Descifrando la Teología del Pacto (5ª. Pte.)
Descifrando la Teología del Pacto (5ª. Pte.)
Por Paul Henebury
El Pacto de Obras (2)
Según los teólogos del pacto, el Pacto de Obras era bajo el que estaban Adán y Eva en el Jardín del Edén. Como era un pacto de «obras» esto significa que estaban bajo la obligación de mantener una «obediencia perfecta» (Witsius, The Economy of the Covenants Between God and Man, I. 158; cf. Robertson, The Christ of the Covenants, 85). Para la TP esto es necesario porque debe ser paralela a la obediencia perfecta de Cristo; una obediencia que como «obediencia activa» se nos acumula junto a la obra de Cristo en la cruz.
En mi opinión, la doctrina bíblica de la expiación no requiere una doctrina de la «obediencia activa» de Cristo. El hecho es que la Biblia no dice que la vida perfecta de Cristo expíe de alguna manera el pecado de Adán o nuestra incapacidad de vivir rectamente. Además, no veo cómo podría haber un aspecto sustitutivo en la «obediencia activa» de Cristo. Sí admito que puede haber un aspecto representativo, pero no es lo mismo.
La cuestión que se plantea es si se considera que el Pacto de Obras está vigente en la actualidad o si fue abolido. Ciertamente, si se tiene en cuenta lo que se ha escrito anteriormente sobre la importancia y el valor de la «obediencia activa» de Cristo, desde el punto de vista de la TP parecería una «consecuencia buena y necesaria» que este «pacto» siguiera vigente. Además de esto, si se afirma que el Pacto de Obras ha sido eliminado, entonces eso dejaría a los hombres no salvos bajo ningún pacto en este enfoque. Esto sería problemático porque la TP confunde los requisitos del Pacto de Obras con la Ley, y la TP representa a los incrédulos como transgresores de la ley; o en palabras de Cornelius Van Til «transgresores del pacto».
Y, de hecho, los escritos de los TP revelan que sostienen que este pacto sí está en vigor. Belcher dice:
“Cuando Adán rompió el pacto, la prueba probatoria llegó a su fin, pero la obligación de cumplir perfectamente los términos del pacto permaneció… Los seres humanos son considerados responsables ante Dios y están sujetos a la muerte sobre la base de los términos del pacto original… Los descendientes de Adán son considerados responsables por Dios por lo que Adán hizo debido a la relación especial que Adán tenía como representante de sus descendientes en el Pacto de Obras.” – The Fulfillment of the Promises of God, 33.
Nótese aquí el papel de Adán como nuestro representante. Esa es la base de nuestra «relación especial» con Adán (aunque algunos TP creen que tenemos un vínculo seminal con Adán que es importante). Esta es la enseñanza llamada «Federalismo» la cual trataré en un post posterior. Pero el federalismo necesita el Pacto de Obras (y el Pacto de Gracia).
Sin embargo, hay un sentido en el que el Pacto de Obras ha sido abrogado. Herman Witsius dice que el Pacto de Obras no funciona ahora como un medio para obtener la vida eterna como lo hacía en el Paraíso (Witsius I. 158-159). Esto es importante para que los teólogos que no son del pacto lo entiendan, porque me he encontrado con algunos malentendidos en este sentido. Un ejemplo es el libro Forsaking Israel, 182 n. 29, donde una breve cita de Witsius da a entender que pensaba que el Pacto de Obras no es continuo. Esto malinterpreta a Witsius, como mostraría una lectura de las referencias anteriores (en general, el tratamiento del Pacto de Obras en este libro es muy bueno, aunque parece hacer del Pacto de Obras el más «dominante» de los tres pactos teológicos, lo que no es el caso – Ibid, 176 ss.).
En cuanto a los méritos bíblicos del Pacto de Obras, hay que decir que son escasos. Los argumentos que se construyen a su favor a partir de la Escritura y la razón se proponen todos sobre la base de la eiségesis. Es decir, no se exponen los textos de la Escritura para ver lo que dicen en los lugares en los que lo dicen, sino que se localizan y desentierran de sus contextos (que a menudo apuntan claramente a pactos bíblicos como el Mosaico y el Davídico) y se les secunda para que funcionen de un modo ajeno a sus contextos originales. Un ejemplo bien conocido es Oseas 6:7. Citando a The Words of the Covenant: Old Testament Expectation,
“En cuanto al famoso pasaje del pacto en Oseas 6:7 ya he abordado la cuestión en el capítulo 7 de esta obra. En resumen, (a) la interpretación estándar de los teólogos del pacto y del nuevo pacto, según la cual el profeta se refiere al Adán bíblico y a algún pacto en el Edén, es tan dudosa como indeterminada. Incluso si Oseas estuviera hablando de tal pacto, la imposibilidad de localizar los términos del juramento, hacen que sea un esfuerzo vano seguir este punto de vista. (b) Muchos opinan que se está refiriendo a la ciudad de Adán (Jos. 3:16). Esto requeriría alguna deserción histórica en Adán a la que Oseas está aludiendo. En ese caso, el pacto del que habla es el pacto mosaico (según Os. 8:1). (c) La tercera explicación consiste en traducir adam como «barro» e interpretar que el profeta dice que el pueblo ha tratado el pacto (mosaica) como si fuera barro. (d) La cuarta opinión traduce la frase hebrea como «como los hombres» y la interpreta como refiriéndose a la inclinación humana pecaminosa a transgredir la Ley de Dios. Por lo tanto, en tres de los cuatro puntos de vista la identidad del pacto en Oseas 6:7 es el pacto Mosaico, o al menos sus aspectos universales (que son anteriores a el). La idea de que se remonta a un nebuloso pacto en el Edén parece tan innecesaria como indeterminable e infructuosa». (235-236).
También incluí una nota a pie de página que vale la pena reproducir aquí:
“Aquí en Oseas [berit] «pacto» aparece sólo por segunda vez. En 2:20 [en el contexto del matrimonio] el término denotaba el futuro pacto universal. En el presente pasaje se trata claramente del pacto mosaico.” – Douglas Stuart, Oseas – Jonás, 111.
Aquí tenemos de nuevo un ejemplo de razonamiento deductivo que se contrabandea como exégesis.