Día: 3 febrero 2014

Sigue Adelante – Perseverancia de los Santos

Posted on

clip_image001Sigue Adelante – Perseverancia de los Santos

por Clint Archer

El sol se ponía a las 7 pm un día de verano cálido durante los Juegos Olímpicos de 1968 en la Ciudad de México. El estadio se estaba vaciando después de un día de los eventos de pista y campo. La Medalla de oro del maratón de 20 millas se había adjudicado a una hora antes. De repente, el sonido de las sirenas de la policía llamó la atención de todos. Ellos estaban limpiando el tráfico para que una figura solitaria entrara al estadio.

John Steven Acquari fue el último corredor en el maratón. Llevando los colores de Tanzania, estaba haciendo muecas de dolor mientras cojeaba en la pista para los 500 metros finales.

Había tenido una grave caída en la carrera y le había arrancado un tendón de la corva y dañado la piel de sus piernas. Estaba sangrando y tenía calambres, pero tenazmente se arrastró por el campo hacia la línea de meta. La multitud se reunió rápidamente para animarlo. Ellos estaban aplaudiendo y gritando alentándolo cuando finalmente se derrumbó sobre la línea de meta en puro agotamiento y dolor. Después de que él se había recuperado un poco un periodista le preguntó que estaba en la mente de todos: “Estabas tan seriamente lesionado, ¿por qué no dejabas correr?”

Leer el resto de esta entrada »

Predica la Palabra: Porque Hace que El Ministerio Dependa de Dios

Posted on

clip_image002Predica la Palabra: Porque Hace que El Ministerio Dependa de Dios

Por John MacArthur

Usted no esperaría escuchar a un pastor diciéndole a su iglesia: “Yo sé mejor que Dios.” Y sin embargo, eso es lo que muchos predicadores y líderes de hoy comunican cuando centran su ministerio en estrategias de investigación de mercado y la respuesta del consumidor. Perseguir las tendencias y caprichos populares es una receta segura para la comezón de oír, retrasar el crecimiento espiritual y congregaciones llenas de falsos convertidos.

Por el contrario, un ministerio que se centra en la predicación de la Palabra de Dios es un ministerio que es, por definición, totalmente dependiente de Dios. En lugar de confiar en trucos o tretas, se basa en el mismo Dios, tanto por su contenido y dirección.

Al principio de mi ministerio me comprometí, ante el Señor, que me limitaría a preocuparme por la profundidad de mi ministerio, y yo le dejaría cuidar de la amplitud del mismo. Huelga decir que Él lo ha extendido mucho más allá de lo que jamás hubiera pensado. Pero el atractivo de mercado de este ministerio no era algo que nunca pensé en proponer estrategias, tratando de pensar en esquemas de cómo ser popular o cómo vigorizar el crecimiento de la iglesia. En lugar de ello, la atención se centró en la enseñanza de la Biblia, de manera profunda, coherente y precisa. Más allá de eso, simplemente me decidí a depender del Señor.

Leer el resto de esta entrada »