismo como una de sus funciones principales? Son las misiones locales y foráneas una parte importante de su ministerio (Mat., 28:19-20; Marcos 16:15; Hechos 1:8)? ¿Qué hay acerca del discipulado? ¿Puede ver que los miembros y líderes de la iglesia buscan hacer discípulos y reproducirse así mismos en las vidas de los demás (2 Tim. 2:2; Tito 2:3-7; Mat. 28:19-20)?

Una iglesia local fuerte esta marcada por amor. ¿Se cuidan los miembros sinceramente los unos a los otros? ¿Ministran las necesidades de los demás? Al irse poniendo al tanto con la iglesia, ¿siente usted que los miembros se están amando los unos a los otros como Cristo lo ordenó (Juan 13:34-35)? ¿Nota que las amistades se forman fácilmente? (cf. Heb. 10:24-25; Fil. 2:1-4; Efes. 4:1-3).

El liderazgo de la iglesia que usted eligió deben comprometerse a la enseñanza y apoyar el diseño de Idos para la familia (Efes. 5:22-6:4; Col. 3:18-21; Tito 2:1-8; 1 Ped. 3:1-7). ¿Contribuye el programa de la iglesia a fortalecer la familia?

Comprobando Su Entorno

Si usted ha ido alguna vez de caza, usted sabrá como se siente andar a través de la atmósfera del lugar. Se pueden sentir frío y triste o calido y acogedor. Puede tener una sensación hogareña o puede ser impersonal casi de la misma manera que un museo.

Indudablemente usted ha tenido la misma experiencia cuando asiste a varias iglesias. Ciertos factores evidentes contribuyen a la atmósfera general de la iglesia local. Estos componentes de su entorno son normalmente manifestados en actitudes.

Una Visión Alta de Dios. Proverbios 9:10 dice: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría”. Debe ser obvio que las personas, desde el liderazgo hasta abajo, se enfoquen en la gloria y majestad de Dios. ¿Toman a Dios con seriedad y lo exaltan en todo lo que hacen? Su perspectiva de Dios afectará todo aspecto de sus vidas y ministerio. Pregúntese usted mismo si Dios es el enfoque de su adoración o si están preocupados por sí mismos o alguien más.

La Presencia de una Fe Sincera. ¿Es obvio para usted que la iglesia vive y opera por la fe? ¿Tienen las personas la voluntad de confiar en Dios (Heb. 11:1, 6; Efes. 3:20; 2 Cor. 5:7; 1 Tes. 5:24)?

Espíritu de Sacrificio. Puede usted ver que los miembros de la iglesia desean sacrificarse a sí mismos y sus posesiones para el avance del reino de Dios (Rom. 12:1; 2 Cor. 8:3; Mat. 6:33)? ¿Puede percibir que se sacrificarían el por el otro (Fil. 2:3-4; Juan 15:13; Efes. 5:1-2)?

Actitudes Correctas Hacia el Pastor y los Demás Líderes. Al hablar con las personas, sea sensible a que consideración les tienen a sus líderes. ¿Aprecian y estiman al pastor y líderes “en mucha estima y amor por causa de su obra” (1 Tes. 5:13)? Están totalmente detrás de ellos, dando su apoyo espiritual, emocional y material (1 Tim. 5:17-18; Heb. 13:7, 17)?

Espíritu de Unidad. Esto es a menudo la actitud más obvia que irradia de la congregación local. Un desconocido normalmente es rápidamente capaz de sentir si una iglesia esta unida en su ministerio. Eso tiene un gran efecto en su testimonio a la comunidad y lo refleja en el nombre de nuestro Señor (Juan 13:34-35; 1 Cor. 1:10-17; 3:1-9; Efes., 4:1-6; Fil. 2:1-5; 4:1-5).

¿Soy Adecuado Para Esta Iglesia?

Hemos visto el fundamento, la estructura, la funcionalidad y los componentes del entorno de una iglesia vital y saludable. Ahora mírese a sí mismo y pregúntese: ¿Hay oportunidades para mí de servir y ejercitar mis dones espirituales? ¿Tiene este cuerpo local una necesidad que mediante la voluntad de Dios pueda yo suplir? ¿Estoy dispuesto a tomarlo que la iglesia pueda hacer por mí, pero también a que puedo hacer por el Señor cuando sirva en esta iglesia? Estoy dispuesto a dar mi tiempo, dinero, energía y oraciones para contribuir a el éxito de esta iglesia (Marcos 12:30; Rom. 12:1)?

Una casa no es una casa has que todos los miembros de la familia contribuyen a su éxito. Lo mismo es verdad de una iglesia local. Solo cuando cada miembro en la familia de Dios ejercita su dones espirituales, los hijos de Dios se sentirán en casa en Su iglesia.

La decisión que usted tome acerca de a que iglesia asistir afectará grandemente su vida espiritual y las vidas de sus hijos. De hecho, las decisiones que usted tome ahora afectarán a sus descendientes y a las generaciones que vengan. Esa es una realidad en que pensar.

Recuerde que ninguna iglesia cumplirá perfectamente todos estos criterios. No existe una iglesia perfecta. También, recuerde que cada iglesia tendrá su propia armonía de las características que hemos examinado. La clave es encontrar una iglesia que las tenga en un balance adecuado, no poniendo demasiado énfasis en alguna o restándoles énfasis a las demás. Un ministerio equilibrado es un ministerio controlado por el Espíritu. Si usted encuentra una iglesia que posea la mayoría pero no todas las características que he mencionado, no la descarte inmediatamente. Considere si Dios quiere usarlo para ayudarle a mejorar ese cuerpo local al ejercitar usted sus propios dones espirituales.

Elegir una iglesia es una de las decisiones más significativas que usted pueda tomar –una que alcanzará hasta la eternidad. Cada uno de nosotros puede tomar tanto tiempo y esfuerzo en esa decisión así como los tomamos al decidir sobre nuestra morada terrenal.

John Macarthur