La Perspectiva Bíblica de la Autoestima

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La Perspectiva Bíblica de la Autoestima

por

Jay E. Adams

1 Amarás… ¿como a Ti mismo?

Los cristianos que han propagado estas enseñanzas de la “autoestima” hacen una exposición poco convincente al encontrar prácticas y principios de autoestima en la Biblia. Mientras que admitimos que fueron los psicólogos incrédulos los que tomaron la delantera, han hecho todo intento posible por obtener cierto apoyo bíblico. Las Escrituras son registradas de arriba abajo y los versículos son torcidos con el propósito de dar cierta clase de credibilidad bíblica a la teoría. Pero la Biblia es usada no para descubrir lo que Dios tiene que decir o lo que debemos creer; sino que, la perspectiva ya ha sido llevada a la Biblia cuando la búsqueda bíblica comenzó.

Esta metodología es siempre peligrosa. No obstante ha sido la especialidad de los cristianos que son psicólogos: adoptar un sistema pagano; luego se menciona la Biblia para apoyarla. Primero fue la perspectiva de Freud sobre la “identidad” que se suponía que se aproximaba a las enseñanzas de la Biblia sobre el pecado original. Luego, desde que Jung hizo declaraciones religiosas hoy y entonces, se dijo que el estaba “cercano” al cristianismo. (Por supuesto, que su pensamiento abiertamente se basaba en tales puntos de vista «religiosos» como aquellos encontrados en el Libro Tibetano de los Muertos fueron raras veces mencionados.) Luego, los puntos de vista de Carl Rogers sobre el escuchar y la aceptación fueron fácilmente comparadas a las ideas bíblicas (aun cuando declaraciones en Proverbios 18 y a otros lugares se oponían al pensamiento Rogeriano y a la práctica en ambas áreas). Luego el conductismo de Skinner fue conformado con declaraciones bíblicas acerca de la recompensa y el castigo (sin notar el hecho de que lo más reciente está condicionado por el programa de recompensa y castigo de Dios, y por consiguiente es totalmente diferente). Ahora, como la última moda pasajera, es el dogma de la autoestima que se dice ser similar o idéntico a la doctrina bíblica.

Esta inclinación por “encontrar” las últimas ideas psicológicas en las Sagradas Escrituras es peligrosa para varias razones:

1 La perspectiva extrabíblica recibe autoridad bíblica a los ojos de muchos cristianos. Para contestar la pregunta con la cual este capítulo comenzó, la razón por la que tantos cristianos son conducidos a la aceptación de puntos de vista psicológicos es que a estos puntos de vista se les da un molde bíblico y son apoyados por pasajes bíblicos que han sido torcidos fuera de su contexto y los han obligado a dar un servicio que nunca se pretendió que hicieran. Desafortunadamente, muchos cristianos son conducidos engañosamente a pensar que la Biblia realmente enseña cosas así.

2 Dios es tergiversado. Esto, claro está, es el hecho más peligroso de todo. Que los psicólogos cristianos (pocos de los cuales toman tiempo para volverse competentes en una exégesis seria) puedan utilizar la Palabra del Dios vivo en una moda tan arrogante como algunas veces lo hacen, y que cristianos sin discernimiento acepten fácilmente sus interpretaciones es tanto aterrador como abrumador. Los pasajes son distorsionados y malversados con descuido; a las Escrituras se les hacen decir lo que el intérprete quiere que ellas digan; y la Biblia, como si estuviera hecha de cera, es moldeada para que se ajuste a la última moda pasajera. Hay una cierta falta de reverencia evidente hacia Dios mismo en este proceso.

3 Cualquier sistema que se propone solucionar problemas humanos sin la Biblia y el poder del Espíritu Santo (como todos estos sistemas paganos lo hacen, incluyendo el sistema de la autoestima) es automáticamente condenado por la Sagrada Escritura misma. Ni Adler ni Maslow profesaron una fe cristiana. Ni su sistema depende en alguna manera del mensaje de salvación. Amor, gozo, paz, etc., son tratados como si no fueran fruto del Espíritu sino meramente el fruto de correctas perspectivas del yo que alguien puede lograr sin la Biblia o la obra del Espíritu en su corazón.

Por estas razones el sistema de la autoestima con sus correspondientes afirmaciones bíblicas debe ser rechazado. No proviene de la Biblia; los cristianos llamaron a la Biblia mucho después de que el sistema fuera desarrollado por otros que no tuvieron la intención de basar su sistema en la Palabra de Dios. Cualquier parecido entre la enseñanza bíblica y la enseñanza de los iniciadores de la autoestima son tanto inventados como accidentales.

Pero, debido a que los cristianos han tratado de hacer un caso bíblico para este substituto no bíblico de la forma en que Dios ayuda a los hombres, debemos tomar una postura firme sobre los pasajes principales que han sido metidos a la fuerza a disposición. Hay tres: 1) Mateo 22:36-40, 2) Romanos 6/Colosenses 3, y 3) Santiago 3:9.

Mateo 22:39b

Conjuntamente con estos versos, también tendremos necesidad de observar el pasaje paralelo en Lucas 10:25-37.

Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. – Mateo 22:36-40

Para los propósitos de nuestro debate, el verso más importante es Mateo 22:39b: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Este es probablemente el verso más citado por los defensores de la enseñanza de la autoestima. Trobisch, por ejemplo, le llamó una “orden de amarse a usted mismo,” [1] y dice:

El autoestima es así el prerrequisito y el criterio para nuestra conducta hacia nuestro prójimo. [2]

¡Esa es una declaración asombrosa! ¡Trobisch no nos dice sólo que Jesús nos ordenó amarnos a nosotros mismos, sino que no podemos amar a nuestro prójimo correctamente a menos que primero aprendamos a amarnos a nosotros mismos porque el criterio, o estándar, por el que determinamos decidir cómo amar al prójimo es cómo nos amamos a nosotros mismos!

Él tiene la temeridad para decir, “esto [el hallazgo de la psicología moderna de que el hombre debe procurar amarse a sí mismo] derrama luz nueva sobre el mandato que Jesús enfatizó colocándolo en el mismo orden de importancia que el amar a Dios”. En otras palabras, ¡Trobisch piensa que hasta que los psicólogos modernos descubrieron la verdad en otro lugar: este importante mandato bíblico – en este aspecto nuevo muy importante – estaba escondido y que no estaba correctamente comprendido! ¡Por casi 2000 años la iglesia había estado en tinieblas!

En verdad, el verso no dice nada sobre eso. Considere los hechos. Primero, que no hay ningún mandamiento aquí (o en cualquier otra parte de la Biblia) de amarse a sí mismo. ¿Le asombra eso? Escuchando hablar a los líderes de la imagen propia, usted pensaría que la Biblia contiene algo de eso. Pero de hecho no hay ningún mandamiento aquí o en otro lugar en la Escritura de amarse a sí mismo.

Cristo lo dejó perfectamente claro que él hablaba acerca de dos, y sólo dos mandamientos. En los versículos 39 y 40 El habla del “segundo” mandamiento y de “estos dos mandamientos”. No hay un tercer mandamiento. Toda la Sagrada Escritura puede ser colgada en dos clavijas: Amar a Dios y amar a su prójimo. ¡Pero las personas de la autoestima crean tres mandatos de Cristo de estos dos! No hay absolutamente ninguna excusa para tratar las Escrituras de esta manera.

Como si tal distorsión de la enseñanza francamente bíblica no fuese suficiente, van más allá y hacen los primeros dos mandatos depender de un supuesto «tercer” mandato. Según el grupo Adler/Maslow, las necesidades de bajo nivel deben ser satisfechas antes que las necesidades de nivel alto. Esto quiere decir que las necesidades de nivel 4 (la autoestima) deben ser suplidas antes que las necesidades de nivel 5 (auto-realización) lo puedan ser. O, para ponerlo en términos del versículo que está siendo forzado a entrar en el sistema Adler/Maslow, usted no puede amar a su prójimo (una actividad de nivel 5) hasta que usted primero aprenda a amarse a usted mismo (una actividad de nivel 4). Por esto es que Trobisch sostiene que “que el amor propio es así el prerrequisito” para amar a su prójimo. Él procede a decir:

Usted no puede amar a su prójimo, usted no puede amar a Dios a menos que usted primero se ame a sí mismo…Sin amor propio, no puede haber amor para los demás. [3]

Esta forma de pensar no es limitada a Walter Trobisch. Recuerde la declaración de Crabb sobre el asunto:

Para ser equilibrado, usted debe alcanzar la etapa de auto-realización. Para alcanzar esa etapa usted debe pasar primero a través de las otras cuatro etapas…. [4]

Ahora escuche a Philip Captain:

Realmente nuestra habilidad para amar a Dios y amar a nuestro prójimo es limitada por nuestra habilidad para amarnos a nosotros mismos. No podemos amar a Dios más de lo que amemos a nuestro vecino y no podemos amar a nuestro prójimo más de lo que nos amamos nosotros mismos. [5]

Captain aun pule la jerarquía con una distorsión suya: El amor hacia Dios está bajo la dependencia del amor hacia el prójimo, lo cual a su vez está bajo la dependencia del amor hacia uno mismo.

En cada una de estas construcciones el escritor está completamente convencido de que el amor hacia Dios y al prójimo es contingente en el amor hacia uno mismo. Pero en el pasaje bíblico no sólo no existe un tercer mandamiento, sino que ni siquiera existe una relación dependiente establecida entre los dos mandamientos. Ambas afirmaciones de la autoestima son llevadas al texto para cambiar la forma del mismo; entonces, en su forma cambiada, el texto es metido a la fuerza en el sistema.

Jesús realmente presupone un amor propio en este pasaje. Él dice, “amarás a tu prójimo como a ti mismo.” El mandato es amar a tu prójimo como tú ya mismo te amas. El verso podría ser traducido [del griego] literalmente, “tú debes amar a tu prójimo como tú ya mismo te amas”.

Ese mismo amor propio que es presupuesto por Jesús es asimismo presupuesto en el argumento de Pablo en Efesios 5:28, 29, dónde él insta a los maridos a amar a sus esposas “como a sus mismos cuerpos”. Él procede a decir:

Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia – Efesios 5:29

En otras palabras, todo el argumento de Pablo se conecta con el hecho de que ya exhibimos amor hacia nosotros mismos.

Lucas 10:29

Comparando Lucas 10:29 con Mateo 22:36-40, aparece una adición contextual importante. Lucas nos dice:

Pero él [el intérprete de la ley], queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

Después de esto Jesús contó la parábola del Buen Samaritano.

¿Cuál fue el problema del intérprete de la ley? ¿Estaba el sufriendo una baja autoestima? Todo lo contrario. Lucas dice que “queriendo justificarse a sí mismo”. Esto es decir que la pregunta que él hizo, “¿Y quién es mi prójimo?” no fue realmente hecha para pedir información sino para confundir a Jesús. Y note que él quiso confundirlo a fin de que él pudiera justificar sus propios actos pecaminosos. Hizo la pregunta, por consiguiente, fuera de un interés propio. Él estaba a gusto en la condición en la que estaba y no quería dar su tiempo o dinero a su prójimo. Él deseaba permanecer absorto en sí mismo.

La parábola del Buen Samaritano ciertamente no fue diseñada para fomentar un mayor interés propio, sino justo lo contrario. El mismo punto de la parábola es que uno debe amar a su prójimo – o sea alguien necesitado – como a sí mismo. Él debe cuidar de las necesidades de los demás y aun debe tomarse muchas molestias por los demás. Jesús no dijo que con el fin de involucrarse en tal actividad de alto nivel como el samaritano hizo, uno primero debe llegar a un lugar donde todas sus necesidades en niveles inferiores fuesen satisfechas. ¿Qué del sacerdote y el Levita? ¿Estaban deprimidos? ¿Tenían baja autoestima? Claro que no. Probablemente se consideraban mucho mejores que el samaritano. Su problema era el mismo del intérprete de la ley: Se amaban tanto a sí mismos que no se tomarían muchas molestias por alguien más.

Trobisch nos dice que nuestro amor hacia nosotros mismos es el “criterio” así como también el prerrequisito para amar a los demás. Él explica esto diciendo: “es la vara medidora que Jesús nos da para amar a los demás.[6] Lo Que él afirma es que cuando Jesús dijo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, él quiso decir “Haz las mismas cosas a los demás que haces para ti mismo”. Pero eso no sería correcto por varias razones. Primero, los criterios para amar a los demás son los Diez Mandamientos que Jesús aquí resumía en dos:

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.– Lucas 10:27

Al decir esto todos los libros de la Biblia (la ley y los profetas) podrían ser resumidos en esos dos mandamientos, él también señalaba las Escrituras como el ejercicio de los mandamientos en la vida diaria. En efecto, entonces, Jesús decía que los criterios para amar a Dios y a los demás han de encontrarse en la Biblia – y no en nosotros.

Claramente debemos amar a nuestro prójimo como la Biblia manda, y no haciendo las mismas cosas que hacemos a nosotros mismos. Fuera de un amor propio, no hacemos sólo buenas cosas, sino toda clase de cosas dañinas y pecaminosas a nosotros mismos: Cometemos adulterio, mentimos, cometemos robo, comemos demasiado, nos suicidamos, etc. Las cosas que hacemos para nosotros mismos, entonces, no son los criterios para amar a los demás.

Entonces ¿Qué quieren decir las palabras de Jesús “como a ti mismo”? No hay pensamiento de criterio en ellos, puesto que, explícitamente, los criterios han de ser encontrados en Los Diez Mandamientos y en su ejercicio en toda la Escritura. El pensamiento tiene que ver con intensidad, fervor, y cantidad de amor. Note cuidadosamente que Jesús dice que el segundo mandamiento es justo como el primero (Mateo 22:39). ¿Con respecto a que son semejantes? Primero, que ambos hablan de amar; ambos son mandamientos a amar. Pero esto no puede ser la semejanza principal de la cual Jesús señalaba; es demasiado obvio hacer este punto. Hay una segunda forma en la cual los dos mandatos son semejantes. El mandamiento de Jesús de amar a Dios “con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (v 37) quiere decir con todo lo que usted es y todo lo que usted tiene. Quiere decir amar a Dios genuinamente y sinceramente, fervientemente e incondicionalmente. Es en relación a esto que los dos mandamientos “justamente” se parecen. ¡Cuando a usted se le manda amar a su prójimo como a “ti mismo,” quiere decir ¡amar tan incondicionalmente como usted se ama a usted mismo!

Ya tenemos un amor ferviente, dedicado, genuino, y sincero para nosotros mismos. Con los pecadores, este amor es casi siempre excesivo. Ahora, dice Jesús, extiende la misma cantidad de amor hacia tu prójimo: Ámele “como a usted mismo”. El argumento equivale precisamente a la argumento que Pablo hace para un marido amando a su esposa “lo mismo que” él ya ama su propio cuerpo. ¿Cómo debe hacerse eso? En lo misma actitud ferviente, sustanciosa, y de corazón con la cual un hombre cuida de él mismo (no necesariamente haciendo aquello mismo para su esposa que él se hace para sí mismo).

Es claro que Mateo 22, supuestamente el pasaje más firme que apoya la autoestima, es de hecho el pasaje que realmente señala al movimiento mismo. Cualquier consideración seria de este pasaje completamente repudia el tipo de enseñanza de amor propio que vemos hoy.

Para resumir este capítulo, debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Pero Mateo 22:39 no contiene un mandamiento de amarse uno mismo, puesto que no necesitamos preocuparnos en amarnos a nosotros mismos si verdaderamente amamos a Dios y a nuestro prójimo. Puesto que el cumplimiento de estos dos mandatos es el cumplimiento de todo, siempre haremos lo correcto para nosotros mismos. El amor, en la Biblia, es cuestión de dar: “De tal manera amó Dios al mismo, que ha dado…” (Juan 3:16); “Él me amó y se dio …” (Gal. 2:20); “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella…” (Efes 5:25). Porque es de mayor bendición dar que recibir, los proponentes del autoestima (quiénes defienden el obtener de los demás y dar a si mismos antes que dar a Dios y los demás) substraen una bendición enriquecedora de aquellos que siguen su énfasis no bíblico. No hay necesidad de preocuparse en como amarse a uno mismo, por tanto tiempo como uno trata primero de amar a Dios y a su prójimo en un modo bíblico, todo el mórbido interés por sí mismo correcto aparecerá como un subproducto. Por esto es que la Biblia nunca nos ordena amarnos. Puesto que la Biblia guarda silencio al respecto, deberíamos hacerlo también.

2 ¿De un Valor Infinito?

Romanos 6:1-13/Colosenses 3:1-10

Ahora es tiempo de ver Romanos 6/Colosenses 3. Primero debemos pensar acerca de las secciones de las dos cartas de Pablo. En los pasajes paralelos encontrados en Romanos 6 y Colosenses 3 el creyente recibe instrucciones de “considerarse” a sí mismo muerto al pecado y vivo para Dios. A él se le asegura que él es una persona nueva a los ojos de Dios y que la vieja persona que el solía ser está legalmente muerta. Además, él es exhortado a ser, en la vida diaria, la persona nueva que él es tal y como es considerada a los ojos de Dios en Cristo.

Los teóricos de la imagen propia se han dado prisa en atacar estos pasajes, volviéndolos hacia sus propósitos y dándole poca o ninguna consideración a los propósitos para los cuales fueron escritos. Es claro aun que en una lectura superficial de los dos capítulos que Pablo no tuvo intención alguna de enseñar una doctrina de autoestima. Y ningún cristiano alguna vez ha encontrado tal enseñanza en estos pasajes por un período de 1900 años hasta que los psicólogos humanistas les “alertaron” de los dogmas que ellos ahora profesan de encontrar tan explícitamente lo que allí enseñan. No obstante, los defensores de la autoestima toman consuelo en lo que ellos piensan que pueden decir estos pasajes.

Un defensor celoso de las afirmaciones del sistema:

Nuestra imagen propia como cristianos, por consiguiente, debe ser de nosotros mismos como personas que han rechazado decisivamente la manera de vivir antigua que es llamada el hombre viejo, y permanentemente han adoptado el nuevo método de vivir el cuál es designado el hombre nuevo.

En apoyo a esto él se refiere a Romanos 6:11:

“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Luego, para establecer su punto, él insiste que:

Ésta es una declaración bíblica tan clara de la imagen propia cristiana como uno puede encontrar cualquier parte.[1]

Si el profesor que hizo esa declaración está en lo correcto, y si no hay una clara “declaración bíblica” de la doctrina supuestamente encontrada, entonces el movimiento está en un problema serio. La realidad es que no hay nada claro acerca de la imagen propia en el pasaje en absoluto.

De cierto, Colosenses 3 y Romanos 6 nos dicen que Dios nos ve a nosotros “en Cristo” que nuestra posición ante El como el Juez es perfecta; ninguna falla puede ser encontrada. Hemos sido completamente perdonados cuando creímos, y ahora Dios nos ve como personas completamente nuevas en Su Hijo. En El todos los antiguos caminos se han ido y los nuevos caminos se han quedado para siempre. Todo esto es asombrosamente claro. Pero lo que es también claro es que Pablo no nos dice a nosotros esto para “hacer que nos sintamos bien acerca de nosotros mismos” o «para apapacharnos” o «subir nuestra autoestima”. Su propósito es urgirnos a convertirnos en nuestro diario vivir lo que ya se nos es contado que somos en Cristo. En otras palabras, él quiere que nosotros veamos que en nosotros mismos nos quedamos mucho más cortos de lo que estamos en Cristo.

Escuche Romanos 6:1-2:

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

¡El verso 2 suena más como una exhortación que como aun halago! El profesor que citó Romanos 6:11 fue selectivo; para dar el sentido completo, él debería haber citado los siguientes versos también. Versículos 12 y 13 continúan el pensamiento de Pablo:

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Lo que es claro es que el propósito de Pablo al instarnos “a considerarnos” muertos al pecado y vivos para la justicia en Cristo debe obligarnos a vivir de una manera diferente. El “Así también” con el cuál el verso 12 empieza (en algunos textos griegos) introduce la conclusión a la que deberíamos llegar del hecho indicado en el verso 11. Pablo no dice, “por eso ustedes deben sentirse bien acerca de ustedes mismos”. Él dice: “en la vida diaria comiencen a vivir a la altura del estándar alto de su posición legal en Cristo”.

Pablo, escribiéndole a los Colosenses, indica:

Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios… Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. – Colosenses 3:3,5, 8-10

Otra vez, se afirma el hecho de que la vida antigua ha sido reemplazada por la vida nueva en Cristo. Y otra vez, justamente como lo fue antes, lo que Pablo hace de esto es que: puesto que esto es cierto en Cristo, comiencen a vivir en esta realidad en sus asuntos diarios. No hay ni siquiera una ligera insinuación en estos pasajes acerca de mirarnos a nosotros mismos como personas de gran valor o acerca de ganar una mejor imagen propia. Todo lo que él está haciendo es sostener en alto el ideal (nuestra posición perfecta en Cristo) e instarnos a aproximarnos más plenamente a ello en nosotros mismos.

¿Nos autorizan estos pasajes a decir alguna cosa como lo que el siguiente escritor cristiano dice?

Debemos vernos a nosotros mismos como excepcionalmente maravillosos, inherentemente valiosos. 2

¡Seguramente no! El propósito de estos pasajes es mostrarnos la gran vacío que hay entre lo que somos contados o considerados en Cristo (la justificación) y lo que somos en realidad en nosotros mismos en nuestro diario vivir (la santificación), para instarnos a cerrar ese vacío. Ellos son diseñados no para mantenernos satisfechos con nosotros mismos a fin de que nos podamos aceptarnos como lo que somos, sino para destruir cualquier autosatisfacción que pueda existir y para motivarnos a hacer un mayor progreso en la vida cristiana. ¡Nada podría ser mejor diseñado para reducir a fondo cualquier sentido de orgullo, valía, o satisfacción para la cual pudiésemos aferrarnos y retrasar nuestra perfección en Cristo y luego pedirnos que comparemos nuestra función real con ella! Romanos 6 y Colosenses 3 eficazmente atacan la enseñanza de la autoestima mas que reforzarla.

Estos pasajes, entonces, no fueron escritos para hacernos sentir mejor acerca de nosotros mismos sino para mostrarnos cómo nos ve Dios en Jesús a fin de estimularnos a una vida cristiana más consistente. Hay un gran potencial en la vida nueva que tenemos en Cristo, pero nunca comenzaremos a darnos cuenta de eso si holgazaneamos pensando qué tan dignos somos.

Santiago 3:9

Ahora iremos a Santiago 3:9 y su trasfondo del Antiguo Testamento encontrado en Génesis 1:27 y 9:6:

Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios – Santiago 3:9

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó… El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre. – Gen 1:27; 9:6.

Las palabras operantes en estos versos son “imagen” y “semejanza”. Los pensadores de imagen propia se dan prisa en señalar (correctamente) que en estos pasajes se dice que el hombre es hecho a la imagen de Dios no sólo antes de la caída sino también después. Puesto que Efesios 4:24 y en Colosenses 3:10 se nos dice que la imagen de Dios y la semejanza están siendo renovadas en el creyente, es cierto que la imagen completa y semejanza no permanecen después de la caída; no obstante algo que los escritores de Génesis 9 y Santiago 3 pueden llamar “la imagen” de Dios y “la semejanza” aun permanece. No es importante discutir las distinciones entre que es lo que se podría llamar la semejanza moral e intelectual del hombre y su semejanza constitucional en este punto, puesto que no contribuyen a nada a la pregunta en estudio. Lo que es seguro es que, en algún sentido, el hombre aun tiene la semejanza de Dios.

Más aún, nos deja observar que las penalidades y advertencias así como también las reprensiones y las exhortaciones son aducidas al hecho de que el hombre es el portador de la imagen de Dios. Aquellos que maldicen a otras personas o atentan contra sus vidas corren un gran peligro simplemente por ese hecho. Los proponentes de la autoestima han interpretado estas sanciones bíblicas en una manera inaceptable.

Escuche para algunos argumentos de la autoestima:

¿Significa esto (la caída del hombre) que el hombre ahora se convirtió en un ser de ningún valor? Nada puede estar más allá de la verdad. Aun después de que la caída del hombre era todavía considerado un ser de un valor infinito...Las Escrituras… afirman que aun el hombre caído aun es portador de la imagen de Dios. [3]

Otro escribe:

Aun los escritores del Nuevo Testamento reconocen la imagen de Dios en el hombre. Santiago advierte en contra de maldecir porque se hecho a la imagen de Dios.

Él cree que esto – es el fundamento para la autoestima. Somos creados por la mano de Dios y a Su imagen. [4]

Un tercero habla con entusiasmo acerca de – la nobleza, la singularidad, el significado, la valía y el significado del hombre.

Todos ellos, nos aseguran – a descansar en el ser hechos a la imagen de Dios. [5]

Es verdad que el hombre todavía está a la imagen de Dios en algún sentido (aunque la imagen moral e intelectual ha sido tan deformada que debe ser restaurada), pero ¿Qué es lo que quiere decir esto? El hecho mismo no dice absolutamente nada acerca de la autoestima. En ninguno de los contextos en el cuál la imagen de Dios en el hombre es mencionada hace que el escritor utilice ese hecho para enseñar las cosas que hemos estado leyendo en las citas de arriba. ¿Cómo puede ser posible extrapolar la idea de que el hombre es “de infinito valor” del hecho de que él fuese creado a la imagen de Dios? El solo concepto no sigue lógicamente al otro. Además, la naturaleza del hombre, la cual lleva la imagen de Dios, no es nunca sostenida como una razón para tener una alta autoestima.

Entonces ¿Por qué somos advertidos firmemente en contra de cometer agresión a Dios al agredir al hombre, el portador de imagen de Dios? Aquí está el punto crucial del asunto, y es aquí donde los escritores de la autoestima se pierden.

Considere esto: Le muestro una foto de mi esposa. ¡Si usted la maldice, se burla de ella, escupe en ella y la rompe – ¡usted tendrá que responderme!

“¿Por qué?” Usted preguntará. “Después de todo, es sólo una foto”.

¡Sí, pero es una foto de mi esposa! Eso es lo que marca la diferencia.

La foto misma – el papel y la tinta, etc.- No es de mucho valor. Vale sólo algunos centavos. Lo que me incumbe no es la foto misma sino lo que esta representa.

Inherentemente el hombre vale poco; él no es ciertamente de un “valor infinito”. Ningún ser finito creado, ya sea caído o no caído, no redimido o redimido, lo puede ser. Las advertencias de Génesis 9 y Santiago 3 no son debido al hecho del valor infinito del hombre; ¡Más bien, resultan del hecho del valor infinito de Dios! Deshonrar al hombre y maltratarle debe deshonrar y maltratar a Dios porque él es hecho a la imagen de Dios. Eso es lo que trae la advertencia y el castigo. Es la imagen y semejanza del Único o la que es portador lo que tiene importancia – no del hombre quien porta la imagen y semejanza. Él es meramente una foto.

Recientemente un estudiante del seminario le dijo a un criminal en prisión quien pensaba que él era “nadie”:

William, usted es alguien. Dios le hizo a Su imagen. Usted tiene es de un valor infinito a Sus ojos. [6]

¿Por qué no le dijo él que él es un pecador que esta en una condición desesperada, apartado de la gracia gratuita de Cristo, que el Dios infinito que se encarnó y murió en una cruz para pagar la pena de pecadores como él, y mediante la fe él ahora podría tener vida eterna?

Puesto que hemos encontrado tales declaraciones como “valor infinito” aplicada al hombre en más de un lugar, sigamos esa línea de pensamiento un poco más. Se hacen afirmaciones extrañas hacia el hombre, afirmaciones que uno esperaría escuchar sólo de panteístas o humanistas que colocan al hombre en el trono de Dios. Aquí hay simplemente unas cuantas:

… el ser humano es una criatura gloriosa, digna de un valor infinito. [7]

Dios quiere que nosotros nos veamos como un regalo suyo hacia el mundo. [8]

Somos algo precioso que Dios ha hecho. Somos algo exquisito que él ha planificado. [9]

¿Dónde está el precedente bíblico para usar tal lenguaje? Ciertamente nada como eso puede ser encontrado en toda la Biblia. ¿Esperaría usted que algún escritor, hablando en el nombre de Dios, que tuviese el cuidado de hablar como la Biblia lo hace? A estos escritores, y muchos más como ellos, parecen haberse quitado de encima toda cohibición en su deseo de glorificar al hombre.

Aquí hay lo que un tercer escritor opina:

Por la creación, cada ser humano es una persona única, de gran valor y dignidad. [10]

Dejaré estas declaraciones, todas hechas por profesantes evangélicos que están profundamente involucrados en propagar la enseñanza de la autoestima, hablar por ellos mismos. Cuando usted pueda encontrar alguna cosa como lo que están diciendo en las Escrituras usted debería tomarla en serio. Hasta entonces usted debería tachar sus palabras como totalmente equivocadas.

Mateo 6:26, 10:31; Lucas 12:7

¿Ocasionalmente el entusiasta de la autoestima se referirá a Mateo 6:26, “No valéis vosotros mucho más que ellas?” O Mateo 10:31, “más valéis vosotros que muchos pajarillos.” O Lucas 12:7, “más valéis vosotros que muchos pajarillos.” ¡El entusiasta luego establecerá el punto diciendo que “¡esta es una declaración acerca del gran valor del hombre!” Los pasajes se usan para mostrar el “el valor infinito” del hombre a Dios. ¿Pero es esto así?

Examínelos de cerca; note lo qué dice Jesús realmente. Hagamos dos preguntas: 1) ¿Cuánto valor se dice que debe tener el hombre? 2) ¿A Quién dice que le es de valor?

En los pasajes Jesús es explícito: Dos pajarillo son vendidos por un centavo, y cinco por dos centavos. Se dice que el hombre es más valioso que “muchos pajarillos”. Esto quiere decir que si “muchos” pajarillos significan 500 pajarillos, usted vale $2.50 a lo sumo; ¡Si quiere decir a 1000 pajarillos, su valor excede a $5.00! El punto no es el gran valor del hombre sino el gran alcance del cuidado providencial de Dios. Si se extiende hasta pajarillos, los cuales valen tan poco, entonces seguramente se extiende hacia el hombre, quien vale más.

La respuesta a la segunda pregunta, ¿A Quién dice que le es de valor? Emerge de la primera. Puesto que Jesús discute el valor en términos monetarios, es claro que él habla del valor del hombre (contra del valor de un pájaro) hacia otros hombres. El pájaro vale un tanto así para el hombre; un hombre vale más. El valor del hombre para Dios no está en cuestión. El argumento de menor hacia el mayor en la escala de la persona tiene que ver con la providencia de Dios y no con el valor del hombre. Si, en Su bondad infinita, Dios cuida pues de las aves del aire, ¿no cuidará El de usted?, ¿quién, a los ojos de los hombres vale más?

Si los entusiastas de la imagen propia desean decir que Dios cuenta el valor del hombre para El de manera monetaria, y que este valor tiene importancia en comparación a los pajarillos, el hecho es que ¡a duras penas hizo un cálculo para alentar la autoestima de uno! La comparación sólo puede servir para enfriar el entusiasmo, y no para alentarlo.

La realidad es que estos versos no enseñan nada acerca de la autoestima.

3 ¿Qué Enseña La Biblia?

Hasta ahora he intentado evaluar el movimiento de la autoestima bíblicamente y mostrar que, colocándolo en la balanza de Dios, se encuentra deficiente. Usted podría pensar que el libro terminara en este punto, llegando a una conclusión natural. Sin embargo, si lo dejara hasta aquí, todo lo que he logrado sería en vano. No es suficiente incendiar una casa; también hay que erigir otro su lugar. Esto es lo que ahora trataré de hacer.

¿Cuál es la alternativa bíblica para el enfoque de la autoestima? En una sección anterior discutí Mateo 6, en donde Jesús mismo colocó por adelante dos formas de vida contrastantes: La forma pagana y la forma cristiana. La forma pagana tuvo como su prioridad volviéndose segura y significativo a través de la acumulación de “cosas” para satisfacer “necesidades”. La forma cristiana pone a Dios y a Su imperio primero. Pero ¿cómo? ¿Qué es lo que marca la diferencia?

La auto-negación: 2 Timoteo 3:2, Mateo 16:24-25

Jesús expone la auto-negación en vez de la auto-afirmación como la forma para entrar en una relación correcta con Dios. Rara vez nosotros leemos en la literatura de la autoestima acerca de la auto-negación, el único énfasis es en el ego que fluye a través del Nuevo Testamento. Echaremos un vistazo en algunos de los pasajes cruciales referente a este énfasis bíblico e intentaremos comprender lo que dice Dios, relacionándolo todo al enfoque de la autoestima.

En 2 Timoteo 3:2 leemos de “amadores de sí mismos” (philautoi). Aquí esta la palabra enlistada junto con un montón de otras aberraciones pecaminosas que Timoteo tendrá que evitar durante los días de su próximo ministerio. La advertencia de Pablo es oportuna para los ministros hoy. Probablemente hay un tipo de amor propio que es claramente condenado en las Escrituras. Puesto que la palabra philautoi ocurre sólo en 2 Timoteo 3:2, en una lista, sin más explicación, no podemos descubrir nada acerca de su significado exacto en el contexto. Todo lo que podemos decir es que conserva una mala compañía con tales características: “avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”

Una consideración prudente de la lista en 2 Timoteo 3 le guiará a la conclusión de que cada una de los elementos en ella (y es mucho más grande lo que he considerado aquí) se podría mencionar ya sea para tener un enfoque egocéntrico o para aumentar tal enfoque. Es fácil de ver los peligros del egocentrismo estudiándolo. Y nos debería afligir pensar acerca de los niños en Grand Rapids o de otro sitio estimulándolos a pensar que merecen una “palmadita en la espalda” y darles a entender que se “sientan buenos” acerca de ellos mismos, con lo cual los introduciría en la misma senda egoísta que Dios condena. Muchos de los problemas señalados en la lista 2 Timoteo 3 podrían aparecer en sus vidas más tarde como resultado de alentar, en vez de reprimir, las tendencias pecaminosas que son propias en la naturaleza humana caída (cf. Proverbios 22:15).

Lo correcto que se ha de promover, según la Palabra de Dios, es la auto-negación. El mandato para negar el ego ocurre seis veces explícitamente en los Evangelios, pero el concepto está en todas partes en las Escrituras. Eso es lo que el Señor daba a entender cuando El ordenó a Sus discípulos a olvidarse de sus intereses y poner Sus asuntos primero (“buscar primeramente el reino de Dios y Su justicia”).

¿Qué dice Dios acerca del ego? Él dice, “niéguese a sí mismo”:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. –Mateo 16:24,26

Esto no quiere decir que una persona deba negar de sí mismo alguna cosa en particular, como algunos erróneamente suponen (“dejaré la goma de mascar “para la cuaresma”), sino que quiere decir negar su propio ego (Literalmente “para decirse que no a usted mismo” o “repudiarse uno mismo”). Si alguna cosa pudiese estar en contraste conciso con el mandato de Cristo a negar el ego que el énfasis de auto-afirmación, auto complacencia del que hemos estado leyendo en la literatura de autoestima, yo no sé lo que es entonces.

Tal como Jesús puso por encima la forma Gentil en contra de la forma cristiana de la vida en Mateo 6, aquí también El contrasta dos caminos completamente diferentes e irreconciliables. El hecho interesante que no debería faltar es la forma antitética de Jesús de indicar este asunto: No hay lugar para el compromiso. Bastante opuesto de los integracionistas eclécticos, quienes quieren unir y mezclar tanto como se pueda lo que el mundo tiene que decir con las enseñanzas bíblicas, Jesús mismo se aparta de la forma de vida pagana (Mateo 6) y de aquellos que no niegan el ego y le siguen, sino que en lugar de eso quieren “salvar sus vidas”. Esta antítesis ocurre en cada uno de los relatos del Evangelio (Marcos 8:34-38; Lucas 9:23-25; Juan 12:25). Jesús dice, “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” – Mateo 16:25. Es difícil de ver cómo pueden afrontar esto lo integracionistas.

Las palabras traducidas “vida” y “alma” (beauton y psuche) ambos significan “ego” y se refieren a lo mismo. De hecho, son usados de forma intercambiable. (Cf. Mateo 16:26 con Lucas 9:25. En Mateo se usa Psuche, considerando que en Lucas es beauton.) Cristo nos dice a nosotros no sólo que digamos no a nosotros mismos y sí a El (“sígame”), sino que El afirma que le debemos hacer morir el ego “tomando nuestra cruz” (Lucas agrega “cada día”). Llevar la cruz no quiere decir hacer algún sacrificio en particular, ni se refiere a alguna carga en particular (“mi marido es mi cruz”). En aquel día, alguien que leyera esas palabras, sabría explícitamente que llevar la cruz quería decir una y solamente una cosa: La ejecución de un criminal infame. Jesús, por tanto, esta diciendo: “usted debe tratarse a ustedes mismos, con todas sus formas pecaminosas, prioridades, y deseos, como a un criminal, y hacer morir su ego todos los días”. ¡Eso dice algo acerca de la imagen propia que Cristo espera que nosotros tengamos!

Esa es una medicina amarga para todos nosotros, y especialmente para los proponentes de la autoestima. Pero es la única cura para una iglesia que progresivamente se vuelve enferma – de sí misma. La paradoja aparente es que la persona que enfoca la atención en sí misma perderá todo lo que él quiera conservar para sí mismo, mientras que la persona que pone primero a Cristo y Sus intereses es el que gana todo lo que el otro pierde. Ésta es la misma verdad que Jesús enseñó en Mateo 6. Allí los gentiles celosos buscaban con cautela y preocupación (y nunca realmente encontraban satisfacción en ello) las cosas que el cristiano, quien se olvida de sus “necesidades” y pone a Cristo primero, encuentra por “añadidura”.

Un Contraste: Juan 12:25

En Juan 12:25 leemos esto:

“El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

Aquí hay una advertencia fuerte. Ciertamente, la promoción de la autoestima es la misma advertida que se da en contra: “Cualquiera que ame el yo… lo perderá”. En lugar de amarse así mismo, Cristo dice, que en este mundo deberíamos eliminar el yo, o, como él le dice aquí, “aborrecerla,” para conservarlo para la eternidad.

Las dos palabras “perderá” y “aborrece” significan realmente la misma cosa y nos ayudan a interpretar una a la otra. Significan poner a un lado los deseos, intereses, y preocupaciones propias (aun las legítimas) para hacer cumplir el mandato de Cristo. “aborrecer” su vida quiere decir “amarla menos,” como explícitamente lo hace en Lucas 14:26:

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Sabemos que la palabra “aborrece” en todos estos pasajes tiene tal significado de frase paralela en Mateo 10:37, donde en lugar de “aborrecer” leemos:

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.

“Aborrecer” a otra persona o nuestro propio ser equivale a anteponer a Cristo y Su reino antes que a los demás ó a uno mismo.

Este punto de negar el yo no es un asunto periférico. Golpea duramente el corazón del pensamiento de la autoestima y el amor propio. En la enseñanza del amor propio la idea no es meramente que tanto Cristo y el yo pueden ser puestos en el mismo nivel de prioridad (de las palabras de Jesús es claro que aun esto es imposible; Él nos llama a escoger entre los dos), sino que antes de que podamos amar y servir a Cristo primero debemos ser servidos y amados, y nos debemos amar a nosotros mismos. ¿Puedo haber alguna enseñanza más explícitamente opuesta a lo que Jesús dijo?

Las consecuencias del dogma de la autoestima son muy serias. Estas palabras de Jesús dan advertencia de la privación eterna. Uno se pregunta cuántos jóvenes serán desviados del buen camino, guiado a apartarse del discipulado de Cristo, el cuál demanda que eliminar nuestro “yo,” porque se les dijo que “se sintieran bien acerca de ellos mismos” en vez de decirles que haya un criminal adentro de ellos que necesita ser ejecutado diariamente. El peligro es obvio según las palabras del psicólogo que argumentó en contra de las palabras de su cliente, diciéndole a ella que el “colocar la prioridad de aceptarse a sí mismo es el primer paso que muchos de nosotros necesitamos tomar” en vez de primero buscar el reino de Dios.

Dios quiere que nosotros “eliminemos” nuestro egoísmo en este mundo postrándonos mismos incondicionalmente a el servicio y amor de Cristo y de Su imperio. Habiendo realizado una obra teatral de niños satírica, “una palmadita en la espalda,” y alentándolos a escribir ensayos sobre lo que les agrada de ellos mismo, son actividades que dirigen toda la atención al yo. Tal énfasis tan equivocado puede ser devastador para la educación cristiana. [1]

El discipulado: Lucas 14:25-27

Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Déjeme decir una palabra más acerca del pasaje de Lucas 14:25-27. El discipulado, el tema en cuestión en todos los pasajes que hemos estado estudiando en este capítulo, significa el abandono de todas las ataduras – aun los seres más queridos y más cercanos en la vida. No siempre quiere decir que debamos abandonar a todos los demás para seguir a Cristo, sino que quiere decir que le debemos tener tal lealtad hacia El que debemos estar listos en todo momento, si nos llama a hacer eso. Jesús especialmente lo señala, como si ésta fuera la parte más difícil de todo lo que debemos hacer, que el discípulo debe renunciar “aun a su propia vida también”. El punto más grande que se ha de señalar a las personas es el agradar a Cristo, seguirle, y cumpliendo con Su voluntad. ¡Eso no confundirá a los niños – o a los demás – o les inducirá al mal camino! Alguien, incluyendo yo, que se interponga en medio del camino está equivocado.

No puede haber duda acerca del hecho de que Cristo se preocupó por el yo; no es como si El ignorara el tema. Ciertamente, él pensó que eso era tal importancia que El habló de ello en la conexión más cercana posible al discipulado y a las declaraciones definitivas hechas acerca de ello. Aún en todo esto El no dio indicación del gran valor del hombre, ni dio lugar para atenuar las circunstancias: “Usted puede renunciar a todas sus relaciones y me puede seguir después de que todas sus necesidades hayan sido satisfechas y usted haya aprendido a amarse a sí mismo”. ¡La misma idea suena ridícula cuando usted la coloca en la boca de Jesús! Anteponga A Cristo al yo.

2 Corintios 5:15, Romanos 14:7-8

Y por supuesto hay también otros pasajes que hablan de anteponer a Cristo al yo. Tome por ejemplo, 2 Corintios 5:15:

y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos

Allí lo tiene usted: Uno ya no debe vivir para sí, como él lo hizo antes de venir a Cristo. La forma de vida antigua fue postergada en Cristo, y ahora debe ser postergada en nuestras vidas. El centro de la vida ahora debe ser “para mí el vivir es Cristo” si bien una vez era “para mí el vivir es mi yo”. ¿Qué podría ser más claro?

Ahora considere Romanos 14:7-8:

Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.

Otra vez, el punto central del pasaje es que Cristo debe llevar el lugar de yo en la vida del cristiano. No es que éste suceda en algún sentido sustantivo, por supuesto, pero en términos de los deseos y la voluntad y cosas por el estilo. Comer y guardar los días (v 6) no son un asunto en particular; afecta a otras personas, a otros incluyendo nuevos convertidos. Ningún cristiano debe vivir en consideración a sí mismo. “¿Qué hay del bienestar del reino y del honor de Cristo?” Es el tipo de pregunta que él debería hacerse. Su respuesta debe ser, “viviré en tal camino, cuando haya que tomar una decisión, gustosamente serviré a Cristo y a los demás primero”. Él debe vivir para Cristo, y, como Pablo dice: si fuera necesario, morir por El.

Interesantemente, la última parte del verso 7 habla convincentemente del asunto del suicidio: “ninguno muere para sí.” Liddon dice que estas palabras quieren decir –

Para darle la bienvenida o buscar la muerte como un alivio a los problemas de esta vida. De este egoísmo en la muerte, el suicidio es la expresión máxima. [2]

Las palabras de Liddon son importantes. Todo el punto de Pablo es que no debemos hacer nada – vivir o morir – por nuestro yo; todo debe hacerse para Cristo. Un suicidio muere para sí mismo; ningún suicidio podría hacerse por Cristo. Es debido a este verso que se sabe que el suicidio es un acto del hombre antiguo, del pensamiento egocéntrico, que aún a veces (entre los estoicos y algunos existencialistas modernos) se motivado a hacer.

Holliday, quien se pegó un tiro, y Wanda Williams, quien se ahorcó, ambos cometieron actos egoístas de homicidio. Le restaron importancia a los seres queridos, o los estudiantes, o a cualquier otro. Pensaban en ellos mismos como ciertamente sus notas suicidas indican. No fue la baja autoestima que los liquidó, sino una consideración demasiada alta por su yo. Dijeron, efectivamente, “soy demasiado bueno para ser tratado así. Ya no lo soportaré”.

Las Escrituras nos enseñan que los cristianos no poseen nada ni aun sus vidas, puesto que Cristo las ha comprado. ¡En el momento en que usted entienda mal ese hecho, y piense que cualquier cosa, aun su ego, es realmente suyo, usted no lo poseerá – sino que le posee!

La conclusión

El amor mismo es la misma cesación de la vida guiada por la voluntad propia, egoísta y egocéntrica. Por eso es que viviendo para Cristo y para los demás y amándoles nos alejará de nosotros mismos. Las búsqueda de la autoestima desvía la atención de uno hacia los demás y así destruir el amor cristiano. En vez de echar los cimientos del amor (estratos sobre los cuales edifican, como dice el esquema Adler/Maslow), erosionan todo lo que vale la pena. El amor – preocupación dirigida hacia los demás – a solas nos pone en libertad del yo.

En contra del énfasis moderno que hemos estado estudiando: la Biblia enseña que usted correctamente no puede llevarse bien con usted mismo (“encontrarse” o “salvarse”) hasta que usted aprenda a amar a los demás. Como siempre, el pensamiento pagano pone al revés el mandato de Dios.

Jesús deshizo el mito de que podemos amar a los demás sólo después de que primero nos hayamos amado a nosotros diciendo:

“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.” (Lucas 6:32).

En efecto, refiriéndose a los “pecadores” (i.e., los enemigos de Dios), él tipificó, de una vez por todas, la postura de “yo te amo a ti, si tu primero me amas” como impía.

Para un cristiano, la alternativa para el amor propio, la autoestima, la valía propia, y cualquier otra enseñanza egocéntrica que pueda aparecer en el futuro es claramente la negación del yo. Cuando usted trata de ganarse a sí mismo, usted sólo lo perderá; cuando usted esté dispuesto a perderse para Cristo, usted se salvará. Es tan simple – y tan profundo.

Notas

¿Amarás… como a Ti Mismo?

1 Walter Trobisch, Love Yourself (Downers Grove: Inter-Varsity Press, 1976), page 11.

2 Ibid., p. 11.

3 Ibid.

4 Lawrence Crabb, Effective Biblical Counseling (Grand Rapids: Zondervan, 1977), p. 81.

5 Philip A. Captain, Eight Stages of Christian Growth (Englewood Cliffs: Prentice Hall, 1984).

6 Trobisch, op. cit., p. 11.

¿De un Valor Infinito?

1 Anthony A. Hoekema, The Christian Looks at Himself (Grand Rapids: Eerdmans, 1975), p. 45.

2 Robert Morey, Death and the Afterlife (Minneapolis: Bethany, 1985), p. 37.

3 Hoekema, op. cit., p. 22.

4 Bruce Narramore, You’re Someone Special (Grand Rapids: Zondervan, 1978), p. 23.

5 Morey, op. cit., p. 37.

6 Bruce Rathbun, un estudiante del Westminster Theological Seminary en Filadelfia. Reportó en El Presbyterian Journal, abril. 24 de 1985. El nuevo evangelismo de palmaditas de Schuller ha tenido éxito ampliamente. En un tratado evangelístico titulado: “Usted Es Especial” se lee: “¡Usted es especial ciertamente! ¡La Biblia revela el interés total de Dios en usted como un individuo… ¡sí!, ¡usted es de valor para Dios”! (Ted Grifiin, Good News Publishers, n.d., #6C04).

7 Robert H. Schuller, Self Steem: The New Reformation (Waco: Word Books, 1982), p. 151.

8 Rouner, Arthur, You Can Learn to Like Yourself (Grand Rapids: Baker Book House, 1978), p. 4.

9 Ibid., p. 5

10 Dennis J. De Haan, Daily Bread, feb. 1985.

¿Qué Enseña La Biblia?

1. Para información acerca de una programa escolar verdaderamente cristiano, en el cual el énfasis no sea en el yo sino en el ministerio a los demás en el nombre de Cristo, vea see my Back to the Blackboard (Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1982).

2. 2 H. P. Liddon, Explanatory Analysis of St. Paul’s Epistle to the Romans (London: Longman’s Green and Co., 1899), p. 262.

En La Perspectiva Bíblica de la Autoestima, Jay Adams responde a la influencia asombrosa de la “psicología cristiana” dentro de los círculos evangélicos de hoy. A pesar de la persuasión religiosa, muchas personas parecen oponerse a lo que perciben que es un enemigo compartido: La baja autoestima. ¡Pero nuestra búsqueda para las respuestas nos ha guiado demasiado lejos en la dirección equivocada, fuera de nuestra posición verdadera en Cristo, y hacia un énfasis peligroso en el yo! Adams examina los fundamentos Bíblicos con una exposición clara y aguda de las Sagradas Escrituras relevantes, y le ofrece a la Iglesia y a cada creyente una perspectiva verdaderamente Bíblica.

Jay Edward Adams se crió en Baltimore, Maryland. Él se especializó en el griego en la Johns Hopkins University, y ha estudiado en el Reformed Episcopal Seminary, Temple University School of Practical Theology, y en la Universidad de Missouri. Él ha pastoreado iglesias en Pensilvania y Nueva Jersey, dentro de varias denominaciones presbiterianas conservadoras. Él fuel miembro de la facultad de la Universidad de Missouri antes de unirse al Westminster Theological Seminary en Filadelfia, y luego al Christian Counseling and Educational Foundation. Él ahora pastorea una iglesia en Carolina del Sur. Sus libros sobre consejería Bíblica son bien respetados.

Traducción por Armando Valdez © 2008

44 comentarios sobre “La Perspectiva Bíblica de la Autoestima

    Santiago escribió:
    2 May 2009 en 8:47 am

    Excelente trabajo, gracias por compartirlo.
    Bendiciones.

    Marilin escribió:
    11 noviembre 2009 en 10:41 am

    interesante, es un buen escrito y muy útil para la vida.

    REYNA escribió:
    5 abril 2010 en 7:11 pm

    BENDIGO AL SEÑOR POR SUS VIDAS,POR EL TIEMPO QUE PRESTAN PARA AYUDAR AL PUEBLO DE DIOS GRACIAS POR SUS MENSAJES ES DE GRAN APOYO Y AYUDA PARA MI VIDA Y FAMILIA MAXIMO EN LA OBRA DEL SEÑOR.BENDICONES HNOS Y ME GUSTARIA ME MADARAN A MI CORREO PREDICAS.CON EL AMOR DE CRISTO Y MIO.GRACIAS.

    Joshua Solórzano Córdova escribió:
    25 junio 2010 en 12:41 pm

    Me parece, hermano Armando, que no es tan cierto aquello que plantea como verdad.
    El amarse a uno mismo es, obviamente, un paso anterior a amar a los demás. Este amor sólo puede venir de Dios. Sólo en base al amor que Dios me tiene, puedo amarme, entender que soy valioso para Él, que se preocupó por mí desde antes de la fundación del mundo, que me dio potestad de ser hecho su hijo, que soy la niña de sus ojos, que me conoció desde antes de la fundación del mundo y que me ama de tal forma que envió a su Hijo unigénito para que pueda ser salvo. Entonces, encuentro que sí tengo un valor para Dios, que Él me ama. Si Él me ama, ¿por qué no he de amarme? Ahora bien, el gran problema, es que no separas ese amor limpio que uno debe tener para sí mismo del sentimiento de autosuficiencia y de la egolatría. Tu falacia está puesta en que no distingue un amor puro y santo hacia uno mismo en base al amor ágape divino. Si puede encontrar una conexión entre eso y que uno debe saber entregarse a Dios, explíqueme, desde tu perspectiva: ¿le entregaría algo a Dios que no amara? Creo que no; no le daría algo a Dios que tú mismo no valorara, sería caínita hacer eso, ¿no cree usted?
    Bueno, siguiendo el tema, cómo puedo cruzar el pensamiento del autoestima con la fe cristiana: el autoestima no lo tomemos lo mal que lo toma usted, no es el sentimiento de autosuficiencia (los términos, si los lees correctamente, son distintos. El autoestima es exactamente eso, si lo quieres llevar etimológicamente, es la valoración (estima, amor) por uno mismo, conociendo sus propias características. Vale, coordinemos ideas: las características mías son: creación de Dios, hecho para alabanza, imagen (representativa) y semejanza (con capacidad espiritual de acercarme a un nivel espiritual) de Dios, pecador por ser de carne (sarx), con capacidad de sentir y pensar (psique) y con la capacidad de re-encontrarme con mi creador (pneuma). Dios es el que nos perdona y nos da a entender que, en sus libertades (Romanos 5, 6, 7 y 8), podemos vivir en su Espíritu.
    Regresando, yo amo a Dios con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mi mente porque le conozco y conozco su verdad (le amo porque Él me amó primero); en su amor pude ser salvo, tener paz para con Él, recibir su gracia. yo me amo porque entiendo que Dios me ama y yo no puedo despreciar algo que Él ama; me amo porque sé que soy importante para Dios, que mi vida tiene un propósito en Él y que soy hechura suya y Él comenzó una buena obra en mí (no la empecé yo ni la podría haber empezado, no soy autosuficiente) que Él mismo terminará, además, em eligió desde antes de la fundación del mundo para ser salvo -¿cómo podría no amarme?-. Amo a mi prójimo porque entiendo que Dios le ama y debo amarle como me amo a mí mismo porque Dios me ama; por las razones que tengo para amarme, amo a mi prójimo. Como que no es muy difícil de entenderlo, verdad.
    El amor hacia Dios está por encima de ABSOLUTAMENTE TODO, y del amor que Él tiene por mí, parte todo lo demás, EMPEZANDO POR EL PODER AMARME A MÍ DE UNA FORMA SANTA, SIN ORGULLO NI TENER UN MAYOR CONCEPTO QUE EL QUE DEBO TENER, ANTES BIEN, VIÉNDOME CON CORDURA Y TENIENDO A TODOS LOS DEMÁS COMO MÁS DIGNOS QUE YO PARA PRÁCTICAMENTE TODO.
    No soy digno de ser amado por Dios, pero, en su divinidad y ser infinito, Él me amó como nadie nunca jamás me había amado.
    Creo que, si tenemos la misma idea, podemos concluir que estamos llamados a amarnos a nosotros mismos en base al amor que Dios tiene por nosotros. No podemos amar sin conocer el amor. Dios le bendiga mucho.

    Armando Valdez respondido:
    25 junio 2010 en 2:33 pm

    Te agradezco tu comentario Joshua y respetuosamente te contesto:

    Primeramente te menciono que no hay mandamiento a amarnos a nosotros mismos en la Biblia sino a amar a nuestro prójimo. Nadie necesita que se le diga que se “ame a si mismo” puesto que por naturaleza ya lo hacemos y “nadie aborreció jamás su propia carne” (Efes. 5.29). Respecto a tu argumento de que “soy valioso porque Dios me amo”, te pregunto ¿te muestra el hecho de enviar al Hijo de Dios a morir por ti que eres muy valioso y que tu valor se mide por el sacrificio de Cristo o te muestra cuan pecador eres y cuan grande es tu ofensa para con un Dios santo que tuvo que enviar a lo mas preciado, al mas Santo por causa de tu pecado? ¿De verdad eso levanta tu autoestima? ¡Nuestras ofensas son grandes! Dios no se movió a salvar al hombre, por alguna virtud o mérito inherente en él. Es evidente que no hay nada en el hombre caído que jamás podría motivar a un Dios santo y justo a que lo ame, sino sólo para llevarlo a juicio y condenación. El precio de la sangre de Cristo no nos hace más valiosos sino que enaltece Su obra y Su amor y a nosotros nos muestra lo miserables que somos (Rom. 7.24). Dios envío lo más valioso por pecadores que no servíamos para nada sino solo para ser echados al infierno. Además primeramente Dios envío a Su Hijo para alabanza de Su gloria. El actúa primero para Su propia gloria. Todo esto es contrario a la psicología moderna humanista que nos dice que somos importantes, valiosos y merecedores de estima. Ellos no estarían de acuerdo con los siguientes textos:

    Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.- Salmo 5:5

    Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días.- Salmo 7:11

    ¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano? – Job 25:6

    ¿Hay algo de estima, en nosotros? ¡Claro que no!

    Mencionas que debemos estimarnos por estas razones:

    “las características mías son: creación de Dios, hecho para alabanza, imagen (representativa) y semejanza (con capacidad espiritual de acercarme a un nivel espiritual) de Dios, pecador por ser de carne (sarx), con capacidad de sentir y pensar (psique) y con la capacidad de re-encontrarme con mi creador (pneuma). Dios es el que nos perdona y nos da a entender que, en sus libertades (Romanos 5, 6, 7 y 8), podemos vivir en su Espíritu.”

    Ciertamente el ser portadores de la imagen de Dios es una bendición, y privilegio pero también es algo que El nos ha concedido en Su gracia y misericordia. El ser criaturas de Dios no nos da un merito en nosotros o causa de estima puesto que como dice A.W. Pink y cito:

    “No había tierra que ocupara su atención. No había ángeles que cantaran sus alabanzas, ni universo que se sostuviese por la palabra de Su poder. No habla nada ni nadie sino Dios; y esto, no durante un día, un año, o una época, sino “desde el siglo”. Durante una eternidad pasada, Dios estuvo solo: completo, suficiente, satisfecho en si mismo, no necesitando nada.”

    El no nos necesitaba, venimos a la existencia solamente por Su misericordia y porque El así lo quiso. Por otro lado esta imagen fue seriamente afectada por el pecado. Tanto que ya no tenemos capacidad de acercarnos a Dios, contrario a lo que tu mencionas, puesto que estamos muertos en delitos y pecados (Efes. 2:1), nacemos en pecado (Sal. 51:5; Sal. 58:3) y con nuestros deseos ajenos a Dios (Rom 8:7-8) y tenemos el potencial de ser el mas vil de los pecadores. Si venimos a El es por Su causa y no por la nuestra como bien mencionas tu:

    “Regresando, yo amo a Dios con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mi mente porque le conozco y conozco su verdad (le amo porque Él me amó primero); en su amor pude ser salvo, tener paz para con Él, recibir su gracia. …..”

    Con esta parte que mencionas no concuerdo: “yo me amo porque entiendo que Dios me ama y yo no puedo despreciar algo que Él ama; me amo porque sé que soy importante para Dios” Creo que los siguientes textos lo contradicen:

    “El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.” – Juan 12:25

    “…que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos” – 2 Tim 3:1-2

    No somos llamados a amarnos a nosotros mismos sino a dejar de hacerlo y amar a Dios y a nuestro prójimo. Según 2 Timoteo 3:1-2 amarse a si mismo es una característica de los inconversos y algo de lo cual Dios quiere que dejemos de practicar. El pasaje del amor de 1 Corintios 13 no es posible cumplirlo a menos que nos neguemos a nosotros mismos y dejemos de amarnos a nosotros mismos y dejemos de ser egoístas. No hay manera de cumplirlo aumentando nuestra autoestima esto es intentar apagar el fuego echando gasolina. Por supuesto que la capacidad de amar a Dios y a mi prójimo es una obra sobrenatural que resulta del nuevo nacimiento. Y esto es causa de alabanza y gloria a El y no gloria mía. No hay razón de amarnos por la razón de que El no vio una causa de amarnos sino que nos amo por amor a El.

    “Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.” – Sal 79.9

    “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas.” – Rom 11.36

    “Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder.”- Salmo 106:8

    El universo fue creado para ser un teatro en el que Dios pueda mostrar Su valor infinito. Por lo tanto, la única respuesta apropiada es estimar el valor de Dios sobre todas las cosas, atribuir sólo a Él el más alto honor, adoración y alabanza, y, por último, para encontrar nuestra alegría y satisfacción única y totalmente en El.

    Entregar mi vida a El, o en tus palabras “entregarle algo que El ama” es un resultado y consecuencia provocada por El mismo que me hace enfocarme en El y no en mí.

    Definitivamente no estoy de acuerdo con tu planteamiento. Que el Señor te guíe a la verdad.

    DANNY escribió:
    23 agosto 2010 en 6:17 pm

    Aun con todo lo que se escribio, no dijo ¿porque para Jesus somos mas valiosos que muchos pajarillos?

    El Señor de este articulo dice que no hay mandamiento a amrnos, y es algo absurdo, porque Jesus dice que debiamos amar al projimo como a nosotros mismos, entonces sino hay mandamiento a amar ¿como debo amar al projimo comooooooooooooo a mi mismo sino despues de todo no me amo?

    Es cierto que por otro lado «debemos aborrecernos» como dice la biblia en Apocalipsis pero entonces ¿deja de tener valor el texto que manda amar al projimo como a uno mismo?

    DANNY escribió:
    23 agosto 2010 en 6:25 pm

    Usted dice que nadie aborrecio su propia carne, pero ¿en que sentido?
    Porque cristinos se aborrecen asi mismos, leamos: «No amaron sus vidas hasta la muerte»

    Y si leemos el texto que citaste habla del cuerpo, no de la persona total, ademas

    como entiende que alguine se diga, «soy feo, fea, negra, baja gorda, etc. Deberia morirme»
    si despues de todo el texto habla de que nadie se aborrecio jamas a su propia carne?

    Una cosa es la carne o cuerpo y otra la apariencia del cuerpo.

    Bendiciones.

    Roman J Latorre escribió:
    7 septiembre 2010 en 5:23 pm

    totalmente de acuerdo, los sicologos dificilmente comprenderan el misterio de la cruz, misterio dela anulacion total del yo en favor del otro.

    Pascual escribió:
    23 febrero 2011 en 10:27 pm

    Un saludo muy cordial al autor del articulo. La información presentada, es excelente y genuina. Y con el perdon de ustedes pero ser estupido no cuesta nada, pues ya se viene con ese germen. En el periodo de tiempo que estado estudian lo que es psicologia y realizando algunas investigaciones, respecto al tema de autoestima he con concluido que tal termino no solo no es apoyado biblicamente sino que niega la existencia de nuestro Dios todo Poderoso y su hijo Jesucristo. Lamentablemente estos terminos son muy usados por ministros, los cuales ignoran su procedencia e origen. Pero cada cristiano tiene la responsabilidad de escudriñar las Santas Escrituras. Las cuales son la base de una buena estima que solo fluye atraves de Jesucristo.

    nina escribió:
    31 May 2011 en 3:34 pm

    Y es que entonces nos veriamos en la necesidad de hacer la pregunta de… entonces por que un hombre se suicida? Si Jesus (lo cual pienso que es asi) esta dando por hecho que todos tenemos amor propio, entonces ¿Por que un hombre se suicida o se deja a medio morir en la calle o actua como si no tuviera absolutamente nada de amor propio? y si esa persona se ama,(por muy extraño que paresca) quiziera yo que me amara asi????? Suena a broma pero es curioso. O acaso Jesus solo se referia a los que le conocieran? y si es asi, entonces debemos pensar que el que realmente conoce a Cristo jamas cometeria suicidio o viviria andrajoso en la calle, sin oficio ni beneficio? y de ser asi, entonces nos veriamos obligados a hacer mencion de judas, el que entrego al Señor, que al final si creyo en Cristo pero finalmente no pudo con el peso y se suicido. en fin Sr. Armando espero pueda contestar mi pregunta, se que este asunto ya tiene tiempo de haber sido escrito.

    Nina

    nina escribió:
    31 May 2011 en 3:55 pm

    Osea, Jesus da por hecho que todos tenemos amor propio, por eso es un solo mandamiento el de amaras a tu projimo como a ti mismo, que pasa entonces con los que viven andrajosos, sin comer, sucios en la calle que parece que no se aman nadita?

    Armando Valdez respondido:
    31 May 2011 en 5:16 pm

    Creo que el artículo contesta su pregunta. La Biblia no aprueba el amor propio, puesto que como dices se da por sentado que el hombre natural lo hace. Te cito de nuevo el artículo respecto al suicidio… «Todo el punto de Pablo es que no debemos hacer nada – vivir o morir – por nuestro yo; todo debe hacerse para Cristo. Un suicidio muere para sí mismo; ningún suicidio podría hacerse por Cristo. Es debido a este verso que se sabe que el suicidio es un acto del hombre antiguo, del pensamiento egocéntrico, que aún a veces (entre los estoicos y algunos existencialistas modernos) se motivado a hacer. Holliday, quien se pegó un tiro, y Wanda Williams, quien se ahorcó, ambos cometieron actos egoístas de homicidio. Le restaron importancia a los seres queridos, o los estudiantes, o a cualquier otro. Pensaban en ellos mismos como ciertamente sus notas suicidas indican. No fue la baja autoestima que los liquidó, sino una consideración demasiada alta por su yo. Dijeron, efectivamente, “soy demasiado bueno para ser tratado así. Ya no lo soportaré”.

    Las Escrituras nos enseñan que los cristianos no poseen nada ni aun sus vidas, puesto que Cristo las ha comprado. ¡En el momento en que usted entienda mal ese hecho, y piense que cualquier cosa, aun su ego, es realmente suyo, usted no lo poseerá – sino que le posee! »

    Dificilmente un cristiano verdadero cometerá suicidio. A menos que sea llevado al enhgaño de alguna manera por el enemigo.

    veronica escribió:
    23 julio 2011 en 5:03 pm

    Acerca de que no hay mandato..qué opinas de Levíticos 19:18?

    Luis Enrique escribió:
    26 julio 2011 en 7:23 pm

    Tengo que confesar que yo pensaba igual que ustedes hasta que me tope con un excelente estudio bíblico a cerca del tema del amor a uno mismo de la hermana Natalie Carly lo pueden bajar de su página http://www.consejerosbiblicos.com/index_files/Page480.htm

    Henry escribió:
    4 marzo 2012 en 12:19 am

    Para nada de acuerdo con el articulo, en realidad se ha tomado la Biblia COMPLETAMENTE FUERA DE CONTEXTO. Amigo autor, con respeto le animo a que investigue los originales biblicos, se dara cuenta que hay mucho mas de Autoestima de lo que usted piensa. Finalmente una pregunta, Se amara Dios a si mismo o se aborrece a si mismo???, Fuimos hechos a Imagen de Dios. Ademas amado hermano….. La psicologia solo ha descubierto en este tema, algo que la biblia viene diciendo hace miles de años.
    Le invito a descubrir las verdades por si mismo y no por los escritos de alguien mas.
    La Biblia aprueba el amarnos a nosotros mismos, lo que no aprueba es la autosuficiencia, dos cosas netamente diferentes.

    Jesus A Urdaneta escribió:
    26 marzo 2012 en 12:24 am

    Desde hace ya un tiempo había estado en constante meditación acerca de esto, en mi espíritu entendía estas cosas como totalmente ciertas, hablo en cuanto al caracter que debemos tener como cristianos y el concepto que debemos tener de nosotros mismos como dice el Apóstol Pablo: «conforme a la medida de fe que nos fue dada» Romanos 12:3. muy poco he leído acerca de este tema pero en particular me llama la atención que estando tan claro y tan abiertamente expuesto en las escrituras aun haya hermanos que siguen teniendo por bandera ese dogma de la autoestima. no se escapo ningún detalle, todo esta explicito y bastante claro. no existe alguna objeción valida, tampoco cabe ni una pizca de duda amados, si esto no es suficiente, pues, nadie mas que nuestro Padre podrá guiarnos a toda verdad por eso les insto a que oren aquellos que dudan así les sera entonces revelado a sus corazones, inquietandoles, discerniendo la mentira y amando la verdad, esa que nos permitirá crear y afirmar convicciones Bíblicas y ser genuinos discípulos de nuestro Amado Señor Jesucristo. Gracias por ese extendido trabajo mi hermano, aclaro y afirmo mis pensamientos.

    Rom escribió:
    25 May 2012 en 8:14 pm

    con todo respeto este artículo carece de un buen trabajo exegético.

    Angelina escribió:
    6 junio 2012 en 4:29 pm

    Hola , saludos .perdón hno,. Armando pero difiero de su mensaje.
    Ud da por sentado que todas las personas se aman a si mismas, conozco muchos cristianos con serios problemas de autoestima , de valoración propia , que por estar avocados a «amar» a los demás ( sirviendoles, asistiéndoles, predicándoles) se descuidan de sí mismos , son un grupo de creyentes muy vulnerables,y sensibles.
    Facilmente la fe de esos hnos. nuestros puede flaquear, y se lo digo por experiencia propia,.
    No se trata de ponerse naturales en el análisis de la valoración personal, pero hay aspectos de la vida del creyente que no se resuelven con la indicación de un pasaje alusivo al tema ( efesios 5-29, x nombrarle uno) sino mas bien requieren de un tratamiento especial y profundo de Dios y la asistencia de su Santo Espíritu, parte de ello tiene mucho que ver con una interpretación profunda de las Santas Escrituras. Y no veo por qué Dios no recomendaría amarse primeramente uno para asi mismo amar al prójimo, sabiendo que nos amamos por El (claro está) . ademas usted dice que se da por sentado el amor propio , pero dos cosas:

    1.- Recuerde que estamos en un sistema desnaturalizado , tenemos pasados imperfectos, vivencias dolorosas , no solo nos cabe la palabra » por sus frutos los conoceréis » sino que también y antes que eso somos conocidos por nuestras raíces, vale decir nuestro pasado.
    obviamente Cristo y su poder curador y santificador va cicatrizando esas heridas en nuestro andar.
    2.- Ir al hecho que muchos cristianos , leales servidores, instrumentos entregados a Dios, no pueden zafarse de sus traumas, ¿ seria incorrecto de interpretar si se ve el «ama a tu prójimo como a ti mismo» , como la idea que excluye a mi propia persona del amor y la valoración que recibo de Dios para verme de manera sana y adecuada??

    No hay tres mandamientos hermano , solo 2 , está claro, pero Jesús va mas allá en el segundo «ama a tu prójimo como a ti mismo», sino usted cree que hubiese agregado el » como a ti mismo » ? ¿ le parece que a Dios no le importa que sus hijos se amen y se valoren a si mismos? si fuese de otro modo , habría dicho : » Ama a Dios y ama a tu prójimo» solamente.

    HAY UNA EXÉGESIS MAS PROFUNDA DE LA VERDAD DE AMOR DE DIOS.
    Saludos

    natalia escribió:
    19 septiembre 2012 en 1:24 am

    Hno autor, al igual que otros,difiero de su mensaje. sin embargo, luego de escribir mi comentario, me agradó haberme topado con ello..

    Buscaba en la web alguna pagina cristiana que hablara sobre este tema ya que hay una adolescente con serios problemas de autoestima ( concepto que hace referencia a la estima o valor que se tiene hacia si mismo) que recién esta llegando a la iglesia. A pesar de que ya estoy graduándome como PSICÓLOGA, creo fielmente las verdades de la Palabra de Dios y de Su perfecto plan de Salvación el cual ya he presentado a esa chica. Sin embargo ella se deja llevar por comentarios e ideas que atacan su autoestima y la llevan a un tiempo de depresión…. a pesar de que tengo herramientas (que no van en contra de la Palabra) para tratarla, deseaba encontrar algún articulo sobre como abordar este tema desde una perspectiva cristiana y tener pasajes que pudiera leer con ella, sabe por que? porque creo que Dios toma en cuenta nuestra psique, el creo nuestras emociones, el nos permite sentir, pensar.. (Desde antes que salieran muchas teorías su Palabra menciona a personas deprimidas, con rabia, rencor, etc y nos muestra como el Señor las ayudó y restauró sus vidas!!! … así mismo creo que su Palabra puede dar solución a su problema) .
    Mi pregunta es: como abordaría una situación así? con una chica que recién esta conociendo de Dios y que esta deprimida por una baja autestima (es decir, para ser claros, que no se cree útil, que no reconoce sus habilidades, que se siente inferior, se siente fea)???? se lo pregunto porque hace ver al ser humano igual a nada..

    Apoyo la idea de que muchas teorías van en contra de la Palabra de Dios.. y también estoy de acuerdo en que muchos cristianos psicólogos buscan apoyo de la biblia en sus teorías a tal punto de que son capaces de manipularla. y estoy en contra de eso.
    En cuanto al tema de autoestima creo que esta siendo extremista y se sale de los limites confundiendo esto con autosuficiencia, arrogancia y orgullo. … y en la aplicación de ciertos versículos pasa a condenar el sentirse valioso, pero sabe? yo me siento amada porque aun sin merecerlo Cristo murió en la cruz por mis pecados, me siento valiosa para EL porque pensó en un plan de salvación para mi vida (solo por amor), me siento importante para EL porque me ha dado el derecho de ser hija de Dios al aceptar ese sacrificio, me siento útil en sus manos cuando me usa para enseñarle a los niños de la iglesia y de la comunidad sobre el amor de Dios… es fácil leer la biblia y conocer esas verdades, pero como le explicas a alguien que aun no lo ha experimentado?.. a Dios gracias que he podido experimentar de sus bendiciones al andar en sus caminos, y con humildad digo que soy valiosa útil importante y amada en sus manos…. lo cual hace que VALORE y ESTIME quien soy YO::::AUTOESTIMA!!!
    Reconocer estas cosas no hace a una persona arrogante o autosuficiente y aun menos que este sumergida en pecado.., creo que sin Dios no lo lograría y creo que allÍ esta el asunto: reconocer la soberanía de Dios ante todo y lo que Dios dice que uno es siendo sus hijos,

    Los conceptos van a ir y venir, no se espante por eso.. lo importante es lo que Dios dice de nosotros.. y creo, según lo que dice la palabra, que Dios dice mejores cosas de nosotros que lo que usted publicó.

    IdaliTorres escribió:
    25 octubre 2012 en 6:11 pm

    Se paso hablando de Los que otros creian que de lo que me ayudo con mi baja auto estima.

    Jackelin escribió:
    23 enero 2013 en 9:45 pm

    Con todo respeto creo que usted necesita estudiar un poco mas y dejar de espiritualizar todo y entender que las necesidades del ser humano deben ser suplidas en todas sus areas. Le sugiero que lea en Salmos 139:14-18

    cristianobiblico escribió:
    17 febrero 2013 en 10:53 pm

    Con todo respeto para los foristas IdlaiTorres, Jackelin, natalia, Angelina… y otros, no entiendo por qué rechazan la clara enseñanza de la Biblia respecto al amor propio. Parece que la psicologia ha ganado terreno en el cristianismo y ha influenciado la forma de evangelizar, estudiar la Palabra y cómo entendemos nuestra relación con Dios, me explico:

    1- Jackelin. El Salmo que usted cita no tiene que ver con lo que trata el artículo. Con respecto a lo que usted dice de las necesidades, le recuerdo Mateo 6:31 al 33:
    «No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
    Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
    Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». Y Pablo que dice en Filipenses que TODO LO PUEDE EN CRISTO que lo fortalece. Parece que los crsitianos están olvidando estas poderosas declaraciones bíblicas y prefieren consejos de un psicólogo que les avive el ego.

    2- Angelina Torres: Lucas Márquez dice lo mismo que usted, pero Cristo lanzó un desafío ético: ¿SON USTEDES CAPACES DE AMAR A OTROS COMO YA SE AMAN A SÍ MISMOS? Recuerde que Pablo dice que los seres humanos serán entre otras cosas AMADORES DE SÍ MISMOS MÁS QUE DE DIOS, y usted entra en esa categoría al defender una postura antiescritural.

    3- IdaliTorres: Usted tiene una autoestima muy alta, su frase la ha evidenciado. Acuda a la Biblia, y vaya MURIENDO AL YO, ese es el mejor remedio. No se preocupe por las cosas de la carne (autoestima = CARNE), SINO DE LAS COSAS DEL ESPÍRITU (Romanos 8:4 al 8).

    4- Natalia. para ayudar a esa chica, no debes trabajar en sus emociones, SINO EN SU CONDICION DELANTE DE DIOS. Para poder tener emociones sanas y una mente renovada, PRIMERO DEBES MOSTRARLE EL VERDADERO EVANGELIO que llama al arrepentimiento. Porque todo lo que ella siente es una EXCESIVA VALORACIÓN DE SÍ MISMA, muestra de una mente no regenerada. Con respoecto a cómo te sientes en tu relación con Dioos, se nota que Dios no está primero en tu vida, sino que parte todo desde «me siento valiosa, útil, importante…» Defines tu relación con Dios desde TU PROPIA VALORACIÓN y no al revés, dejando que Dios defina SU RELACION contigo. Recuerda, TU NO MERECÍAS NADA, NADA ES TUYO, y si sólo has logrado cosas, ha sido POR MISERICORDIA, por tanto, sé más humilde y no te jactes.

    5- Henry: En NINGUNA PARTE DE LA BIBLIA se apoya el amarnos a nosotros mismos. La psicología sigue a la corriente humanista que niega la naturaleza pecaminosa de los seres humanos. Por tanto, mezclar verdades bíblicas con mentiras humanistas ha dado como resultado un cristianismo pusilánime y que no cree en lo que puede hacer la regeneración que Dios obra en cada creyente. Cítame UN SÓLO PASAJE que diga que Dios aprueba el amarse a sí mismo.

    6- Verónica: Levítico 19:18 no está hablando de amarse a uno mismo. No hagas decir al texto lo que no dice, está hablando de leyes de santidad y el versículo 19 en particular declara que el vengarse y guardar rencor es propio de quienes se aman a sí mismos, por eso les dice Dios NO TE VENGARÁS NI GUARDARÁS RENCOR SINO AMARÁS A TU PRÓJIMO como TÚ TE AMAS (Vuelvo a repetir la pregunta: ¿ERES CAPAZ DE AMAR A TU PRÓJIMO TAL COMO YA TE AMAS A TÍ MISMA?.Una persona que se ama a sí misma NO AMA A SU PRÓJIMO).

    7- Danny: ¡Coooooomo es posible que un «cristiano» no entienda aún la enseñanza bíblica! De verdad, dura es la palabra y a algunos no les gusta orila (en este caso, leerla).
    Te cito: «como entiende que alguine se diga, “soy feo, fea, negra, baja gorda, etc. Deberia morirme” Te respondo: Esa persona se dice eso porque siempre espera que los demás le digan lo que quiere escuchar, acrecentar su EGO y como ya dije anteriormente, es un ejemplo de una mente NO REGENERADA, que no soporta el no ser exitoso.

    Bueno, todos quieens padecen de suopuesta autorestima, buscan justificarse ante los demás y ante Dios, victimizándose, pro, como bien dice Paul Washer: El hombre es una aborrecedor de Dios, que peca porque aborrece a Dios, SU VIDA SE DESTRUYE PORQUE ABORRECE a Dios y se ha rebelado contra Dios. Asi que el problema de la estima baja no viene de los sentimientos de las personas, sino de cuál es su situación ante Dios, Y el artículo, lo deja muy claro.

    Saludos y bendiciones.
    A los demás, examínense a ustedes mismos si es que están en la fe.

    lucho escribió:
    27 febrero 2013 en 2:08 pm

    ante todo esto descubro una cosa>>>como el error es sutil, la psicología que se apoya en una perspectiva antropocentrica siempre confundirá. gracias armando por su articulo es muy bueno y cortante, como suele ser los argumentos bíblicos. roguemos a Dios porque este medio que es los estudios en el campo de la psicología, no sean tomados como superiores a la biblia o igualados, esto pone de relieve cuanto danio han hecho todas estas corrientes de pensamiento.

    Gina Bautista escribió:
    25 marzo 2013 en 11:58 pm

    Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

    ¡EXCELENTE ESTUDIO!

    CRISTIANO escribió:
    11 May 2013 en 12:25 am

    ME PARECE TAN TONTO QUE USEN LA PALABRA DE DIOS PARA DEBATES TEÓRICOS… E SEÑOR NO NOS MANDA ESO,. SI NO A PREDICAR SU PALABRA ..ESA ES LA ÚNICA MISIÓN QUE NOS DEJO..ESE GRAVEN. Y CREO QUE CUANDO HABLAMOS DE AUTOESTIMA. NO HABLAMOS DE QUE DIOS NOS DIJO AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO NO QUIERE DECIR QUE NO NOS AMEMOS, POR QUE DIOS NOS AMO PRIMERO, SE SUPONES QUE DEBEMOS AMARNOS, POR QUE SOMOS TEMPLO DE SU ESPÍRITU, COMO NO AMAR NUESTRO TEMPLO, NUESTRO SER. TRASGIVERSAS LA PALABRA (ESO VA PARA EL QUE CREO ESTE ARTICULO. DEDÍCATE A PREDICAR U DEJA DE VER LA PAJA EN EL OJO AJENO. ANDA Y AMA MAS A TU PRÓJIMO QUE TANTO CRITICAS A LOS PSICÓLOGOS Y PERSONAS QUE SEGÚN TU USAN MAL LA PALABRA, PERDÓNALOS SI ES ASO, Y DEDÍCATE A PREDICAR SI ES QUE ERES CRISTIANO—BENDICIONES-

    CRISTIANO escribió:
    11 May 2013 en 12:31 am

    HA Y POR CIERTO EN MI IGLESIA., HAY MUCHOS PSICOLOGOS, QUE AL CONTRARIO DE LOS COMENTARIO QUE VEO A ACA, NO SE DEDICAN A NEGAR LA ANTURALEZA PECAMINOSA, AL CONTRARIO. REALIZAN UNA LABOR COMPLETA CON AQUELLO JOVENES QUE VIENEN CON PROBLEMAS DE AUTOESTIMA, O DE VIOLENCA O DELINCUENCIA Y OTROS MALES DE ESTA SOCIEDAD. DIOS NOS DA LAS ARMAS,, LA SABIDURIA AUN VIENE DE DIOS. SI LA PALABRA ES UN ARMA PODEROSA DE DIOS PARA LEVANTAR A CUANDO DEPRIMIDO, A PUNTO DE EL SUICIDIO, COMO NIEGAN SU EFICACIA CON ARGUMENTOS EGOCENTRISTAS.

    Hernan Simioni escribió:
    30 junio 2013 en 6:38 pm

    exelente aporte!! clarisimo y biblico!!Dios lo bendiga Armando!!

    Juan escribió:
    24 julio 2013 en 10:26 pm

    Mateo 6:33. Si logramos ese acercamiento, esa rendición del yo ante Dios, si morimos a nosotros mismos y permitimos que Jesucristo nos de su carácter y reine en nuestras vidas; a medida que eso suceda el nos ira transformando, nos dará los frutos del espíritu que curaran los problemas de «baja autoestima».A medida que le adoramos nos acercamos a El. Nos acercamos a El, a la cruz, El nos sana.
    Gracias Hermano por este articulo, muy claro, muy instructivo, muy BÍBLICO.

    Adams Hernández escribió:
    13 septiembre 2013 en 5:58 pm

    Algunos comentarios hacen énfasis en la palabra «como» interpretando que es una condición en el versículo, diciendo que debemos amarnos a nosotros mismo para poder amar a los demás. Si fuera una condicionante en el versículo tendría que decir, «Si te amas a ti mismo entonces amarás a los demás», esa es una frase condicionante. La palabra «como» significa una comparación. En otras palabras, se podría parafrasear «Amarás a los demás de la misma forma que lo haces contigo». Este versículo no respalda el amor propio, sino que esta dando por sentado que lo hay. Bendiciones.

    emi escribió:
    28 julio 2014 en 3:51 pm

    esto realmente es desastroso, como alguien pude amar a otro si no se ama a si mismo uno o puede dar de lo que no tiene, y con respecto a lo de que para Dios no somos nada es incierto porque en 1 pedro 2:9 Dios dice lo contrario y si para El no fuéramos nada no se hubiese entregado por nosotros

    emi escribió:
    28 julio 2014 en 4:10 pm

    estoy totalmente de acuerdo con natalia

    hyde54 escribió:
    2 febrero 2015 en 11:01 pm

    Totalmente en desacuerdo con su explicacion hermano, con todo respeto se lo digo que tiene que orar a Dios para que le quite el espiritu de error que tiene ud. El problema del baja autoestima es almatico y ud. lo esta tratando como espiritual recuerde hermano que el ser humano es tripartito cuerpo, alma y espiritu, los 3 deben estar en perfecta armonia para con el señor, al decir que que nosotros no debemos amarmos nosotros mismos estaria rechazando una parte importante de la perfecta creacion de Dios que es el alma, ademas de recalcar ud que nosotros no » valemos nada» cosa que no es cierto pues Dios afirma que nosotros fuimos creados para estar en comunion con el y no creo que sinceramente no valga nada para el Señor, el señor ama a su creacion y en la biblia lo deja claro con una prueba seria Jesucristo, espero que me entiendq yno se ofenda.
    Ahora con respecto a lo de natalia esa joven hmano dice esas frases, «soy fea, porque algunos me miran mal»nadie me quiere» porque es un problema de baja autoestima y lo repite inconscientemente y muy probable consciente dentro de ella y eso es almatico no espiritual, y eso requiere ayuda y Dios se la puede brindar!!! espero me enienda hermano pero creo que deberia estudiar tambien del alma

    Javiersito Ramos escribió:
    18 febrero 2015 en 6:43 pm

    varon busque trabajo de otra cosa porque biblicamente ud tiene problemas

    Dante escribió:
    19 febrero 2015 en 2:48 pm

    La ciencia (cual fuere, incluida la psicología) no enseña verdades bíblicas, la ciencia es una actividad humana que provee de herramientas para aprehender la realidad.
    Los que nos dedicamos a la ciencia (bendiciones a todos los creyentes que abrazaron una profesión)no tenemos que justificar nuestros quehaceres con las enseñanzas bíblicas, están en categorías diferentes, pero tampoco significa que tengamos que partirnos en dos. El médico puede orar porque sus pacientes sanen, el abogado puede enseñarlos a invitar a Dios a su matrimonio, aun cuando esté procesando un divorcio, el maestro puede educar conductista o constructivistamente y a la vez enseñar que de Dios emana la vida, la sabiduría y todas las virtudes humanas aprehensibles.
    Creo que quien quiere detractar la ciencia con la palabra de Dios lo puede hacer, y lo contrario también es posible. Pero entendamos que son dos categorías de análisis diferentes que no pueden ser tratadas bajo los mismos principios y criterios de análisis.
    Por último, creo que esto da lugar a confusiones terribles como el hecho de creer que el concepto autoestima se refiere a un amor de si mismo, o que la evolución es un concepto que niega las verdades bíblicas, (los microorganismos evolucionan, o porque los creyentes acuden a vacunar a sus bebes). En el caso de la autoestima, nos queda muy claro que el principio bíblico es la negación de uno mismo, pero también entiendan que todo ser humano tiene una historia, un contexto y una carga cultural y genética que determina sus procesos mentales y sus actitudes contextuales (creencias y valoraciones), ahí se da el concepto de sí mismo y cuando Dios restaura la vida del hombre entonces hay un nuevo nacimiento, lo que incluye una nueva mente y un alma reconciliada con Dios, es decir, una nueva concepción de sí mismo.
    Recalco, la autoestima es lo que creo que soy… hijo de Dios, coheredero, amigo, justo, nación santa, real sacerdote, SALVO… y todo no de mi mismo, sino por GRACIA de Dios, yo soy lo que Dios ha dicho de mi…
    Aprendamos los creyentes a ver la ciencia con los ojos de Cristo, y a entender a los hermanos que se dedican a su estudio. Ser científicos no nos aleja de Dios; ni ser creyentes nos hace ignorantes.

    Luci Adriana Hernandez escribió:
    26 enero 2016 en 8:02 am

    cada mandamiento nos guarda y preserva… no hay nada de malo en hacerlo. el mismo Dios lo hizo innumerables veces en el antiguo y nuevo testamento con sus hijos amados, el amor propio es esencial y no nos aleja de Dios en ningun momento al contrario nos acerca y con esto le manifestamos lo agradecidos que estamos con lo que creo (nosotros) negar lo valioso que somos es decirle que nos agrada su trabaja, el me predestino es parte de mi autoimagen que esta ligada a mi autoestima, segaurnos por fanatismos nosaleja de los demas y no nos permite escuchar ni entender, si Dios me amo, por que no amarme?…

    Alex escribió:
    22 marzo 2016 en 6:45 am

    Recommendaría
    Consejeria biblica, John MacArthur .
    Buen estudio. Bendiciones!

    Xavier Medina escribió:
    22 marzo 2016 en 10:09 am

    Muy buen artículo, saludos y bendiciones. Y al mirar entre los comentarios alcanzo leer que algunos comentan que es tanto el amor que Dios nos tiene a los elegidos que envió a su hijo a morir en la cruz para perdón de nuestros pecados, en mi parecer y por lo que he estudiado el punto principal de la muerte de Jesús en la cruz es algo más grande que solo salvarnos es «Buscar la Gloria de Dios a través de su sacrificio» y nosotros somos ese medio para que esa gloria sea visible, Dios nos ama no porque seamos especiales, o porque seamos la niña de sus ojos, Dios nos ama por que a través de ese amor se glorifica en nuestras vidas y esos nos hace especiales, su gloria nos hace especiales (nos hace la niña de sus ojos) porque de algo corrompido, sucio y miserable, el tiene misericordia y nos transforma para que Él y solo Él reciba gloria. Entonces, si entendemos esto, ¿En donde esta la autoestima?. Saludos y bendiciones

    andres escribió:
    4 abril 2016 en 12:23 pm

    Es obvio que por esto la religión solo es para tontos.

    carlos escribió:
    4 junio 2016 en 3:59 am

    Dios gracias por derramar tu espiritu ..en personas ..que te amam .gracias por tu palabras y tus emseñansas ..señor .pido perdon mis pecados ..lo pido sim mereserlo en el nombre de tu hijo amado
    jesus ..amen. ..

    Ara escribió:
    15 julio 2016 en 12:34 pm

    Definitivamente el ególatra peca contra Dios pues ha hecho de su persona su centro de adoración. Y el que vive en la idea de que no vale absolutamente nada, necesita urgentemente aceptar que la Biblia dice: digo, Pues por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que «DEBE DE TENER» SINO QUE PIENSE DE SI CON CORDURA, CONFORME A LA MEDIDA DE FE QUE DIOS REPARTIÓ A CADA UNO. Rom. 12:3 eso quiere decir que el ser humano debe pensar con cordura y aceptar que tiene debilidades perooo que también tiene el privilegio de tenerse en un concepto basado en las bendiciones que Dios repartió.

    Alcaro escribió:
    26 septiembre 2016 en 11:08 pm

    Buenisimo el comentario. Comparto este estudio ya que La Sabiduria que viene de lo alto no puede mezclarse con la sa biduria humana. Cuando el agua se mezcla con e vibagre, eso ya deja de ser agua pura.
    Hay un personaje que se llama Ramon Torres, psicologo, en su facebook mezcla sin descaro la psicologia con La Palabra de DIOS. Y tiene muchos seguidores cristianos que lo alaban. Este señor es un verdadero falso profeta.

    Carlos Camarena escribió:
    6 octubre 2016 en 11:14 am

    Carlos

    Personalmente agradezco el artículo y el debate, he sacado varias ideas y conclusiones importantes para compartir, me queda claro que Jesús nos dice Amen a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a tí mismo. esto me dice que primero es Dios y después mi prójimo, al mismo nivel que yo, Dios me ama igual que a los demás, por eso debo amarme y valorarme igual que a los demás, ni más ni menos.

    Javier Ocampo escribió:
    7 octubre 2016 en 1:26 pm

    No estoy de acuerdo en este punto… si según el autor del artículo, «amarse a sí mismo» es en sentido negativo, visto como ego, entonces ¿debo amar a mi prójimo de ésta forma?.
    No puede ser ese amor egoísta… debemos amarnos, amar nuestro cuerpo: como templo de Dios debemos cuidarlo, alimentarlo, descansarlo, no someterlo a pecado… debemos amar nuestra alma: la salud emocional a través de todas las enseñanzas bíblicas para la vida cristiana… debemos amar nuestro espíritu: a través de nuestra comunión con Dios…
    De esta forma, podemos cumplir el mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»

    Cándido García escribió:
    4 agosto 2020 en 12:43 pm

    Aborrecer significa odiar, tener aversión. Es lo contrario de amar.
    Dice Dios que «nosotros (los que estamos convertidos a Él, los que somos Sus hijos adoptivos en Cristo) también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles,y aborreciéndonos unos a otros» (Tito 3:3).
    ¿Dónde deja lugar Dios para la autoestima?

    Lo que en Su palabra Dios nos manda, de forma imperativa y enfática, es el amor a todos, pero en especial a los hermanos en Cristo (aquellos que también son hijos de Dios, por medio de su fe en Cristo, como lo soy yo): «Un mandamiento nuevo os doy Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Jn. 13: 34-35).
    Y reitera: «Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os ye amado» (Jn. 15:12).

    Ese amor, no es «cualquier amor», sino que nos enseña, por medio de Su propio ejemplo, qué tipo de amor nos es requerido. Es el amor sacrificial: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga la vida por sus amigos», Jn. 15:13)

    El programa de Dios para Su Hijo, aquí en la tierra, no fue «la gloria», sino «primero la cruz, y después la gloria». Primero el sufrimiento, y después el reino (Isaías 53, etc.). Amar a Su Padre (y también a los elegidos, por amor a Él) implicaba sufrimiento, dolor, renuncia, negarse a sí mismo, sacrifico…hasta entregar la propia vida. Nada se dice de alcanzar previamente cierto grado de autoestima, para aprender a amar correctamente a los demás.

    .Nada de eso tiene lugar en el campo de la autoestima, a auto satisfacción (de mis necesidades) o la gratificación personal,

    NOTA: el prójimo es aquel [cualquiera sea su condición social, personal, espiritual, moral, su nacionalidad o el lugar donde se encuentre, etc.] que encontramos en nuestro camino (nuestra vida); el que de alguna manera llegar a ser «cercano» («próximo») a nosotros, porque conocemos de su necesidad. Es aquella persona de la cual estamos informados (tenemos conocimiento) de su necesidad.

    Nada de eso se logra o realiza por medio de poseer (previamente) una «sana» autoestima, o un amor correcto a uno mismo, sino por una negación de mi «ego», que pretende siempre sobresalir por encima de los demás; y, en consecuencia, amarme a mí primero (o, ante todo).

    Lo que Dios enseña en Su Palabra (que es normativa para cualquier cristiano) no es la autoestima, sino más bien la «alterestima», o amor al prójimo, para lo cual uno debe considerarlo [siempre] como superior a uno mismo.

    «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse [y así poder zafarse (escapar, librarse) del enorme esfuerzo y sufrimiento que tenía que realizar para amar a Dios, y a aquellos que Dios le dio, Jn.17: 2, 6, 9, 11, 12, 24),
    «sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo….y estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y [no cualquier muerte] sino muerte de cruz». Él aceptó morir colgado en un madero (maldito, Gá. 3:13), antes que auto gratificarse, o reclamar Sus derechos, o levantar Su propia autoestima primero.

    ¿Cómo resumir «ese sentir» que hubo en Cristo Jesús, y que debe ser nuestro modelo, nuestro ejemplo, a la hora de relacionarnos con los demás? No sé qué nos diría la psicología; pero todos podemos ver claramente lo que Dios nos dice: «…estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio (autoestima, auto gratificación, etc.), sino cada cual también por lo de los otros» (Fil. 2: 1-8).

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