El Dispensacionalismo y la Interesante Historia de la Fijación de Fechas

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POR PETER GOEMAN

A los detractores del dispensacionalismo les gusta acusar a los dispensacionalistas de ser demasiado sensacionalistas y específicos sobre cuándo regresará Jesús. Sin duda, ha habido muchos dispensacionalistas que han hecho precisamente eso. Por ejemplo, Edgar C. Whisenant, un estudiante autodidacta de la Biblia y antiguo ingeniero de la NASA, escribió el polémico libro 88 Razones por las Que el Rapto Será en 1988. Dado que todavía estamos aquí, dicho libro ha resultado ser bastante cómico y ha proporcionado un sinfín de argumentos contra esos «dispensacionalistas locos que fijan fechas».

La irónica historia de la fijación de fechas

Lo que a menudo pasan por alto quienes participan en los debates dispensacionalistas modernos es que el premilenialismo dispensacional se fundó en respuesta a la posición premilenialista historicista que fijaba fechas. Por ejemplo, en su esclarecedor análisis histórico, Living in the Shadow of the Second Coming: American Premillennialism 1875-1925 (Viviendo a la Sombra de la Segunda Venida: el Premilenialismo Estadounidense 1875-1925), Timothy Weber señala que fueron las versiones anteriores del premilenialismo las que fijaron las fechas:

Una vez que se disponía de los fundamentos de la «aritmética milenarista», cualquiera podía jugar al juego de fijar fechas; y los premilenialistas historicistas de ambos lados del Atlántico lo hicieron, con el éxito previsible. El premilenialista más famoso de Estados Unidos antes de la Guerra Civil fue William Miller, un predicador bautista bastante modesto de Vermont. Utilizando estos métodos, Miller comenzó a dar a conocer sus opiniones y, en 1839, ya había adquirido un número considerable de seguidores.

– Weber, Living in the Shadow of the Second Coming, 15.

Los «nuevos premilenialistas», que se hicieron conocidos como dispensacionalistas, fueron en parte una reacción contra esta propensión a fijar fechas. Al comentar la diferencia entre estos nuevos premilenialistas y sus predecesores, Weber vuelve a comentar:

Los nuevos premilenialistas no tuvieron mucha dificultad en demostrar su primera afirmación [que no estaban afiliados a los fijadores de fechas del pasado] porque, como cualquiera que se tomara el tiempo de investigar podía descubrir, tenían un enfoque de la profecía bíblica sustancialmente diferente al de sus hermanos historicistas. Los dispensacionalistas utilizaban una interpretación «futurista» de la profecía, según la cual ninguna profecía sobre los «últimos días» se cumpliría hasta justo antes del regreso de Cristo. Del mismo modo, rechazaban la «teoría del año-día» de los historicistas para fechar los acontecimientos proféticos y la idea de que el papado era el Anticristo bíblico. Dado que negaban que las profecías estuvieran destinadas a la era de la iglesia en su conjunto, se liberaron en gran medida de la peligrosa y a menudo embarazosa tarea de relacionar las predicciones bíblicas con los acontecimientos actuales, así como de la tarea de fijar fechas para la segunda venida.

– Weber, Living in the Shadow of the Second Coming, 16.

Irónicamente, hoy en día, a los dispensacionalistas se les suele tachar de locos que fijan fechas, pero históricamente no fue así.

Una advertencia y un estímulo

A menudo es necesario corregir a los detractores del dispensacionalismo sobre su malentendido del marco y las expectativas dispensacionalistas. En esencia, el dispensacionalismo cree en la inminente venida de Cristo, pero niega que podamos determinar cuándo ocurrirá. De hecho, una de las creencias fundamentales de muchos de los primeros dispensacionalistas era la idea de que siempre habría guerras y rumores de guerras, y que no podemos estar seguros de ninguna conexión con el fin de los tiempos hasta que este realmente llegue. Sorprendentemente, esta opinión se mantuvo incluso durante dos guerras mundiales.

Dicho esto, también debemos reconocer que hay dispensacionalistas que se han apartado de esta postura. Cada vez que Israel se enfrenta a uno de sus vecinos, ya sea Hamás, Hezbolá, Irán, etc., algunas personas se apresuran a decir que esto es lo que decía la Biblia. Pero no lo sabemos. Podría ser el comienzo de algo, pero también podría ser el comienzo de nada. El camino prudente, que el dispensacionalismo ha enseñado desde sus inicios como sistema, es ser fiel en medio de la incertidumbre (Mateo 25:1-13). Debemos vivir la vida con ansiosa expectativa, sabiendo que el Señor volverá como un ladrón en la noche (1 Tes 5:2; 2 Ped 3:10). Nadie sabe el día ni la hora (Mateo 24:36), por lo que vivimos con ferviente expectativa.

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