El Secreto (Una Crítica) – Parte I

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clip_image002El Secreto (Una Crítica) – Parte 1

Gary E. Gilley

¿Ha escuchado usted El Secreto? Está muy de moda a lo largo de nuestra sociedad y aun se ha infiltrado en la iglesia. Desde programas informales de entrevistas diarios hasta el mundo comercial, El Secreto (detallado tanto en libro como en DVD) ha hecho impacto. La inspiración detrás del Secreto vino en 2004 cuando un libro antiguo llamado La Ciencia de Enriquecerse llegó a las manos de una mujer llamada Rhonda Byrne. Byrne experimentaba un período difícil en su vida y el mensaje de este libro rejuveneció su imaginación. Durante el curso de los siguientes dos meses, Byrne leyó centenares de libros y estudió las vidas de grandes líderes en la historia. Ella descubrió y afirma, que muchos grandes del pasado (e.g. Churchill, Einstein, Emerson), así como del presente (e.g. Jack Canfield, autor y co-creador de la serie best-seller Caldo de Pollo para el Alma), se dio cuenta de la información encontrada en El Secreto. En el pasado, aquellos mantuvieron en privado esta información. Byrne, sin embargo, quiso diseminar lo que ella había aprendido para las masas. Así empezó su nueva misión en la vida – para propagar el conocimiento que ella había descubierto para los confines del mundo. Y así empezó el viaje de El Secreto.

El Secreto, escrito por la Sra. Byrne, es uno de los libros más rápidos vendidos de la historia. A partir del 8 de mayo de 2007, había vendido 5.3 millones de copias y su editor publicista, Simon y Schuster, dijo que vende 150,000 a la semana. Además hay un video sobre demanda versión Web, (también disponible en DVD).  Las series se estrenaron en marzo del 2006 y el DVD ha vendido 1.5 millones de copias. (Usted puede observar los primeros 24 minutos del DVD en línea gratis en You Tube). Por supuesto, no perjudicó la causa de Byrne cuándo Oprah dedicó unas dos horas del programa para el proyecto, y anunció que ella había estado utilizando El Secreto toda su vida y simplemente no lo sabía.

¿Qué es esto?

En el corazón de El Secreto está la “ley de la atracción” que es, simplemente, que nuestros pensamientos controlan el universo. A través de la ley de atracción obtenemos nuestros deseos. Cuando sabemos lo que queremos, creyéndolo ocurrirá y nos veremos en abundancia, lo atraeremos.  “Funciona todo el tiempo, con toda persona”.[1]

Los “expertos” en el DVD y el libro nos aseguran que “la ley de atracción es realmente obediente”. De hecho es como “tener el universo como su catálogo y usted lo hojea y escoge, ‘Pues Bien me gustaría tener esta experiencia y a mí me gustaría aquel producto y a mí me gustaría tener a una persona como esa’…usted simplemente coloca su orden con el universo. Es realmente tan fácil”.

¿Cómo es que la ley de atracción surte efecto? Todo ello se remonta a su mente. “Lo que usted piense acerca de usted lo atraerá. Su vida es una manifestación física de los pensamientos que pasan en su cabeza”. La teoría es que lo semejante atrae a lo semejante, por consiguiente todo lo que hay en su vida es lo que usted atrae, bueno o malo.

Puesto que tenemos miles de pensamientos todos los días (hasta 60,000 se nos dice), ¿cómo sabemos lo que estamos atrayendo?  Después de todo, es imposible atraer cada cosa que atraviesa nuestras mentes. La clave recae no sólo sobre nuestras mentes sino en nuestros sentimientos. Son nuestros sentimientos los que nos hacen saber lo que atraemos a nuestras vidas. “Si usted se siente bien que su futuro está en camino con lo que usted desea. Cuando usted se encuentra mal usted está creando un futuro que se está saliendo del camino de sus deseos”.

Es altamente importante, entonces, estar en contacto con sus sentimientos porque “cualquier cosa que usted esté pensando y sintiendo hoy estará creando su futuro. Y usted obtiene exactamente lo que usted está sintiendo, no tanto lo que usted está pensando”.

Éste sería un buen punto para distinguir entre el optimismo general y el pensamiento positivo del mensaje de El Secreto. La mayoría de la gente estaría de acuerdo que nuestro punto de vista sobre la vida tendrá un impacto profundo sobre cómo vivimos. Aquellos que tienen mucho entusiasmo por la vida, altamente motivados y excitados acerca de los prospectos por delante de ellos probablemente lograrán mucho más, y harán aquello con mucha más alegría, que aquellos que simplemente resisten o aun temen su existencia. Creo que podría generalmente estar de acuerdo que nuestros pensamientos puedan tener un efecto real en nuestra salud. Si bien el jurado aún está deliberando, algunos estudios han concluido que la tensión, el temor, el dolor, la depresión y la ansiedad son factores principales en ciertas enfermedades. Pero eso no es lo mismo que decir que nuestros pensamientos “crean” el futuro.  Nuestros pensamientos, en gran medida, contribuirán a cómo no sentimos y juntos pueden afectar el futuro pero ellos no producen “exactamente” lo que pensamos y sentimos.

La Escritura también coloca una gran importancia a la mente – el cómo pensamos y lo que pensamos es crucial.  Como cristianos sabemos que es a través de “la renovación de nuestras mentes” que nuestras vidas son transformadas (Romanos 12:2). Recibimos instrucciones de llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo”, queriendo decir que cada filosofía y cada creencia que está en contra de la verdad de la Palabra de Dios deben ser desafiadas y derrotadas no sea que ellas conformen nuestro pensamiento y nuestras vidas al del mundo. Es por estas razones que Pablo nos reconviene a pensar o hacer hincapié en las cosas que son verdaderas, honestas, justas, puras, amables, de buen nombre; si hay virtud, si algo digno de alabanza (Filipenses 4:8). Esto no es una llamada aun “pensamiento positivo” sino a un pensamiento bíblico. Así es que la Escritura no niega el papel de la mente para forjar nuestras vidas – eleva el papel de la mente. Pero también lo limita. Nuestros pensamientos tienen poder pero no todo poder. Afectan pero ellos no crean o determinan. El poder, la creación y el destino final recaen en las manos de Dios no en las mentes de las personas. El pensamiento positivo tiene nublado estas líneas por años, pero El Secreto borra las líneas y con ellos toda duda. Con El Secreto nosotros somos el árbitro y el juez final. Nuestros futuros están en nuestras manos – Dios es eliminado enteramente.

Cómo usarlo

El Secreto le ofrece un plan de tres pasos a manejar el universo.

Paso #1 – Pregunte.  Haga una orden del universo…El universo responde a sus pensamientos. “Está algo así como colocar su pedido con el universo. Es realmente tan fácil”.

Paso #2 – Crea.  Crea que es ya suyo, “y el universo comenzará a reacomodarse a sí mismo haciéndolo posible para usted”.

Paso #3 – Reciba.  “Comience a sentirse maravilloso acerca de eso, sienta la forma en que usted sentirá una vez llegue; siéntalo ahora”.

El problema con implementar estos pasos simples, nos dice Byrne, es que no hemos pensado de esta manera en el pasado. Así que ¿cómo cambiamos nuestro pensamiento a fin de que podamos comenzar a atraer las cosas que queremos?  Hay dos componentes importantes. Primero debemos ser “agradecidos”. Cuando usted es agradecido usted comenzará a atraer más de las cosas buenas que usted desea. Sin lugar a dudas el agradecimiento es una característica que es correcta y bíblica. Sin embargo, el agradecimiento en el sistema de El Secreto es meramente una herramienta manipuladora para ejercer presión sobre el universo para darnos más – más de lo que queremos.

El segundo componente es visualizar, “cuando usted visualiza usted materializa”.  En el DVD se da un ejemplo de visualizar un coche completamente nuevo. Usted debe verse ya sentado en el coche, disfrutando de un paseo, emocionándose por la experiencia. Es este poder de visualizar que da como resultado el materializar el coche.

¿Cómo ocurre esto? Por lo que no es nuestro trabajo preocuparse cómo ocurre; es nuestro trabajo ajustar nuestros deseos al universo para “los comos son el dominio del universo; siempre sabe la forma más breve, más rápida, más acelerada, más armoniosa entre usted y su sueño”. “Si usted lo voltea hacia el universo usted será asombrado y deslumbrado por lo que se le entregue. Aquí es donde la magia y los milagros ocurren”. Es en este punto en El Secreto que encontramos el universo impersonal tomando sobre las cualidades personales (y Divinas).  “El universo conoce, efectúa la entrega, produce magia y milagros. Es de nosotros pedir, creer, recibir y visualizar; es del universo traer nuestros deseos a nosotros”.

Pero tenga cuidado. Si usted ve y visualiza cosas negativas usted las recibirá igualmente. De hecho usted debe tener el cuidado ni de aun utilizar palabras negativas como “no lo haga, ó no”.  Por ejemplo, “si usted piensa deuda, aun si usted piensa salir de deudas, usted atrae la deuda”. Byrne llega inclusive a indicar: “los pensamientos imperfectos son la causa de los males de toda la humanidad, incluyendo la enfermedad, la pobreza, y la infelicidad”. De hecho “cualquier cosa en la que enfocamos la atención nosotros creamos, así que si estamos realmente enojados por una guerra que está ocurriendo o una contienda o sufriendo, le añadimos la energía a ello…y todo esto solo agrega resistencia”. Por consiguiente, los movimientos opuestos a la guerra crean más guerra. El movimiento antidroga crea más drogas, porque nos enfocamos en lo que no queremos.

Además, Byrne aconseja que debiéramos eludir a aquellos que están en estas condiciones no sea que seamos infectados por sus pensamientos negativos.

Las Enseñanzas Espirituales de El Secreto

Mientras que El Secreto afirma poco ser una religión, ciertamente tiene alusiones religiosas. De hecho El Secreto es claramente panteísta tal como es evidente de las siguientes citas:

“Todo en el universo es energía” [y] “todo en el universo está conectado; es simplemente un campo de energía, y la energía es Dios; es la misma descripción simplemente con terminología diferente”.

“[nuestro ser físico] justamente sujeta nuestro espíritu, y su espíritu es tan grande, llena el cuarto; usted es vida eterna, usted es fuente de energía, usted es Dios manifestado en forma humana, hecho a la perfección”.

“Bíblicamente, podríamos decir que somos la imagen y semejanza de Dios. Podríamos decir que somos otra manera en que el universo se hace consciente de sí mismo”.

Note la frase: Todo en el universo es energía; la energía es Dios; usted es Dios; usted es el universo. Esto es teología de panteísmo puro (Dios es todo) y monismo (todo es uno). Tal teología encaja bien con las religiones del este (como el budismo o el hinduismo) y su contraparte de la novela del Occidental en lo que solió ser llamado el Movimiento de la Nueva Era. Pero esta perspectiva de Dios y del universo no es cristiana y ciertamente no bíblica.

Extraído directamente de sus raíces panteístas El Secreto da a las personas los mismos atributos de Dios. Mientras que la Escritura nos dice que Dios es el creador, El Secreto dice que tenemos voz igual: “Usted tiene el potencial y el poder de Dios para crear su mundo, y usted lo es”. “Somos creadores de nuestro universo, y cada deseo de lo que queremos crear pasará en nuestras vidas”.

Y somos omnipotentes: “Usted es el diseñador de su destino; usted es el autor; usted escribe la historia; la pluma está en sus manos, y el resultado es cualquier cosa que usted escoja”. “¿Hay límites para esto?  Absolutamente no; somos seres ilimitados, no tenemos cielo raso, las capacidades y los talentos y los dones, el poder que está en cada individuo en este planeta es ilimitado”. Un contribuyente para el DVD aun hace la afirmación oscura de que “usted tiene bastante poder en su cuerpo humano para iluminar una ciudad entera por casi una semana”.

Adicionalmente somos nuestro juez final: “Su propósito es lo que usted dice que es; su misión es la misión que usted se da; su vida será la que usted cree y nadie nos juzgará, ni ahora ni nunca”.

Los atributos que Dios afirma para sí en la Escritura son adscritos a seres humanos en El Secreto, por consiguiente Dios no es necesitado y no es deseado en el sistema. ¿Quién necesita a un Dios cuando somos Dios? Quien necesita a un Dios omnipotente, infinitamente sabio, justo y creador cuándo nosotros, a través de la ley de la atracción, tenemos todo poder, podemos conectarnos con un universo infinitamente sabio para crear nuestro mundo y nadie puede juzgarnos sobre lo que hacemos.

Los enlaces de El Secreto con otras religiones.

Mientras que El Secreto es claramente antitético al Cristianismo, tiene muchos puntos en común con otras religiones. A continuación se presentan algunas referencias rápidas.

El paganismo

Algunos años atrás muchos hablaron del Movimiento de la Nueva Era. Usted no escucha mucho acerca de esto hoy porque el Movimiento de la Nueva Era se ha vuelto representativo de la mayoría; es decir, sus ideas se han infiltrado a nuestra sociedad. El Movimiento de la Nueva Era es básicamente paganismo siendo introducido en el mundo del mundo occidental. Era una creencia en el mundo espiritual como los paganos siempre han creído. Hoy escuchamos que el mundo occidental es más espiritual en cualquier otro momento en la historia reciente, pero esta espiritualidad es mayormente una comprensión pagana de conexión con los espíritus.

Podemos ver lo que el paganismo es observando su forma cruda en el mundo hoy. Un ejemplo excelente es lo que el africano erudito evangélico de religiones tradicionales Africanas Yusufu Turaki nos dice.[2]

1) Las religiones africanas son pragmáticas. Las personas quieren una religión que pueden usar para encontrar sus necesidades y les provean sus deseos.[3]

2) Las religiones africanas no son sistemas cognitivamente orientados con doctrinas esotéricas y reglas o regulaciones estrictas. Más bien son existenciales y experimentales – más sentimiento que entendimiento.[4]

3) Hay cinco creencias fundamentales de las religiones africanas.  Una creencia en:[5]

þ Los poderes místicos impersonales.[6]

þ Los seres espirituales.[7]

þ Muchas divinidades (esto es por qué los africanos pueden creer en Jesús sin negar a sus otros dioses).

þ Un Ser Supremo (Dios).

þ Una jerarquía de poderes y seres espirituales.

4) Los africanos desean una religión de poder.[8]

5) Incluso cuando los africanos se convierten en cristianos, hay una tendencia a que el cristianismo se vea tan sólo como un primer paso a misterios más grandes y a poder.[9]

6) En las religiones africanas Dios es manipulado, en el cristianismo El es alabado.[10]

7) Los africanos creen que las palabras tienen un poder innato.[11]

8) Los africanos usan la magia para manipular el mundo y a los espíritus alrededor de ellos.[12]

De esta idea breve de las creencias paganas modernas del día de hoy es fácil reconocer que El Secreto tiene muchas características coincidentes.

Hinduismo

La ley de la atracción tiene creencias similares como el hinduismo, especialmente como es relacionado al karma. El karma enseña que finalmente recibimos lo que merecemos, lo que atraemos – bueno o malo. Cuando las cosas horribles o grandes cosas ocurren, según el karma, ocurren porque nuestras acciones pasadas les dan permiso. Finalmente obtenemos exactamente lo que merecemos o atraemos.

Mientras que el karma está más preocupado con la moralidad, eventualmente todos nosotros atraemos exactamente lo que merecemos aunque puede tomar muchas vidas (reencarnaciones). Con la ley de atracción atraemos no tanto lo que merecemos como lo que queremos (El Secreto no tiene nada que ver con lo bueno y lo malo) y nosotros hacemos eso en nuestras vidas….Eso resulta ser un sistema conveniente para los occidentales que quieren todo para ayer y están entusiasmados con el pensamiento y práctica oriental.

Wicca

Al igual que El Secreto, Wicca ve a Dios como una fuerza impersonal. Wicca es una religión animista que enseña que todo está imbuido de una fuerza vital o una energía. Para los practicantes de Wicca la magia es esencialmente la idea de que las fuerzas o los espíritus pueden ser manipulados para lograr objetivos personales. La magia es “el arte o la ciencia de provocar un cambio para que suceda de conformidad con la voluntad”.[13] La similitud a El Secreto es obvia.

Muchos creen que los adherentes del Wicca son adoradores a Satanás, pero ese no es el caso. Realmente niegan la realidad de Satanás por la misma razón que El Secreto rechaza la negativa: “creemos que darle un nombre al mal es darle poder al mal”. [14]

Gnosticismo

El Gnosticismo antiguo, así como también su contraparte moderna, el neo-gnosticismo, prolifera en secretos y misterios. El Gnosticismo fue una versión falsificada del cristianismo comenzando en el segundo siglo el cual estaba lleno de secretos esotéricos disponibles sólo para un grupo de elite de líderes que estaban al corriente. El Secreto favorece simplemente una atmósfera completa de secretos conocidos por algunos. La minoría sin embargo están dispuestos a compartir lo que saben – por un precio.

Trataremos los vínculos de El Secreto con el Cristianismo en nuestro siguiente artícilo.

[1] A Menos que se indique, todas las citas son tomadas del DVD de El Secreto.

[2] Yusufu Turaki, Foundations of African Traditional Religion and Worldview ( Nairobi, Kenya : WorldAlive Publishers Limited, 2006).

[3] Ibid., pp. 15,107,117.

[4] Ibid., pp 19,33.

[5] Ibid., pp. 23-29.

[6] Ibid., p. 24.

[7] Ibid., pp. 68-70; 81-87.

[8] Ibid., pp. 35-36; 47-48; 56-57; 89-96.

[9] Ibid., p. 96.

[10] Ibid., p. 78.

[11] Ibid., pp. 97-98.

[12] Ibid., pp. 99-104.

[13] Areopagus Journal; July-August 2006, p. 24.

[14] Ibid, p. 23

Aclarando el Calvinismo – Conclusión

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21 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte VIII: Para resumir…

Hemos estado tomando nota de cinco verdades importantes dadas a entender en las siete palabras de 1 Juan 4:19 (“le amamos Porque él nos amó primero”). Hice una aliteración de las cinco implicaciones de este texto que enfaticé para usted, pero si usted simplemente les da ligeramente nombres diferentes, se deletrearía TULIP:

* La perversidad de nuestro estado caído – esa es la doctrina de la Depravación Total.

* La prioridad electiva de la elección de Dios – esa es la doctrina de Elección Incondicional

* La particularidad de Su obra salvadora – esto, como hemos visto, vínculos la doctrina que a menudo es llamada la Expiación Limitada.

* El poder de Su liberación amorosa – esa, de nuevo, es la doctrina de la Gracia Irresistible.

* La perfección de Su plan redentor – no es nada mas que la doctrina de la Perseverancia.

Usted podría ser una de esas personas que no quiere ser llamado un calvinista o un arminiano. Pero el hecho es, si usted es un cristiano del todo, usted ya afirma el principio básico en cada una de estas verdades. Usted ya sabe en su corazón que usted no fue nacido de nuevo porque usted era moralmente superior que sus vecinos incrédulos. Usted era digno de la ira de Dios tanto así como ellos (Efes. 2:1 3). Según Efesios 2:4-6, fue Dios que le apresuró y le mostró una misericordia especial – y por esto es que usted es un creyente. Usted ya sabe eso en su corazón. Usted realmente no cree que usted obtuvo fe y vino a Cristo en sus fuerzas y por su libre albedrío sin ayuda. Usted realmente no cree que usted sea moralmente superior a las personas que no creen. Usted por consiguiente debe ver, en alguna parte de su alma, que Dios le ha dado una gracia especial que él necesariamente no ha mostrado a todo el mundo.

Usted también cree que Dios es absolutamente soberano sobre todas las cosas. Sé que usted lo cree, porque usted se apoya en la promesa de Romanos 8:28. Y esa promesa no significaría nada si Dios no estuviera en control de cada detalle de todo lo que ocurra. Si él no está en control de todas las cosas, ¿cómo pudo El hacer que todas las cosas funcionen para bien?

Además, usted ora por los perdidos, lo cual quiere decir en su corazón, que usted cree que Dios es soberano sobre la salvación de ellos. Si usted realmente no creyese que él es soberano en salvar a los pecadores, usted había dejado de pedirle por el perdido y en lugar de esto comenzaría a hacer todo lo que usted pudiera para forzarlos a entrar al reino por las buenas o por las malas. Pero usted sabe que eso sería una insensatez. Y usted ora por otras cosas también ¿no es así? Usted le pide que Dios cambie el corazón de esta persona, o que modifique las circunstancias de ese problema. Eso es calvinismo puro. Cuando vamos a Dios en oración, expresamos fe en Su soberanía sobre las circunstancias de nuestras vidas.

Usted aun cree que Dios opera soberanamente en la administración de toda Su providencia. Usted dice cosas como, “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:15) – porque en su corazón usted cree que Dios obra todas las cosas bajo el consejo de Su voluntad, (Efes. 1:11) y nada ocurre aparte de Su voluntad.

Nada es más bíblico que estas doctrinas que son comúnmente llamadas calvinismo. En cierto modo, es una lástima que hayan recibido un nombre extrabíblico, porque estas verdades son la misma esencia de lo que la Escritura enseña. La misma esencia del calvinismo no es en ningún lugar más claramente afirmadas que en las palabras simples de nuestro versículo: “le amamos, porque él nos amó primero.”

Aclarando el Calvinismo – Parte 7

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clip_image002Aclarando el Calvinismo (Parte 7)

20 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte VII: Una segunda mirada a uno de los versículos más cortos en la Biblia

Hemos estado viendo cinco implicaciones doctrinales de un verso muy corto, 1 Juan 4:19: “le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Llegamos al punto tres. Este versículo no sólo resalta la perversidad de nuestro estado caído; y nos enseña acerca de la prioridad electiva de la elección de Dios; pero, en tercer lugar, nos muestra –

3. LA PARTICULARIDAD DE SU OBRA SALVADORA

¿Qué quiero decir por eso? Mire el versículo de nuevo: “le amamos a él, porque él nos amó primero”. Esas palabras expresan la convicción de Juan de que Dios ha hecho algo especial por nosotros. “Le amamos. . .” Pero no todo el mundo le ama. Dios ha hecho algo en nuestro beneficio y en nuestros corazones que él no hace por todo el mundo. Él ha demostrado un amor particular para nosotros.

El apóstol Juan estaba siempre muy al tanto de este hecho. Él se glorió del conocimiento de que el amor de Jesús por él era un amor especial. Esa es la implicación de su descripción favorita personal: “aquel discípulo a quien Jesús amaba” (Juan 21:7). Juan volvió a usar esa frase una y otra vez porque él se deleitó con el conocimiento de que Cristo le amó en particular. Dios lo había redimido en particular. Él no fue simplemente el beneficiario de una buena voluntad general que Dios tiene para toda creación; él estaba convencido de que el amor de Cristo para con él era personal y especial. Jesús le amó en particular.

¿Sabe qué? Cada Arminiano nacido de nuevo dirá eso también: Él me ama en particular. Él me ama con un amor especial. No soy simplemente un perro, lamiendo las migajas del amor general de Dios por todo el género humano. Soy uno de los hijos que él ha sentado en Su mesa. Él tiene un amor especial para mí. Cada Arminiano creyente podría referirse a sí mismo, como lo hizo el apóstol Juan: “aquella persona a quien Jesús ama”.

Por cierto, yo creo con todo mi corazón que Dios tiene un amor general de Dios para cada uno de la raza humana. “Sus misericordias sobre todas Sus obras” (el Salmo 145:9). Hechos 17:25: “pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.”– y esas son señales de bondad y buena voluntad genuina que se extiende hacia todo el que haya nacido. Dios aun ama a Sus enemigos (Mateo 5:45) “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.”

Pero el amor de Dios para el elegido es un amor particular. Él los ama con el amor de un Padre para con Sus hijos. Él les ama a cada uno excepcionalmente. Él los ama en una forma especial. Su amor para con ellos es la clase más alta y sagrada de amor conocido por el hombre. Ningún amor mayor posiblemente puede ser extendido para cualquier criatura. Y ese gran amor queda al descubierto en una forma particular. Es una clase sacrificial de amor que no hará escala en nada para conservar su objeto. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. El amor de Cristo lo movió a dar la vida por Sus amigos.

Mire de nuevo algunos v. 9-10: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” La prueba de Su amor electivo – y lo que amorosamente garantiza la salvación de Su pueblo – es la obra expiatoria de Cristo.

Dios dio a Cristo para morir por ellos con el fin de ser propiciación para sus pecados. Eso simplemente quiere decir que él satisfizo la justicia en su beneficio. Él satisfizo la ira de Dios en su beneficio. Él llevó su culpabilidad. Él murió en su lugar, a fin de que no tuviesen que sufrir el castigo por sus pecados. Él llevó la ira de Dios en su nombre. Él pagó totalmente la pena de sus pecados. Él fue su substituto. El murió por ellos en particular.

Así es que hablemos de “la expiación limitada”. Alguno de ustedes piensa, he ahí una doctrina que ningún Arminiano presupone. Realmente, pienso que cualquiera que cree que la expiación fue substitutoria presupone una doctrina Calvinista de la expiación. Y los Arminianos históricos y evangélicos si creen en la expiación substitutoria. Cristo sufrió en mi lugar. Él no fue un substituto para el castigo de Judas, porque si lo que dijo Jesús acerca de que Judas es cierto, Judas está en el infierno ahora mismo, sufriendo la ira de Dios por el mismo.

No me gusta la expresión “expiación limitada,” porque sugiere que la expiación es limitada en su suficiencia.

Déjeme aclarar esto a usted: Ningún calvinista verdadero cree eso. Si a usted tiene la idea de que el calvinismo establece algún límite en el valor o la suficiencia de la expiación, olvide esa idea. Cualquier calvinista que niega que la muerte de Cristo fuera suficiente para hacer expiación por los pecados de todo el mundo es un calvinista malo. El sacrificio de Cristo fue infinito en su suficiencia, “abundantemente suficiente como para expiar los pecados de todo el mundo”. (De hecho, esa frase, “abundantemente suficiente como para expiar los pecados de todo el mundo,” es citado directamente de los cánones del Sínodo de Dort, lo cual es la declaración original del calvinismo.) La muerte de Cristo es infinitamente suficiente y aquél sacrificio pudo haber expiado los pecados de todo el mundo, si eso hubiese sido el plan de Dios.

¿Pero fue ese el plan de Dios? O ¿Fue Su muerte el objeto central y supremo la salvación de aquellos que Dios había amado con un amor especial desde antes de la fundación de mundo? Creo que esas preguntas están definitivamente resueltas para siempre por 1 Timoteo 4:10: “esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.” En el diseño de Dios, la obra expiatoria de Cristo tiene un significado especial para el elegido, porque fue la manera por la cual él aseguró y garantizó su salvación para siempre. “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11). Y los Arminianos afirman la esencia básica de esa verdad – la expiación de Cristo es eficaz sólo para aquellos que realmente creen.

Note: Cuando Juan escribe: “le amamos, porque él nos amó primero,” él se dirige a aquellos que fueron los objetos particulares de la obra redentora de Cristo. Mire de nuevo el versículo 9: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” Éste fue el propósito de Dios en la muerte de Su Hijo: “para que vivamos por é”. Él emprendió esta obra salvadora por nosotros en particular, porque somos objetos especiales de Su amor eterno.

Hay más. Aquí hay una cuarta doctrina que encontramos enseñada en este versículo:

4. EL PODER DE SU AMOROSA LIBERACIÓN

Mire de nuevo el versículo: “le amamos porque él nos amó primero”. Juan dice que el amor de Dios por nosotros es la causa de – la causa eficaz – nuestro amor para con El. Otra vez, él no dice simplemente que el amor de Dios sea un motivo o un incentivo para nuestro amor. Más bien, el punto de Juan es que el amor de Dios es la causa productiva real de nuestro amor.

Recuerde que es imposible que una persona no regenerada espiritualmente ame a Dios. El corazón de la carne caída es por definición un enemigo de Dios. No tiene poder para cambiar por sí mismo, más que un leopardo puede cambiar sus manchas. Es la naturaleza de un pecador amar el pecado, y nada es más contrario a un corazón pecaminoso que el amor a Dios. Así es que es moralmente imposible para el pecador amar a Dios.

“¿Quién, pues, podrá ser salvo?” Recuerda usted la respuesta de Jesús a esa pregunta? “Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.” (Mateo 19:26). Él hace lo imposible. Su amor por nosotros es tal que él nos compra y nos busca y nos persuade amorosamente para amarle. Y para hacer posible ese amor, El aun bondadosamente nos da corazones nuevos que son capaces de amar. Esa es la promesa que él hace para Su pueblo en Ezequiel 36:

25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.

26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Eso habla de la obra regeneradora de Dios, por medio de la cual El nos resucita a un estado de vida espiritual vibrante e ilumina nuestras mentes para comprender Su verdad, y nos hace atractivas las glorias de Su amor para nosotros para que las encontremos absolutamente irresistibles.

De hecho, esa es exactamente la expresión que algunas veces usamos para hablar de esta verdad: La gracia irresistible.

Algunas personas entienden mal ese término y se imaginan que hay algún tipo de fuerza violenta o coerción involucrada en la atracción de Dios de nosotros a Cristo. Pero la gracia irresistible no es algo que nos empuje en contra de nuestras voluntades hacia Cristo; es algo que nos lleva voluntariamente a él.

Es similar a mi amor por mi esposa. La encuentro irresistible. Pero ella no fuerza mi amor por ella. Ella no utiliza alguna restricción aparte del puro atractivo de sus encantos a los que me llevan a ella. Pero ella es irresistible para mí.

La gracia salvadora de Dios es irresistible para el elegido en el mismísimo sentido. Hablamos de eso como “la gracia eficaz,” porque siempre asegura su objeto. Dios siempre obtiene un amor recíproco de aquellos en quienes él ha establecido Su amor redentor. Como Pablo escribió a en 2 Corintios 5:14: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron”. Murió por nosotros, así es que de ahora en adelante no podemos vivir para nosotros mismos.

Piense acerca de lo que esto quiere decir: No podemos tomar crédito personal por amar a Dios. Nuestro amor por Dios es un fruto del Espíritu, según Gálatas 5:22. Es la obra de Dios en nosotros. “Le amamos, porque él nos amó primero – nuestro amor por El es el fruto natural de Su gran amor por nosotros. Así es que usted puede ver el poder de Su liberación amorosa.

Aquí hay una quinta lección doctrinal de este simple versículo: También nos recuerda de –

5. LA PERFECCIÓN DE SU PLAN REDENTOR

Simplemente considere las primeras dos palabras de nuestro versículo: “amamos”. De nuevo, eso habla de un corazón completamente transformado. Al principio, no amamos. “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”. Eso es Tito 3:4 5. Habla una vez más de esa obra regeneradora que convierte nuestros corazones fríos, sin amor y de piedra en corazones que son capaces de un amor verdadero para con Dios.

E inherente a la misma misericordia que obtuvo nuestra salvación es una garantía que perseveraremos en ese amor hasta el final. Le amamos. Somos completamente libres de que la enemistad pecaminosa aquella que una vez nos mantuvo hostiles hacia El. Y El nos ama. Él no permitirá que nada ni nadie nos arrebate de Su mano.

Note los versículos 17-18:

17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Ese amor es un fruto del propio Espíritu de Dios, y por eso es un amor permanente. Echa fuera nuestro miedo; nos da la audacia aun en el día de juicio. No se desvanecerá o disminuirá. ¿Por qué? “pues como él es, así somos nosotros en este mundo.” Este amor nos conforma a Su imagen, y nos mantiene conformándonos a Su imagen, hasta que esa meta es perfectamente lograda. En otras palabras, el mismo amor que garantizó nuestra salvación del pecado en primer lugar garantiza nuestra perseverancia en la fe.

Aclarando el Calvinismo – Parte 6

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clip_image002Aclarando el Calvinismo (Parte 6)

19 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte VI: Le amamos porque El nos amó primero

Note: Este texto profundo es una declaración clara acerca del poder soberano del amor de Dios. Es una lección acerca de la soberanía del propósito salvador de Dios. Es una celebración de la gloria del amor soberano.

El versículo, a pesar de su brevedad, también resulta ser increíble y significativamente rico. Mírelo de cerca y usted verá al menos cinco grandes lecciones doctrinales que este versículo nos enseña. Hoy, consideraremos dos de ellas; luego miraremos las otras tres en el artículo de mañana.

Primero, el texto nos enseña acerca de:

1. LA PERVERSIDAD DE NUESTRO ESTADO CAÍDO

En otras palabras, nos subraya qué tan malo es nuestro pecado, y qué tan profundamente infectados estamos de tendencias pecaminosas.

Piense conmigo por un momento acerca de las implicaciones de esa frase al final: “Él nos amó primero”. En otras palabras, hubo un tiempo cuando no le amábamos. Esa es la misma esencia de la depravación, ¿no es así?–Un fracaso de amar a Dios como deberíamos. Nada es más completa y totalmente depravado que un corazón falto de amor hacia Dios. Romanos 8:7-8 dice: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”.

Esto describe a un estado desesperado de incapacidad absoluta para amar a Dios, para obedecer Sus mandamientos, o para complacerle. Ese es el estado de todos aquellos cuyos corazones no han sido renovados por Cristo.

Ésta es una expresión en particular patética originándose del apóstol Juan – quién en su evangelio se refiere a sí mismo repetidamente como “aquel discípulo que Jesús amó”. Note: En la propia mente de Juan, el amor de Jesús por él definió completamente quién era él.

¿Por qué tal característica prominente estaba en el pensamiento de Juan? Creo que él nos da una pista aquí mismo en nuestro versículo. La razón por la que él estaba tan consternado con el amor de Cristo por con él es que él sabía que el amor era completamente inmerecido. Él estaba muy al tanto de su pecado. Tan asombrado como estaba Juan con el amor de Cristo por él, él debía de haber estado igualmente asombrado ante la idea de que su propio corazón alguna había estado carente de algún amor por el Único quien es todo amor. ¿Cómo puede el corazón humano ser tan frío para el Único que es digno de nuestro amor? Alguien que verdaderamente aprecia la gloria del amor de Cristo, como Juan, estará consternado y horrorizado ante la comprensión de que nuestros propios corazones no le aman como deberían amarlo. El conocimiento de cuan perfectamente El nos ama produce tal sentido de una completa falta de mérito, ¿no es así?

Usted puede ver esto vívidamente, aun al final de la vida de Juan, cuándo él tiene una visión del Cristo resucitado en Apocalipsis 1, y él escribe en Apocalipsis 1:17, “y cuando le vi, caí como muerto a sus pies”. Él literalmente cayó en un coma, porque esta visión del Cristo glorificado le golpeó duramente con algo semejante a un sentido abrumador de su pecado. Y en una respuesta casi involuntaria, él se desplomó sobre su rostro en un desmayo por el miedo. Y allí él yació hasta que Jesús “puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas”.

Esa misma conciencia abrumadora de pecado y vergüenza se sobreentiende según las palabras de nuestro versículo: “le amamos, porque él nos amó primero”. Somos tan completa y totalmente depravado que si Dios Mismo no nos amó con un amor redentor, nunca le habríamos amado en absoluto. Si eso no le llena de una conciencia de su propio pecado – si no le impacta con una comprensión severa de la dureza impenetrable del corazón humano caído – entonces usted necesita meditar en ello un poco más.

Espero que usted pueda ver cómo evidentemente y enérgicamente subraya este versículo la misma esencia de la depravación humana. No hay nada más desesperadamente malvado que un corazón que deja de amar a Dios. No hay nada más ciego e irracional y pecaminoso que no amar a Alguien tan digno de nuestro amor. No deberíamos necesitar ningún motivo de amarle aparte de la pura gloria de Su ser perfecto. ¡Y aun así, no le amaríamos en absoluto si él primero no nos hubiera amado!

Recuerde, éste es el primer y gran mandamiento (Mateo 22:37): “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Toda la ley de Dios está resumida en esta simple regla. Quebrantar ese mandato es fracasar en cada punto de la ley. No hay nada más completo y totalmente perverso.

Y aún, nuestro versículo nos recuerda que somos tan desesperadamente y totalmente perversos que ni uno de nosotros alguna vez verdaderamente podría amar a Dios a menos que Dios Mismo nos permitiese hacer eso. Esa es la doctrina de la depravación total en resumidas cuentas. Quiere decir que somos completamente incapaces de salvarnos. Tenemos una incapacidad moral debilitante que hace que nuestro amor para con El sea una imposibilidad absoluta hasta que El intervenga para darnos la capacidad para amarle.

No podemos por pura fuerza de voluntad de hacer que nuestros corazones le amen, porque como criaturas caídas que somos, amamos tanto nuestro pecado y nuestra rebelión que nuestros deseos están torcidos. Nuestros afectos están torcidos y desesperadamente corruptos. Y somos impotentes para cambiarnos a nosotros mismos. “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jeremías 13:23). “Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente” (Isaías 1:5). “Engañoso es el corazón [no-regenerado] mas que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).

Nuestros corazones están envenenados por el pecado, y por esto es que no amamos y no podemos amar a Dios por nosotros mismos. Eso es precisamente lo que queremos decir cuándo hablamos de la depravación total. No es que nosotros somos tan malos como posiblemente podríamos ser, sino que ese mal nos ha infectado completamente – en cada parte de nuestra alma – a fin de que seamos incapaces de tener deseos justos y motivos santos y afectos de amor hacia Dios. Algunos teólogos prefieren la expresión incapacidad total, en lugar de depravación total. Pero la verdad es que es lo mismo – y espero que usted pueda ver cómo se sobreentiende en este texto. Los Arminianos, si son verdaderos Arminianos, y no pelagianos en toda la extensión de la palabra, realmente afirman esa verdad.

Así que esa es la primera doctrina enseñada por este versículo: La perversidad de nuestro estado caído. Aquí hay una segunda:

2. LA PRIORIDAD DE LA ELECCION DE DIOS

Él nos amó primero. Eso es exactamente lo que este versículo dice. También es la esencia de todo lo que la doctrina de elección enseña. El amor de Dios hacia nosotros precede a cualquier movimiento de nosotros hacia Dios. Aun los Arminianos afirman mucho de la doctrina de la Elección. Dios nos amó primero.

El apóstol Juan realmente hace eco de algo que Jesús una vez le dijo a él. Aquella noche antes de la crucifixión, cuando los discípulos estaban solos junto con Jesús, después de que comieron la comida de la Pascua juntos en el Aposento, Jesús les dijo a ellos (Juan 15:16), “no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”.

Ahora, Juan y los demás apóstoles podrían haber protestado, “Pero eso no es cierto, Señor; nosotros te escogimos”. Después de todo, habían dejado todo para seguirle. Pedro dijo entonces explícitamente en Marcos 10:28: “He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido”. Habían hecho una elección consciente y deliberada para abandonar sus vidas anteriores, sus seres queridos, sus sustentos, y todo lo que tenían – para seguir a Cristo. Ciertamente habían elegido dedicar sus vidas a seguirle. Y en el caso de Juan y su hermano Santiago, entregar su sustento significó entregar a su negocio familiar de la pesca, lo cual a todas luces era un negocio lucrativo para ellos.

Juan mismo había conocido a Jesús mientras Juan estaba bajo el discipulado de Juan el Bautista. Tan pronto como él y Andrés tuvieron por entendido que Juan el Bautista señalaba a Jesús como el Mesías prometido, dejaron a Juan el Bautista para seguir a Jesús. En un sentido muy verdadero, ellos escogieron a Jesús. Pero ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo: “no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”?

Él quiso decir simplemente que ya sea que se hubiesen dado cuenta de eso o no, El los había escogido primero. Su elección fue la decisiva. Nunca le habrían escogido en absoluto si primero El primero no los hubiese escogido a ellos. Le amaron porque él los amó primero.

Aun si usted es un Arminiano devoto, usted implícitamente afirma esta verdad. Usted lo admite cada vez que usted le da las gracias por salvarlo. Usted sabe que en su corazón usted no puede tomar un crédito personal por su amor hacia Dios. Usted no le amó primero; le amamos, porque El nos amó primero. Usted y yo no somos mejores que las personas incrédulas que aún lo odian o lo rechazan. La única razón de porque le amamos mientras que ellos permanecen en enemistad con Dios es que la gracia amorosa de Dios ha hecho un milagro en nuestros corazones para permitirnos corresponder a Su amor.

Primera Corintios 4:7 pregunta: “¿Quien te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” No piense por un momento que usted puede atribuirse el mérito de su amor hacia Cristo. Si usted le ama en absoluto, es sólo porque él primero le amó. Esa es la misma esencia de la doctrina de la elección.

“Le amamos, porque él nos amó primero”. En otras palabras, Dios tomó la iniciativa en la salvación. Una de los puntos que Roger Olson hace en aquel libro al que me referí es que los Arminianos históricos e informados afirman esa verdad. Dios es tanto el Autor y el Consumador de nuestra fe. Él inició el proceso. Su amor para con nosotros no sólo antecedió a cualquier amor que tuviésemos hacia El; sino que Su amor es lo que asegura nuestro amor para con El. Eso es exactamente lo qué este texto dice.

Notas Sobre el Supralapsarianismo e Infralapsarianismo

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Notas sobre Supralapsarianismo e Infralapsarianismclip_image001o

“¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” (Romanos 9:21).

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Derechos de autor ©    1998, 2000

por Phillip R. Johnson.

Todos los derechos reservados.
(En especial gracias a Larry Wing por alentarme a poner esto en línea.)
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Esta página considera cuatro formas principales de ordenar los elementos soteriológicos del decreto eterno de Dios – con un enfoque particular en la diferencia entre el supralapsarianismo y el infralapsarianismo. He resumido las diferencias en una comparación paralela abajo. Las notas explicativas le siguen.

Resumen de Puntos de Vista

Supralapsarianismo

Infralapsarianismo

Amyraldismo

Arminianismo

1. Elegir a algunos, condenar al resto2. Crear

3. Permitir la Caída

4. Proveer la salvación para los elegidos

5. Llamar a los elegidos a la salvación

1. Crear2. Permitir la Caída

3. Elegir a algunos, dejar a los demás

4. Proveer la salvación para los elegidos

5. Llamar a los elegidos a la salvación

1. Crear2. Permitir la Caída

3. Proveer la salvación suficiente para todos

4. Elegir a algunos, dejar al resto

5. Llamar a los elegidos a la salvación

1. Crear2. Permitir la Caída

3. Proveer salvación para todos

4. Llamar a la salvación

5. Elegir a todos los que creen

La distinción entre infralapsarianismo y supralapsarianismo tiene que ver con el orden lógico de los decretos eternos de Dios y no el tiempo de la elección. Ningún lado sugiere que el elegido fue escogido después de que Adán pecó. Dios hizo su elección antes de la fundación del mundo (Efes. 1:4) – mucho antes de que Adán pecase. Ambos infras y supras (y aún muchos Arminianos) están de acuerdo en esto.

EL SUPRALAPSARIANISMO es la perspectiva de que Dios, contemplando al hombre aun no caído, escogió a algunos para recibir vida eterna y rechazar a todos los demás. Así es que un supralapsariano diría que el reprobado (no-elegido) – las vasijas de ira preparadas para destrucción (Rom. 9:22) – fue primero ordenado para ese papel, y luego los medios por los cuales este cayó en pecado fueron ordenados. En otras palabras, el supralapsarianismo sugiere que el decreto de la elección de Dios lógicamente precede a Su decreto de permitir la caída de Adán – a fin de que su condenación sea ante todo un acto de la soberanía divina, y sólo subordinadamente un acto de justicia divina.

El Supralapsarianismo es algunas veces equivocadamente igualado con la “doble predestinación.” El término “doble predestinación” mismo es a menudo usado en una forma engañosa y ambigua. Algunos lo usan para decir nada más que la perspectiva de que el destino eterno de tanto el elegido como del reprobado está decidido por el decreto eterno de Dios. En ese sentido del término, todos los calvinistas genuinos sostienen una “doble predestinación” – y el hecho de que el destino del reprobado esté eternamente decidido es claramente una doctrina bíblica (cf. 1 Pedro 2:8; Romanos 9:22; Judas 4). Pero más a menudo, la expresión “doble predestinación” es utilizada como un término peyorativo para describir la perspectiva de aquellos que sugieren que Dios es tan activo en mantener al reprobado fuera del cielo como El lo está al llevar dentro al elegido. (Hay una forma aun más siniestra de “doble predestinación,” lo cual sugiere que Dios es tan activo en hacer al reprobado tan malo como El lo está al santificar al elegido.)

Esta perspectiva (de que Dios está tan activo en condenar al no-elegido como lo está al redimir al elegido) es mas adecuadamente llamada “Igualdad final” (cf. R.C. Sproul, Cosen by God, 142). Es de hecho una forma de hyper-Calvinismo y no tiene nada que ver con el calvinismo verdadero e histórico. Sin embargo quien sostiene tal perspectiva también sostendrá el esquema supralapsariano, la perspectiva misma no es una ramificación necesaria del supralapsarianismo.

El Supralapsarianismo es también algunas veces erróneamente igualado con el hiper-calvinismo. Todos los hyper-Calvinistas son supralapsarianos, sin embargo no todos los supras son hiper-calvinistas.

El Supralapsarianismo es algunas veces llamado calvinismo “elevado”, y sus adherentes más extremos tienden a rechazar la noción de que Dios tiene algún grado de buena voluntad sincera o de compasión significativa hacia el no-elegido. Históricamente, una minoría de calvinistas ha sostenido esta perspectiva.

Pero el comentario de Boettner de que “no hay más de un calvinista entre cien que sostenga la perspectiva del supralapsariano,” es sin duda una exageración. Y en la década pasada o poco más, la perspectiva del supralapsariano parece haber ganado popularidad.

EL INFRALAPSARIANISMO (también conocido algunas veces como “sublapsarianismo”) sugiere que el decreto de Dios de permitir la caída lógicamente precede a Su decreto de elección. Así es que cuando Dios escogió al elegido y pasó por alto al no-elegido, El los contemplaba como criaturas caídas.

Estas son las dos principales perspectivas Calvinistas. Bajo el esquema del supralapsariano, Dios primero rechaza al reprobado fuera de Su soberano deleite bueno; luego El decreta el medio de su condenación a través de la caída. En el orden del infralapsariano, el no-elegido es primero visto como criaturas caídas, y está condenado solamente por su pecado. Los Infralapsarianos tienden a hacer énfasis en el “pasar por alto” de Dios del no-elegido (la preterición) en Su decreto de elección.

Robert Reymond, el mismo un supralapsariano, propone el siguiente perfeccionamiento de la perspectiva del supralapsariano:

Supralapsarianismo Modificado de Reymond
  1. Elegir a algunos hombres pecadores, reprobar al resto.
  2. Aplicar los beneficios redentores a los elegidos.
  3. Proveer la salvación para los elegidos.
  4. Permitir la Caída.
  5. Crear

Note que además de reordenar los decretos, la perspectiva de Reymond deliberadamente enfatiza que en el decreto de elección y reprobación, Dios contempla a los hombres como pecadores. Reymond escribe: “En este esquema, a diferencia del anterior [el orden-supra clásico], Dios es representado tan discriminativo entre hombres vistos como pecadores y no entre hombres vistos simplemente como hombres. (Vea a Robert Reymond, Systematic Theology of the Christian Faith, 489). El refinamiento de Reymond evita la crítica más comúnmente igualada en contra del supralapsarianismo – que el supralapsariano tiene a Dios condenando a hombres a la perdición antes de que El aun los contemple como pecadores. Pero la perspectiva de Reymond también deja sin responder la pregunta de cómo y por qué Dios considera a todos los hombres como pecadores aun antes de que estuviese determinado que la raza humana caería. (Algunos aun podría sostener la opinión de que los refinamientos de Reymond dan como resultado una posición que, en cuanto que la distinción crucial esté afectada, es implícitamente infralapsariana.)

Todo los principales Credos Reformados tampoco son explícitamente infralapsarianos, o si no cuidadosamente evitan un lenguaje que favorezca cualquier perspectiva. Ningún credo principal toma la supra-posición. (Todo este asunto fue apasionadamente discutido a todo lo largo de la Asamblea Westminster. William Twisse, un presidente y supralapsariano ardiente de la Asamblea, hábilmente defendió su perspectiva. Pero la Asamblea optó por un lenguaje que claramente favorece la posición infra, pero sin el supralapsarianismo condenatorio.)

“Bavinck ha señalado que ‘la presentación del supralapsariano no ha sido incorporada en una sola Confesión Reformada’ sino que lo infra-posición ha recibido un lugar oficial en las Confesiones de las iglesias» (Berkouwer, Divine Election, 259).

El debate de los dos puntos de vista (en su Teología Sistemática) de Louis Berkhof es de ayuda, aunque él parece favorecer el supralapsarianismo. Tomo lo posición Infra, como lo hace Turretin, la mayoría de los teólogos de Princeton, y la mayor parte de los líderes del Westminster Seminary (e.g., John Murray). Estos asuntos estaban en el corazón de la controversia de la “gracia común” en el primera parte del Siglo Veinte. Herman Hoeksema y aquellos que le siguieron tomó una posición supralapsariana tan rígida que finalmente negaron el mismo concepto de la gracia común.

Finalmente, vea la gráfica (arriba), la cual compara estos dos puntos de vista con el Amyraldismo (un tipo de calvinismo de cuatro puntos) y el Arminianismo. Mis notas en cada perspectiva (debajo) identifican a algunos de los defensores principales de cada perspectiva.

NOTAS SOBRE EL ORDEN DE LOS DECRETOS
© 1994, 1997, 2000 por Phillip R. Johnson

Supralapsarianismo

  • Beza mantuvo esta perspectiva. Aunque a él a menudo se le acredita el formular la posición del supralapsariano, él no lo hizo.
  • Otros proponentes históricos incluyen a Gomarus, Twisse, Perkins, Voetus, Witsius, y Comrie.
  • Louis Berkhof ve un valor en ambos puntos de vista, pero parece inclinarse ligeramente por el supralapsarianismo (Teología Sistemática, 120-25).
  • Karl Barth sintió que el supralapsarianismo era casi más correcto que el infralapsarianismo.
  • La Teología sistemática de la Fe Cristiana de Robert Reymond toma la perspectiva del supralapsariano e incluye una larga defensa del supralapsarianismo.
  • Turretin dice que el supralapsarianismo es “más rudo y menos adecuado” que el infralapsarianismo. Él cree que “no parece estar suficientemente de acuerdo con la bondad inefable de Dios” (Elenctic Theology, vol. 1, 418).
  • Herman Hoeksema y el liderazgo entero de las Iglesias del Protestantes Reformadas (incluyendo a Homer Hoeksema, Herman Hanko, y David Engelsma) son supralapsarianos categóricos – a menudo argumentando tanto implícitamente y explícitamente que el supralapsarianismo es el único esquema lógicamente coherente. Esta presunción claramente contribuye al rechazo del rechazo de la PRC sobre la gracia común.
  • De hecho, las mismas discusiones usadas a favor del Supralapsarianismo han sido utilizadas en contra de la gracia común. Así es que el supralapsarianismo puede tener en ello una tendencia que es hostil a la idea de gracia común. (Es un hecho que virtualmente quienes niegan la “gracia común” son supralapsarianos.)
  • El Supralapsarianismo es la posición de todos los que se mantienen firmes en el tipo más rudo de “doble predestinación”.
  • Es difícil de encontrar a los exponentes del supralapsarianismo entre los teólogos sistemáticos principales. Pero la ola entre algunos de los autores más modernos puede estar repintando hacia la perspectiva Supra. Berkhof tuvo simpatía a la perspectiva; Reymond expresamente lo defiende.
  • A R.. Webb dice que el supralapsarianismo es: “aborrecible para la metafísica, para las éticas, y para las Escrituras. No es propuesto en ningún credo Calvinista y puede ser cargado a la cuenta de sólo en algunos extremistas (Christian Salvation, 16). Mientras tengo simpatía para las infra-convicciones de Webb, pienso que él exagera un tanto el caso en contra del supralapsarianismo. [Webb es un presbiteriano sureño del siglo 19.]

Infralapsarianism

  • Esta perspectiva es también llamada “sublapsarianismo”.
  • Juan Calvino dijo algunas cosas que parecen indicar que él habría simpatizado con esta perspectiva, aunque el debate no ocurrió durante su vida (vea Calvinismo de Calvino,. Trad. Henry Cole, 89ff; También a William Cunningham, Los Reformadores y la Teología de la Reforma, 364ff)
  • G. T. Shedd, Charles Hodge, L. Boettner, y Anthony Hoekema mantuvieron esta perspectiva.
  • Tanto R. L. Dabney como William Cunningham se inclinan decididamente a esta perspectiva pero se resisten a sostener el punto. Creen que todo el debate va más allá de la Escritura y es por consiguiente innecesario. Dabney, por ejemplo, dice “ésta es una pregunta que nunca debió haber surgido” (Teología Sistemática, 233). Twisse, el supralapsariano, virtualmente esta de acuerdo con esto. Él llamó la diferencia “meramente un apogeo logicus, un punto de lógica. Y ¿no es una por mera locura hacer una brecha de unidad o amor en la iglesia simplemente sobre un punto de lógica?” (Citado en Cunningham, Los Reformadores, 363). G.C. Berkouwer también está de acuerdo: “No enfrentamos aquí a una controversia que le debe su existencia a una violación de los linderos establecidos por la revelación”. Berkouwer se pregunta si estamos “obedeciendo la enseñanza de la Escritura si nos rehusamos a hacer una elección en este punto” (Divine Election, 254-55).
  • Thornwell no está de acuerdo que el asunto esté sujeto a discusión. Él dice que el asunto “requiere algo más que una pregunta de método lógico. Es realmente una cuestión de significado moral más alto. . . . La condena y la horca son partes del mismo proceso, pero es algo más que una pregunta de arreglo ya sea que un hombre estará colgado antes de que él sea condenado” (Collenting Writings, 2:20). Thornwell es vehementemente infralapsariano.
  • El Infralapsarianismo fue afirmado por el sínodo de Dort pero sólo se sobreentendió en los estándares de Westminster. Twisse, un supralapsariano, fue el primer presidente de la Westminster Assembly, lo cual evidentemente decidió el curso más sabio que fue ignorar la controversia totalmente (aunque la inclinación de la Westminster fue discutiblemente infralapsariano). La Confesión de Westminster, por consiguiente, junto con la mayor parte de los Credos Reformados, implícitamente afirmaron lo que el Sínodo de Utrecht (1905) más tarde explícitamente declararía: “Que nuestras confesiones, ciertamente con relación a la doctrina de la elección, siguen la presentación infralapsariana, pero ésta no implica en absoluto dar a entender una excepción o una condenación de la presentación del supralapsariano”.

Amyraldismo

  • Amyraldismo (es la ortografía favorcida, no AmyraldIANismo).
  • Amyraldismo es la doctrina formulada por Moise Amyraut, un teólogo francés de la escuela Saumur. (Esta misma escuela engendró otra gran cantidad de desviación irritante de ortodoxia Reformada: La perspectiva de Placaeus implicando la imputación mediata de la culpabilidad de Adán).
  • Haciendo el decreto para expiar el pecado de manera lógica antecediendo al decreto de la elección, Amyraut podría mirar la expiación tan hipotéticamente universal, pero eficaz para el elegido. Por eso la perspectiva es algunas veces llamada “universalismo hipotético».
  • El puritano Richard Baxter aceptó esta perspectiva, o alguna muy cercana a ello. Él parece haber sido el único líder Puritano principal que no fue un calvinista minucioso. Algunos disputarían si Baxter fue un Amyraldiano verdadero. (Vea, e.g. George Smeaton, The Apostles’ Doctrine of the Atonement [Edinburgh : Banner Of Truth, 1991 Reprint], Apéndice, 542.) Pero Baxter pareció considerarse a sí mismo como un Amyraldiano.
  • Ésta es una forma sofisticada de formular el “calvinismo de los cuatro puntos,” mientras todavía dan razón de un decreto eterno de elección.
  • Pero el Amyraldism no debería ser comparado con todas las marcas del así llamado “calvinismo de los cuatro puntos”. En mi experiencia, los así mismos llamados de “los cuatro puntos” son incapaces de articular alguna explicación coherente de cómo la expiación puede ser universal pero la elección incondicional. Así que no quiero glorificar su posición llamándola Amyraldismo. (¡Esto sería como comprometer la doctrina de la soberanía divina como Moise Amyraut! La mayoría de los que se llaman de los cuatro puntos, son en realidad cripto-arminianos.)
  • A. H.Strong mantuvo esta perspectiva (Teología Sistemática, 778). Él la llamó (incorrectamente) “sublapsarianismo”.
  • Henry Thiessen, evidentemente siguiendo a Strong, también etiquetó incorrectamente esta perspectiva como “sublapsarianismo” (y la contrastó con el “infralapsarianismo”) en la edición original de su Lectures on Systematic Theology (343). Su debate en esta edición es muy confuso y patentemente equivocado por puntos. En las ediciones posteriores de su libro esta sección fue completamente re-escrita.

Arminianismo

  • Henry Thiessen argumentó a favor de esencialmente de esta perspectiva en la edición original de su Teología Sistemática. La edición revisada ya no defiende explícitamente este orden de los decretos, pero el Arminianismo fundamental de Thiessen es aún claramente evidente.
  • La mayoría de los teólogos Arminianos se rehúsan a ocuparse del decreto eterno de Dios, y los Arminianos extremos aun niegan el mismo concepto de un decreto eterno. Aquellos que reconocen el decreto divino, sin embargo, deben terminar haciendo de la elección dependiente de la respuesta del creyente al llamado del evangelio. Ciertamente, éste es el quid entero de Arminianismo.

Aclarando el Calvinismo – Parte 5

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clip_image002 Aclarando el Calvinismo (Parte 5)

16 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte V: Por qué este asunto es realmente mucho más simple de lo que la mayoría de la gente piensa.

Al final del artículo anterior, describí cómo aun en mis días de Arminiano, afirmé un montón de verdad acerca de la soberanía de Dios: Afirmaba sin reservas en absoluto que Dios es Dios; que El hace todo por su buen placer; que nadie puede hacer que haga lo contrario; que El está en control y a cargo por más ruido que intenten hacer los malhechores; Y no sólo que El está a cargo, El esta haciendo todas las cosas para mi bien y para Su gloria. De hecho, mi confianza en la promesa de Romanos 8:28 fue la que motivó mi vida de oración.

Eso es calvinismo. Si usted cree esas cosas, usted ha afirmado el corazón del calvinismo, aun si usted dice ser un Arminiano. Esas son las verdades básicas del calvinismo, y si usted ya cree esas cosas, usted funciona con presuposiciones calvinistas.

De hecho, las verdades del Calvinismo penetran el corazón del mensaje del evangelio, que aun si usted piensa que usted es un proponente comprometido y consistente del Arminianismo, si usted verdaderamente afirma el evangelio usted ya ha concedido los puntos principales del calvinismo de cualquier manera.

Quiero volverme hacia las Escrituras e ilustrar por usted desde un pasaje típico de la Escritura de por qué pienso que eso es cierto. Para el resto de esta serie, enfocaremos la atención en un texto cortísimo de la Escritura que ilustra perfectamente el punto que estoy haciendo.

Dirijámonos hacia una verdad que los Arminianos sostienen especialmente en alta estima, y legítimamente también: El amor de Dios. He escogido un versículo pequeño, y uno familiar, para poner tan simple como sea posible – 1 Juan 4:19. Este es uno de esos versículos de memoria que los niños AWANA (Club de niños que significa: Obreros Aprobados no se Avergüenzan) aman porque es fácil de recibir reconocimiento por aprender de memoria un versículo entero, y son simplemente diez palabras en español: 1 Juan 4:19: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Recuerdo muy bien la primera vez que observé este versículo. Era un cristiano medianamente nuevo en ese momento, y estaba sorprendido de encontrar esta verdad en la Biblia.

Fui asombrosamente ignorante de la Biblia cuando era un cristiano completamente nuevo. Crecí asistiendo a iglesias liberales donde la Biblia era apenas mencionada a menos que el maestro de Escuela Dominical quería estar en desacuerdo con algo que la Biblia decía.

Así que recuerdo tomar un examen de capacidad de lectura y escritura cuando entré al Instituto Bíblico Moody, todavía como un creyente medianamente nuevo. Odio pensar la clase de puntuación que hice en ese examen. Estoy seguro de que estuve asombrosamente bajo. La cantidad que supe acerca de la Biblia fue vergonzosamente escasa. Supe, claro está, que Moisés obtuvo los Diez Enmiendas en el Monte Cianuro, pero el único que podría nombrar era “No admitirás adulterio".

¡Pero todavía cantamos una cierta cantidad de himnos antiguos, y uno de los que me fue familiar fue, “¡Oh, Cuánto amo a Jesús!” Y fui siempre intrigado por la línea final de esa canción: “Oh, cuanto amo a Jesús, porque él primero me amó.” Así que estaba familiarizado con las palabras, pero estaba realmente sorprendido de encontrarme con que esto es lo que dice la Biblia: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Por alguna razón, de mi infancia más temprana, escuchando el coro de esa canción, eso siempre me había dado la apariencia de ser una razón bastante malísima para amar a Jesús. Por supuesto, en mi estado no renovado espiritualmente, me quedé sin casi nada de comprensión en absoluto del amor de Cristo por mí. Supe que él me amó y se suponía que yo le amaba, porque cantamos acerca de eso y demás. Pero amarle solamente porque él me amó primero no tenía la apariencia de una razón en particular noble o admirable para amarle. A decir verdad siempre sonó un tanto infantil, porque era la mismísima razón que siempre di a mi madre cuando ella me preguntaba por qué le pegaba a mi hermano: ¡Porque él me pegó primero!

Tuve por entendido que la reciprocidad no es un buen motivo para determinar cómo actuamos hacia otras personas. “Usted me ama, y le amaré a cambio” es tan moralmente insolvente como decir: “usted me pega, y le devolveré el golpe.” Se supone que el amor es incondicional, ¿no es así? Así es que “porque El me amó primero” nunca sonaba realmente como un motivo adecuado para amar a Jesús.

Así es que estaba realmente sorprendido que después de que me convertí en cristiano y comencé a leer la Biblia, me encontré con que estas palabras son tomadas directamente de la Escritura: Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Pero lo que no entendí entonces, pero que ahora entiendo, es que este versículo no habla meramente acerca del motivo de nuestro amor. Es una declaración profunda acerca de la gracia de Dios que soberanamente asegura nuestro amor y nos transforma de enemigos odiado de Dios a hijos adoptivos cuyos corazones naturalmente rebozan de un clase de amor más puro – no sólo amor hacia Dios, sino también amor el uno por el otro.

Incidentalmente, hay un asunto textual menor en este versículo que debo mencionar. En las versiones King James y New King James, este versículo es traducido simplemente en la forma en que lo he leído: “le amamos, porque él primero nos amó”. Esto es porque los textos griegos de los cuales la versión King James fue traducida incluye el objeto El.

Finalmente no tiene importancia que lectura escoja, porque ambas cosas son realmente ciertas, y nuestra capacidad para amar a Dios está bajo la dependencia de nuestra capacidad de tener un amor verdadero. Si no pudiésemos amar en absoluto, ciertamente no podríamos amar a Dios. De cualquier manera, el significado de este versículo incluye la verdad de que “le amamos a El, porque él nos amó primero.”

Aclarando el Calvinismo – Parte 4

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clip_image002Aclarando el Calvinismo (Parte 4)

15 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte IV: Una recomendación más, y una explicación de por qué este asunto es importante para mí.

Aquí hay una recomendación para su iPod: Si usted es alguien que es resistente al calvinismo, o que usted no siente completamente comprender mucho acerca de eso, y usted quiere una sola y simple visión general de la sustancia y la historia del calvinismo, le di un mensaje a nuestros estudiantes de universidad casi dos años atrás titulado “La Historia del calvinismo,” donde me esmeré en cubrir toda la base en un solo disparo. Está en el Internet con el resto de mis sermones, y usted puede descargarlo gratis. La dirección es swordandtrowel.org, busque el título “The Story of Calvinism”.

En ese mensaje, expliqué que no siempre he sido un calvinista. Crecí en una familia que habían sido metodistas Wesleyanos por generaciones – y aun después de que me convertí en un cristiano, pasaron varios años antes de que finalmente llegase al punto en donde podría afirmar la doctrina bíblica de la elección sin tratarla de explicar.

Una de las cosas que primero me pusieron a pensar seriamente acerca de la soberanía de Dios fue un incidente en una clase de escuela dominical de la universidad, en una Iglesia Bautista Sureña, en Durant, OK, donde tuve a un maestro de escuela dominical que odiaba el calvinismo con una pasión y no desperdiciaba ninguna oportunidad para argumentar en contra de la soberanía de Dios. Y su énfasis continuo en el tema me puso a pensar mucho acerca de eso.

Luego un domingo, mientras este tipo tomaba peticiones de oración, una chica en la clase levantó su mano y preguntó: “¿Deberíamos orar nosotros en realidad por nuestros parientes perdidos?” Pareciera que es un desperdicio de esfuerzo pedirle a Dios su salvación si El no puede hacer más de lo que El ya ha hecho para salvarlos”.

Lúcidamente recuerdo la apariencia en la cara de este maestro Dominical de la Escuela. Ésta fue claramente una pregunta que nunca se le había ocurrido. Así es que él pensó acerca de eso por un momento, y usted podría verle dándole vueltas a su cabeza cambiando de dirección mientras él intentaba pensar en una buena razón para orar por la salvación del perdido. Y finalmente, él dijo, “pues bien, bravo, creo que usted está en lo correcto.” Desde ese domingo en adelante, él nunca aceptó más peticiones de oración por los seres queridos perdidos de las personas.

Eso justamente no me pareció muy correcto para mí. Justamente había hecho un estudio de la Biblia sobre Romanos 10:1, donde Pablo dice: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.” Es más, comencé a preguntarme por qué deberíamos orar acerca de cualquier cosa en el área de las relaciones humanas si Dios nunca se entromete en la santidad del libre albedrío humano. Usted sabe: ¿Por qué debería orar para que Dios mueva a mi maestra de inglés a mirar con buenos ojos mi trabajo cuando ella califica mi trabajo si ella es finalmente soberana sobre su corazón? Esas fueron preguntas que no podría contestar, y yo en realidad luché contra preguntas como esas.

Pero entre más estudié la Biblia, más parecía desafiar mis ideas acerca del libre albedrío y la soberanía de Dios. Una por una durante un período de más de 10 años, las doctrinas de la elección, y la soberanía de Dios, y la depravación total de los pecadores se hicieron cada vez más evidentes para mí desde la Escritura.

Cada vez que uno de mis argumentos en contra de las doctrinas calvinistas se van de pique, y que yo abrace alguna doctrina que esta desesperadamente tratando de argumentar, nunca me siento como si experimentara algún cambio radical muy importante. Parecía más bien como si estuviera resolviendo un conflicto continuo en mi mente. Porque me mantuve descubriendo que las ideas principales subyacentes a las doctrinas de la gracia son verdades que siempre había afirmado: Dios es soberano, Cristo murió por mí, Dios me amó antes de que le amase, El me buscó y me llamó e inició mi reconciliación mientras aún era Su enemigo. Esas fueron verdades que creía aún cuando fui un Arminiano vulgar. Aceptar el Calvinismo fue natural – porque todo lo que estaba haciendo era librar mi mente de ideas equivocadas y de mis suposiciones defectuosas acerca del libre albedrío humano y otras nociones semejantes, las cuales no se enseñan en la Biblia – así que puedo afirmar de todo corazón lo que yo en realidad creí de cualquier manera: Que Dios es Dios, y El hace todo por Su buen placer, y nadie le puede hacer actuar de otra manera, y El está en control y a cargo no importa cuanto ruido traten de hacer los malhechores. Y no sólo El esta a cargo, El hace todas las cosas para mi bien y para Su gloria.

Aclarando el Calvinismo – Parte 3

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clip_image002Aclarando el Calvinismo (Parte 3)

15 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte III: Algunas Recomendaciones de libros

Antes de que vayamos más allá en esta serie, permítame recomendar un puñado de libros. El primer libro que quiero recomendar es un libro nuevo por Roger Olson, quien él mismo es un Arminiano, y él ha escrito una defensa del Arminianismo que lleva por título Teología Arminiana: Mitos y Realidades. Usted podría sorprenderse de escucharme recomendar este libro porque publiqué una reseña del mismo en mi weblog hace algunos meses, y la reseña no fue enteramente positiva. La reseña estaba escrita por mi amigo Gary Johnson, quien es pastor de La Iglesia Del Redentor en Mesa, Arizona. El mentor de Gary, pro cierto, es S. Lewis Johnson. Y si bien somos tres Johnson, ninguno de nosotros somos parientes. (Aunque estaría encantado de estar relacionado ya sea con S. Lewis Johnson o con Gary Johnson.) De cualquier manera, la reseña de Gary fue en varias partes, y él la tituló “Calvinistas en las Manos de un Arminiano Airado”. Así que no fue una reseña completamente positiva, y estoy de acuerdo con prácticamente todos los reclamos de Gary acerca del libro.

Pero tengo que decir que el libro de Olson es el mejor libro sobre defensa del Arminianismo que he leído. Algunos lectores podrían ser conscientes de que no tenía una opinión muy elevada del anti-calvinista discurso largo y tendido de Dave Hunte. Cuando hice la reseña del libro de Hunt en el seminario de Shepherds’ Fellowshiphace unos años atrás, alguien me dijo que la única razón por la cual que odiaba el libro era porque soy un calvinista y Hunt me pisó mis dedos.

Y dije, “no, es simplemente un libro realmente malo, escrito por un tipo que no tiene idea de que está hablando”.

Mi amigo desafió: “Nombre un libro bien redactado, escrito después de 1950, ya sea defendiendo al Arminianismo o atacando al Calvinismo, escrito por alguien que conozca de lo que habla.”

Lo admito; estaba perplejo. Pero ahora Roger Olson me ha sacado de apuro. Si alguien alguna vez me hace esa pregunta otra vez, puedo señalar el libro de Olson. Es una buena defensa del Arminianismo, y aunque estoy en desacuerdo con virtualmente todas sus conclusiones, él sabe bastante de lo que habla, y explica las diferencias entre el arminianismo, el pelagianismo, y el semipelagianismo muy bien.

Si usted leyera ese libro, usted necesitará leer al menos tres o cuatro buenos libros calvinistas para obtener un buen sabor en su boca. Así es que recomendaré tres. Dos son obras estándar que rutinariamente recomiendo cada año. El primero es un programa de estudios enorme, escrito por Curt Daniel, llamado La Historia y la Teología del Calvinismo. Estos son notas que el Dr. Daniel escribió cuando él enseñó este material, y las cintas de su enseñanza se pueden descargar gratis en Internet. El Dr. Daniel está actualmente trabajando en el desarrollo de ese material en forma del libro, para ser publicado por P y R. Mi suposición es que usted tendrá que esperar de 2 a 3 años para esto, así es que compre el programa de estudios; descargue gratis los archivos mp3.

La otra obra estándar que usted debe tener es el libro por David Steele, Curtis Thomas, Lance Quinn, titulado a Los Cinco Puntos de calvinismo (también por P y R). Es una colección enciclopédica de referencias claves de la Escritura y algunos ensayos maravillosos explicando y defendiendo el calvinismo desde la Biblia.

Y luego uno de mis favoritos libros – difícil de encontrar por mucho tiempo pero recientemente publicado en una edición de calidad por Audobon Press, La Gran Invitación, por Erroll Hulse, subtitulado “examinando el uso del llamado al altar en el evangelismo”. El libro trata sobre la cuestión de los llamados al altar, como el subtítulo lo sugiere, pero su gran valor, creo, es que éste es un ejemplo clásico de un tipo de calvinismo clásico afectuoso y evangelístico que aprecio, y es un gran antídoto para el calvinismo feo del que hablé que le hablé y que encuentra en los foros de Internet. Erroll Hulse es un líder Bautista Reformado Británico grandemente respetado, y es uno de mis libros favoritos de todos los tiempos.

Aclarando el Calvinismo – Parte 2

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Aclarando el Calvinismo (Parte 2)

14 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Parte II: Spurgeon: “Calvinismo Es el Evangelio” hay, estos días, bastantes calvinistas nombrados por sí mismo que están en desacuerdo con mi valoración del Arminianismo e insisten que el Arminianismo conlleva una negativa absoluta de ciertas verdades indisputables fundamentales. Aquellos que desean hacer tal argumento invariablemente citarán una declaración famosa por Spurgeon, tomado del capítulo de su autobiografía titulado “Una Defensa del calvinismo” en el cual Spurgeon dijo esto:

Yo tengo mi propia opinión particular que no hay tal cosa como predicar a Cristo y a Él crucificado, a menos que prediquemos lo que hoy en día se llama la doctrina calvinista. El calvinismo no es otra cosa que el Evangelio. No creo que podamos predicar el Evangelio si no predicamos la justificación por la fe, sin obras; ni a menos que prediquemos la soberanía de Dios en Su dispensación de la Gracia; ni a menos que exaltemos el amor que elige y que no se puede cambiar, eterno, inmutable y conquistador de Jehová. Tampoco pienso que podamos predicar el Evangelio a menos que lo basemos sobre la redención especial y particular de Su pueblo escogido y elegido, que Cristo llevó a cabo en la cruz. Tampoco puedo comprender un Evangelio que permite que los santos se aparten de manera definitiva después de haber sido llamados y deja que los hijos de Dios se quemen en los fuegos de la condenación después de haber creído una vez en Jesús. Yo aborrezco un Evangelio así.

Absolutamente estoy de acuerdo con lo que Spurgeon dice allí, en el sentido de lo que él lo quiso decir. Y el contexto de esa declaración explica claramente lo que él quiso decir. Él señalaba que el principio en el corazón de toda verdad indisputable es el mismo principio que conduce el calvinismo: “La salvación es del Señor”. La salvación es obra de Dios; no es algo que hacemos por nosotros mismos. Esa es la verdad que él defendía.

Spurgeon no decía que debamos usar los cinco puntos del calvinismo de la misma manera en que la Cruzada Estudiantil utiliza las “cuatro leyes espirituales”. Él no decía que siempre que ustedes hablen las doctrinas de la elección y la reprobación usted está fielmente predicando el evangelio y todo el consejo de Dios. Desafortunadamente, pienso que eso es lo que una buena cantidad de calvinistas imprudentes piensan que Spurgeon quiso decir cuándo dijo que “el que calvinismo es el evangelio”.

Pero si usted leyera el artículo entero de Spurgeon sobre el calvinismo, él deja muy en claro lo que él quiso decir. De hecho al principio de ese mismísimo párrafo – como su prólogo señala “el calvinismo es el evangelio” – él escribió esto:

“La salvación es de Jehová.” [Jonás 2:9] Eso es precisamente un epítome del calvinismo; es su resumen y sustancia. Si alguien me preguntara qué quiero decir cuando hablo de un calvinista, yo respondería: “es alguien que afirma que la salvación es de Jehová.” No puedo encontrar en la Escritura ninguna otra doctrina fuera de esta. Es la esencia de la Biblia. “Él solamente es mi roca y mi salvación.” Díganme cualquier cosa contraria a esta verdad y será una herejía. Mencionen cualquier herejía y yo encontraré su esencia aquí, que se ha apartado de esta verdad grandiosa, fundamental, sólida como una roca, “Dios es mi roca y mi salvación.”

¿Creyó Spurgeon que el Arminianismo estaba en error? Absolutamente. Así como yo lo creo.

¿Creyó él que era un error condenable? Seguro que no, y él lo dejó en claro, también.

En la cumbre de la Controversia del Declive, algunos de los críticos de Spurgeon lo acusaron de ser dirigido por una agenda calvinista dogmática. No es realmente el modernismo lo que Spurgeon odia, decían. Es cualquier cosa que se aparta de su calvinismo pasado de moda. Toda esta controversia es una campaña furtiva en contra del Arminianismo. Eso es lo que realmente fastidió a Spurgeon. Él piensa que los cristianos modernos no son lo suficientemente Calvinistas.

Spurgeon contestó en The Sword and the Trowel con un párrafo que decía esto:

Ciertos antagonistas han intentado representar la controversia del Declive como un resurgimiento de la antigua contienda entre calvinistas y arminianos. No es nada por el estilo. Muchos son los arminianos evangélicos que están tan seriamente a nuestro favor como el hombre puede ser. No encubrimos nuestro calvinismo en lo más mínimo; pero este conflicto es por verdades que son comunes a todos los creyentes.

Por otra parte, él fue aún más explícito:

Nos importa mucho más las verdades evangélicas centrales que lo que hagamos para el calvinismo como un sistema; pero creemos que el calvinismo tiene en él una fuerza conservadora que ayuda a sujetar a los hombres a la verdad esencial, y por eso sentimos mucho ver a cualquiera abandonándolo el cual una vez lo aceptó.

Así es que él tuvo un hueso para escoger con personas que una vez afirmaron las doctrinas de gracia y ahora habían abandonado el calvinismo a favor de las nuevas ideas que abofeteaban al Socinianismo. Pero él consideró a los arminianos evangélicos como sus hermanos verdaderos y sus soldados asociados – con tal de que afirmasen la doctrina de la justificación por la fe, el principio de sola fide, la autoridad absoluta de la Escritura, el aspecto penal de la expiación de Cristo, y otras verdades esenciales del evangelio.

Hablando de los Arminianos en particular, él dijo:

Aquellos que mantienen las verdades eternas de la salvación, pero no ven todo lo que le creemos y abrazamos, son en ninguna manera objetos de nuestra oposición: nuestra guerra es con hombres que claudican del sacrificio expiatorio, niegan la inspiración de la Santas Escrituras, y calumnian la justificación por la fe. La lucha presente no es un debate sobre la cuestión del Calvinismo o el Arminianismo, sino de la verdad de Dios contra las invenciones de hombres. Todos los que creen en el evangelio deberían unirse en contra del “pensamiento moderno” el cual es su enemigo mortífero.

Así es que Spurgeon no miró a los Arminianos como herejes que merecen el infierno. Él los consideró como hermanos. ¿Pensaba que estaban en un error? ¿Sí? ¿Eran culpables de incongruencia en su teología? Él habría contestado enfáticamente, sí. ¿Fue su error principal importante? Spurgeon no se atrevió referirse a ella como “herejía” – representándola una doctrina poco ortodoxa, heterodoxia y un error serio. Pero él tuvo mucho cuidado en dejar en claro de que él no estimó al Arminianism de por sí como una herejía condenable o una apostasía absoluta del Cristianismo esencial. Virtualmente todos los calvinistas tradicionales del tiempo del Sínodo de Dort hasta ahora estaban de acuerdo con él en cada cosa.

Por ejemplo, Gordon Clark, uno de lo más grandes calvinistas elevados, dijo esto en relación a que si los Arminianos son cristianos auténticos o no lo son:

”Un Arminiano puede ser un cristiano verdaderamente regenerado; de hecho, si él es verdaderamente un Arminiano y no un pelagiano que pasa a pertenecer a una iglesia Arminiana, él debe ser un hombre salvo. Pero él no es por lo general consistente no puede estar seguro de su salvación. Los lugares en los cuales su credo difiere de nuestra Confesión confunden la mente, diluyen el Evangelio, y deterioran su proclamación”.

Lo cual es decir que el Arminianismo es intrínsecamente inconsistente. Los Arminianos técnicamente afirman las verdades fundamentales y esenciales del evangelio. Luego intentan construir una teología encima de eso lo cuál es completamente inconsistente con la base sólida que han afirmado.

Estoy de acuerdo con esa valoración del Arminianismo. Es un intento de reconciliar la soberanía de Dios con la responsabilidad humana – y el método Arminiano de reconciliar esas dos verdades implica una perspectiva del libre albedrío humano que es intrínsecamente inconsistente con ciertas verdades del evangelio que cada Arminiano realmente afirma.

En algunos artículos próximos, explicaré más a detalle por qué creo que ese es el caso.

Aclarando el Calvinismo (Parte I)

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Aclarando el Calvinismo (Parte 1)

13 de enero, 2009

(Por Phil Johnson)

Tomado de Pulpit Magazine

Este artículo es adaptado de una trascripción de un seminario reciente en la Conferencia de Pastores, titulada: ”Calvinistas del Closet” con título de nobleza.

Parte I: ¿Es el Arminianismo Una Herejía Condenable?

Amo las doctrinas de la gracia y no huyo de la etiqueta “calvinista”. Creo en la soberanía de Dios. Estoy convencido de que la Escritura enseña que Dios es completamente soberano no sólo en la salvación (efectivamente llamando y concediendo fe para aquellos que El escoge); sino que también en cada detalle de la obra de Providencia. “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Romanos 8:30). Y El hace que “todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28). Simplemente, El “hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (Efesios 1:11).

Eso es lo que quieren decir las personas comúnmente cuando hablan de “calvinismo”. Cuando acepto esa etiqueta, no juro lealtad al hombre Juan Calvino. No afirmo todo lo que él enseñó, y no condena todo lo que él condenó. Estoy convencido que Calvino fue un hombre piadoso y uno de los exponentes bíblicos y mentes teológicas más finas que han existido, pero él no tuvo siempre la razón. De hecho, mis convicciones son bautistas, así es que de ninguna manera soy uno de los seguidores devotos de Calvino. En otras palabras, cuando acepto la etiqueta “calvinista,” es sólo para bien de conveniencia. No digo ¨”yo soy de Calvino” en el sentido de Corintio.

Además, yo no soy uno de los que llevan el calvinismo como con un chip grande en su hombro, retando a las personas a pelearse conmigo acerca de él. Es cierto que puedo ponerme enérgico acerca de ciertos puntos de doctrina – especialmente cuando alguien ataca un principio que va al corazón del evangelio, como la expiación sustitutoria, o el pecado original, o la justificación por la fe y el principio de la justicia imputada. Cuando uno de esos principios es desafiado, estoy listo para pelear. (Y también tengo interés en dar una paliza cualquier cosa que suceda como la última moda pasajera evangélica.)

Pero el calvinismo no es uno de esos asuntos donde pierdo la calma y me molesta. Discutiré con usted, pero si usted anda ansioso de una pelea es probable que me encuentre difícil de provocar. Pasé muchos años como un Arminiano mismo pretendiendo que la verdad en estos asuntos es fácil y obvia.

Ahora, no se haga de una idea equivocada. Yo pienso que la verdad de la soberanía de Dios es evidente y finalmente ineludible en la Escritura. Pero es una verdad difícil de enfrentarse, así es que soy compasivo con aquellos que luchan contra eso. Soy lo suficientemente Calvinista para creer que Dios ha decretado (al menos por lo pronto) que algunos de mis hermanos deban sostener opiniones Arminianas.

Con el paso de los años probablemente he escrito al menos dos veces así como mucho material intentando bajar el tono de hiper-calvinistas enojados así como discutir con Arminianos. Eso no es porque pienso que el hiper-calvinismo sea un error más serio que el Arminianismo. De hecho, diría que los dos errores son sorprendentemente similares. Pero no oigo muy muchas voces de precaución que se planteen en contra de los peligros del hiper-calvinismo , y ya hay grandes cantidades de calvinistas allí afuera desafiando a los Arminianos, así es que he intentado expresarme públicamente lo más posible en contra de las tendencias de los hipers.

Es por eso que soy probablemente todo un militante menos que lo que usted podría esperar en lo que se refiere a atacar los errores del Arminianismo. Además, he llegado mucho más lejos respondiendo objeciones Arminianas con enseñanza paciente e instrucción bíblica imparcial y razonable – en lugar de discusiones enfadadas y anatemas instantáneas.

¿Por qué no tomar un acercamiento más pasivo, indulgente, fraternal, para todos los desacuerdos teológicos? Porque creo firmemente que hay algunos errores teológicos que se merecen una firme y decidida anatema. Ese es el punto de Pablo en Gálatas 1:8-9; y es el mismo punto que el apóstol Juan hace en 2 Juan, versículos 7-11. Cuando alguien enseña un error que fatalmente corrompe la verdad del evangelio, “sea anatema”.

Pero déjeme ser claro aquí: El simple Arminianismo no entra en esa categoría. No es justo ponerle una etiqueta de herejía flagrante al Arminianismo, como algunos de mis hermanos calvinistas más celosos parecen propensos a hacer. Hablo del Arminianismo histórico, evangélico, de las variedades clásicas y metodistas – El arminianismo, no pelagianismo, o teísmo manifiesto, o no importa qué herejía haya inventado Clark Pinnock en esta semana – sino el Arminianismo evangélico verdadero. El arminianismo está ciertamente equivocado; y argumentaría que es inconsistente consigo mismo. Pero en mi opinión, la variedad del Arminianismo común y corriente no está tan fatalmente equivocado que necesitamos consignar a nuestros hermanos Arminianos a las llamas eternas o aun automáticamente negarles compañerismo en a ellos de nuestros pastores.

Si usted piensa que comienzo a sonar como a un apologista para el Arminianismo, no lo estoy definitivamente. Yo pienso que el Arminianismo es un error profundo. Sus tendencias pueden ser verdaderamente siniestras, y cuando es permitido sembrarse, eso conduce a las personas a una herejía flagrante. Pero lo que estoy diciendo es que el mero Arminianismo mismo no es una herejía condenable. Es simplemente excesivamente inconsistente con las principales doctrinas del evangelio que los Arminianos mismos creen y afirman.

Pero mientras estoy sonando como un defensor del Arminianismo, permítame también decir esto: Quedan muchísimos calvinistas ignorantes e inconsistentes allí afuera, también. Con el aumento del Internet es más fácil que nunca para los laicos autodidactas de involucrarse en un diálogo teológico y debatir a través de foros de la Internet. Pienso que eso es en su mayor parte bueno, y lo promuevo. Pero la Internet lo hace más fácil para las personas dispuestas pero ignorantes para agruparse y reforzar la ignorancia del uno al otro incesantemente. Y temo que eso ocurre bastante.

Los hiper-calvinistas parecen especialmente susceptibles a esa tendencia, y hay nidos de ellos aquí y allí – especialmente en la Internet. Y cada vez más frecuentemente en estos días encuentro a las personas, quienes han sido influenciados por el extremismo en la Internet, importunando ideas hiper-calvinistas e insistiendo en que si alguien es un Arminiano, esa persona no es realmente cristiana en absoluto. Comparan al Arminianismo con pura salvación por obras. Sugieren que el Arminianismo implícitamente niega la expiación. O insisten en que el Dios adorado por los Arminianos es un Dios completamente diferente del Dios de la Escritura.

Eso realmente es retórica al tope – completamente innecesaria – y arraigada en la ignorancia histórica. Un par de años atrás, cuando inicié a mi weblog, mencioné esa tendencia en la primera entrada que coloqué y que titulé: “Calvinismo Rápido y Sucio”. Al final de esa entrada, dije esto: Mi consejo para los jóvenes calvinistas es aprender teología de los autores calvinistas tradicionales históricos, no de blogs y ni de los foros de debate en la Internet. Algunos de los foros pueden ser de ayuda porque conducen a recursos más importantes. Pero si usted piensa acerca de la Internet como un substituto para el seminario, usted corre un riesgo muy alto de desequilibrarse.

Sin embargo, lea a autores calvinistas tradicionales, y usted tendrá problema en encontrar a solo uno que estimó al Arminianismo por sí sola como una herejía condenable. Hay una razón para eso: Es porque mientras que el Arminianismo es desconcertante e inconsistente, no es necesaria y detestablemente erróneo. La mayoría de los mismos Arminianos – y aún estoy hablando de las variedades clásicas y wesleyanas, no pelagianismo haciéndose pasar por Arminianismo – la mayoría de los Arminianos mismos enfáticamente afirman la verdad del evangelio que está de hecho arraigada en presuposiciones Calvinísticas.

Una Mirada a la Depresión a Través de los Lentes de la Escritura

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Una Mirada a la Depresión a Través de los Lentes de la Escritura

Por Gary E. Gilley

El hombre sentado ante mí no respondí a mis preguntas. Se sentó, inmóvil, mirando fijamente al piso. Era un hecho conocido por muchos que lo querían que él estaba bajo mucho estrés, pero que él estaba cerca del «borde» nos sorprendió a todos nosotros. Pronto él se encontraba en la sala de psiquiatría de un hospital local, medicado y experimentando consejería tanto individual como de grupo. Desafortunadamente su vida nunca sería la misma. Él había venido a ese estado de depresión profunda (lo que algunos llamarían “clínico”) por las decisiones no bíblicas y pecaminosas que él había estado haciendo en su vida. Si bien él superaría su depresión, la consejería que él recibió reforzó y validó estas decisiones. Él finalmente dejó a su esposa y a su hijo, dejó la iglesia y siguió su estilo de vida impío.

Los problemas maritales son la razón de número uno por la que las personas buscan consejería en los Estados Unidos. La depresión es la segunda. Las dificultades financieras son el principal motivo que dan las personas como la fuente de su depresión. Podemos comprender el por qué esto es así, con la cantidad de deuda que muchos tienen hoy, pero a menudo esto es sólo la punta del iceberg. De hecho, nuestros problemas financieros pueden ser un buen indicador de que muchos otros aspectos de nuestras vidas están descontrolados – los cuales todos nos pueden conducir a la depresión.

Todos nosotros tenemos días cuando nos sentimos tristes, deprimidos, aburridos o derrumbados. Le podemos llamar a este sentimiento una forma suave de depresión, pero el desánimo es quizá un mejor término. Esperar vivir en este mundo sin desánimo y tristeza ocasional es completamente poco realista. Virtualmente cada personaje principal de la Escritura estuvo bajo momentos desafortunados o amargos, incluyendo a Jesucristo. Simplemente una lectura rápida de los Salmos, Jeremías o Eclesiastés nos dice que mucho acerca de la vida, aun la vida del piadoso, ese deprimente hasta al punto de las lágrimas, del pesar y la confusión. Pero, Dios nunca se disculpa por esto. Más bien, él nos informa que El usa estas mismas cosas para hacernos madurar a la imagen de Su Hijo (Santiago 1:2-4; Rom. 8:28,29 y Rom. 5:3-5). Una vida perfecta de felicidad y plenitud consistente – libre de todos los efectos del pecado – nos espera en la eternidad. El vacío, la aflicción y las tristezas de esta vida son resultados directos del principio del pecado en este mundo. Aun así, Dios usa estas pruebas como una manera de prevenirnos de volvernos demasiado cómodos en nuestra condición actual. El resultado es que, como Abraham, también esperamos con anticipación una ciudad “con fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Heb. 11:10). Entonces, mientras tenemos una gran paz en Cristo – y muchas cosas maravillosas y bellas en esta vida para disfrutar – es ciertamente anti-bíblico esperar serlo (como la canción dice).

Sin embargo, mientras podemos esperar ser ocasionalmente desalentados, muchas personas luchan contra una profunda depresión. Podemos definirla depresión como:Ese estado de ánimo debilitante, sentimiento o aire de desesperanza que da como resultado un cese del manejo de la vida”. Tal persona al menos a medias se apagará; es decir, dejará de funcionar en muchas áreas. Una persona deprimida puede querer dormir todo el tiempo (o al menos recaer todo el día en el sofá); él puede llorar fácilmente; él puede dejar de acudir al trabajo o hacer tareas necesarias en su casa; él puede dejar de comer o puede comer constantemente; él considerará que la vida no tiene esperanza, etc. Es el propósito de este estudio ocuparse de las causas de la depresión, los resultados de la depresión y finalmente, cómo tratar con de a la manera de Dios!

Las Causas de la Depresión

Es importante para reconocer que la depresión no es el problema por o en sí mismo; es una respuesta o una reacción hacia otra cosa. Por esa razón, la Escritura casi no dice nada acerca de la depresión de por sí. Sin embargo, tiene mucho que decir acerca de las causas de fondo de la depresión.

  La Biblia enseña que a la depresión no es causada por las circunstancias de nuestras vidas, sino más bien por nuestras reacciones anti-bíblicas hacia esas circunstancias (con excepción de ciertos problemas físicos y ciertos desórdenes del cerebro de los que nos ocuparemos en un momento). Esto puede ser probado tanto bíblicamente como por observación. Ejemplos, como la diferencia entre la forma en que Judas y Pedro manejaron sus pecados, abundan en la Escritura. En la vida diaria vemos a personas volverse amargadas y constantemente deprimidas sobre un accidente atroz; luego vemos que personas comos Joni Erickson Tada que finalmente pueden usar tal situación como un punto de apoyo para crecimiento – la diferencia está en las reacciones.

Desafortunadamente, la persona deprimida normalmente no ha dado una sola respuesta antibíblica a sus problemas, en lugar de eso él usualmente ha hecho toda una serie de ellas, complicando de esta manera el proceso de recuperación. El pensamiento inadecuado da como resultado un comportamiento inconsciente, lo cual aumenta la depresión, lo cual a su vez estimula más pensamiento inadecuado. . . (“Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado.” Prov. 5:22).

En otras palabras, la depresión a menudo resulta de un ciclo descendente en el cual comenzamos con un problema, reaccionamos a él en una forma pecaminosa, causando una complicación del problema que se cumple por una respuesta pecaminosa adicional, etc. Como veremos más adelante, este ciclo debe ser detenido y un ciclo ascendente de respuestas bíblicas debe comenzar.

Algunas de las Causas Generales de la Depresión

Problemas Físicos

Algunos pueden padecer de depresión como resultado de daño cerebral o de algún otro tipo de enfermedad. Otros pudieron haber sido diagnosticados con un desequilibrio químico, y mientras que debemos dar lugar a esta posibilidad, no creemos que sea tan común como muchas personas piensan. La teoría del desequilibrio químico ha alcanzado proporciones de moda en la actualidad con el resultado de que el método principal de tratamiento para personas deprimidas son drogas. Cuando una persona es diagnosticada de que tiene un desequilibrio químico, él debería hacer esta pregunta (propuesta por Dr. Bob Smith, un médico cristiano que está también muy involucrado en la consejería bíblica): “¿Cuál químico y que tan fuera de balance está?” En la mayoría de los casos la respuesta será: “no sabemos”. Tal respuesta de la comunidad médica ciertamente le debería dar al creyente mucho a considerar.

En lugar de enseñarles a las personas cómo manejar sus problemas, demasiadas veces simplemente tapamos estos problemas con drogas. Para un artículo interesante sobre la depresión desde un punto de vista secular vea U.S. News and World Report, 5 de marzo, 1990, “Venciendo la Depresión,” pp48-56. Este artículo se aplica a “una generación nueva de drogas (que) permite una sofisticación y una flexibilidad en el tratamiento que no fue posible en el pasado”.

Mientras que el uso de drogas para tratar la depresión puede ser lo mejor que el mundo no-salvo le puede proponer, afortunadamente el cristiano tiene otros recursos. Con esto en mente, ciertamente sería sabio el consumir drogas como último recurso y no el primer recurso. Deberíamos comenzar a examinar cuidadosamente los pensamientos y las acciones en nuestras vidas que podrían ser la raíz de nuestro problema. E. Fuller Torrey (un psiquiatra de investigación, quien no estaría de acuerdo con nuestra posición sobre la psicología) no obstante, admite que cerca del 5 % de aquellos que vienen a un psiquiatra son personas con una enfermedad orgánica del cerebro o, cerca del 75 % son personas con problemas con la vida, y otro 20 % requerirá un examen más detallado para emitir un juicio conclusivo (How to Counsel from Scripture, p.4). Habiendo dicho todo esto, aun recomendaríamos un reconocimiento médico a fondo para una persona que lucha contra una depresión profunda.

El reconocimiento médico físico y/o emocional así como también los pobres hábitos alimenticios también puede ser un factor. En 1 Reyes 19 la causa primaria de la depresión de Elías parece haber estado por la fatiga, etc. La terapia inicial de Dios para Elías fue comida y sueño (versículos 5-8). Mas tarde Dios ayudó a Elías a alejar su mirada de sí mismo y a ponerla en Dios (quien le reveló Su soberanía, versículos 11 y 13). Luego, El hizo a Elías tomar una mirada realista sobra la vida (versículo 18), y finalmente El obligó a Su profeta a otra vez involucrarse en el ministerio (versículo 15-19). El proceso entero tomó varias semanas.

El ejemplo de Elías es el que una persona deprimida debería estudiar, pues – al igual que este gran hombre de Dios – las personas deprimidas a menudo enfocan la atención en ellos mismos en lugar de Dios y en los demás. Este enfoque se distorsiona a menudo más por la fatiga y por una dieta pobre. El remedio es a menudo un re-enfoque de nuestra atención, así como también el descanso y los hábitos correctos de alimentación.

Culpabilidad

Los Salmos 32, 38 y 51 todos describen las depresiones de un hombre culpable. (Note Salmo 32:3-5: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; sequedades de verano. Selah Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah”.) Algunos creen que la causa número uno de la depresión es la culpabilidad no resuelta. A menudo esta culpabilidad puede ser resultado de pecados de años atrás en los cuales el perdón de Dios nunca ha sido buscado o aceptado. Si la culpabilidad no se resuelve por la confesión de pecado (1 Juan 1:9), la depresión es el resultado natural. Los cristianos no deberían esperar de propia voluntad practicar el pecado sin afrontar las consecuencias, de las cuales puede ser depresión.

Un Perspectiva Antibíblica sobre la Vida

En el Salmo 73 Asaf estaba deprimido sobre la prosperidad del malvado. Él consideró que él había vivido justificadamente en vano mientras los impíos tenían una vida de abundancia. (Sal. 73:12,13: “He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia”.) No fue hasta que él vio el mundo desde el punto de vista de Dios (la perspectiva bíblica) que él pudo salir de su depresión. (Sal. 73:16,17: “Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.”.) En un mundo de confusión una perspectiva no bíblica sobre la vida tiene que ser una de las causas principales de la depresión.

Viviendo de acuerdo con las Prioridades Equivocadas

Pregunte casi a cualquier cristiano cuales son las prioridades de su vida y le dirá: Dios, la familia y el trabajo (y en ese orden). Aún en muchos casos nuestras prioridades son controladas por la “tiranía de lo urgente” – cualquier cosa que haga más ruido en nuestras vidas obtiene la mayor atención.

Como consecuencia, podemos encontrar nuestro tiempo dominado por el trabajo, los niños corriendo por ahí, sosteniendo la casa, fomentando nuestra educación o desarrollando nuestros pasatiempos, etc. Mientras éstas son todas cosas buenas y necesarias a menudo nos deja muy poco tiempo para pasar con Dios o la familia. El día inevitablemente vendrá cuando nuestras cisternas dejarán de fluir (Jer. 2:13, “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.”), y nos enfrentaremos a “agotamiento”, “crisis de mediana edad”, “siete años de picazón”, o lo que sea. Por desgracia, probablemente ni siquiera sabremos el verdadero núcleo del problema.

Sin embargo, el problema real es claro y simple: Una vida anti-bíblica. Es posible que no hayamos cometido un pecado grave, pero hemos ignorado de la “primavera del agua viva” durante tanto tiempo que estamos pagando el precio finalmente.

Estándares Antibíblicos

Puede ser legalismo, misticismo o perfeccionismo – cualquier cosa que sea – estamos examinando nuestras vidas por el estándar equivocado. El estándar de Dios es que debemos ser un creyente en crecimiento (Heb. 5:11; 2 Pedro 1:5-8 y 2 Pedro 3:18). No somos perfectos, y Dios sabe eso; debería ser nuestra meta crecer en El.

El Egocentrismo

Somos llamados a ser a centrarnos en los demás (Fil. 2:3,4 y Hechos 20:35) y a ser centrado en Dios (Mat. 6:33). Todo en nuestra sociedad contradice esto diciéndonos que necesitamos ser egocéntricos. Se nos esta diciendo que debemos estar preocupados por nuestra imagen propia, debemos amarnos a nosotros mismos, debemos ser seguros de sí mismo y acometedores, debemos cuidar de nosotros mismos – y etc. etc.

Pero, Jesús nos dice que nos neguemos a nosotros mismos, es decir, a perder nuestras vidas por Su causa (Lucas 9:23,24); recibimos instrucciones de no poner nuestra confianza en la carne (Fil. 3:3); se nos dice que es una señal de nuestros malos tiempos que los hombres son amadores de sí mismos (2 Tim 3:2). ¿No es de extrañar que las personas que están haciendo exactamente lo opuesto de lo que dicen las Escrituras estén teniendo problemas para hacer frente a la vida?

Los Resultados de Depresión

Hay, sin duda, otras causas para la depresión, pero la mayor parte de ellos calzarían debajo de una de las categorías generales previamente citadas. Ahora queremos mencionar algunos de los resultados de depresión – las experiencias que usted es propenso a tener cuando usted está deprimido.

Antes de que nos introduzcamos en esto, sería de ayuda señalar que si bien podemos estar deprimidos, somos todavía responsabilizados por nuestras acciones. Por ejemplo, Pablo tuvo un problema físico legítimo en 2 Corintios 12 que no era su culpa. Puesto que él se sintió enfermo y quizá sufrió grandemente por su enfermedad, sin duda alguna él tenía derecho de estar un poco irritable y deprimido – ¡pero eso no fue el caso en absoluto! (2 Cor. 12:9,10: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”) ¡Obviamente los problemas y el dolor no nos dan el derecho para comportarnos pecaminosamente!

Entonces, aunque una persona no puede mantenerse propensa por el problema inicial, él es responsable de manejar su vida a la manera de Dios. Cuando él falla en reaccionar bíblicamente, sino que en lugar de eso se vuelve resentido, lleno de lástima de sí mismo, o enojado, la consecuencia puede ser la depresión.

La Escritura da algunas descripciones vívidas de personas deprimidas:

· Tristeza y pesimismo (Sal. 32:3)

· Apatía y fatiga (Sal. 32:4)

· Desesperación (Sal. 38:2-4 y 10)

· Problemas físicos – Dolores de espalda, dolores de cabeza, etc. (Sal. 38:5-8)

· Retiro – a menudo culpando otros (Sal. 38:11; 55:6-8)

· Sentimientos y pensamientos de culpabilidad (Sal. 51:3).

· Desvelo – o sueño inquieto (Sal. 42:2, 3)

· Pérdida de productividad (1 Reyes 19:3-5)

· Pensamientos de muerte o suicidio (1 Reyes 19:4).

Cómo Ocuparse de la Depresión

Nosotros ahora miraremos a algunas acciones bíblicas y prácticas que podemos tomar para ayudarnos a superar depresión, dependiendo de la causa.

Recibir a Cristo

Cristo no será manipulado; Él nunca debe ser buscado por alguna otra razón que por El mismo. Sin embargo, uno de los beneficios preciosos de convertirse en un hijo de Dios es el perdón de pecados (Rom. 5:1-11). Como vimos antes, a menudo la depresión es resultado de una culpabilidad no resuelta; la salvación remueve esa culpabilidad.

Reprogramar nuestro pensamiento

En un grado grande, nuestros sentimientos siguen a nuestro pensamiento. Una persona deprimida sería sabia en mantener un diario de sus pensamientos cuando él está deprimido. Esos pensamientos que conducen a la depresión deberían ser afrontados honestamente y deberían reemplazarse por una mentalidad bíblica de la vida (Fil. 4:8 y Rom. 12:2). Por ejemplo, una persona deprimida como resultado de una autocompasión debe ser lo suficientemente sincero para reconocer a esta actitud como pecaminosa. Los pensamientos de autocompasión deben ser confesados y reemplazados con pensamientos que honren a Dios y deben estar de acuerdo con la Escritura (e.g. Rom. 8:28 y Santiago 1:2-4).

Ocúpese del comportamiento pecaminoso

Deberíamos revisar todos los factores (los incidentes, etc.) Y/o los patrones de vida que han conducido a nuestras reacciones a los problemas iniciales. Luego deberíamos encontrar la acción bíblica y por la fortaleza de Dios comenzar a reemplazar esas reacciones pecaminosas con reacciones bíblicas mediante la aplicación del principio de despojarse-vestirse de Efesios. 4:22-24.

Establezca contacto con otros

Las personas deprimidas tienden a encerrarse en sí mismas; a su vez, la depresión se intensifica. Por consiguiente, uno de las mejores cosas que una persona deprimida puede hacer es preocuparse por otros (Fil. 2:4).

No malinterprete; no enseñamos una técnica para superar la depresión tanto como estamos alentando a individuos a regresar a una perspectiva bíblica sobre la vida. Cuando nos olvidamos de nosotros mismos y enfocamos la atención en otros, complacemos a Dios. Como un beneficio secundario una persona deprimida puede muy bien puede encontrar su espíritu levantado.

Enfoque la atención sobre el comportamiento y no en los sentimientos

Usted no hace lo que usted hace porque usted se siente de cierta forma; más bien, usted se siente en esa forma por lo que usted hace y piensa (Fil. 4:6-9). Note el ejemplo de Caín (Gen. 4:5-8).

Enfoque la atención en un plan de acción específico

Desarrolle un plan de ataque en contra de las tendencias pecaminosas del corazón humano que se rinde a los sentimientos en vez de seguir el camino de la responsabilidad cristiana. Haga una lista de las opciones y los pasos que pueden ser tomados para resolver la situación.

Crezca en el compañerismo

Retirarse y estar solo es una de las peores cosas que los individuos deprimidos pueden hacer, porque el retiro refuerza la depresión y la absorción de identidad. Deberíamos tratar de estar con aquellos que nos pueden levantar y nos pueden alentar cuando tratemos de hacer lo mismo con ellos (Gal. 6;1ff y Heb. 10:24,25). No estamos aconsejando que la manipulación de las personas para satisfacer nuestras necesidades, sino que somos sabios por tener por entendido que Dios nos ha dado a los demás creyentes para alentarnos, cuando le extendemos la mano.

Tenga cuidado con la introspección

Aunque el entendimiento profundo es esencial para superar la depresión, el entendimiento profundo puede volverse poco saludable cuando va más allá de la evaluación y el entendimiento profundo sano en la introspección morbosa (1 Cor. 4:3-5).

Deje de intentar desquitarse

La venganza y otras formas de ira pueden causar depresión (Rom. 12:14-21 y Efes. 4:26,27).

Acepte responsabilidad por la depresión

Intercambiar la culpa a otros nunca ayudará. Aún cuando hemos estado ofendidos por otros, la depresión no será causada por la injusticia hecha, sino por nuestras reacciones pecaminosas.

Me doy cuenta de que hay esperanza

Cuando decimos que la mayoría de la depresión es un resultado de las reacciones anti-bíblicas y pecaminosas hacia los problemas, suena desagradable y rudo. Realmente lo opuesto es cierto. Cuando nos damos cuenta de que son nuestras reacciones las que causan la depresión, entonces podemos ocuparnos de esas reacciones a la manera de Dios. Esta comprensión nos da esperanza de que, con la ayuda de Dios, una solución es posible (Fil. 4:13).

Ocúpese de la culpabilidad

Aun en la vida del creyente puede haber culpabilidad no resuelta. Si es así, necesitamos buscar y aceptar el perdón de Dios (1 Juan 1:9). Por cierto, en ninguna parte de la Escritura se nos dice que tenemos que perdonarnos a nosotros mismos; no tenemos autoridad para hacer eso. Más bien, sólo Dios puede perdonar pecados; por consiguiente, es nuestra responsabilidad llevarlo a Su Palabra y reconocer Su perdón cuando hayamos confesado nuestros pecados.

Cuidemos de nuestros cuerpos humanos

No somos criaturas puramente espirituales no importa cuán cerca estemos de Dios. Por consiguiente, debemos cuidar nuestros cuerpos. Dormir correctamente, la comida, el descanso, la relajación y el ejercicio son todos útiles para combatir la depresión (De nuevo, note el ejemplo de Elías en 1 Reyes 19.)

LA MUERTE Y LA VIDA DEL MAS ALLA

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LA MUERTE Y LA VIDA DEL MAS ALLA

Thomas Montgomery

El hablar acerca de la muerte es de suma importancia para poder entender el destino final del hombre y la vida del más allá. Sin un entendimiento correcto de la naturaleza del hombre y una comprensión de la definición que la Biblia da a la muerte, no es posible investigar en forma debida el asunto de la vida después de la muerte, sea en el cielo o en el infierno.

En este folleto trataremos especialmente con la enseñanza bíblica acerca del alma, el seol, el hades y el infierno.

Con frecuencia escuchamos las estadísticas acerca de la muerte en el mundo: Que 3 personas mueren por segundo, 180 personas cada minuto, 11,000 personas cada hora, 260,000 personas cada día y 95’000,000 cada año. Todos nosotros tendremos que llegar a esta cita final.

Una encuesta en el estado de Iowa en los E.U.A., realizada en 1977 mostró que 65% de los encuestados pensaban que irían al cielo. Aunque la gran mayoría de los encuestados se consideraban como “fuera de peligro”, sin embargo, el 31% decían estar seguros de conocer a otros que sí irían al infierno. Un año después, una encuesta en el estado de Minnesota reveló que solamente 4% consideraban que irían al infierno. Pero, como en el caso anterior, más del 20% de los habitantes del estado también pensaban que otros seguramente irían allá. En 1988 otra encuesta realizada por la revista Newsweek indicó que el 76% de los norteamericanos pensaban que tenían una gran posibilidad de ir al cielo, y sólo el 6% pensaban que probablemente estarían en el infierno. Una encuesta similar en Australia en el año de 1988 indicó que sólo un 39% de la población creía en el infierno. Otro estudio estadístico semejante realizado en Gran Bretaña en 1989, manifestó que sólo un 24% de la población creía en el infierno. Estas estadísticas son sólo un pequeño reflejo de la confusión y la incredulidad que existe respecto a estos temas.

En la actualidad muchas sectas se dedican con regocijo a anunciar y publicar en su literatura, que el infierno no existe. Un ejemplo de esto son los testigos de Jehová y algunas otras sectas, quienes niegan la enseñanza bíblica sobre el alma y por lo tanto terminan rechazando también la doctrina del infierno. Según los testigos de Jehová, el hombre es un “alma” tal como los animales son “almas”. Por lo tanto, al morir un hombre, su “alma” también muere; es decir, deja de existir o vuelve a la nada. En su libro titulado Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, los testigos afirman lo siguiente:

El hombre es un alma. Por eso, como esperaríamos, cuando el hombre muere, su alma muere. (pág. 78)

En la muerte, el espíritu del hombre, su fuerza vital, o de vida que se sostiene por la respiración “sale”. Ya no existe. …Tanto el hombre como la bestia regresan al polvo del cual están hechos. (pág. 77)

Puesto que el alma humana es el hombre mismo, entonces no puede ser ninguna cosa parecida a una sombra que viva dentro del cuerpo, o que pueda salir del cuerpo. (pág. 73)

Cuando alguien se ha sumido en un sueño muy profundo, entonces no recuerda nada. Algo similar sucede en el caso de los muertos. No sienten nada. Ya no existen. (pág. 80)

Según la Biblia, los muertos entran a un estado de inconsciencia completa. (pág. 77)

Toda esta confusión tiene que ver con la cuestión de la naturaleza del hombre y con la definición de la palabra muerte. La única fuente veraz de información sobre estos asuntos es la Palabra de Dios. Si los hombres consideran que el infierno es un hecho o una fantasía, es lo de menos; lo que importa es lo que Dios dice. Nuestro propósito en este folleto es examinar lo que Dios dice en su Palabra sobre estos asuntos. Primero vamos a tratar con la naturaleza del hombre.

LA NATURALEZA DEL HOMBRE

Génesis 1:26 dice: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra.” El versículo 27 añade “y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó…”. Estos versículos enseñan que el hombre no es igual a los animales. “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.” (Génesis 2:7) El hombre es distinto de los animales por la determinación especial que Dios tomó antes de formarlo. La diferencia entre los hombres y los animales es evidente por la “imagen de Dios” que el hombre porta.

Hablando de la naturaleza nueva que se imparte al hombre que es regenerado, Efesios 4:24 dice: “Y vestir el nuevo hombre que es creado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad”. Se encuentra la misma idea en Col.3:10; “Y revestídoos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme á la imagen del que lo creó”. En estos textos se puede notar la gran diferencia que existe entre el hombre y los animales. El hombre es un ser racional y moral que posee mente, emociones y voluntad. La imagen de Dios significa simplemente que el hombre refleja a su creador en las capacidades y habilidades, las cuales le distinguen del resto de la creación. La nobleza, la dignidad, el significado y el valor del hombre descansan en el hecho de que es portador de la imagen de Dios. Los versículos anteriormente citados se refieren al hecho de que la imagen que fue parcialmente perdida en la caída, es restaurada en principio por la regeneración.

La Biblia habla del hombre como alma, cuerpo y espíritu. 1 Tes.5:23 dice así: “Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. (Más adelante examinaremos el uso de estas tres palabras.) Cabe señalar aquí que estas palabras son usadas aquí con el propósito de distinguir entre la parte “material” y la parte “inmaterial” del hombre. La Biblia habla del hombre como compuesto tanto de lo material como de lo inmaterial, de lo visible y lo invisible, de lo físico y lo espiritual. Si la Biblia no enseñara que el hombre posee su “lado” inmaterial, no usaría las palabras alma y espíritu en la forma que lo hace. El argumento que dice que el espíritu es la “fuerza de vida” y nada mas, es una simplificación y un error que no corresponde al uso bíblico de la palabra espíritu. Aquellos que afirman que el alma no puede salir del cuerpo, están negando la clara enseñanza de la Biblia.

La Biblia enseña en muchos textos la naturaleza “dualista” (material e inmaterial) del hombre. Lea por favor los siguientes textos:

“Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.” (Romanos 7:22-23) Note aquí que el apóstol hace una clara distinción entre el “hombre interior” y sus miembros o cuerpo físico.

“Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu.” (Efesios 3:16) Note otra vez la referencia al “hombre interior” como distinto del cuerpo.

“Por tanto, no desmayamos: antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior empero se renueva de día en día.” (2 Corintios 4:16) Note el contraste entre el “hombre exterior” como deteriorándose y desgastándose, y el “hombre interior” como siendo renovado continuamente.

“Conozco á un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe) fué arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco tal hombre, (si en el cuerpo, ó fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe,) Que fué arrebatado al paraíso, donde oyó palabras secretas que el hombre no puede decir.” (2 Corintios 12:2-4) Este texto refuta la idea de los testigos quienes sostienen que el alma no puede salir del cuerpo. Note aquí que tenemos expresada claramente la idea de que el hombre mismo puede salir del cuerpo, que puede estar dentro y fuera del cuerpo y permanecer consciente. Además, note que una persona fuera de su cuerpo puede ser arrebatada al tercer cielo, es decir al “paraíso” o la presencia de Dios.

“Porque sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.” (2 Corintios 5:1) Note que aquí el apóstol habla del cuerpo humano como “una habitación terrestre”, es decir, una “tienda” o “tabernáculo” donde mora el hombre, pero el cuerpo físico se distingue del hombre mismo.

Vea también el versículo cuatro donde el apóstol vuelve a hacer referencia al cuerpo, como un tabernáculo en donde mora el hombre: “Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo, gemimos agra-vados; porque no quisiéramos ser desnudados; sino sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.” (2 Corintios 5:4) Note que cuando Pablo habla de “ser desnudados” se refiere a la existencia misma del alma sin el cuerpo, es decir “desnuda”.

“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor; (Porque por fe andamos, no por vista;) Mas confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al Señor. Por tanto procuramos también, ó ausentes, ó presentes, serle agradables.” (2 Corintios 5:6-9) En este pasaje volvemos a observar que existe tal cosa como “salir del cuerpo”, lo cual implica claramente que el hombre mismo es más que el cuerpo físico, y que sobrevive aún después de que éste se deshace. Note también que Pablo dice que, cuando un creyente “parte (sale) del cuerpo”, de inmediato se encuentra ante la presencia del Señor.

“Conforme á mi mira y esperanza, que en nada seré confundido; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será engrandecido Cristo en mi cuerpo, ó por vida, ó por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne (cuerpo), esto me será para fruto de la obra, no sé entonces qué escoger; Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor: Empero quedar en la carne (cuerpo) es más necesario por causa de vosotros.” (Filipenses 1:20-24) Note que en el contexto, Pablo está escribiendo desde la cárcel en Roma ante la posibilidad de morir martirizado, el apóstol expresa aquí un fuerte deseo de morir y ser desatado del cuerpo y estar con Cristo. Si la muerte significara el cese de la existencia como dicen algunas sectas, entonces ¿Porqué dijo Pablo que quería morir y estar con Cristo? Tales declaraciones serían ridículas si al morir terminara nuestra existencia. Además, ¿Porqué diría que la muerte es “ganancia”?

“Porque tengo por justo, en tanto que estoy en este tabernáculo (cuerpo), de incitaros con amonestación: Sabiendo que brevemente tengo de dejar mi tabernáculo (cuerpo), como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis siempre tener memoria de estas cosas.” (2 Pedro 1:13-15) Note aquí que la muerte “mí fallecimiento” es descrito claramente como dejar este tabernáculo o cuerpo.

EL ALMA

Ahora examinaremos el uso de la palabra alma en la Biblia. Esta palabra tiene más de un solo sentido y se usa en varias maneras en la Biblia. Todo intento de limitar su uso a un solo significado fracasa y carece del apoyo bíblico. Todas las sectas usan este “método” de interpretación. Es decir, se fijan en algunos textos que en forma superficial parecen apoyar sus ideas falsas, e ignoran y pasan por alto todos los demás textos que contradicen su doctrina. Por ejemplo, algunas sectas tratan de limitar el sentido de la palabra “alma” diciendo que siempre es “el principio de vida” o “la vida física”.

1 La palabra hebrea “nephesh” traducida como “alma” se refiere al principio “invisible” de vida que anima tanto los cuerpos de los animales como los cuerpos de los hombres. Vea Génesis 1:20-21, 24, 30, etc. donde la palabra hebrea “nephesh” es traducida como “ánima viviente”, “cosa viviente”, “seres vivientes”, etc.. En Géne-sis 2:7 dice refiriéndose a Adán “y fue el hombre en alma viviente”.

2 La palabra nephesh no sólo es usada para referirse al principio de vida; también es usada para describir la parte invisible del hombre y va más allá de la “fuerza de vida”. En este sentido la palabra se refiere a la parte del hombre que porta la imagen de Dios y que le distingue de los animales:

En Amós 6:8 la Biblia dice: “El Señor Jehová juró por su alma.” (Amós 6:8) (Aquí, el significado de la palabra nephesh o “alma” no puede ser el principio de vida física, porque Dios no tiene un cuerpo físico.) “ Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é hizo.” (Job 23:13) El Salmo 11:5 dice:“Jehová prueba al justo; Empero al malo y al que ama la violencia, su alma aborrece.” (Salmo 11:5) Estos versículos claramente implican que el alma corresponde a los elementos de mente, emociones y voluntad, y por lo tanto su significado no puede ser limitado sólo al principio de vida física.

La imagen de Dios que existe en el hombre incluye los elementos de mente, emociones y voluntad; estos elementos están relacionados con la palabra alma. Por ejemplo, en Levítico 16:29 Jehová dijo a los israelitas: “Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo…afligiréis vuestras almas…” Esto no puede significar afligiréis vuestro “principio de vida”. El Salmo 42:2 dice: Mi alma tiene sed de Dios…” Deuteronomio 10:12 dice que el hombre sirve y ama a Dios “con toda su alma”. El segundo libro de Samuel 11:11 distingue claramente entre la vida del alma y la vida del cuerpo cuando dice: “…por vida tuya y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa”. Si tratamos de poner la frase “principio de vida” o “vida física” en muchos textos que usan la palabra “nephesh”, resulta obvio que esta palabra tiene más de un sólo significado.

3. La Biblia habla en varios textos de que en la muerte el alma sale del cuerpo. “Y acaeció que al salírsele el alma, (pues murió) llamó su nombre Benoni.” (Génesis 35:18) “Y midióse sobre el niño tres veces, y clamó á Jehová, y dijo: Jehová Dios mío, ruégote que vuelva el alma de este niño á sus entrañas. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió á sus entrañas, y revivió.” (1 Reyes 17:21-22) Note la forma en que la muerte y la resurrección de este niño son explicadas. Al morir su alma salió y en su resurrección, su alma regresó al cuer-po.

4. En el Nuevo Testamento la palabra griega “psuche” (alma) es usada en la misma forma. Por ejemplo en Apo.6:9-11 el apóstol Juan vio en una visión celestial almas, las almas de personas muertas que estaban bajo el trono. “Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían. Y clamaban en alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y fuéles dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”. Note que aquí se refieren a las almas de personas cuyos cuerpos están muertos, pero estas almas: Claman, hablan y están vestidas de ropas blancas, es decir, sus almas están conscientes después de la muerte, y están en el cielo.

“Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” (Mateo 10:28) Note el lector que cuando el cuerpo físico muere, el alma no muere. Si al morir el alma ya no existiera o volviera a la nada, esta declaración de la boca de nuestro Señor Jesucristo no tendría significado alguno. Cabe señalar que la palabra traducida como “destruir” no significa “aniquilar”. La palabra griega “apollumi” no significa el cese de la existencia. El diccionario griego de Thayer da el significado de esta palabra como: “entregar a la miseria eterna”. Según los testigos de Jehová, en la muerte el cuerpo y el alma se vuelven nada, pero Cristo dice que tanto el cuerpo como el alma pueden sufrir algo peor que el sepulcro, es decir el castigo en el infierno.

EL ESPIRITU

Ahora examinaremos brevemente el uso de la palabra espíritu en la Biblia:

1. La palabra hebrea “ruach” es usada para hablar acerca del viento en Gén.8:1

2. La misma palabra “ruach” es usada para hablar de Dios tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento. Juan 4:24 dice: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” La palabra griega usada aquí es “pneuma”. En este pasaje la palabra se refiere a la naturaleza inmaterial e invisible de Dios.

3. Los ángeles de Dios como seres inmateriales e invisibles son llamados “espíritus” en Heb.1:14, “¿No son todos espíritus administradores, enviados para servicio á favor de los que serán herederos de salud?”

4. La fuerza de vida que anima tanto a los hombres como a los animales, es llamada “espíritu” en Gén.7:22 “aliento de espíritu de vida”. Sin embargo, el lado invisible o inmaterial del hombre no puede ser limitado sola-mente a una “fuerza de vida”, porque hay muchos textos que atribuyen cualidades que van más allá de esta limitación.

5. La palabra griega “pneuma” (espíritu) es usada para describir el “hombre interior”, en la misma forma que la palabra alma. Vea por favor los siguientes ejemplos:

“Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” (1 Corintios 2:11) Note aquí que el espíritu no puede ser simplemente la fuerza de vida porque “sabe” las cosas del hombre, o en otras palabras, se refiere a su facultad de entendimiento.

Marcos 8:12 se refiere a Cristo como gimiendo en su espíritu…” “Y conociendo luego Jesús en su espíritu que pensaban así..” (Marcos 2:8).

Mateo 26:41 dice: “…el espíritu a la verdad está presto más la carne débil.” (Note que en estos ver-sículos la palabra espíritu se refiere a las facultades de la mente: “conociendo en su espíritu”; de las emociones: “gimiendo en su espíritu”; y de la voluntad: “el espíritu está presto”. Esto es igual a lo que antes hemos visto en cuanto al alma.

“ El tal sea entregado á Satanás para muerte de la carne (cuerpo), porque el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” (1 Corintios 5:5) Aquí tenemos el caso de una persona cuyo cuerpo es entregado a muerte para que su espíritu sea salvo. Si el espíritu es nada más que una “fuerza de vida”, ¿porqué dice aquí que el espíritu puede ser salvo? Si la palabra “espíritu” no se refiere al hombre como distinto del cuerpo, entonces la distinción en este pasaje entre la destrucción de la carne [cuerpo] y la salvación del espíritu no tiene sentido).

“ …la doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu…” (1 Corintios 7:34) Los testigos de Jehová dicen en el libro citado anteriormente, lo siguiente: “El espíritu es algo diferente de nuestra alma . El espíritu es nuestra fuerza de vida. Esta fuerza de vida se halla en cada una de las células corporales de los humanos y los animales”. Si esto fuera verdadero, entonces ¿Cómo es que el espíritu puede ser mantenido santo, cómo dice el texto que acabamos de citar?

“ Así que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.” (2 Corintios 7:1) Si la definición de los testi-gos fuera verdad, ¿cómo podríamos santificar y limpiar nuestra “fuerza de vida”? Por otra parte, si el “espíritu” en estos versículos es el “alma” o el “hombre interior” o el centro de su mente, emociones y voluntad; la santificación viene a ser algo factible.

6. La palabra espíritu es usada para hablar del hombre después de la muerte del cuerpo. Lucas 24:37 y 39 dice: “Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu.… Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” Aquí Cristo enseña claramente que el espíritu del hombre puede existir sin el cuerpo, lo cual contradice la idea de que al morir el alma entre en un estado de inconsciencia.

Otro texto en Hebreos 12:22-23 dice: “Mas os habéis llegado al monte de Sión, y á la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, y á la compañía de muchos millares de ángeles, Y á la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos, y á Dios el Juez de todos, y á los espíritus de los justos (salvos) hechos perfectos.” Note aquí que se refiere a los espíritus como perfeccionados y viviendo ahora en la Jerusalén celestial, es decir el cielo.

“En el cual también fué y predicó á los espíritus encarcelados; Los cuales en otro tiempo fueron desobe-dientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé…” (1 Pedro 3:19-20) Nuevamente tenemos que cuestionar que, si el espíritu es nada más que la “fuerza de vida”, ¿Cómo puede ser encarcelado, como la Biblia dice que sucedió a estos hombres que vivieron en el tiempos de Noé?

EL ALMA-ESPIRITU

Podemos resumir la enseñanza bíblica sobre el alma y el espíritu con los siguientes puntos:

1. Las palabras “alma” y “espíritu” deberían ser entendidas como sinónimas, es decir, no se refieren a enti-dades distintas sino a diferentes funciones o relaciones que el hombre posee en su parte inmaterial. Esto resulta obvio por el uso intercambiable de las palabras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. (Vea por ejemplo Lucas 1:46 y 47.) Entonces podemos concluir que el alma y el espíritu no son distintos en su esencia sino en su función.

2. El alma-espíritu del hombre es el asiento de la mente y el intelecto. (Vea 1 Cor.2:11 y Mar.2:8.)

3. El alma-espíritu del hombre es también el asiento de sus emociones. (Vea 2 Cor.2:13, Mat.26:38, Mar.8:12, Luc.1:47, Hech.17:16 y 2 Pe.2:8.)

4. El alma-espíritu del hombre es también el asiento de su voluntad. (Vea Mat.26:41, Exodo 35:21.)

5. El alma-espíritu del hombre es el asiento de la adoración interna. (Vea Juan 4:24, Rom.1:9, Fil.3:3.)

6. En la hora de la muerte el alma y el espíritu salen del cuerpo. En este sentido, la muerte significa la separación del “hombre interior” y el “hombre exterior”. Los siguientes textos afirman este punto:

“ Y apedrearon á Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu.” (Hech.7:59)

“Y el polvo se torne á la tierra, como era, y el espíritu se vuelva á Dios que lo dió.” (Eclesiastés 12:7) Note aquí que el alma-espíritu regresa a Dios para ser juzgado.

“¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres suba arriba, y que el espíritu del animal descienda debajo de la tierra?” (Eclesiastés 3:21).

“Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dió el espíritu.” (Juan 19:30) “Entonces Jesús, clamando á gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró.” (Lucas 23:46)

LA MUERTE

Ahora estamos listos para entender que la definición que muchas sectas dan a la idea de la muerte es falsa. Por lo general las sectas definen la muerte como el cese de la existencia, como un estado de completa inconsciencia o algo parecido. Pero la definición bíblica es de una “separación”. Esta definición de separación es válida tanto cuando tratamos con la muerte física, como con la muerte espiritual y con la muerte eterna como comprobaremos con los siguientes textos:

1. Respecto a la muerte física Santiago 2:26 dice: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.” Aquí podemos ver que la muerte física sucede cuando hay una separación del espíritu-alma y el cuerpo.

2. La muerte espiritual consiste de la separación de la persona y Dios. En Efesios 2:1 el hombre no perdona-do es descrito como “muerto en delitos y pecados”. Está separado de la gracia, el perdón y el conocimiento de Dios, es decir; no ha sido aceptado, reconciliado y colocado en una relación personal con Dios a través de Cristo. Esta separación espiritual es la muerte que sufrieron Adán y Eva en el jardín de Edén como consecuencia de su pecado. (Vea Gén.2:17, 3:3, 8 y 23.) Note que el primer uso de la palabra muerte en Génesis, no significó el cese de la existencia y mucho menos la aniquilación, sino la separación de Dios. En la parábola del hijo pródigo, el padre describió la condición de su hijo en al siguiente manera: “Este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado..” (Luc.15:24) En otras palabras estuvo separado (muerto) de su padre y regresó (revivió), pero sería absurdo decir que mientras estuvo fuera, el hijo haya dejado de existir. En Lucas 9:60 Cristo dijo lo siguiente respecto a los que están muertos espiritualmente: “Deja que los muertos entierren a sus muertos.” Esto lo dijo respecto a los parientes incrédulos de un hombre que quería ser su discípulo.

3. La muerte eterna es la separación final y definitiva de Dios, de todos aquellos que mueren separados de Cristo y es llamada también la “muerte segunda” en el libro de Apocalipsis 20:12-14: “Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dió los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fué hecho juicio de cada uno según sus obras. Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” Esta muerte también consiste de una separación, pero en este caso es una separación eterna entre Dios y el hombre, lo cual es enseñado también en los siguientes textos:

“Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.” (Mateo 7:23) Aquí se describe una separación eterna que ocurrirá en el día del juicio.

“Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Mas él cerró la boca. Entonces el rey dijo á los que servían: Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.” (Mateo 22:11-14) En este pasaje vemos la misma idea de separación cuando los impíos son echados fuera.

“En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; Los cuales serán castigados de eterna perdición (excluidos) de la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia.” (2 Tesalonicenses 1:8-9) Aquí la perdición significa la separación eterna de Dios y su gloria.

“Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles: E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.” (Mateo 25:41 y 46) En este pasaje la muerte eterna es el apartamiento o separación de Cristo, lo cual resulta en el tormento eterno.

4. Es obvio que la palabra muerte no es usada para referirse al cese de la existencia, porque en la Biblia los incrédulos son descritos como “muertos” mientras que están vivos en este mundo. Al mismo tiempo, los creyentes son descritos como recibiendo vida en el momento de la regeneración y por supuesto, esto no quiere decir que no existían antes de ser regenerados. Los siguientes versículos demuestran más allá de cualquier duda este punto:

“El que tiene al Hijo, tiene al vida: el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” (1 Juan 5:12) “Pero la que vive en delicias, viviendo está muerta.” (1 Timoteo 5:6) Muchas sectas dicen que la muerte equivale a la no existencia, pero este texto comprueba que no es así.

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.” (Juan 5:24) Es evidente en este texto que, aquellos que pasaron de muerte a vida ya existían y no estaban aniquilados. Cualquier definición de la muerte que no sea “separación”, resulta en que estos versículos enseñan tonterías. Si el lector hace una sustitución de la frase “cese de existencia” o “aniquilación” en cada uso de la palabra muerte, puede distinguir el error.

“Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo; por gracia sois sal-vos.” (Efesios 2:5, vea también los vers.1 al 3.)

Ya hemos aclarado el significado bíblico de la naturaleza del hombre y el hecho de que su alma-espíritu sobreviven a la muerte física. Ahora se hace necesario hablar sobre lo que ocurre al alma-espíritu y al cuerpo, después de la muerte. Esto nos conduce a considerar el uso bíblico de las palabras “seol”, “hades” y “gehenna”.

“SEOL”

1. Los diccionarios hebreos dan la siguiente definición a la palabra “seol”:

a. “El mundo de abajo donde el hombre desciende en la muerte.” (El diccionario hebreo de Brown, Driver and Briggs, pág. 982)

b. El mundo del más allá, la esfera o dimensión en que se mueven los muertos, el hades. (Diccionario Hebreo-Inglés del Antiguo Testamento, pág. 337)

c. El lugar en donde se reúnen las almas que han partido después de la muerte. ((Comentario de Keil and Delitzsch pág. 33)

d. En el Antiguo Testamento, el hombre no deja de existir en la muerte sino que su alma desciende al seol. (El Nuevo Diccionario de la Biblia, pág. 380, George Eldon Ladd)

2. Los testigos de Jehová dicen que la palabra hebrea “seol” y su correspondiente griego “hades”, no significan más que la tumba o el sepulcro, y por consiguiente, cuando el hombre muere deja totalmente de existir. Ya hemos visto que la muerte no significa el cese de la existencia. Una parte del problema deriva de que la palabra “seol” no ha sido traducida en forma consistente provocando mucha confusión. Ha sido traducida en varias maneras en el español: 11 veces como infierno, 4 veces como profundo, 3 veces como abismo, 2 veces como fosa, 2 veces como osario, 31 veces como sepulcro y 12 veces como sepultura.

Por otro lado, la versión KJV en inglés traduce la palabra “seol” 31 veces como infierno, 31 veces como sepulcro y 3 veces como fosa. Es a causa de esta confusión en la traducción de la palabra que los testigos de Jehová y otras sectas han tratado de decir que significa tumba o sepulcro.

¿Cómo es eso? ¿Porqué tan distinta y variada versión de una misma palabra? Esto se debe a la dificultad de los occidentales en captar la mentalidad hebrea y su dinamismo idiomático; la expresión de dicha lengua no es estática en modo alguno en estos vocablos y conceptos claves.

3. Ahora procederemos a mostrar que “seol” no significa sepulcro o tumba: El primer motivo para no identificar “seol” con la tumba o el sepulcro es que, cuando los autores de la Biblia querían referirse a la tumba o el sepulcro, usaron la palabra “queber”. No usaron las palabras “queber” y “seol” como sinónimas. En la versión griega del Antiguo Testamento (La Septuaginta), “seol” nunca es traducida como “mneema” (que es la palabra griega para sepulcro), siempre es traducida como “hades”. Si el sentido de tumba o sepultura fuese tan obvio como parecen sostener los testigos, ¿Cómo se explica que judíos que hablaban griego en Alejandría, varios siglos antes de Cristo, no acertaran a traducir la palabra como sepulcro? ¿No será simple-mente porque ese no es su significado?

Segundo, enseguida enlistaremos diecisiete diferencias entre las palabras hebreas “queber” y “seol” que comprueban este punto.

1) La palabra griega sepultar o enterrar nunca es usada en relación con el “seol”, sino con “queber”. (Gén.23:4, 6, 9, 19-20; 49:30-31)

2) La palabra “queber” se encuentra en sentido plural en la Biblia, (vea Ex.14:11 “sepulcros”), pero la palabra “seol” nunca se encuentra en la forma plural.

3) Mientras que el sepulcro o “queber” está ubicado en un lugar específico (Ex.14:11), “seol” no tiene una ubicación específica, aunque “seol” está localizado en las partes más bajas de la tierra (como comprobaremos más adelante). Aún así, uno puede llegar al “seol” desde cualquier punto de la tierra. No es necesario tener un sepulcro para ir al “seol”.

4) Podemos comprar un sepulcro “queber” (vea Gén.23:4-20), pero la Escritura nunca habla de alguien comprando o vendiendo el “seol”.

5) Podemos escoger nuestra sepultura “queber” (vea Gén.23:6), pero en las Escrituras no vemos a nadie es-coger un mejor “seol” que otro.

6) Mientras que podemos echar un cuerpo en el sepulcro (queber), no podemos echar a nadie en el “seol” (Gén.50:13).

7) Podemos edificar un monumento encima del sepulcro (queber), pero no hay monumentos en el “seol” (Gén.35:20).

8) Podemos abrir y cerrar un sepulcro (queber), pero el “seol” no puede ser ni abierto, ni cerrado por los hombres (2Rey.23:16).

9) Podemos tocar un sepulcro (queber), pero en las Escrituras no se dice que alguien pueda tocar el “seol” (Num.19:16,18).

10) Podemos quitar o descubrir cuerpos y huesos en el sepulcro (queber), pero las Escrituras no hablan de que los hombres puedan quitar o descubrir algo en el “seol” (2 Reyes 23:16).

11) Los sepulcros (queber) pueden ser robados, pero el “seol” no puede ser robado por ningún hombre (Jer. 8:1).

12) Podemos adornar un sepulcro (queber), pero el “seol” no puede ser adornado por los hombres (Gén.35:20).

13) Podemos hablar de llenar un sepulcro donde ya no pueda entrar nadie, pero no podemos llenar el “seol” (Prov.27:20).

14) Podemos ver un sepulcro (queber) pero el “seol” siempre es invisible.

15) Podemos visitar el sepulcro de nuestros seres queridos, pero las Escrituras nunca hablan de que uno pueda visitar el “seol”.

16) El “seol” es ubicado siempre como bajo la tierra, o en el bajo mundo; mientras que los sepulcros están o en cuevas o en hoyos o en la superficie de la tierra:

“Caerán en los sitios bajos de la tierra.” (Sal.63:9)

“Has librado mi alma del hoyo profundo (seol).” (Sal.86:13)

“Del estruendo de su caída hice temblar las gentes, cuando les hice descender á la fosa (seol)… toma-ron consolación en la tierra baja (en lo profundo de la tierra” v. 1960). (Ez.31:16)

“También ellos descendieron con él á la fosa (seol)…” (Ez. 31:17)

“Serán entregados a la muerte, a la tierra baja (a lo profundo de la tierra).” (Ez.31:14)

“Todos ellos cayeron muertos a cuchillo, los cuales descendieron incircuncisos a los más profundos lugares de la tierra.” (Ez.32:24)

“De en medio del infierno (seol) hablarán á él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron …, y yacen con los incircuncisos muertos á cuchillo.” (Ezequiel 32:21)

Para llegar al “seol” uno tiene que descender, en Gén.37:35 se refiere a descender hasta la sepultura, pero la palabra traducida como “sepultura” es la palabra hebrea “seol”.

17) Mientras que los cuerpos están inconscientes en el sepulcro “queber”, las almas que están en el “seol” están conscientes. (Vea Ez.32:21, Isa.14:9-20.)

EL SEOL Y SUS HABITANTES

Las siguientes declaraciones son hechas con respecto al “seol”:

1. Como ya hemos visto, el “seol’ es hacia abajo o en las “partes más bajas de la tierra”. Por ejemplo Job 11:8 habla en sentido figurativo de algo más profundo que el “seol”. (Vea también Amós 9:2.)

2. Según Isaías 38:10 el seol tiene puertas, vea también Mateo 16:18 donde se dice que el “hades” (la palabra griega correspondiente al vocablo hebreo “seol”) tiene puertas. Apocalipsis 1:18 declara que Cristo tiene las llaves del hades.

3. Es un lugar donde uno puede reunirse con sus antepasados, su pueblo o su tribu. Así lo indican los siguientes versículos:

“Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de días y fué unido á su pueblo.” (Génesis 25:8)

“Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fué recogido á sus pueblos, viejo y harto de días; y sepultároslo Esaú y Jacob sus hijos.” (Génesis 35:29)

“Y levantáronse todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso tomar consolación,

y dijo: Porque yo tengo de descender á mi hijo enlutado hasta la sepultura (seol). Y llorólo su padre.” (Génesis 37:35)

“Y como acabó Jacob de dar órdenes á sus hijos, encogió sus pies en la cama, y espiró: y fué reunido con sus padres.” (Génesis 49:33)

“Y muere en el monte al cual subes, y sé reunido á tus pueblos; al modo que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fué reunido á sus pueblos.” (Deuteronomio 32:50)

“Mas ahora que ya es muerto, ¿para qué tengo de ayunar? ¿podré yo hacerle volver? Yo voy á él, mas él no volverá á mí.” (2 Samuel 12:23)

Según estos versículos y otros semejantes, en el Antiguo Testamento la muerte significaba la separación de los vivos, pero el reunirse con los parientes que ya habían partido (muerto).

4. Al momento de la muerte el hombre se convierte en un “rephaim”. Esta palabra hebrea significa fantasma, un espíritu descarnado o sombra. Job 26:5 se refiere a “las sombras” que tiemblan en lo profundo.

La prohibición del Antiguo Testamento en Deuteronomio 18:9-14 respecto a los hechiceros, sortílegos y agoreros que consultan a los muertos, resultaría absurda si los muertos estuvieran inconscientes. La “necromancia” es un intento de comunicarse con las almas que ya han partido al “seol”. El intento por parte de Saúl de comunicarse con Samuel cuando éste ya había muerto (vea 1 Sam.28:7-25), demuestra que Saúl creía que Samuel esta-ba consciente y vivo en el “seol”. Además, el Diccionario Hebreo-Inglés define la palabra “rephaim” como los espíritus que han partido (pág.324). El diccionario hebreo de Brown Driver y Briggs definen la palabra “rephaim” como “sombras o fantasmas y el nombre usado para hablar de las personas descarnadas que habitan el seol”.

El significado de esta palabra deja claro que cuando el cuerpo muere, el alma-espíritu pasa a un nuevo tipo de existencia y experiencia. Su existencia ahora es como una criatura espiritual, ahora experimenta lo que los ángeles y demás espíritus descarnados experimentan. Este concepto aparece también en el Nuevo Testamento en textos como Luc.24:37-39: “Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu. Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos á vuestros corazones? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”. La creencia en la existencia de fantasmas o espíritus, implica inevitablemente la convicción de que el hombre sobrevive a la muerte del cuerpo.

5 Los habitantes del “seol” pueden comunicarse los unos con los otros y hacer comentarios acerca de aquellos que van llegando allí. (Vea Ezequiel 32:21, Isa.14:9-11.)

6 En el “seol” todas las experiencias relacionadas con la vida en este mundo ya no son posibles. En el “seol” ya no tienen conocimiento ni noticias de lo que está pasando en la tierra de los vivos. Han entrado en una nueva dimensión de existencia muy distinta de la que experimentaron cuando vivían en sus cuerpos físicos. (Vea Salmo 6:5, Ecle. 9:5 y 10.)

El libro de Eclesiastés es uno de los favoritos de aquellos que quieren enseñar que los muertos están inconscientes o dormidos. Una lectura del libro de Eclesiastés manifestará de inmediato, que el tema del libro es la vanidad de la vida sin Dios (vea Ecle.1:1-3). La perspectiva de Salomón reflejada en este libro es la de este mundo sin Dios, por lo tanto es la perspectiva humanista, carnal o atea. La palabra vanidad es usada 36 veces en el libro para expresar la realidad de lo que es una vida sin Dios. La frase “bajo el sol”, es usada repetidas veces para enfatizar la realidad de la naturaleza temporal y momentánea de la vida sin Dios. El argumento del predicador en Eclesiastés 9 es que, si no hay una vida más allá del presente entonces, tanto la vida como la muerte no significan nada. De hecho, en el mismo capítulo Salomón compara la muerte de los seres humanos con la de los animales, como si no existiera ninguna diferencia entre ellos. Esto lo hace porque desde la perspectiva humanista (ilustrada por la frase “debajo del sol”), todo lo que el hombre hace a fin de cuentas es “vanidad”. El argumento del libro es que sin Dios esta vida es transitoria e incierta, es vana y vacía porque no satisface ni aprovecha; todo el trabajo del hombre es fatigoso y aburrido. Si Dios no existe, entonces todo está destinado a ser olvidado, incluso nosotros mismos. Entonces, es desde esta perspectiva materialista que debemos considerar las declaraciones del libro de Eclesiastés sobre el estado de los muertos.

7. El juicio de Dios no termina cuando los impíos mueren en sus pecados. Deuteronomio 32:22 dice: “Por-que fuego se ha encendido en mi ira, Y arderá hasta las profundidades del seol…” (Deuteronomio 32:22, Versión 1960). El Salmo 116:3 se refiere a que algunos habitantes del seol padecen angustia y dolor. El libro de Job dice en cuanto a los impíos:

“La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; Y el seol á los pecadores.” (Job 24:19 Versión 1960) David dice en Salmo 9:17, “Los malos serán trasladados al seol (infierno), todas las gentes que se olvidan de Dios.” (Salmos 9:17 Versión 1960) El libro de proverbios dice respecto a la mujer adúltera que “sus pasos conducen al seol” (Prov. 5:5 Versión 1960)) y que “sus convidados están en lo profundo del seol” (Prov. 9:18 Versión 1960). Sería muy difícil limitar el significado de estas advertencias simplemente al sepulcro, si así fuera, entonces ¿Porqué son dirigidas estas advertencias solamente a los malos y no a los justos?

Queda claro que cualquier intento de definir la palabra “seol” como “sepulcro” es un grave error.

“HADES”

En el Nuevo Testamento la palabra “hades” es usada como sinónimo de la palabra hebrea “seol”. Ya comen-tamos acerca de la versión griega del Antiguo Testamento (La Septuaginta) en donde la palabra “hades” es usada 71 veces, de las cuales en 64 ocasiones es una traducción de la palabra hebrea “seol”. Entonces, podemos obser-var que la enseñanza neotestamentaria acerca del “hades” es muy parecida a lo que el Antiguo Testamento enseña sobre el “seol”, la única diferencia es que el Nuevo Testamento aclara algunos detalles que no están tan manifiestos en el Antiguo Testamento.

En primer lugar es necesario aclarar lo que el “hades” no significa:

1 El “hades” no significa la muerte. La palabra griega para la muerte es “thanatos”. También el “hades” y la “muerte” se encuentran en textos tales como Apo.1:18 donde resulta evidente que no son sinónimos.

2 El “hades” tampoco es el sepulcro. La palabra griega para sepulcro es “mneema”. Todos los argumentos que demuestran que el seol no es el sepulcro se aplican de igual manera a la palabra “hades”.

3 El “hades” no es el infierno, es decir no es el lugar final del castigo eterno. La palabra griega “gehenna” es la que se usa para hablar del lugar del tormento eterno. [No queremos negar que exista tormento en el hades, sino sólo queremos distinguir entre el lugar de tormento eterno del cuerpo y el alma (la gehenna), y el lugar de tormento temporal donde están las almas descarnadas (hades)].

4 El “hades” no es el cielo, porque la palabra griega para decir cielo en el Nuevo Testamento es “ouranos”. Además, el cielo es el lugar donde van las almas de los justos después de la muerte para esperar hasta el día de la resurrección.

5 El “hades” no es la aniquilación, el cese de la existencia o el sueño del alma. En el momento de la muerte el alma va al “hades” y el cuerpo es sepultado. Entonces, la descripción de los muertos como personas dormidas, es una descripción figurativa para referirse al cuerpo, más no al alma. La Biblia no habla en ningún lugar de que el alma entre en un estado de inconsciencia como si estuviera dormida. El cuerpo en el sepulcro está inconsciente, pero el alma en el “hades” sigue consciente. Los textos que ya hemos visto, y los que citaremos más adelante en este folleto acerca de la sobrevivencia del alma después de la muerte, comprueban este punto.

La descripción en las Escrituras del cuerpo muerto como “dormido” es usado debido a que en un tiempo futuro (en el día del juicio) será resucitado para que la persona íntegra sea juzgada. En el tiempo antiguo no sólo los hebreos sino también los griegos y los egipcios usaban la metáfora de “dormirse” para referirse figurativamente a la muerte; de igual manera como en el lenguaje en español algunas personas se refieren a los muertos como “descansando”, “reposando”, etc. ya que la persona fallecida parece estar solamente dormida.

Habiendo dicho lo que no es el Hades, veamos ahora su significado en sentido positivo:

1. El Nuevo Testamento toma el concepto del Antiguo Testamento respecto al “seol” y lo amplifica. Esto no debe sorprendernos, puesto que vemos algo semejante en el Nuevo Testamento con relación a otras doctrinas y enseñanzas del Antiguo. El Nuevo Testamento es una revelación más clara y amplia que la del Antiguo. Durante el período intertestamentario los judíos creían que el “seol” estaba dividido en dos secciones. Una parte en don-de los impíos eran castigados por sus pecados y la otra (llamada “el seno de Abraham” o el “paraíso”) donde los justos experimentaban gozo y paz.

Tomando en cuenta el principio de la revelación progresiva, es de esperarse que el “hades” tuviera un signi-ficado más amplio en el Nuevo Testamento que en el Antiguo. Tampoco debe sorprendernos que las epístolas expliquen más ampliamente lo que sucede con el alma después de la muerte, llevando el concepto aún más allá de lo revelado en los cuatro evangelios. Antes de la ascensión de Cristo, tanto los creyentes como los incrédulos fueron al “seol” o al “hades”. Después de la resurrección de Cristo, el Nuevo Testamento enseña que los creyentes después de morir entran inmediatamente al cielo para estar con El ( vea Fil.1:23). Están presentes con el Señor en su habitación celestial (2 Cor.5:1-8), adorando con las huestes angélicas del cielo (Heb.12:22-23), ante el altar de Dios (Apo.6:9-11).

Si vemos Hech.2:31 resulta claro que Cristo fue al “hades” antes de su resurrección, mientras que estuvo en el “hades”, el apóstol Pedro dice que Cristo proclamó su victoria y la redención consumada a “los espíritus encarcelados” [en el “hades”] (1 Pe.3:18-19). En Lucas 23:43 “el paraíso” está ubicado todavía, en la sección del “hades” reservada para los justos, pero en el tiempo cuando el apóstol Pablo escribió 2 Cor.12:2-4, es dado por un hecho que el paraíso ha sido quitado del “hades” y ahora está ubicado en el tercer cielo (es decir, en la presencia de Dios.)

Según la enseñanza neotestamentaria, ahora, después de que Cristo ha consumado la obra de la redención, los creyentes al momento de su muerte van al cielo para esperar la resurrección de sus cuerpos y el estado eterno (la glorificación). En el tiempo del Antiguo Testamento esto no era posible debido a que Cristo no había consu-mado su obra, y los creyentes iban al “hades” (a la parte llamada “el seno de Abraham”) con el fin de esperar la terminación de la obra de Cristo.

2. Pero ¿Qué sucede ahora con los impíos? En el momento de la muerte los impíos descienden al “hades” el cual es un lugar temporal de tormento en donde esperan la resurrección final de sus cuerpos y su castigo eterno.

3. Veamos algunos textos con el fin de demostrar que el “hades” es un lugar de tormento.

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con es-plendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado á la puerta de él, lleno de llagas, Y deseando hartarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Y aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fué sepultado. Y en el infierno (hades) alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vió á Abraham de lejos, y á Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama. Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Y además de todo esto, una grande sima está constituída entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí á vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Y dijo: Ruégote pues, padre, que le envíes á la casa de mi padre; Porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, porque no vengan ellos también á este lugar de tormento. Y Abraham le dice: A Moisés y á los profetas tienen: óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere á ellos de los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen á Moisés y á los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos. (Lucas 16:19-31)

Note que él que enseña aquí acerca del “hades” es el Señor Jesucristo. Entonces esto es lo que Cristo creyó acerca del “hades”; esto es importante. Aunque en la actualidad, muchas sectas quieren decirnos que este pasaje es una “parábola”, (es decir, que Jesús estaba hablando en sentido figurado o simbólico y que este pasaje no es una historia real sino una ficción), la verdad es que la palabra “parábola” no se encuentra aquí. Además, en este mismo sentido, Cristo dio el nombre del mendigo y se refirió a los cinco hermanos del rico. También Abraham es un personaje histórico y real. El “hades” es un lugar real. Entonces, lo que tenemos aquí no es una parábola, sino que es la narración de la historia de dos hombres y la explicación del destino de ambos después de la muerte. Si este pasaje no enseña la verdad acerca del “hades”, entonces no está enseñando nada. Esto es exactamente lo que quieren decir muchas sectas, que el pasaje no está enseñando nada.

Podemos resumir la enseñanza de este pasaje en los siguientes puntos:

a. El alma (la persona misma) sigue consciente después de la muerte (separación) de su cuerpo. Ya hemos visto que los habitantes del “seol” están conscientes. En este pasaje Cristo afirma lo mismo de aquellos que están en el “hades”. (Hay que tomar en cuenta lo que ya se ha dicho, que “hades” es la palabra griega que se traduce de la palabra hebrea “seol”.)

b. En el momento de la muerte, los creyentes van de inmediato a un lugar de felicidad y los perdidos van a un lugar de sufrimiento.

c. El hades” es un lugar de tormento y de fuego. Esta realidad es afirmada cuando menos cuatro veces en este pasaje. “En el hades alzó sus ojos estando en los tormentos” (vers.23). “Estoy atormentado en esta llama” (vers.24). “tu atormentado” (vers.25). “Este lugar de tormento” (vers.28).

d. Cuando Abraham contesta al rico diciéndole “a Moisés y a los profetas tienen, óiganlos”, está indicando un punto importantísimo. La frase “Moisés y los profetas”, era usada para hablar de toda la enseñanza del Anti-guo Testamento. El Antiguo Testamento era la única Biblia que existía en ese entonces. Esto implica clara-mente que el Antiguo Testamento enseña que el “seol” es un lugar de tormento. Por lo tanto, Cristo no estaba contradiciendo la enseñanza del Antiguo Testamento al decir que el “hades” es un lugar de tormento. El “ha-des” y el “seol” son esencialmente el mismo lugar, es decir, un lugar de tormento.

e. Este pasaje es una advertencia, la única advertencia que los hombres van a recibir. El énfasis en los versículos 27 al 31 es que, si los hombres no quieren creer en la realidad del sufrimiento en el “hades”, Dios no les dará ninguna otra prueba de esta triste realidad.

f. Si no tenemos en este pasaje la suficiente evidencia de que el “hades” es un lugar de tormento, entonces solamente podemos ser convencidos en la misma manera en que el rico fue convencido, es decir, yendo allí y sufriendo lo que el rico sufrió. Es un hecho lamentable que tantas personas no creerán esta verdad hasta que sea demasiado tarde.

g. Aquellos que no creen la enseñanza de este pasaje, no creen la enseñanza de la Palabra de Dios. Nadie que sea verdaderamente honesto, puede concluir que estos versículos enseñan algo distinto de lo que dicen.

Otro texto que enseña que el “hades” es un lugar de tormento es Mat.11:23-24: “Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta los infiernos (hades) serás abajada; porque si en los de Sodoma fueran hechas las maravillas que han sido hechas en ti, hubieran quedado hasta el día de hoy. Por tanto os digo, que á la tierra de los de Sodoma será más tolerable el castigo en el día del juicio, que á ti.”

De este texto podemos concluir las siguientes cosas:

a. Que la palabra “hades” es usada para establecer un contraste directo con el cielo.

b. Entrar al “hades” implica entrar a un estado de juicio. Si no entendemos de esta manera el texto, la amenaza de castigo carece de significado.

c. Hay diferentes grados de sufrimiento en el “hades”, de otra manera sería absurdo hablar de un castigo más tolerable que otro.

“GEHENNA”

Esta palabra griega es usada para describir el destino final de los impíos después del día de la resurrección y el juicio. Mientras que el “seol” y el “hades” describen el “estado intermedio” de las almas descarnadas, entre la muerte y la resurrección; la gehenna es un lugar para el castigo futuro en el estado eterno. Enseguida daremos una lista de textos en donde esta palabra es usada:

“Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno (gehenna) del fuego.” (Mateo 5:22)

“Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno (gehenna).” (Mateo 5:29)

“Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede
destruir el alma y el cuerpo en el infierno (gehenna).”
(Mateo 10:28)“Mas os enseñaré á quién temáis: temed á aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno (gehenna): así os digo: á éste temed.” (Lucas 12:5)

“¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque rodeáis la mar y la tierra por hacer un prosé
lito; y cuando fuere hecho, le hacéis hijo del infierno (gehenna) doble más que vosotros.”
(Mateo 23:15)

“¡Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno (gehenna)?” (Mateo 23:33)“Y si tu mano te escandalizare, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que teniendo dos manos irá la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado; Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo: mejor te es entrar á la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado; Donde el gusano de ellos no muere,y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dioscon un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna; Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.” (Marcos 9:43-48)

Gehenna es la palabra que Cristo usó más frecuentemente para referirse al infierno. Como veremos en las siguientes evidencias, esta palabra es correctamente traducida como “infierno”.

1 La palabra gehenna viene del hebreo (Valle de Ben Hinnom), su significado original fue “Ge (Ben) Hinnom” que quiere decir “el valle de los hijos de hinnom”. La forma abreviada fue “ge-hinnom” que en el griego se traduce como “gehenna”. Originalmente esta palabra se refería al lugar en donde los judíos apóstatas sacrifica-ban y practicaban su idolatría. El valle de Hinnom fue un lugar ofensivo y repulsivo a los judíos piadosos. Pos-teriormente, este mismo lugar se convirtió en el basurero de la ciudad de Jerusalén. En el tiempo de Cristo, los judíos echaban en ese valle no sólo la basura, pero también los cuerpos de animales muertos y los cadáveres de criminales. El fuego de la gehenna ardía día y noche, no se apagaba, y los gusanos no dejaban de comer la carne podrida. En el tiempo de Cristo, esta palabra fue usada para referirse al lugar de tormento sin fin. El valle de hinnom se convirtió entonces en un símbolo de la realidad de la morada eterna de los impíos en un lugar de tormento; el lugar donde va el cuerpo y el alma de los impíos después del día del juicio. Para los judíos en el tiempo de Cristo, la gehenna significaba el basurero eterno donde los impíos serían arrojados después del día del juicio.

2 La Enciclopedia Estándar de la Biblia, dice que la gehenna se refiere “al lugar del castigo eterno de los impíos” (Vol.II pág.1182). La Enciclopedia Bíblica de Literatura Teológica y Eclesiástica, define la gehenna como “el lugar de castigo eterno”. Alfredo Edersheim el erudito más destacado por su amplio conocimiento del Talmud hebreo, dijo que “en el tiempo de Cristo la gehenna fue entendida como un lugar de castigo consciente y eterno, después de la resurrección”. (“La Vida Y Los Tiempos De Jesús El Mesías”, Tomo II pág.791 a 796).

3. Cristo enseñó las siguientes cosas respecto a la gehenna:

a. La gehenna es el lugar de juicio. (Mat.23:33)

b. El castigo de la gehenna es siempre ubicado después de la resurrección y el fin del mundo. (Mat.10:28 y Apo.20:10-15)

c. La gehenna es el lugar en donde el cuerpo y el alma serán castigados. (Mat.10:28, Mar.9:43-48)

d. La gehenna es un lugar de tormento consciente y eterno. Este punto es fácil de demostrar por el uso continuo en el Nuevo Testamento de palabras descriptivas de la gehenna que no pueden tener otra expli-cación. Las tres palabras usadas con más frecuencia para describir la gehenna son: “fuego”, “tormento” y “eterno” (enseguida daremos una lista de versículos). Aunque la palabra gehenna no se encuentra en cada uno de ellos, sin embargo, es evidente que son descripciones de ese lugar:

“El fuego nunca se apagará.” (Mat.3:12)

“Gehenna (infierno) de fuego” (Mat.5:22)

“El horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mat.13:42 y 50)

“Ser echado en el fuego eterno” (Mat.18:8)

“Ser echado en la gehenna (infierno) de fuego” (Mat.18:9)

“Apartaos de mí, malditos al fuego eterno” (Mat.25:41)

“En la gehenna, al fuego que no puede ser apagado” (Mar.9:43 y 45)

“El fuego nunca se apaga” (Mar.9:48)

“Quemará en fuego que nunca se apagará” (Luc.3:17)

“En llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios” (1 Tes.1:8)

“Sufriendo el juicio del fuego eterno” (Judas 7)

“Será atormentado con fuego y azufre” (Apo.14:10)

“Fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo en azufre” (Apo.19:20)

“Fue lanzado en un lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta y serán atormentados día y noche para siempre jamás” (Apo.20:10)

“El que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego” (Apo.20:15)

“Su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre que es la muerte segunda.” (Apo.21:8)

“El humo del tormento de ellos sube para siempre jamás (por los siglos de los siglos)… y no tienen reposo día ni noche.” (Apo.14:11)

Es evidente de estos textos, que el fuego relacionado con la gehenna es:

I. Eterno (Mat.18:8, 25:41, Judas 7)

II. Inextinguible (Mat.3:12, Mar.9:43, Luc.3:17)

III. Y resulta en un tormento consciente y no en la aniquilación. Esto es obvio de Mat.25:41 y 46 en donde Cristo pone en contraste la vida eterna con el tormento eterno:

“E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.” (Mateo 25:46) Aquí la palabra griega “aionios” o “eterno” se refiere tanto al tormento eterno como a la vida eterna, de tal manera que resulta imposible darle a esta palabra dos significados distintos. El infierno es tan eterno como el cielo.

4. Algunas sectas tratan de decir que la gehenna significa la aniquilación o el cese de la existencia, esto porque en varios textos gehenna es descrita como la segunda muerte. (Vea por ejemplo: Apo.20:6, 14-15 y 21:8.) Enseguida daremos cinco motivos por los cuales gehenna no puede significar la aniquilación.

a. Como ya vimos en la sección sobre la muerte, ésta no significa aniquilación. Si tratamos de sustituir la ecuación “la muerte = aniquilación” en los textos que usan la palabra muerte, resulta obvio que ese no es su significado.

b. Si la segunda muerte significa aniquilación, entonces tiene que significar la “segunda aniquilación”. Y si la primera aniquilación no resultó ser definitiva, ¿Porqué deberíamos creer que la segunda lo será? No es posible aniquilar dos veces a la misma persona.

c. Dos textos en el libro de Apocalipsis identifican la segunda muerte con el lago de fuego (vea Apo.21:8 y 20:14). Hay por lo menos tres ejemplos en la Escritura en donde el fuego no consume a sus víctimas. El primero es en Ex.3:2 cuando la zarza ardía en fuego y la zarza no se consumía. El segundo ejemplo es Daniel 3:19 cuando el horno se encendió siete veces más, pero la Escritura dice respecto a los tres creyentes, que el fuego no les quemó ni siquiera la ropa (Dan.3:27). El tercer ejemplo está en Apo.19:20 donde dice que la bestia y el falso profeta fueron lanzados vivos en un lago de fuego y azufre, y después de los mil años mencionados en el capítulo 20:7, todavía están vivos y siguen siendo atormentados en el mismo lugar (Apo.20:10).

d. Apocalipsis 20:6 declara que la segunda muerte no tiene potestad y no afectará a los creyentes. Esto implica que la segunda muerte tiene el poder de hacer daño a los inconversos (no creyentes). Pero la aniquilación no haría ningún daño a nadie. Un castigo que uno no puede experimentar, no puede ser ningún castigo; nadie puede ser castigado si no existe.

e. La segunda muerte es el castigo final del pecado, pero si la convertimos en algo parecido a la aniquilación, entonces ya no hay ningún castigo, y mucho menos podríamos hablar de grados de castigo en la manera que la Biblia lo hace. (Vea Mat.11:22-24; Rom.2:5-6 y 2:8-9; Apo.18:6-7; Heb.10:28-31, etc.) Además, cuando Cristo fue castigado por el pecado y murió, no fue aniquilado. El castigo que Cristo experimentó consistió de sufrimiento, dolor, miseria, separación del Padre, etc. pero no fue la aniquilación. (Vea los siguientes textos: Mat.26:46; 1Pe.2:21, 24, 3:18; Isa.53:4-11 y note especialmente en este texto de Isaías el uso de las palabras:

“azotado”, “herido”, “abatido”, “molido”, “angustiado”, “afligido” y “castigado”). Repito entonces, que Cristo no fue aniquilado, sino que sufrió en su cuerpo y en su alma hasta la muerte. (Vea 1 Pe.4:1, Fil.2:8). Cuando murió, su alma fue al “hades”; nunca dejó de existir. (Vea Hech.2:25-28, 31). Entonces, si el sufrimiento de Cristo fue real cuando El fue hecho pecado en lugar de los que creen en El, esto nos indica que el sufrimiento en la gehenna de los inconversos, (sufrimiento ocasionado por sus pecados), también será real.

5. La gehenna es el “justo juicio de Dios” (Rom.2:5), es lo que el pecado merece, es la retribución, la recompensa, el pago del pecado, es el castigo que los pecadores no arrepentidos merecen. Las palabras descriptivas que enseguida listaremos confirman esta horrible realidad:

a. La gehenna es descrita como “una prisión” o cárcel eterna. (Mat.18:34-35; Luc.12:58-59, 2 Pe.2:4, Jud.6). Aunque estos dos últimos textos se refieren a ángeles encarcelados, esto no cambia la realidad, porque según Apocalipsis 20:14, todos aquellos que estén en el hades serán arrojados a la gehenna. Cristo dice en Mat.25:41 que los hombres serán arrojados al fuego eterno “preparado para el diablo y sus ángeles”. En la gehenna, los hombres perdidos serán encarcelados en cuerpo y alma hasta que paguen la deuda infinita de sus pecados. Siendo ésta infinita, indica que jamás saldrán de allí.

b. La gehenna es descrita como “un abismo”. (Vea Apo.9:1-2, 11:7, 20:1) Note que en 9:2 dice que de este abismo sale humo, como de un gran horno. En Lucas 8:31 los demonios le rogaban a Cristo que no les man-dase ir al abismo.

c. La gehenna es descrita como “las tinieblas de afuera”.

Mat.8:12 habla de aquellos que serán “echados a las tinieblas de afuera”. Mat.22:13 dice, “atadle los pies ylas manos y echadle a las tinieblas de afuera”.Mat.25:30 dice, “al siervo inútil, echadle en las tinieblas de afuera”.

2 Pe.2:17 se refiere a aquellos para los cuales les está reservada eternamente, “la oscuridad de las tinieblas”.

d. La gehenna es descrita como “fuego”. Aquí solamente resta señalar que el fuego del infierno es la ira de Dios. Vea Isa.30:33 donde dice que “el soplo de Jehová, como torrente de azufre enciende el fuego”. (Vea también Isaías 33:14; 66:24, Nahum 1:6.) Este fuego no puede ser apagado.

e. La gehenna es descrita como el lugar del “lloro y el crujir de dientes”. (Vea Mat.8:12, 13:42, 22:13, 24:51 y 25:30). La palabra lloro o llanto es la palabra más fuerte para hablar de una persona sufriendo. El crujir de dientes es el fruto del dolor, la angustia y el enojo por parte de aquellos que se encuentran en el infierno. Es el resultado de todos los factores que en breve hemos tocado en este estudio sobre la gehenna. Es el producto del remordimiento, la agonía, la vergüenza, la desesperación y la ira eterna de Dios.

f. La gehenna es descrita como un “gusano que no muere”. (Vea Mar.9:43-48.) El gusano que no muere signi-fica que la persona misma no deja de existir, sino que está siendo atormentada perpetuamente. El fuego no se apaga y el gusano no se muere, porque la persona no deja de existir, ni de sentir el dolor y el castigo de sus pecados. En el contexto de este versículo, Cristo compara dos clases de sufrimiento. Primero habla del sufri-miento ocasionado por la pérdida de una parte principal del cuerpo. Luego habla del sufrimiento ocasionado por la eternidad del infierno (gehenna).

Podríamos añadir más argumentos, pero al repasar lo expresado, tenemos confianza de que lo señalado es sufi-ciente para satisfacer a cualquiera que puede ser satisfecho; aquellos que son obstinados y rebeldes no estarían satisfechos aunque se incluyera más. Entonces, aquí concluimos nuestra argumentación.

¿HAY ALGUIEN QUE DESEE IR AL INFIERNO?

Como vimos al principio de este folleto, pocas personas piensan que pueden ir al infierno. De hecho, hasta muy pocos creen que otros irán al infierno. Pareciera que sería difícil encontrar candidatos para enviarlos allí. La mayoría de las personas piensa que solamente los más viles pecadores irán al infierno, como por ejemplo dicta-dores como Hitler, o asesinos múltiples, o abusadores de mujeres y niños, o narcotraficantes y políticos corruptos. Pero, una vez más le decimos que la realidad es muy distinta a lo que mucha gente piensa. La mayoría supone que casi todo el mundo escapará del infierno, cuando Cristo dijo en Mat.7:13-14 todo lo contrario. Escuche bien sus palabras:“Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva á per-dición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:13-14)

Sin lugar a dudas, Cristo enseña aquí que no es una minoría sino la gran mayoría de la gente que irá al infierno. Y podemos añadir que a menos que usted entre por la puerta estrecha, usted también irá a ese lugar. ¿Está usted preparado para ir al infierno? Debería estarlo, pues si no ha entrado por la puerta estrecha que es Cristo, usted está en el camino ancho que conduce al infierno. Cabe repetir aquí otra enseñanza de Cristo:

“Y si tu mano te escandalizare, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que teniendo dos manos ir á la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado; Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo: mejor te es entrar á la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado; Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna; Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.” (Marcos 9:42-49)

Aquí se nos enseña que el pecado es lo que conduce al infierno. ¿Está usted dispuesto a ir al infierno por toda la eternidad a cambio de unos cuantos placeres y lujuria terrenal? ¿Está dispuesto a sufrir eternamente el des-agrado y menosprecio de Dios a cambio de algunos pecados que a fin de cuentas no le pueden satisfacer? La gran mentira del pecado es que ofrece a los hombres más satisfacción que la que pudieran recibir de parte de Dios. Los que van a la perdición son engañados por el pecado creyendo que el futuro prometido por el pecado, es más satisfactorio que el reino de Dios. El poder del pecado consiste de esta mentira. El pecado dice a los hombres que el camino de Cristo es difícil y desdichado. ¿Cree usted que el pecado le hará feliz? Si así es, usted nunca lo dejará, jamás se arrepentirá e inevitablemente sufrirá el castigo del pecado en el infierno. El engaño de pecado es el poder que el diablo usa para cegar y endurecer a los incrédulos. Entonces, si usted no tiene miedo del pecado, nunca tendrá miedo del infierno hasta que sea demasiado tarde.

Los únicos que entran por la puerta estrecha son aquellos cuyos ojos han sido abiertos para ver el engaño del pecado y la verdad de Dios. Toda la miseria de la raza humana comenzó cuando Adán y Eva creyeron a la mentira del diablo con respecto al pecado, cuando dijo: “no morirán”. Satanás les convenció que la vida pecaminosa sería más placentera que la obediencia a Dios y de que a fin de cuentas, no tendrían que sufrir por su pecado (desobediencia). El diablo continúa diciendo esta mentira a todos los hombres hasta el día de hoy, pero como hemos visto de la Palabra de Dios; el pecado les traerá consecuencias eternas a todos los que no se arrepientan.

En los dos textos que citamos anteriormente, el arrepentimiento del pecado y la fe en Cristo como el único acceso al cielo, son las condiciones para escapar del infierno. Cristo es la puerta y el camino al cielo, porque en su encarnación vino a este mundo y sufrió el castigo infinito del pecado en sustitución de todos aquellos que creen en El. El hecho de que Cristo sufrió es la prueba más grande de que aquellos que no se someten a El como Señor y Salvador, sufrirán el infierno como la paga del pecado. La muerte y el sufrimiento de Cristo, es la prueba más grande de que Dios es justo y santo, y como tal tiene que castigar el pecado. Con el fin de poder perdonar a los creyentes, Dios se vio obligado a castigar los pecados de ellos en la persona de Cristo como su sustituto. Amigo mío piénselo bien, si Dios castigó a su propio Hijo amado, ¿Qué le hará a usted cuando usted muera en sus pecados? Si usted no le da la espalda al pecado y confía en Cristo, ciertamente que su lugar es el infierno. ¡Vuélvase a Cristo y sométase a El como Señor y dueño de su vida! ¡Pídale, ruéguele que cambie su corazón y le conceda el poder para dejar el pecado y entregarse a El! ¡Confíe en Cristo como aquel que sufrió “el infierno” en lugar de los pecadores! No se tarde porque el peligro del infierno es real y usted está al borde mismo de este abismo. Ojalá fueras aterrorizado hoy por el infierno, porque si no es así, ciertamente que tendrás que soportarlo por la eternidad.